3
— ¡Foolish!
— Your highness.
Vegetta evade la mirada inquisitiva de Foolish al sentirse descubierto. El rubio arquea una ceja en señal de disgusto, esperando que aquel ya no tan misterioso hombre acepte lo que sus ojos vieron en la mañana: Vegetta era un príncipe, el príncipe de ese reino y había ocultado aquel no tan pequeño detalle del viajero. Por supuesto, el rubio imaginó los mil y un motivos por lo que esto sucedió, desde evitar ser secuestrado por ladrones hasta ser un trabajo extra para ver de primera mano las necesidades de los pueblerinos; no obstante, Foolish no podía evitar sentirse un poco molesto por aquel engaño. Por otro lado, la curiosidad también inundaba sus pensamientos, pero intentaba ser lo más respetuoso posible ya que Vegetta era alguien de mayor clase que él y que, quiera o no, una simple orden del de ojos amatista y Foolish era hombre muerto.
Hoy se cumplían dos semanas desde que se conocieron, pero Foolish sentía que esta persona era totalmente nueva para él.
— Foolish.
— You lied to me. — responde, con un tono incómodo sin querer.
— Déjame explicarte. — responde el príncipe, acercándose a él — No se suponía que yo iría a esa reunión con mi padre, fue algo del momento y no pude negarme, aun si sabía que había una gran probabilidad de encontrarme contigo ahí. Cuando nos conocimos por primera vez pensé que, si no sabías mi identidad, no te sentirías intimidado al hablar conmigo y nuestra amistad podría ser genuina.
Si Foolish hubiese sabido ese detalle probablemente sí, hubiera estado nervioso y hubiese tratado de comportarse al margen al conocer al príncipe (no quería ser vetado de un reino, al menos, no de nuevo). No obstante, aquella excusa no era suficiente para que dejara de sentirse afligido.
— But... it's a friendship that was born from a lie. — susurra, suspirando pesadamente.
Vegetta bajó la vista y se encogió de hombros.
— Solo no quería... no, tienes razón, I'm sorry. — dice el príncipe, volviéndolo a mirar — Me disculpo por mi comportamiento deshonesto, entiendo si no quieres que vuelva a verte.
— I just... no comprendo: Why do you go out all nights? ¿Why... siempre venir aquí?
— Es una historia algo larga en realidad.
— I'm listening. — menciona Foolish.
Vegetta sonríe, con los ojos iluminados como si hubiese ganado la lotería.
— Lo cierto es... que me volveré rey más pronto de lo que el reino cree. — comienza, mirando hacia el cielo con cierta nostalgia — Mi padre está enfermo y, desde la muerte de mi madre... solo ha ido empeorando. Es como si la enfermedad que tiene se hubiese acelerado debido a la tristeza de la pérdida de su amada. — se encoje de hombros — Intenta no demostrarlo al pueblo, pero es consciente de que, quizá, le quede poco tiempo. Es por ese motivo que, mientras aún tenga la fuerza para seguir levantándose cada mañana, se toma el tiempo que puede en terminar por relegar y enseñarme todas las responsabilidades de las que me haré cargo el día que la corona sea mía. No me malinterpretes, amo a mi pueblo, daría lo que fuera por ellos — alza sus dos manos con emoción genuina — Acepté mi destino mucho tiempo atrás, sin embargo, quería disfrutar mis últimos momentos de libertad haciendo lo que yo quisiese.
— Like what? — pregunta el de ojos esmeralda inocentemente.
— Como... escabullirme por las noches y visitar a mi extranjero favorito.
Foolish suelta una risilla boba al no esperarse aquella respuesta, tapándose la boca al instante debido a la risa de Vegetta. El príncipe entonces continúa relatándole las cosas que ha hecho desde que comenzó con sus salidas nocturnas, que empezaron incluso antes de que Foolish llegara al pueblo, notando el rubio el por qué Vegetta siempre lo miraba con sus ojos iluminados cada vez que le contaba uno de sus viajes: él nunca había salido del reino más que contadas veces y, al volverse rey, los viajes solo se limitarían a él asistiendo a reuniones y fiestas, sin la capacidad de explorar las ciudades y poblados, por lo que al menos saber del mundo exterior por alguien más era como oír la más bella de las melodías para sus oídos.
El viajero detestaba saber que le era imposible seguir enojado con él.
— ...Y es por eso que mis últimas salidas han sido mayormente para verte a ti, me gusta pasar tiempo a tu lado. — concluye Vegetta.
— I like hanging out with you, too. — derrotado, Foolish admite lo mismo.
— ¿Hanging out? ¡Una nueva palabra al diccionario!
Foolish se enternece al escuchar la emoción en la voz de Vegetta y como busca como loco las notas que lleva guardadas en su bolso para anotar la palabra antes de olvidarla.
— Pero necesitaré más que tu historia para perdonarte. I'm still mad. — Foolish se cruza de brazos, volviendo a atraer la mirada de Vegetta hacia él. Ambos saben que está mintiendo por el tono sarcástico en su voz, pero el príncipe decide seguir el juego y simular sorpresa.
— Oh, ¿qué podré hacer para obtener las disculpas de Foolish? — con un tono exagerado, Vegetta suelta una risita — ¿Te basta con todo el oro del reino? ¿Cualquier cosa que puedas desear?
— Tell me more, I'm not easy to convince.
— Si así es como son las cosas... — se agarra la barbilla, pensativo, para luego sonreír maliciosamente — ¿Un beso del príncipe de estas tierras será suficiente para ablandar tu corazón?
Los ojos esmeraldas del viajero se agrandan de la impresión. Vegetta no parece retroceder, es más, lo mira desafiante esperando una reacción, lo que sea, por parte suya. Foolish sabía que lo único que tenía que hacer era decir que no y continuar con el bobeíto, no obstante, se queda estupefacto al saber que una parte dentro suyo simplemente quiere asentir y lanzarse a sus brazos.
— Estoy bromeando. — mientras el rubio seguía perdido en sus pensamientos, Vegetta termina el juego al no recibir respuesta. Se aleja y comienza a mover su bolso en búsqueda de algunas monedas. Foolish, por su parte, ruega que los latidos de su corazón acelerado no sean lo suficientemente fuertes como para que el príncipe lo oyese — Hoy me llevaré esta. — agarra una de las pulseras que yacían encima del mostrador, resaltando por tener rubíes incrustados — Es demasiado hermosa, seguro que le gustará.
— ¿Gusta... gustarán? — pregunta el rubio, confundido por la palabra — ¿A quién?
Vegetta guarda el objeto y le da las monedas en la mano a Foolish. Suspira, como si pensara bien en lo que estaba por decir, terminando por volverlo a ver mientras guardaba la baratija.
— A mi prometida, eso es algo que tampoco te conté: me casaré pronto.
Toda la emoción de hace unos instantes pereció al saber las nuevas noticias. Ahora, estas habían sido reemplazadas por un bajón repentino e incomodidad, invadiendo su mente y siendo incapaz de borrarlo.
¿Por qué se sentía... triste?
— Bueno, me casaré en unos meses en realidad. — el príncipe continuaba hablando de la noticia, con un tono ya cansado debido al sueño — ¿Cómo se...? No. How do you say "boda" in English?
— What...? Oh. — seguía impactado por la noticia, era incluso más chocante para él que el saber que Vegetta era parte de la realeza — Wedding, is... wedding.
— My wedding está cerca. — y vuelve a repetir la nueva palabra un par de veces más. — Sí, eso mismo.
— Congratulations.
— Gracias, creo.
Los oídos del vendedor se alzan al notar el tono de ¿incomodidad? Del príncipe. Quizá eran ideas suyas, pero la curiosidad le gana y su boca ya está moviéndose antes de pensarlo con lentitud.
— Are you ok about the weeding? — pregunta — It doesn't sound like you are excited about it.
— Ah... — guarda las notas que había vuelto a sacar — Verás, es un matrimonio arreglado, no estamos realmente enamorados del otro, no obstante, no me molesta casarme con mi prometida ya que la conozco desde que éramos pequeños. Ambos hemos aceptado nuestro destino y ella es alguien a quien quiero mucho, estará bien — sin embargo, la pesadez en su voz seguía siendo evidente para Foolish — Además, con tantas responsabilidades a la vuelta de la esquina no tengo tiempo ni para descubrir qué es enamorarse.
— To fall in love?
— Sí, enamorarse ¿Alguna vez te has enamorado, Foolish?
Es una pregunta demasiado interesante. Foolish debe admitir que le han gustado varias personas a lo largo de su vida: coqueteó con algunos, tuvo encuentros de una noche con otros, nunca nada serio o lo suficientemente fuerte como para querer quedarse al lado de esas personas, por lo que no puede reafirmar realmente haberse "enamorado" alguna vez. La respuesta clara, entonces, sería un rotundo "no" y estaba por decírselo, empero, al volver a ver a Vegetta su corazón salta y se siente en paz, una sonrisa pequeña aparece por su cuenta en su rostro y el nerviosismo de aún tenerlo cerca suyo lo vuelve loco.
¿Acaso él...?
— I... don't know. — termina por decir, asombrado por su propia respuesta.
— Si algún día lo averiguas, dime como es. — el príncipe comienza a arreglarse para irse — Hoy mi visita es corta, lo siento, hay mucho por hacer mañana y solo quería asegurarme de que todo está bien entre nosotros.
— Oh... — nosotros... ¿por qué esa palabra alteró para bien el corazón del viajero? — everything is A-okay! Prince Veyi...
Pero se detiene, pues el mencionado puso uno de sus dedos en los labios de Foolish para callarlo.
— Ve-ge-tta. Solo Vegetta, o Veyitta, Foolish. Nada de príncipe, ¿sí? Por más que el título me quede muy bien — ríe.
El rostro de Foolish se tornó rojísimo de la vergüenza y la sorpresa. El silencio se expande por efímeros segundos, lo suficiente como para que Vegetta se dé cuenta de que la situación comenzaba a ponerse extraña, razón por la cual se vuelve a alejar y esconde su rostro bajo la capucha.
— ¡Bueno! — habla, intentando cambiar el tema y captando otra vez la atención del rubio — Te veo... no mañana, pero quizá... ¿tomorrow tomorrow? ¿Es así como se dice pasado mañana?
No, así no era, mas Foolish no le corrigió. Seguía ensimismado en la escena anterior y la pregunta respecto al amor.
— I see ya when I see ya. — termina por decir, Vegetta hace una broma diciendo que su inglés ya era lo suficientemente bueno como para saber que esa frase no era para nada la respuesta que buscaba y que se quedaría con su tomorrow tomorrow mientras tanto, terminando por despedirse definitivamente luego de decirle que ya estaba emocionado por las futuras clases.
Solo con la compañía de sus pensamientos otra vez, Foolish toca sus labios, recordando el momento anterior donde Vegetta estaba a su lado. Sacude la cabeza, notando su cara aun ardiendo y tímido ante la idea de que el príncipe se hubiese dado cuenta de ella, ¿qué pensaría? Alza su vista a las estrellas en busca de una respuesta. Vuelva a preguntarse si alguna vez se ha enamorado, siendo la imagen de Vegetta la única que aparece en su mente.
Recuerda la noche en la que se conocieron, cuando las luces de las estrellas rodeaban a Vegetta e hicieron que solo él fuera su todo. Toca su pecho y suspira mientras un rosa empaña sus mejillas.
— Oh, fudge.
Por fin lo entiende: amor a primera vista, eso fue lo que sucedió aquella noche. Sin embargo, Vegetta estaba comprometido con su nación y próximo a casarse, inalcanzable para un forastero como Foolish. Aun así, el viajero decide que seguirá recibiendo la compañía de los ojos amatistas, después de todo, no cree que su gusto pase más de un simple flechazo que con el pasar del tiempo (o cuando se vaya de la ciudad) terminará, y él estaba bien con eso.
A pesar de ello... Foolish era ignorante de que ese pequeño gusto estaba floreciendo cual rosa mientras más tiempo pasaba conociendo al príncipe y las estrellas no eran capaces de decírselo, condenadas a ser meras espectadoras de lo que su leal confidente estaba por vivir.
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