89.
—Perdón
Argentina apretó los labios mirando a USA, quien había atendido a su llamado lo las pronto que pudo. Porque quería que se llevara a México antes de que algo ocurriera, porque el idiota estaba más ebrio que todos los demás en la fiesta
—Juro que lo tenía aquí conmigo hasta hace un rato, pero no te preocupes. Lo busco y te lo entrego
—No importa
USA se acomodó los lentes de sol y suspiró
—Gracias por avisarme... Pero está muy ebrio y sabemos qué es lo que hace cuando eso pasa
—Lo encontraré. Te entregaré a tu marido idiota. Espera un poco...
—No hace falta —USA se mordió la mejilla interna—. Ya debe estar con alguien más
Argentina lo miró en silencio un momento
—Lo siento, gringo
—Hazme un favor y no le digas nada cuando lo veas otra vez... Fingiré que no me enteré de esto
—Pero...
—Si me permites. Tengo cosas que hacer
USA se fue con el mismo porte imponente de siempre. Orgulloso y sereno. Condujo lejos del sitio. Mantuvo compostura
Pero se dió tiempo de parar en medio de la nada y soltar todo el dolor que eso le causaba.
No sería la primera vez que pasara. No sería la última. Así eran las cosas
México se acostaría con algún desconocido. Lo olvidaría. Se aislaría unos días y después volvería con él
México lo trataría bonito y le pediría perdón
USA como un idiota le recordaría que tenían una relación abierta y que no importaba
Pero sí lo hacía
Porque habían prometido ser compañeros, solo ellos dos, cuidándose uno a otro siempre.
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