—Es triste que hayas perdido a tu familia

USA miraba con tristeza al pequeño niño que encontró en medio de ese caos

—No encuentro a mi hermano
—De seguro el otro hombre grande se lo llevó... Quieres ir con el también?
—No... De todas formas mi hermano no me caía bien
—Te dicen Sur, verdad?

El pequeño asiático asintió y USA le brindó una sutil sonrisa.

—Yo también estoy solo
—Y tu familia?
—Perdí a mis hijos
—Qué les pasó?
—Me abandonaron

El pequeño hizo una mueca triste, porque se sentía igual que ese hombre

—Ya que tu has perdido a tu madre y yo perdí a mis hijos... Qué te parece ayudarnos entre nosotros?
—Qué?
—Yo puedo ser tu padre y tú puedes ser mi hijo... Así no estaremos solos

El pequeño niño miró la mano que ese hombre le extendió. Respiró profundo, tenía frío y hambre, tenía miedo y estaba solo.

Por eso aceptó y se aferró a esa ayuda

—Serás mi hijo desde ahora, Corea del Sur

USA lo cargó en brazos, le acunó en su pecho y le dió calor. Le acarició el cabello y empezó a alejarse del desastre

—Sí —susurró el pequeño
—Te daré todo lo que necesites... Y te enseñaré a obtener todo lo que quieras también

Fue así que Corea del Sur se volvió el pequeño hijo protegido de USA