146.
—Una vez quise que mi hijo aprendiera a cocinar
México hablaba sin reparo cuando el silencio lo ponía ansioso
—El pinche chamaco incendió un sartén por freírse un huevo
Reía divertido mientras cortaba la fruta
—Qué buenos tiempos
USA solo le daba la espalda, recostado en la camilla de hospital, sin decir una palabra. A veces México lo escuchaba hacer ruiditos molestos o se movía par aceptar la fruta tras un susurrante agradecimiento
—Siempre quise tener una familia
—Lástima que terminaste enlazado conmigo
México negó antes de suspirar. Conocía muy bien a USA como para saber la pésima imagen de sí mismo que tenía
—Al contrario... creo fue una fortuna
—Deberías buscarte un compañero que te dé una familia
—Tú y yo podemos seguir siendo una familia, y el bebé también
—No
—Adoraría todo lo que viene de ti, estrellita
USA no le respondió. Lo escuchó soltar suaves sollozos y lo dejó ser. Se quedó ahí tratando de emitir feromonas en poca cantidad para no agobiarlo. Se aseguró de que se tomara la medicina, que estuviera cómodo, que la fiebre no volviera y lo dejó dormido
Volvía cada día por al menos dos horas
Hasta que al fin autorizaron a USA para salir del hospital
Lo dejó de ver después de eso
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top