—Me dijeron que era bueno que me rodeara de las feromonas de mi compañero alfa

USA sorbió su juguito de uva

—Me alegra verte, estrellita
—Por qué mierda aceptaste?
—Porque soy tu compañero? Deja el perro drama y acepta que te cuide
—No!
—Espera. Espera —México se acercó apresurado—. No puedes alterarte
—Solo con verte estoy alterado!
—Piensa en el chamaco —México se sentó junto a la cama de hospital e intentó tomar la mano de USA
—Maldita sea. Vete y déjame en paz!
—Sé que estás enojado, pero piensa en el bebé
—Por eso quiero que me dejes solo
—Soy tu compañero! Cierra el pinche hocico y deja que te ayude!
—Como te...

Sintió un escalofrío recorrerle y unas fuertes náuseas. Un mareo repentino y sus malestares generales.

Estaba al borde del colapso.

Lo sabía, pero se negaba a aceptarlo

Odiaba sentir que dependía de un alfa

—Sé que estás enojado y sé que merezco tu desprecio, pero quiero ser tu compañero. Y justo ahora quiero ser el padre del chamaco, por el simple hecho de que es lo más importante para ti
—No es tu hijo
—Puede no llevar mis genes y eso qué importa? Quiero verte feliz. Por eso me fui para intentar quitarte esa pinche maldición y cuando no pude, volví. Hallaré otro modo, pero por ahora quiero estar contigo

USA se recostó sin opción, mareado, furioso, dolido. No sabía cómo seguir lidiando con eso

No quería ver a México ahí

Pero el aroma de su compañero era una suave caricia en su alma. Siempre lo fue. Como un abrazo y una promesa de que todo iría bien

—No me toques

Se dió modo de darle la espalda, flexionar su cuerpo un poco para abrazarse a sí mismo. Se aferró a su vientre donde refugiaba a FBI. Se aferraba a la idea de que todo iría bien
Soportaba las náuseas y lloraba en silencio

Le dolía el pecho

Se guardó todos los reclamos y se sintió incómodo por el silencio

Se quedó dormido bajo el manto de feromonas de su compañero