—No es tu hijo
—Ya sé

México siguió pelando la naranja

—Nunca tendré hijos contigo
—Ya sé
—Me abandonaste más de un año
—Ya sé —le entregó el plato
—Y para nada

USA tomó un trozo y lo masticó despacio, soportando las ganas de llorar, pero fue inútil cuando sus papilas saborearon la acidez y eso desató su sensible estado

—Me dijeron que si quería quitarte la maldición, tenía que pasársela a alguien más... Y sé que nunca estarías de acuerdo con eso
—Claro que no!

Siguió comiendo entre sollozos

—Y no sabía qué más hacer... Entonces volví y me sales con que estás gestando
—Quiero a mi hijo de vuelta! —suspiró para no ahogarse entre el llanto y las mordidas
—Lamento haberte dañado tanto
—Estaba dispuesto a vivir miles de infidelidades si con eso te quedabas conmigo... Aunque sea un tiempo... Como hizo papá con mi otro papá
—No quería eso para ti, estrellita
—Habría sido mejor que llorar durante meses por una falsa esperanza para que volvieras
—Pero volví

USA hipó un rato entre lágrimas antes de comerse el último trozo de naranja

—Hasta cuando? —bufó—. Hasta que te asustes de nuevo?
—No se cómo lidiar con... Quiero amarte correctamente
—Eso no se puede, Mexi... Tal vez nunca se pueda... Y había hecho las pases con eso pero te fuiste sin decirme lo que pasaba
—Perdón
—Olvídalo —se levantó para irse—. Ahora tengo una motivación que no te involucra... Solo déjame tranquilo