—Vamos Nana. Tú puedes!

CIA saltaba animando a su hermano a gatear, feliz mostrando un juguete. NASA levantaba su carita sonriendo mientras agitaba sus regordetas piernitas e intentaba moverse

—Quieres unirte a ellos?

USA sonrió ante su hijo FBI y le dió un empujoncito

—Así que me cambiaste por esos mocosos
—No seas grosero! —le dió un ligero golpe—. Además, tú literalmente te independizaste sin avisar. Y solo regresas cuando tu ocupada agenda lo permite
—Pero te mando cartas semanales
—Me encantaría que mi hijo me diera un abrazo seguido

FBI suspiró

—Lo acepto, papá, no soy tan amoroso pero... Cambiarme por dos niños berrinchudos?

USA soltó una risita

—Solo disfruta del día en familia. No te hará daño jugar con tus hermanos, Bibi

FBI rodó los ojos y suspiró. Les haría compañía un ratito y ya, hasta que la niñera y su tío Nueva Zelanda llegaran a cuidar a los niños. Después se llevaría a su padre a que lo ayudara a elegir un auto nuevo