Prólogo
❝Solo quiero ir a casa.
Sentirme a salvo como antes fui❞
El sonido de la gente evacuando llegaba a los oídos del infante. Todos, científicos y soldados se movían con frenesí ante las recientes noticias.
Habían perdido.
Quiénes fueron partícipes, en lo que sería la batalla final contra los Omaticaya, fueron superados en número. Habían sido arrasados por una "divina intervención". Lo que resultó en la pérdida de cientos de soldados. No hubo excepciones.
Ahora cada quien se preocupaba de sí mismo.
Nadie quería ser abandonado en Pandora.
Así que en menos de un día ya han sido recluidos por estos salvajes azules. Les han dado una orden; abandonar el planeta y jamás volver. Quién se quedará será un enemigo para los Na'vi. Por eso nadie prestaba demasiada atención al pequeño niño en su cuna, todos ignoraban sus sollozos.
No desean comprometerse y tener que cuidarlo. Es un viaje largo. Uno que un recién nacido no soportará.
—¿Qué pasará con él? —preguntó alguien que sé detuvo a verlo—. ¿No deberíamos llevarlo?
—El no es nuestro problema —contestó alguien que se encontraba cerca, con desinterés y falta de tacto ante la situación del menor siguió comentando—. Quaritch y su perra no fueron capaces de preocuparse por este niño, nosotros tampoco deberíamos.
Con eso dicho desapareció, no sin antes advertir al otro sujeto presente que no hiciera nada estupido. Algo que lo atara a este niño.
Y no lo hizo.
No del todo.
Solo cuidó de él por unos minutos, los suficientes para que Parker Selfridge apareciera. Dejando solo al pequeño y a quien fuera antes la persona a cargo de Hell's Gate. Ahora reducido a un "invasor" de entre tanto más.
—Así que junior...¿Qué diablos se supone que haga contigo? —dijo Parker sin pensar.
La verdad es que este niño representa un problema, un problema que él debe de solucionar.
Fraternizar con sus subordinados estaba bien, pero ese imbecil soldadito de Quaritch fue a otro nivel y se acostó con una y tuvieron a un bebe. Igual sigue sin comprender que le vio Paz Socorro a ese viejo Coronel. Pero ahora qué más da, no puede castigar a ambos por lo que hicieron, seguramente ya pagaron más de lo que debían. Ninguno de los dos volvería, al igual que muchos otros.
Parker se quedó mirando al niño. Era la primera vez que lo veía desde que nació, ya hace tiempo de eso. Puede notar ciertos rasgos de ambos. Ríe un poco al ver que heredó los gestos del padre, casi podía sentir lástima por el pequeño.
Aún más de lo que sentía.
No había nadie, aquí o en la Tierra, que se encargará de él.
Sería un huérfano donde fuese. Solo que posiblemente sería tratado como una paria en Pandora, ni Na'vís o humanos lo aceptarían.
Después de todo su padre Quaritch no es muy popular entre los nativos.
Debe de estar demente.
—Okey junior, vámonos de aquí.
Sin más el niño fue tomado con cierta torpeza y rigidez de su cuna. Partiendo con Parker a una de las naves. Sería llevado lejos de su lugar de nacimiento, Pandora.
La Tierra podría ofrecerle algo más que crecer con salvajes y científicos.
Miles Socorro fue llevado en el viaje de vuelta con los demás humanos. Un largo viaje de seis años, uno solitario. Muy lejos de Pandora y su gente.
Lejos de Eywa.
Quien llora por la pérdida de otro de sus hijos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top