Capítulo 9

Coño, ¿De quien viene este rastro?... — Pregunté cruzando por un pasillo apresuradamente.

Estaba siguiendo el rastro de un espíritu, debo apresurarme a evitar que tomen el cuerpo de quien sea.

Me encontré con las cortinas negras del escenario , las corrí con cuidado y miré por ella.

En el borde del escenario vacío, estaba Shoya sentado , escuchaba un tenue sollozo y el tarareo de una canción.

Una muy ligera sombra quería crearse en su espalda.

Respiré hondo y crucé las cortinas caminando lentamente hasta Shoya.

El ni se dió cuenta que yo estaba allí.

Shoya...—Susurré y el se volteó a verme apresurado.

Se secó las lágrimas con rapidez y me se quedó en silencio, boquiabierto.

E-eres tú...— tragó en seco y caminé hasta el colocándome de rodillas y tomando su rostro.

Se le veía cansado, y el delineador se le había corrido por que había estado llorando.

¿Que haces sentado aquí? Deberías estar descansando..—Comente y el soltó una leve risa

Da igual, no tengo sueño, ¿Que haces tu aquí? — Preguntó mirando hacia adelante, donde solían estar las gumin

Guardé silencio, no creo que sea buena idea que le diga nada.

¿Por que dejas que te maltraten? — Pregunte y corrí el delineador de debajo de sus ojos con mi dedo pulgar.

El gesto de Shoya cambió, como si se sumiera en el fondo del mar para contestar mi pregunta.

Asumiré que lo sabes todo, así que prefiero no contestar...— Susurró mirando hacia la derecha.

Shoya — Aclaré firme— podría haberte lastimado,¿Por que dejas que te grite?

-—Ya basta — Contestó con voz quebrada y tensa-—No importa el por que ¿De acuerdo?, No es como si fuera la primera vez que peleamos...

Unas lágrimas volvieron a rodar por su pálida piel.

Entonces , ¿Por cuanto tiempo mas piensas correr el riesgo...? — Susurré y el tomó mi muñeca haciendo un mal gesto con su cara.

Oye, no me agrada que me hagas este tipo de preguntas ¿Esta bien ?, nada de esto te incumbe — Sus ojos se centraron en los míos, pero sus cafés ojos estaban opacos,podía ver el enojo reflejado en ellos.

Lo hago por que quiero ayudarte — Solté sin más — Yo... no quiero que te lastimen..

Su agarre en mi muñeca seguía, incluso podía decir que se intensificaba.

Esto empeoraba antes de mejorar, su alma estaba recubriendose con una ligera capa negra , su enojo estaba aumentando.

Empezaba a dolerme su intensidad, de la nada me soltó y tomé mi mano dudosa viéndolo sentarse y abrazar sus piernas.

Nuestros problemas no te incumben...— soltó sin mas.

Tragué en seco y miré al suelo.

Ya veo...— Me levanté del suelo y me dispuse a caminar — Lo lamento...

Narrador


Sus piernas temblorosas dieron la vuelta dejándola de espaldas al chico.

Espera...— Su paso fue detenido cuando su muñeca fue tomada por el chico que ahora se había parado en seco tras de ella.

Lo siento...no quise ser grosero — Se disculpó con la voz quebrada y la mujer se dió la vuelta, quedando cara a cara con el chico.

Sus pálidas manos fueron a sus mejillas levantando la vista de este mostrando unas lágrimas rodar.

No es mi intención herirte ni hacerte sentir mal, es solo...que ya estoy harto de todo esto...—Sus puños se apretaron con fuerza y su llanto fue interrumpido por el cálido abrazo de la chica.

No tienes por que llorar, dije que podías confiar en mi...—Las manos del chico fueron a la espalda de la Yōkai escondiendo su rostro en su negra cabellera— Tranquilo, Shoya...

Narra Shoya

Me sentía terriblemente mal por lo que acababa de hacer, no puedo expresar lo que siento correctamente en este estado.

Estoy hasta la médula de todo el estrés y las peleas, lloro mucho este último tiempo, sentía que me caería a pedazos en este lugar.

Y allí estaba ella, con su sonrisa viniendo a mi como había prometido.

Su sola presencia viéndonos tocar hizo que una repentina euforia se presentara en mi.

Pero, todo esto arruinó la noche que prometía ser buena.

Y aún así, ella está aquí, abrazandome sin importarle el que.

Su aroma embriagador me hace sentir protegido, este abrazo una vez mas prometía sanar mis heridas.

( • • • )

Me alegra que estés mas tranquilo, Shoya — Sonrió con sus manos sobre sus piernas—Es un alivio verte sonreír otra vez.

Me sonrojé un poco por su comentario y reí mirando hacia otro lado

Bueno...con tu compañía, como no hacerlo, te haz quedado conmigo a pesar de que fui muy grosero — Suspiré y ella soltó una risita.

Eso ya no importa, lo que me importa es haberte devuelto la sonrisa — La miré de reojo y Rasqué mi nuca.

Quien creería que un espíritu podría ser tan dulce, pues, la verdad era, que mi buen humor se debía a ella y solamente a ella.

Por cierto...—Me recosté de espaldas al suelo del escenario — ¿Que tanto hacías allá arriba?

Ella se puso un tanto nerviosa y miró hacia otro lado sin borrar su sonrisa

Pues, estaba buscando espíritus que eliminar cerca de este lugar y quise aprovechar para verlos tocar...— Rió y la observé enarcando una ceja.

Ya veo ...—Miré al techo—y ¿que tal te pareció?

Son increíbles ...— Murmuró mirándome con serenidad — Esa canción que tocaron, era muy hermosa...

¿ Te refieres a Todokanu Tegami ? — Asintió y me levanté hasta estar sentado nuevamente a su lado— Pues, me alegra que hayas disfrutado nuestra música...

No te veo feliz por ello — me observó de lado en gesto de confusión.

Bueno...— Suspiré—Creo que te imaginas lo difícil que es convivir con estas peleas y momentos difíciles, si lo pienso, solo me hundiría mas y querría dejar la banda para librarme de tanto estrés ...

Ella me observaba sin comprender y observe a los asientos vacíos.

Pero...DIAURA Es especial para mi, cuando pienso en hasta donde hemos llegado y lo que podríamos seguir creciendo ...—Volteé a verla— nuestras fans nos dan apoyo constante, sus muestras de afecto, de la manera que sea, hacen que me sienta feliz de poder seguir tocando...

Ella colocó su mano sobre la mía en el suelo y se acercó mas donde yo estaba.

Imagino que no es nada fácil —Respondió mirando hacia adelante— Pero ¿Sabes algo?, mientras estuve observándolos, pude notar en todos una fuente de alegría que parecía inagotable en sus almas, pude ver cuanto disfrutan esto...

Sus ojos rojos brillaban al contraste de la luz.

Aún no proceso estar tan a gusto con esta criatura llamada Yōkai.

Me hubiera gustado ver todo el concierto...—Se lamentó y volteó a verme, centrando esos ojos carmesí tan pasionarios en mi.

Nunca me había sentido tan hipnotizado, un gran trance me invadía cada vez que la observaba, y no logro explicarme el por que.

Su rostro se acercó al mío con rapidez y plantó un beso en mi mejilla, sentí eterna aquella calidez que una vez mas me hacía querer solo cerrar los ojos y dormir.

No abandones tu sueño, Shoya ... recuerda que confío en ti... — Susurró en mi oído al mismo tiempo que quise llevar mis manos a ella y no pude , ahora solo una tenue sensación me acompañaba.

Abrí mis ojos con lentitud, Encontrándome solo otra vez.

No lo haré, te lo prometo...

( • • • )

Narra Kei

Odio esto...— Susurré para mi mismo dejándome caer en la cama y cubriendome totalmente con las sábanas.

Estaba harto, cansado, estresado, molesto.

Odio estas malditas peleas, cada vez son mas frecuentes, Yo-ka tiene un muy mal carácter , odio que trate mal a Tatsuya y Shoya.

No me importa lo que diga de mi, pero agredir a mis amigos, es algo que no le voy a permitir nunca.

Solo quisiera poder olvidar todo de una vez, como siempre hago, solo dejar a un lado los conflictos y poder concentrarme en el futuro

Pero... ahora solo quisiera llorar.

Sentí aquel líquido húmedo colmar mis mejillas, pateé las sábanas lanzándolas lejos de mi cama, me daba tanto odio estar llorando por algo tan estupido, jamás creí llegar a ser tan débil.

Como odio esto...— Apreté mi mandíbula y arañé las sábanas de mi cama con fuerza

Siempre suelo conservar la calma, ser quien controla el grupo, pero ahora siento que perderé el control en cualquier momento.

Cada vez podía sentir como me ahogaba mas en mi propio estrés, la ira subía y subía con rapidez.

Quería llorar, gritar, todo al mismo tiempo.

A lo lejos, oía una especie de voz me llamaba.

¿Acaso ya enloqueci del todo?

Ya no puedo soportarlo mas...

Llevé mis manos a mi rostro, arañandolo con fuerza y apretando mis ojos en un vano intento de contener la catarata que corría por mis mejillas.

Las voces se acercaban a mi rodeandome completamente, mi desesperación aumentó, en un ahogado "Basta" .

¡Kei!¡Detente! Mis ojos se abrieron con lentitud escuchando como las demás voces se dispersaban y solo una quedaba presente clamando mi nombre.

¡Kei, reacciona! — Abrí mis ojos de par en par y sentí un repentino peso sobre mi cuerpo.

Sentada sobre mi, a la altura de mi estómago, una pálida figura me observaba gritándome desesperadamente.

Cuando pude reaccionar, me di cuenta de que Aquella yōkai de ojos carmesí estaba intentando detener mi ataque de estrés.

Ella sostenía mis muñecas , parecía haberlas forzado para alejarlas de mi rostro.

Mis uñas se encontraban arruinadas, no supe como reaccionar.

No tenía que ser un genio para comprender que era lo que había intentado detener.

Y-Yōkai...— Musité débilmente sin poder mover ni una de mis extremidades.

—¡Por fin reaccionas! Me gritó con terror —  ¡Ya para de hacerte eso, idiota!— Su rostro lleno de preocupación me alertaba, entre abrí mi boca para decir algo pero no logre decir nada.

Ella respiraba agitada, poco a poco soltó mis manos y llevó las suyas a mi rostro, viéndolo repetidas veces en distintos ángulos.

Tienes muchos rasguños...— Lucía tremendamente cansada.

No comprendo por que, pero sus fuerzas no parecían ser muchas.

Sus carmesí ojos me miraban con tristeza y preocupación, sin pensarlo solo cerré los ojos y sentí el líquido húmedo volver a correr por mi piel.

…Ya…no soporto esto — Articulé tembloroso y apreté mis ojos con fuerza.

Kei, ya tranquilo…— Habló con voz delicada y una sonrisa se formó en sus labios, como si todo estuviera bien.

De un segundo a otro, pude sentir como sus brazos me rodeaban sujetando mi cuerpo delicadamente en un abrazo.

Sin poder emitir ni un sonido, pude ver como del cuerpo de la yōkai, un aura negra se desprendía desvaneciéndose.

Una extraña calma colmó mi cuerpo y tragué en seco, rodeando con mis brazos a aquella chica que me quitaba el peso de encima de una manera tan…particular y inexplicable.

Tan…sobrenatural.





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