Capitulo 5
Narras tu
Terminé de limpiar la casa y me dejé caer en mi cama , estaba bastante cansada.
Por suerte hoy el trabajo no me llamaba, así que podré estar tranquila.
Por otro lado, debo ponerme a investigar cuanto antes, voy muy atrasada con la búsqueda de los elementos.
Debería de buscar en otro punto de la ciudad, no he encontrado nada aquí.
El líder me matará si sigo perdiendo el tiempo, pero es una molestia tener que esperar a las doce de la noche para poder buscar algo, sería mucho mas fácil si pudiera conseguir usar mis ojos durante el día.
Solo puedo mantenerlos unos segundos si no me transformo por completo, es molesto y no me sirve.
Es un gran problema, quizás el idiota de tsuzuku sepa algo que me pueda ayudar, pero quiero evitar verlo.
Sin embargo, el dijo algo respecto a tener cuidado con otras personas, me pregunto que es lo que sabe…
Será que el conoce a otros espíritus malignos?
No,dudo que aunque sea un cabeza hueca sea tan confiado para confiarse de un espíritu , no con su nivel de Yōkai.
Hay algo que el no me ha dicho, un detalle que seguro podría ayudarme, pero quiero evitar a toda costa su compañía.
Mi rubí empezó a brillar y lo tomé con duda, de el la voz ronca del líder se hizo presente.
— Noah, tenemos novedades — Parecía de buen humor — Los espíritus nos han dado una pista
— ¿Los espíritus? — Pregunté con duda— Lo dudo, ellos son nuestros enemigos.
— Suena raro, pero esto quizás nos ayude en nuestra búsqueda.
— Te oigo
( • • • )
— ¿Por que me haces esto? — Preguntó el chico de aro en su labio con la voz quebradiza.
— Lo siento shoya, pensé que sabías que lo nuestro solo era cosa de un rato — Respondió colocando un cigarrillo en su boca.
— Pero Shizuki, yo enserio te amaba — Tomó su mano entrelazandola — No quiero que esto sea solo una historia mas.
— Aish, eres demasiado molesto shoya — Soltó su mano con gesto de molestia — Lo nuestro fue solo polvo de una noche y unos días, se acabó.
Dicho esto, se dió media vuelta y se fue dejando a aquel desconsolado chico solo en medio de la calle, sus ojos se colmaron con lágrimas en pocos momentos mientras sus puños se apretaban con fuerza.
— Por que…por que me pasa esto…— Gruñó y dió una fuerte patada hacia un árbol a su derecha— ¡Odio que siempre sea igual!
Sus puños se estrellaban contra el árbol, dejando serias heridas en sus nudillos y los lugares en los que golpeaba destrozando el árbol.
Una silueta negra de gran tamaño se aproximó al chico en silencio y este nisiquiera lo notó.
La ira que sentía en aquel momento estaba consumiéndolo cruelmente , por años, su corazón había estado centrado solo en mujeres comunes que solían pasar por su cama y luego ser olvidadas de su mente para darle el turno a otras.
Sus golpes se intensificaron mientras destrozaba sus manos sin piedad ni consciencia, sin que el pudiera darse cuenta, un aura negra comenzó a rodearlo lentamente, cuanto mas sufría , mas se intensificaba aquella esencia que el espíritu sobre el estaba robando.
— Estoy harto de todos, quisiera morir — Murmuró entre llantos sin detener los golpes que lo estaban matando.
Sus golpes se estuvieron cuando unas pálidas manos recibieron sus puños deteniendo aquella mortalidad con la que hacía sangrar sus nudillos.
— Detente, Shoya — Susurró y este levantó la vista contemplando a una mujer de larga cabellera negra y ojos carmesí que le sonreía cálidamente.
— ¡¿Quien demonios eres?! — Gritó con furia soltando sus manos de aquella chica— ¡Quitate de aquí!
Ignorando sus palabras, la mujer avanzó hacia el dando pasos lentos mientras este evitaba mirarla y retrocedía torpemente.
— Deja de hacerte daño — Ordenó en voz suave y tomó una de sus manos con sumo cuidado — Ese espíritu te está comiendo
— ¡¿De que rayos hablas!? ¡Dejame solo!— Gritó, en su voz se podía notar las ganas pendientes de llorar que guardaba
Narras tu
Me daba mucha pena shoya en estos instantes, sufrir por amor, es una situación de los humanos que nunca se termina.
El me arrebató su mano con fuerza y volvió a retroceder sin mirarme.
Esto hiba a ser mas complejo de lo que creía.
Shoya empezó a correr en dirección al parque que estaba cruzando la calle , no tuve mas remedio que ir tras el.
— ¿Por que huyes? — Pregunte apareciendo frente a el y deteniendo su paso sin quitar mi sonrisa.
— ¿Q-que…?— Tragó en seco y volvió a intentar correr en dirección opuesta.
No tuve mas opción que evitar que esa cosa tan desagradable consuma su alma a la fuerza.
( • • • )
— C–creo que por fin la perdí — Dijo respirando agitado dentro de un callejón.
— ¿De quien hablas? — Susurré en su oído y antes de que pudiera reaccionar puse mi mano en su espalda y evité que se moviera
— ¡ALEJATE! — Se soltó de mi y corrió mas dentro del callejón
¿Como es posible esto?
Eso solo quiere decir..
Estamos en problemas, si esa cosa consumió totalmente su alma no podré eliminarlo tan fácilmente como a Kei.
Hablamos de espíritus diferentes, el alma de Kei había sido poseída por un espíritu depresivo.
Este es distinto, el de la ira solo puede ser suprimido con al menos uno minuto de contacto.
— ¡DEJAME SÓLO! — Me gritó mientras buscaba como escapar , pues al llegar al final del callejón, había quedado sin salida.
— Shoya, no vengo a hacerte daño — Caminé con mis manos frente a mi y una sonrisa.
Este no respondía, solo daba gritos de pánico ahogados, buscando algo que lanzarme.
Llegué donde el y pude ver su alma de un fuerte color negro, lo que temía.
Maldito seas…
— ¡LARGATE! — Me gritó fuertemente — ¡VETE DE AQUÍ! — tomó una piedra que estaba en mal momento allí y me la lanzó con fuerza
Sus gritos fueron cesados cuando apoyé mi cabeza en su pecho y rodeé su abdomen con mis brazos, de mi frente un pequeño hilo de sangre caía hasta mi mejilla.
Sus manos estaban en mi espalda clavando sus uñas en mi ropa, el espíritu de su interior estaba luchando exasperadamente por alejarme
Comencé a destruir aquella aura que lo rodeaba sin soltar el abrazo.
— Tranquilo, todo estará bien …— susurré acurrucando mi frente en su pecho.
Su alma fue calmándose poco a poco, pasando de negra a gris , sus manos dejaron de intentar dañarme para luego corresponder mi abrazo sin fuerzas.
Podía sentir los latidos se su corazón volver a su ritmo normal, me separé con lentitud de el y puse mis manos en mi espalda, mirándolo con una sonrisa.
— ¿Te sientes mejor? — Pregunté en voz cálida y este solo me observó con sus ojos abiertos como platos para luego asentir.
— ¿Quien…eres? — Soltó con voz temblorosa y sus manos a los costados de su cuerpo.
— ¿Eso importa? He venido a ayudarte — Reí un poco y miré hacia shoya
El guardó silencio y miró sus manos con tristeza, creo que estaba comprendiendo la situación como podía.
— ¿Te duele mucho verdad? — Pregunté acercándome a el y tomando sus manos de sus muñecas para evitar que sienta tanto dolor.
El soltó un ligero quejido, revoleé los ojos y lo arrastré de la muñeca fuera del callejón.
( • • • )
— Estarás bien — Afirmé y corté un pedazo de mi vestido para luego envolver su mano derecha con un trozo de ella.
Shoya solo se mantenía en silencio sin quitar su vista de mi, sin duda estaba sorprendido, ya sea por mi aspecto o por la situación que acababa de darse.
Ya veo cual era el propósito del lider…
Flashback:
— Los espíritus atacan para consumir almas, pero solo a ciertas personas, tu misión ahora será seguir el rastro de las personas que ataquen esos espíritus para detenerlos.
— ¿Y de que nos serviría? — Pregunté sin convencerme — Hay muchas clases de espíritus malignos.
— Recuerda que ellos buscan a los elementos, si seguimos su rastro, podremos conseguir algún dato de el paradero de los poseedores
— Entiendo, bien, cuente conmigo
FIN DEL FLASHBACK:
Quien diría que la víctima de hoy sería nada menos que Shoya.
— Oye …— Habló derrepente— Muchas gracias pero , por mi hasta rompiste tu vestido.
— ¿Esto?— Señalé mi vestido blanco y reí — Tranquilo, es solo algo sin valor.
El esbozó una pequeña sonrisa y terminé de vendar sus dos manos, parando el sangrado.
— Perfecto — Sonreí y el las observó dando un suspiro — Shoya… ¿Podrías contarme que sucedió?
El miró hacia otro lado, parecía que el recuerdo aún lo perseguía.
No lo culpo, no es fácil un mal de amores como el suyo.
— Bueno…de alguna manera me tranquilizaste, además rompiste tu vestido solo por curar mis manos , supongo que es lo menos que puedo hacer… — Un triste silencio invadió el ambiente y puse mi mano sobre la suya en un intento de calmarlo— Yo nunca he amado a nadie, las personas que se supone eran mis "parejas" solo eran cosa de una noche, ya sabes, en una fiesta, pueden cometerse muchos errores..
Acaricié su mano y el comenzó a sostener con fuerza la mía, parecía que necesitaba alguien en quien confiar.
— ¿Puedo confiar en ti verdad? — Preguntó con su mirada en el suelo .
— Tranquilo, lo último que deseo es perjudicarte — Sonreí — Si yo he venido aquí a ayudarte.
El me devolvió la sonrisa y apretó mi mano con fuerza clavando su mirada en el suelo.
— Creí que nunca pasaría, pero me enamoré de alguien que no debía, ella me hacía sentir extraño, algo que jamás había sentido por nadie…pensé que ella sentía lo mismo por mi, pero como vez, solo fui polvo para una noche de ella… empiezo a creer que no existe un amor verdadero.
Unas lágrimas resbalaron por sus mejillas mientras el no emitía ni un sonido, podía ver perfectamente como estaba conteniendo todo dentro de el, tornándose su alma gris.
Me levanté y me puse en cuclillas frente a el , tomando sus mejillas con mis dos manos y secando sus lágrimas
— Puedo verlo, tu alma está teñida de gris,el dolor de tu corazón es tan profundo que te ha hecho llorar…— Shoya me observaba perplejo, pensé unos segundos, no quería que aprovechando su estado, otro espíritu lo atacara.
— Te he quitado mucho de tu tiempo, eres muy amable — Dijo levantándose de la banca y colocando sus manos en sus bolsillos— Es mejor que ya me vaya , y tu deberías ir a tu casa, es muy tarde para que una mujer ande sola por la calle…
— Oye yo no tengo prisa — aparecí frente a el con mis manos en mi espalda y Sonreí — ¡Ven!
Tomé su brazo con fuera y comencé a correr rumbo al parque arrastrándolo conmigo.
— ¡E-espera! ¿A donde quieres ir? — Preguntó sin poder evitar que lo arrastre conmigo.
— ¡Quiero mostrarte algo! — Respondí y Sonreí — Tranquilo, confía en mi.
( • • • )
Narra Shoya
Esta chica me arrastró corriendo hasta un lugar que no había visto antes, estamos rodeados de árboles, diría que hasta parece una película de terror.
— ¿Donde vamos? — Pregunté una vez mas, pensé que no recibiría respuesta
— ¿Sabes? Puedo ver tu alma, está teñida de gris — Se volteo de golpe hacia mi y me señaló con su dedo índice — Todo lo que te ha pasado, ha eliminado tu creencia en el amor, y ya no crees que exista alguien… ¿Me equivoco?
Tragué en seco, había dicho todo tal cual pensaba.
Me quedé atónito sin saber que decir, mi mirada se centro en su rostro, poseía una hermosa y pálida piel, con unos finos labios rojizos y unos ojos carmesí que me observaban fijamente, entrando en mi mente y sabiendo todo tal cual lo pensaba.
Además de lista, era una hermosa mujer.
— ¿Como sabes eso? — Pregunté alzando una ceja y colocando mis manos en mis bolsillos.
ella esbozo una sonrisa y caminó nuevamente hacia adelante dando pequeños saltitos como una niña, me hacía recordar a Tatsuya.
— Te contestaré ,pero — Me miró de reojo — ¿Puedo confiar en ti?
Parecía estarse burlando de mi por mi pregunta de hace unos momentos, asentí algo asustado por su respuesta, ella se acercó a paso rápido a mi y puso su dedo índice en la punta de mi nariz.
— Soy una Yōkai — Sonrió — No soy una humana.
Abrí mis ojos como si hubiera un fastasma y retrocedí unos pasos, causando que su sonrisa se borrara y me mirara con confusión.
— ¿ E-eres un demonio ?… — Pregunté nervioso.
— Hm, pues podría decirse que si — Sonrió nuevamente — Pero yo no vine a hacerte daño, si así fuera no te habría ayudado antes ¿No crees?
Lo pensé unos momentos, todo tenía sentido ahora , no hay nadie en el mundo con unos ojos como esos y una piel tan pálida, además, ¿Que clase de persona normal vería tu alma ?
— Entonces ¿Que quieres conmigo? — La observé un tanto desconfiado.
— Oye, dijiste que podía confiar en ti — Se cruzó de brazos y de piernas, casi me da un paro cardíaco cuando empezó a flotar como si nada.
— ¿P-puedes flotar? — Pregunté y me acerqué a ella tocando su brazo con mi dedo índice, era real, realmente estaba flotando.
— Así es , ¿Ahora me crees? — Asentí y ella rió tiernamente — Acompañame, aún debo mostrarte algo…
Guardé silencio y la seguí mientras corría por aquel camino de piedra y su cabello negro obscuro rebotaba sobre su espalda cubriéndola hasta mas abajo de las caderas.
Llegamos a un lugar frío , abroché mi chaqueta y suspiré , debería de haber venido mas abrigado.
Ella tomó mi mano y caminamos por sobre un largo campo, poco después, pequeñas lápidas de piedra comenzaron a aparecer entre nosotros, habían sido enterradas muy pobremente, apenas si las lápidas estaban bien escritas.
La Yōkai se detuvo a unos metros de un arbol que había allí , colocando su mano sobre su tronco, me acerqué donde ella.
— ¿Que hacemos aquí? — Pregunté y no recibí respuesta , ella tomó una flor que había caído al suelo siendo desprendida de las ramas de aquel árbol frente a nosotros.
— Aquí están mis padres — Comentó mirando tras del árbol, habian dos lápidas algo torcidas — Ellos se conocieron a los diez años, jamás se habían separado, podría decirse que fue amor a primera vista… — Ella colocó la flor sobre la tierra poniéndose en cuclillas — Vivieron juntos desde que se casaron, siempre afrontando los problemas,jamás me hicieron daño de ningún tipo, teníamos poco y a la vez todo…
Observé una sonrisa melancólica en el rostro de la muchacha y me entristecí un poco , seguro que esto le está haciendo mal.
— Un accidente de autobús les arrebató todo lo que tenían, mi padre murió de anemia y desgarro por sacar a mi madre fuera del autobús en llamas, y murió en la acera — Se levantó de allí caminando hasta mi — Mi madre, no pudo soportar el hecho de que mi padre la salvara y murió de tristeza poco después, jurando que algun dia ellos se encontrarían y se disculparía por ello.
Una brisa fría sopló agitando su cabello, ella tomó mis manos mirándolas con una sonrisa.
— El amor si existe, pese a las fronteras, los peligros y los inconvenientes, el amor verdadero, llega cuando encuentras a aquella persona que te devuelve la felicidad que tanto estabas buscando…
Ella depositó una flor en la palma de mi mano y la cerró, esbozando una nueva sonrisa
Senti una chispa en mi corazón, algo había despertado dentro mio.
Podia comprender el por que me había traído hasta aquí, por que me había ayudado.
Ahora, todo cobraba sentido.
— Ahora lo comprendo… — llevé mi mano hasta mi pecho aprisionando aquella flor en mi mano.
La brisa agitaba su vestido, ella miró por última vez hacia el árbol , sus ojos reflejaban tristeza , quizás por el hecho de sus padres, o quizás no.
— Nunca dejes de creer en el amor…— Se acercó a mi con una sonrisa— Por que eso, algún día, salvará el mundo que tanto amas…
Sus brazos me estrecharon dulcemente una vez mas, llevé mis manos a su espalda, abrazándola con fuerza, su cabello tenía un bello aroma y su piel era tan suave.
Su calidez me hacía sentir tranquilo, era como un abrazo que quitaba todas las penas de mi cuerpo ,todas mis cargas.
Todo se fue, me sentía como un niño perdido que vuelve a su hogar y se siente feliz de haber encontrado nuevamente aquel reconfortante calor que lo hace sentir protegido.
— ¿Cual es tu nombre? — Pregunte sin soltar el abrazo.
Ella pareció reír un tanto melancólica y luego tomó distancia de mi , mostrándome su tan dulce sonrisa mientras el calor de su mano acariciaba mi mejilla con ternura.
— Eso será un secreto — puso su dedo en sus labios, haciendo un gesto de silencio.
— ¿Volveré a verte? — Pregunté mirándola un tanto preocupado — Quiero saber mas sobre ti.
— Puede que si, puede que no — Rió haciendo gestos infantiles con sus manos— Algún día volveré y te contaré mas … ¿Si?
— ¿Lo prometes? — Ella sonrió, la sola idea de separarme de aquella sensación tan dulce de felicidad que había sentido me provocaba nervios.
— Es una promesa — Caminó unos pasos hacia adelante y se volteó mirándome y dedicándome una dulce sonrisa — Al fin y al cabo…¿Confías en mi,verdad?
Un viento frío sopló, haciendo que unas hojas de aquel árbol volaran donde yo estaba y me Protegí el rostro con mis manos.
Abrí los ojos pestañeando un par de veces, ahora solo estaba yo y el cielo de la noche cubriendome.
Ella había desaparecido.
Me abrazé a mi mismo y Sonreí de lado, podía sentir la tranquilidad en mi corazón, mi alma y mi cuerpo.
Ella había calmado mi alma atormentada con tan solo su actitud tan tiernamente infantil y ese abrazo tan cálido que me mostró las estrellas sin ver el cielo..
"Aquellos que no cambian,creen.."
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top