X X I V.
Takeru no pudo dejar de sentirse nervioso por primera vez en su vida, bueno, no estaba tan nervioso como el día en que le dijo a Kiku que le gustaba aunque fue una situación un tanto cómica, ya que al ser compañeros de aventuras cuando sus demás amigos de infancia se encontraban ocupados, ella siempre le tomaba de la mano, desde que eran unos simples infantes y siempre se ponía nervioso, fue curioso porque eso solo le pasaba con ella, nunca fue así con Yusa o con Miyu, alguna de las dos niñas de su pequeño grupo de aventuras, siempre le tomaban de la mano cuando se encontraban un perro que lo molestaba o para ayudarle a cruzar la calle. Pero especialmente con Kiku, siempre se ponía nervioso. Ahora, sumando aquellos vergonzosos recuerdos de su infancia sobre la relación que ha tenido con ella, era mucho más difícil en el momento que se dio cuenta de sus sentimientos por Kiku. Se sentía bastante enojado cuando alguien se acercaba a ella, incluso en sus días de matón, se encargo de golpear a todo tipo que se acercara a ella con tal de molestarla o alzarle la falda como a muchas de sus compañeras le hacían. Primero muerto antes de permitir que algo así le hicieran a ella.
La seguía con cuidado, siempre vigilando sus distancias y procurando que ella nunca se dé cuenta de donde esta él. Observaba con atención que era lo que compraba, con que personas salía y hasta a qué hora llegaba o salía de su casa. Empezó a saber todo de ella, incluso, iba a clases para poder verla.
--¿Qué no estábamos saliendo ya? --Fue lo que le dijo Kiku una vez que estaban saliendo juntos de la escuela. Takeru un poco extrañado a esa pregunta, solo ladeo su cabeza a un lado sin poder comprender.-- Digo, siempre estas a mi lado cuando menos me lo espero, hasta a veces me causas pequeños sustos porque no me doy cuenta que estas ahí y me supongo que estés tomando en serio tus clases, siempre tomas mi mano a donde sea que vayamos e incluso, me llevas a casa cuando dices que es tan tarde --Ella sonrió mientras alzaba los hombros desinteresada hasta que vio el sonrojo en el rostro de él.-- Espera ¿Nunca te diste cuenta de lo que estabas haciendo?
--¿En serio estaba haciendo eso? --Pregunto un tanto incrédulo, vio como Kiku solo sonreía mientras asentía.-- Debo de verme como un completo idiota
--No creo que lo eres --Opino ella mientras volvía a tomar su mano.-- Me gustas Takeru, aunque creo que primero debimos preguntarle al otro --Soltó una pequeña risita.-- Ahora que es formal, ya no tienes porque seguirme siempre
--¿Te diste cuenta de ello?
--Solo un tiempo después de que esos tipo dejaran de molestarme y porque una vez te vi por los espejos de la tienda donde trabajaba --Le miro curiosa.-- Aunque debo decir que fue sorprendente porque no solo los golpeaste, si no, también investigaste de ellos sin que se dieran cuenta ¿Cómo haces eso? Serias muy bueno como un detective
--¿Tú lo crees?
--Claro que lo creo, porque Takeru puede todo si se lo propone y con lo decidido que eres, se que lo harás realidad
Fueron aquellas palabras las que le quedaron para siempre. Un momento donde pensó por primera vez, que no sería nada de malo ser algo como eso. Hasta ese momento, se dio cuenta de lo fácil que era el seguir a personas sin que estas llegaran a darse cuenta de su presencia, como lo fácil que era conseguir su información. Aunque nunca lo hacía para mal, algunas veces para poder darle un pequeño merecido de una forma más tranquila de algunas personas o simplemente para querer mejorar sus habilidades.
Sin embargo, aquello no era tan fácil como en ese tiempo. Soltó un pequeño suspiro mientras su corazón se encontraba un tanto nervioso, no pudo evitar subir su mano a su pecho, estrujando su playera y soltando alguno que otro suspiro para poder controlar aquellos estúpidos impulsos como borrar de su mente, algún error que pueda llegar a ocasionar porque no dejaría que algo así pasara. Incluso, las manos le temblaban un poco pero solo era cuestión de controlar su propio cuerpo, de respirar las veces que sean necesarias para poder estar seguro de lo que estaba a punto de hacer. Muchas veces, llego a sentirse de esa manera en el equipo de básquet de la escuela o en las competiciones en las que su abuelo lo inscribía. Solo era cuestión de cerrar sus ojos un momento, de dejar todos aquellos pensamientos alejados de él y poder enfocarse en lo que realmente era importante en ese momento.
¿Cómo es que se daba cuenta de que ya estaba listo? Solo era cuestión de abrir los ojos y estar seguro de lo que estaba haciendo. Con su cabello hacia atrás, con unos pequeños audífonos en sus oídos, los cuales no escuchaba nada de música y cambiando sus ropas, metiendo sus manos en las bolsas de su chaqueta como una persona normal. Nadie se daría cuenta de la persona que era, muchas veces, se habían encontrado con él pero nunca se han dado cuenta de la persona que es. Nadie se daría de las cosas que estaría haciendo en lugares como esos. Empezó a caminar con tranquilidad, mirando su objetivo frente a él. A esa mujer de cabellos azules, caminando con varias personas a su alrededor.
--¿Cómo puedes decir que te va a pasar algo malo cuando te encuentres con esa mujer? --Le grito un tanto desesperado después de que la chica, al ver su cara, decidió entrar junto con él a la escuela para que nadie más que ellos dos, escuchara aquella conversación.-- ¡Carajo! ¡No te va a pasar nada porque estamos seguros que no se lo vamos a permitir! ¡La diferencia de ese entonces y ahora, es que estamos juntos!
--¡Eso lo sé bien Takeru! ¿Crees que no sabía cuáles iban a ser los pros y los contras desde el momento que regresara? --Era la primera vez que la chica gritaba, se podía notar la frustración en aquellos ojos, podía ver en su mirada, como ella temblaba un poco.-- Eso lo sé muy bien pero tampoco quiero ponerlos en peligro, no más de lo que sufrimos cuando nuestros padres murieron, no cuando están regresando al peligro por mi culpa ¡Todo lo que está pasando esta vez es por mi culpa!
--¿A qué te refieres?
--Esa mujer y los que están detrás de ella como sus perros falderos, tienen la culpa de los "pequeños accidentes" que se han creado, incluso con lo que paso con Ai --Soltó un pequeño suspiro.-- Es su forma personal de decir que tengamos cuidado la próxima, si es que existe una próxima vez, probablemente, el que sigue, sería alguno de nosotros --Lo miro con decisión.-- Es por eso que esta vez, quiero detener todo esto, evitar de la manera más posible que esa mujer siga causando daño, aún si esta vez, me tengo que sacrificar yo en esto
--¿Estas segura de esto?
--Aunque no lo este y me este muriendo de miedo, alguien tiene que hacer el trabajo sucio --Soltó un pequeño suspiro.-- Solo confió en ti Takeru, se que podrás conseguir la información que necesito, es para atrapar cuanto antes a esa mujer y hacerle pagar por todo, es para evitar que siga causando daño ¿Podrías hacer eso por mi? Y te juro, que te pagare bien, como es debido por tu trabajo
Aunque Takeru no acepto al principio pero al volver a ver el rostro de Yusa que necesitaba ayuda para poder terminar con eso de una vez, tampoco quiso negarse a esa posibilidad. Tenía que hacerlo para que nadie más resultara herido.
Soltó un pequeño suspiro y acepto. Era de esta manera en la que se encontraba caminando sin que ellos lo descubrieran, escuchando atentamente lo que estaban hablando. Lo haría porque realmente quería evitar de la manera posible, que ella resultara herida, ya no quería sufrir por las personas más importantes en su vida.
.o.
Yusa soltó un pequeño suspiro en el momento que vio a Ryoken dormir en sus piernas, soltaba pequeños suspiros, aprecio con mucho cuidado, aquellas bolsas de sueño que se habían formado debajo de sus parpados, no pudo evitar sonreír al mismo tiempo, que bajaba sus manos para poder acariciar sus cabellos blancos. Siempre habían sido suaves sus cabellos que siempre le molestaba al respecto pero ahora que podía tocarlos con libertad, no pudo evitar deleitarse ente aquella suavidad y como del mismo, desprendía aquella fragancia varonil. Él no había dormido desde algunos días por terminar los proyectos finales que le habían puesto los profesores como del examen a la universidad que él había escogido. No le había dicho a donde iba a estudiar y ella podía investigar pero no quería hacer eso, solo quería seguir disfrutando de su vida.
Sonrió. Se supone que ambos estaban haciendo tarea aunque prácticamente fue Ryoken el que se auto invito a su casa, después de que Ai saliera de recuperación y al fin estuviera en su casa, la chica se mantenía vigilando a su perro que dormía detrás de ella y solo gruñía por el molesto cono alrededor de su cuello y miraba a su dueña para que se lo quitara.
--Perdón Ai --Acaricio con suavidad su cabeza peluda.-- Pero no puedo hacerlo si solo vas a estar lamiendo tu herida --Soltó una pequeña risita.-- Asi que acostúmbrate al cono de la vergüenza
Ella estaba tranquila, haciendo sus últimas tareas, disfrutando de ese último periodo aunque también, esforzándose para poder terminar con buenas calificaciones sus exámenes. Hace tiempo que no se esforzaba de esa manera que sintió un poco de alegría en ese momento, hasta que volteo a ver a Ryoken que se caía de sueño. Soltaba largos suspiros mientras rascaba sus ojos y trataba de abrir los ojos para poder mirar la pantalla de su laptop antes de que sus ojos se cerraran y volver hacer lo mismo.
--¿No has dormido nada? --Ella pregunto.
--Apenas y he podido dormir --Soltó un pequeño bostezo.
Un pequeño silencio se formo en ese momento. Ella soltó un pequeño suspiro mientras se giraba a él y daba pequeñas palmaditas en su regazo.
--Entonces ¿Por qué no te duermes un rato? --Sonrió, Ryoken se sonrojo al ver que se trataba de las piernas de ella donde lo invitaba a dormir.-- Sé que llevas adelantado por mucho en tus últimos proyectos, solo descansa por unos minutos y después te despertare para que los termines de una vez
--¿Me despertaras?
--Claro que si --Ella sonrió.-- Ahora, solo descansa, te lo mereces
Fue un poco tímido, incluso escucho como Ai le gruñía pero no presto atención cuando era Yusa quien le daba permiso para que pudiera reposar su cabeza en sus piernas. Poso su cabeza, aspiro aquel aroma suave de su fragancia, estaba más que seguro que eran frutas. Inmediatamente sus ojos empezaron a pesar y al final, se quedo dormido.
Ella de igual manera tenía algunos asuntos en la escuela pero no eran tan grandes como los que estaba haciendo él para poder graduarse bien de la escuela. Era curioso, él ya había decidido qué hacer con su vida, que era lo que quería estudiar y a donde quería ir pero ella, su único propósito era la venganza, era el seguir viviendo todo lo posible como disfrutar de la misma antes de que aquella mujer le arruinara todo tipo de esperanzas que pudiera llegar a tener en el momento justo. Ni siquiera se empeño en pensar sobre su futuro. ¿Qué quería ser? No lo sabía, estaba un poco confundida al respecto. Bueno, si sabía lo que quería ser, lo descubrió desde el momento que se entero que la razón por la que su corazón golpeaba con fuerza su pecho, es que quería estar al lado de Ryoken. Era ese sueño que quería hacer realidad aunque de alguna forma, lo pudo hacer gracias a la ayuda de Kiyoshi y de sus padres. Todos estuvieron de acuerdo en ello y ella no se negó en el momento que se entero de aquel trato o mejor dicho, idea que tuvieron los adultos sobre sus hijos. Aunque le causa un poco de pena el recordar pero así eran las cosas desde el momento que sus padres murieron y paso al cargo de Kiyoshi.
--Kogami Yusaku --Murmuro con una pequeña sonrisa en su rostro mientras seguía acariciando los cabellos de Ryoken.-- Espero realmente serlo
Escucho a Ai bufar, como si se estuviera burlando de ello. Ella inmediatamente le miro a ver con mala manera, el perro al darse cuenta de que ella le miraba solo rodo los ojos mientras giraba un poco y volvía a dormir. Ella al final, soltó un suspiro mientras volvía a enfocarse en sus tareas, tal vez, unas cuantas horas más, no haría daño a nadie, aunque solo esperaba que sus piernas no se acalambren antes de ello.
.o.
--Emma
Fue lo que susurro Kengo en la noche que llego a su casa después de un arduo trabajo con Kiyoshi, ahora que estaban empeñados en sacar a la mujer de su escondite y al fin hacer justicia, estaban teniendo mucho trabajo. Con suerte, Yusa no se encontraba ahí por los trabajos que tenía en la escuela aunque no dejaba a un lado las obligaciones que tenía con ellos, de vez en cuando, les pasaba un poco de lo que ella había descubierto. Comió lo que Shoichi le había preparado para llevar y al final, solo salió por el patio trasero de su casa para poder fumar un cigarrillo.
La noche era cálida y se podía apreciar las pequeñas estrellas y la luna. No había necesidad de encender las luces. Solo se sentó en una de las pequeñas bancas que estaban en su patio para poder descansar un poco más.
Pensar en su hermana le provocaba un poco de culpa. Podía cerrar sus ojos y recordar ese momento cuando la conoció.
Había sido presentada por su padre en una de esas veces, en las que ese hombre le pidió encontrarse. Nunca imagino que llegaría con una joven a su lado, pensó en ese momento que se podía tratar de su novia que no pudo evitar sentir un poco de asco de él pero en realidad, fue otra cosa. La presento como una hija más, como su hermanastra aunque también, ella fuera el motivo por el cual, él abandono a su madre y a él cuando era más joven. Su padre se había marchado al baño cuando ellos dos se quedaron solos en la mesa, escucho como la joven suspiro y al final, solo sonrió.
--Se lo que nuestro padre ocasiono con tu familia y lamento realmente eso, no comprendí lo que hizo hasta que el me lo comento, estoy realmente apenada sobre ello al igual que mi madre lo está --Hizo una pequeña reverencia.-- No estoy aquí para que me aceptes pero si quería venir para conocerte, para conocer a mi hermano mayor y poder ser amigos aunque será difícil al principio pero confió en que se podrá hacer --Sonrió un poco al mismo tiempo que alzaba su mano para poder estrecharlas.-- ¿Crees que se podrá?
Kengo dudo un poco pero al final, un tanto dudoso acepto. Aunque le conto a su madre que conoció a la segunda familia de su padre, esta le prohibió que se reuniera con esas personas. Al principio acato aquella orden pero los lazos de sangre, eran imposible dejarlos a un lado. Sintió un poco de curiosidad, pensó en ese momento, que tal vez, siempre quiso una hermana menor. Alguien con quien jugar o hablar. ¿Por qué no aprovechar de ello? Fue de esa manera en la que se acerco más a ella. Verla sonreír y como era metido por sus tontas ideas que al final, eran completamente divertidas. Ambos trabajaban y estudiaban en lo mismo, era algo de lo que no podían llegar a ponerse de acuerdo por las diferencias que llegaban a tener pero nada como un buen cigarrillo o una bebida alcohólica para poder ser esos hermanos que siempre se habían necesitado pero que no sabían de la existencia del otro. Al momento que se entero de su accidente, no pudo evitar preocuparse por él, ayudarle en sus rehabilitaciones aunque eso significara que su madre descubriera que había roto sus ordenes y al final, adopto a Emma como su hermana menor.
Fue una pequeña discusión pero al final, su madre acepto aunque aún le seguía sin parecer aunque ambos eran cuidadosos de no mencionar algo correcto.
En el momento que Emma llego con Kiyoshi, se entero de todos y cada uno de los horrores que pasaron todos los implicados, ni siquiera, quiso pensar en lo que hacían esos niños que quedaron huérfanos. Tal vez fue un poco de decisión, una pizca de valentía lo que provoco que ella tomara una decisión bastante arriesgada.
--Me infiltrare en su asociación --Fue lo que le menciono con seguridad en una de esas noches donde ella lo había ido a visitar porque necesitaba hablar con su hermano mayor.-- Así podremos descubrir que es lo que están tramando con este programa, así esos niños evitaran sufrir más
--¿Estas loca, Emma? No te permitiré que hagas algo tan estúpido ¿Quieres que pierda a más familia? --Le grito en ese momento, estaba enojado por aquella decisión.-- Podemos encontrar otra manera
--¿Y que esos niños inocentes sufran más? --Emma le contesto.-- ¿Quieres que más inocentes estén implicados en esto? Adelante, yo voy hacer todo lo posible para evitar más daños a inocentes ¡Lo que hacen esas personas está mal! El que tengas miedo después de tu accidente provocado, eso no significa que seas un cobarde y te tengas que esconderte ¡Tienes que aprender a ser fuerte! --Chillo un tanto molesta mientras tomaba sus cosas y se daba vuelta para irse de la casa.-- ¿Qué clase de hermano mayor tengo cuando le da miedo actuar para evitar que los demás salgan heridos?
--¡Emma!
Esa fue la última vez que la vio. Desde ese día, no sabe nada de ella. Al momento que conoció a Yusa y le pregunto sobre si tenía una hermana menor, no pudo evitar contestarle con la verdad. Una vez que ella lo supo, no dudo en ofrecer su ayuda para volver a con su hermana. ¿Por qué ella lo hacía?
--Porque la familia es importante si es de sangre o no, nadie te puede obligar a querer u odiar, tú tomaste tu decisión en ese momento --Ella le dijo.-- Aún tienes a tú madre y a esa joven, no permitas que se pierda frente a tus ojos, no como yo lo hice con mis padres
Esa chiquilla creció para bien y con el tiempo que paso a su lado, no dudo en encariñarse con ella como una hermana más, justo como lo hizo con Emma. No pudo evitar soltar un pequeño suspiro al mismo tiempo que apagaba el cigarrillo. Empezaba hacer un poco más fresco, así que decidió entrar a la casa, activar el sistema de seguridad y subir a su cuarto a paso pesado. En ese momento, recibió una llamada a su celular, un tanto inseguro, no contesto pero el mismo número desconocido volvió a llamarle. Al final, acepto.
--¿Quién es?
--¿Kengo?
--¿Emma?
Eso sí que no se lo esperaba.
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