X X I I.
Desde hace algunos días, que estaban pasando cosas completamente extrañas y tal pareciera que solo Yusa comprendía que era lo que estaba pasando porque nunca dejaba de mirar a su alrededor en busca de alguien que los demás trataban de encontrar pero que no eran capaces de ver, solo ella se relajaba en el momento que sentía que ya no estaba cerca como realmente imaginaba y era capaz de seguir donde se había quedado. Incluso, podían ver al perro de la chica, Ai, un tanto más tenso y más sobre protector con ella, olfateando el ambiente, moviendo sus orejas con bastante atención y gruñendo al mismo tiempo que miraba a un punto en común, sin embargo, con tal de no separarse de su dueña, se mantenía a su lado, de vez en cuando, se posicionaba delante de ella y cuando encontraba todo seguro, es que le daba permiso de continuar. Cuando veía a los amigos de esta, solo se acercaba a olfatearlos, aunque prácticamente, Takeru era el que gritaba por su vida mientras se abrazaba de Kiku o de Yusa porque no soportaba que el can, pegara demasiado su hocico a su pierna.
Era divertido pero para Ai, era poder identificar a las personas de su dueña.
--¡Yusa, aleja tú perro de mi! --Chillaba Takeru de forma dramática mientras lloraba abrazando a Kiku para que le salvara.-- ¡Me está olfateando! ¡Estoy seguro de que está pensando de que soy un delicioso filete para él! ¡Incluso se está lamiendo los bigotes! ¡Yusa!
--Eres un bebé llorón Takeru --Se quejo Yusa mientras tomo a Ai de la correa y lo aleja de su amigo.-- Ai no te va hacer nada, si ya lo hubiera hecho, te hubiera tacleado justo como lo hizo con Ryoken
--¿En serio hizo eso? --Pregunto sorprendida Kiku aunque después, no pudo evitar soltar una pequeña risita para mirar a Takeru que se relajo inmediatamente.-- Acabas de llamar a Ryoken por su nombre y no por su apellido ¿De que tanto me he perdido?
--De muchas cosas cariño --Hablo Takeru una vez recuperado, en ese momento, sonrió con complicidad, Yusa ya se podía llegar a imaginar de lo que estaba a punto de hablar.-- Ya se han besado varias veces, han ido a citas, siempre que salen de la escuela salen tomados de la mano, le lleva el almuerzo y siempre desaparece para ir a su lado
--¿Y como tú sabes eso? --Pregunto Yusa entre molesta y sorprendida.
--Es el modo de investigador de Takeru --Soltó una risita Kiku.-- Es capaz de encontrar cualquier información, incluso, cualquier punto ciego de las personas --Le dio un pequeño golpecito al chico a su lado.-- Consigue esa información sin ser visto
--Vaya Takeru, quien dirías que si eres bueno, al menos en algo --Soltó una pequeña risita al ver el rostro de enfado de su amigo de la infancia.-- Deberías sacarle más provecho, tal vez solicite tu misteriosa habilidad de investigar para algo
--¿Para qué te podría servir a ti? --Pregunto un tanto extrañado a su amiga.
--Para algo --Alzo los hombros despreocupada.-- Ahora, vamos a comer a la casa de tus abuelos o soy capaz de lanzarte a Ai de nuevo
--¡Yusa! --Grito un tanto molesto.-- Bueno, al fin, Ai y Flame se conocerán
Los tres soltaron risitas en el momento que empezaron a caminar pero en ese mismo instante, sintió algo más que le recorrió la espalda. Al momento que miro a sus espaldas, se dio cuenta que no estaban solos.
¿Qué era lo que estaba pasando?
En el momento que caminaba al pequeño local de Shoichi junto con el hermano menor de este y Takeru, un carro estuvo a punto de acercarse y golpear a Jin, si no fuera porque Takeru reacciono rápido, no sabrían que hubiera pasado en ese momento. Fue Yusaku quien observo por donde se iba el carro mientras guardaba las placas en su memoria y al momento de mandarle un mensaje a Kengo para que investigara, resulto que este automóvil había sido robado hace algunos días. Hubo un pequeño incendio en el restaurante de Shoichi, nada peligroso y que con suerte, no se encontraban en ese momento a pesar de que su casa se encontraba arriba del local, solo fue culpa de unos tanques de gas que se encontraban en la parte de atrás y que gracias a un aviso de una persona que se encontraba caminando cerca, fue que se dio cuenta. Con suerte, nada se quemo e inmediatamente fueron cambiados para evitar mayores accidentes. Miyu, había sufrido una caída, las cámaras de seguridad no podían mostrar nada porque justamente, había estado en un lugar sin supervisión, por lo que no se podía culpar a nadie. No fue nada grave, excepto que sufrió algunos moretones y el regaño de sus padres aunque haya sido culpa suya que se habían alejado por un momento porque se les olvido algo en la habitación de la chica.
Takeru le menciono que unas personas se habían acercado a él mientras regresaba a casa, después de dejar a Kiku en la suya. Claro, menciono que las personas habían sacado algunos cuchillos sin embargo, eran malos para pelear cuerpo a cuerpo que fue fácil el poder derribarlos y al final, solo terminaron huyendo, más sin embargo, no pudo ver sus caras, lo único que se llevo en ese momento, fueron unos pequeños golpes pero no era nada de lo que había entrenado y de algunas peleas clandestinas en las que se metía. No sabía nada de Spectre y mucho menos de Ryoken, al parecer, eran los únicos que no les había pasado nada o simplemente si paso pero lo dejaron a un lado porque no tenía importancia. Tal vez, eran pequeños sucesos que no le importaría a nadie pero había algo en común, donde sea, se encontraba aquella mujer de cabello azul, observando lo que estaba pasando y solo alejándose, unos lentes oscuros cubrían sus ojos para solo alejarse en aquel caminar donde los tacos, resonaban en cada paso que daba. Lo pudo observar en las cámaras de seguridad pero también, era que esta mujer se había estado presentando seguido en la escuela, no era porque dejaba a Kenshirou a las puertas de la escuela, en todo momento, aquella mujer se encargaba de observarla solo a ella, asentir un poco y alejarse para subir a un carro negro, muy diferente al que había llegado y se iba con varias personas más que no podía identificar.
Lo sabía porque muchas veces, la observaba con atención en el momento que Kenshirou se metía a la escuela y ella solo se quedaba a fuera para observar a esa mujer. Le sonreía con aquella sonrisa tan socarrona que quería borrársela a golpes, de vez en cuando, le guiñaba el ojo y solo se iba con el sonar de sus tacones. Tenía miedo de lo que fuera ocurrir a partir de ese momento porque ellos solo hacían pequeñas acciones para darle su mensaje.
Era su forma de darle su primer aviso.
Al final, ella suspiraba antes de dar la vuelta e irse de ahí. Fuera lo que estuviera tramando esa mujer, no se lo iba a permitir.
.o.
Esa tarde, no pudo evitar bostezar un poco aunque al mismo tiempo, soltó un pequeño quejido que solo se dedico a mirar de mala manera a Taki que se disculpo de inmediato mientras seguía pasando sus manos por su abdomen. Había ido ese día a una revisión de su herida en su abdomen, ese día, Taki era la que atendía uno de los tantos cuartos de enfermería del hospital. Una vez que ella dejo de palmar su abdomen, le ayudo a levantarse de la camilla donde había estado acostada y poder ponerse la blusa para al final, colocarse su saco de la escuela. Se sentó en el pequeño banco que estaba frente al escritorio de Taki, observaba con atención, una de las tantas pruebas que se había sacado desde hace dos años y que siempre cargaba cuando iba a revisión. Dejo aquello en el escritorio para dárselo a la chica y mirarla finalmente.
--Te encuentras bien y es normal que sigas sintiendo un poco de dolor pero en parte es bueno, significa que todo está regresando a la normalidad --Sonrió.-- Puede que ahora que este cicatrizando, sentirás un poco de comezón pero es normal --Empezó a escribir en el pequeño cuaderno de notas para poder arrancar la hoja medica.-- Seguirás con los medicamentos y esta vez, añadiré un poco de pomada para que calmes aquella comezón que puedas llegar a sentir, es lo mismo de siempre, solo tienes que tener cuidado con esa herida, puede que este cicatrizando pero también, puede volver abrirse con cualquier esfuerzo mínimo o mayor que sea --Taki noto la mirada de desilusión de la chica.-- ¿Sucede algo?
--Es solo que creí que ya no tenía porque venir --Se acomodo la corbata de su uniforme y empezó a guardar todo eso en su mochila para al final, mirar a la mujer delante de ella, bajo su mano a su abdomen.-- ¿Podre ser alguien normal incluso con esta cicatriz?
--Eres alguien normal Yusa --Sonrió Taki con cariño.-- El que ahora tengas esa cicatriz en tu cuerpo, no signifique que serás un monstruo para toda tú vida, será un buen recuerdo, un amargo momento, una victoria o una derrota, solo será eso, una marca que tú puedes decidir borrar o dejarla como esta --Se acerco un poco para poder acariciar la mejilla de la chica.-- Pero si te preocupa si te puedes casar con Ryoken, puedes hacerlo, él ya la vio pero no dijo nada hiriente al respecto ¿O sí?
--No me refería a eso --Se sonrojo la chica de inmediato mientras negaba y miraba a otro lado.-- Yo no estaba pensando en eso
--Te creo --Sonrió Taki, al final, se acomodo en su asiento y la miro con atención. Quería al menos, cambiar de tema ante aquella incomodo momento.-- ¿Iras a la fiesta de graduación que Kiyoshi está planeando para Ryoken? Tengo entendido que invitara algunas personas más ¿Creí que ya te habían avisado? Digo, sales demasiado tiempo con Ryoken que realmente lo imagine
--¿Debería ir? --Pregunto un tanto insegura.-- Sé que es solo una fiesta familiar yo no sé si deba presentarme ahí, no soy de la familia oficialmente
--Yusa, eres más de la familia que nadie --Soltó una pequeña carcajada.-- Sabes que Kiyoshi, desde el momento que te conoció, te ama como una hija más y como la mujer perfecta para su hijo y no olvidemos mencionar a Ryoken --La miro con atención.-- Tal vez, puedas asistir y al fin poder contestar la silenciosa pregunta de todos ¿Ustedes están saliendo realmente?
--Lo pensare Kyoko-neesan --Sonrió. Hizo una pequeña reverencia.--Gracias por atenderme, seguiré todas las indicaciones e iré por mi medicamento, si me disculpas, tengo que irme ya
Tomo todas sus cosas y salió del pequeño consultorio. Taki solo sonrió antes de acomodar sus cosas en el consultorio, encendía la computadora y miraba con atención aquellos diagnósticos sobre la herida que la chica sufrió hace dos años. No pudo evitar suspirar mientras recargaba su mentón en su mano, observaba con atención aquellas imágenes que solo se encontró perdida entre sus pensamientos. Había sido tan profunda y tan horrible que no sabe cómo es que la chica continua viva. Una herida como esa que afecto algunos órganos y la cantidad de sangre perdida, realmente tuvo que haber resultado en algo que no quería imaginar, ni siquiera quería mencionar por lo horrible que realmente era.
Si algo malo le hubiera pasado a la chica como realmente indicaban todos esos estudios, no quisiera llegar a imaginar cómo es que hubiera terminado Ryoken al enterarse de aquello que rompería su corazón de mil y un maneras. Hubiera sido devastado por la noticia que no lo hubiera soportado más, estaría más devastado que cuando ella se marcho sin siquiera decirle a alguien a donde iba y las razones de porque sus padres tomaron esa decisión. Realmente amaba a esa chiquilla que al saber que ella ya no se encontraba a su lado, hubiera tomado esa decisión de querer estar a su lado. Volvió a suspirar, mover su cabeza de un lado a otro y cerrar aquellos documentos, no era momento de pensar en aquella triste historia, ahora que ambos jóvenes realmente estaban aprovechando de esa oportunidad, no tenía que haber nada malo entre ellos. Solo, realmente deseaba lo de siempre, que todo fuera bien.
Mejor, decidió enfocarse en su trabajo y atender al próximo paciente que toco la puerta del consultorio. Al igual que ellos, daría lo mejor de sí.
.o.
En el momento que Yusa salió del consultorio para recoger sus medicinas después, nunca espero en encontrarse a Ryoken en ese momento. Estuvo a punto de tocar la puerta por donde había salido, junto con una pequeña caja de almuerzo en su mano. Inmediatamente se sonrojo mientras trataba de ocultar la receta de sus manos y mirar a otro lado.
--¿Te encuentras bien? --No pudo evitar preguntar Ryoken con preocupación.-- ¿Te duele algo? ¿Te hicieron algo?
--No --Murmuro. Alzo la mirada, como si le estuvieran regañando.-- Solo viene a mi revisión mensual de la herida en mi abdomen, Kyoko-neesan me atendió esta vez, ya me iba a ir por mis medicamentos y me iba a ir a casa
Ryoken entendió que metió la pata al preguntarle sobre algo como eso. Sabía que eso, aún era algo difícil para la chica. Podía recordar aquella horrible herida de la chica en el momento que la vio en ropa interior, ese se supone que no debe ser un buen recuerdo para poder tranquilizar a la chica frente a él pero era lo que podía recordar. Al final, suspiro y le dio una palmada en la cabeza.
--Perdón, no tenia porque preguntarte por cosas personales --Sonrió.-- Lo que menos quiero, es asustarte y dejar que te vayas cuando las cosas ya van mejor entre nosotros --Yusa alzo la mirada y le sonrió un tanto apenada.-- ¿Quieres que te acompañe a casa? Solo tengo que dejar esto a mi hermana y podre acompañarte
--No quiero molestar
--No es molestia, lo hago porque te quiero y no sería bueno que llegaras tarde a casa --Sonrió.
Era cierto, tenía un punto a favor aunque estaría bien gracias a que Ai la espera en la salida.
--Esta bien --Yusa sonrió.-- Solo déjame ir por mi medicamento y nos vemos en la salida, me debe estar esperando Ai
Ryoken asintió. Observo como la chica se alejaba a la farmacia del hospital. Después, toco la puerta del consultorio y en ese momento recordó. ¿Ahí estaba en la salida del hospital? No recuerda haber visto a ese perro tonto. Tal vez, solo fue a pasear como todo canino que se aburre cuando está solo.
Una vez que tenía la bolsa de medicamentos en sus manos, guardo la bolsa en su mochila y camino a la salida. Estaba esperanzada por ver a Ai pero no fue así. Un tanto extrañada, decidió caminar para buscarlo hasta que vio una mancha de sangre en el piso. Se alarmo un poco que empezó a buscar por todos lugares hasta que escucho un chillido. Inmediatamente se dirigió a ese lugar para encontrar a su amado compañero, herido en su costado mientras este solo le observaba adolorido.
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