X V I I.

Kogami Kiyoshi era un hombre un tanto sobre protector y más cuando se trataba de su propio hijo, amaba demasiado a su hijo como para permitir que le hicieran daño, desde que se quedo solo con él, siempre procuraba que su niño sonriera como se le fue enseñado desde muy joven. Cuando se trataba de aquellos asistentes que conoció cuando solo eran unos jóvenes, a todos esos niños que alguno más quedaron solos por sus estúpidas imprudencias y otros más que solo sufrieron algún peligro. Todo era por culpa de sus sueños, todo era por seguir los sueños que su difunta Harumi le encargo. Tal vez, si lo hubieran dejado en el olvido, todo hubiera cambiado, todo hubiera sido diferente, esta hubiera sido una historia diferente donde nadie tendría que sufrir las consecuencias de aquellos actos del pasado. Cada uno de esos niños, seguiría sonriendo y ninguno tuviera cicatriz alguna, como física y emocional. Cada uno de esos niños podría disfrutar de su vida sin estar amenazados por algo totalmente estúpido.

Hubiera disfrutado de ver a su hijo como a todos esos niños sonreír. Viviendo aquellas aventuras que les gustaba imaginar, que les gustaba comentar mientras todos estaban acostados en el pasto y miraban las nubes para tratar de adivinar qué forma tenían. Vería a su hijo tomar de la mano a esa chiquilla de ojos esmeraldas, soltando carcajadas y siendo felices el uno con el otro. Juntos, como siempre debió ser.

--Queen está en Den y estoy más que segura que sabe quién soy al ver el parecido que tengo con mis padres, no tardara en venir a reclamar lo que dicen, lo que por derecho es suyo --Fue lo que le dijo Yusa al día siguiente que ella se encontró con esa mujer. Se lo dijo a él como a Kengo, ambos se quedaron en silencio.-- Estaba con Kenshirou, resulta que está vivo después de aquel accidente que se dice que sufrió, no tengo idea como es que se conocen, como es que ella está con él pero ya sabe lo que significa ahora que esa mujer está de nuevo en esta ciudad --Vio los ojos de miedo de aquella chiquilla. Era débil, era por su estupidez que ella los este ayudando, que ella se esté arriesgando por la seguridad de todos lo que ama. Dejo de temblar en el momento que cerró sus manos en puño y le miro con total seguridad aun cuando se moría del miedo.-- Prometí y jure ante ustedes que les ayudaría atrapar a esa mujer, no me hare para atrás, así no lo quisieron mis padres

--No me importaría si te vas en estos momentos, puedes hacerlo cuando quieras --Aconsejo Kiyoshi.-- Esto no es asunto tuyo

--Es asunto mío desde el momento que mataron a mis padres y yo solo me quede observando lo que esa mujer hacia --Hablo con decisión.-- Desde el momento que amenazaron a mis amigos, a mi familia, a usted y a Ryoken, no voy a permitir que esta vez me quiten lo que más amo --Soltó un pequeño suspiro.-- Ya no quiero huir más, ya no podemos escondernos más, en algún momento, todas estas verdades saldrán a la luz y todos nosotros nos encargaremos de que así sea --Sonrió. Era la primera sonrisa tranquila que se apreciaba en la chica.-- Quiero volver a vivir, quiero vivir al lado de Ryoken como había deseado, al lado de mis abuelos, al lado de la última familia que me queda y no podre hacerlo si sigo mintiendo, ya no quiero mentir más tío Kiyoshi --El nombrado, recordó que así era la forma en la que ella se dirigía a él pero lo había dejado en el olvido durante mucho tiempo, que ahora fuera llamado así, recordó a esa pequeña niña que siempre sonreía.-- Aunque probablemente involucre a las personas que quiero pero estoy segura que esta vez, encontraremos las respuestas juntos, estoy dispuesta a contarle la verdad a Ryoken a mi manera

--¿Es lo que realmente tienes que hacer? ¿Es lo que realmente dicta tú corazón? --Pregunto Kiyoshi ya sospechando, el porqué ella cambio de opinión de la noche a la mañana.

Observaron como subía su mano a su pecho. Acariciar con cuidado el pequeño collar que colgaba de su cuello.

--Es lo que me parece correcto si quiero estar al lado de su hijo --Ella al fin hablo.--En algún momento, todos los pecados saldrán a la luz, toda la historia de nuestros padres será conocida y él no será esa excepción, en algún momento, todo se sabrá, amar u odiar ¿Qué cree que será lo que escoge?

--Amor --Kiyoshi sonrió.--Mi hijo siempre te ha amado, eres aquella luz cálida que llego a él para tomar su mano desde que su madre se fue --Le dio una pequeña palmada en su hombro.-- Haz lo que creas mejor pero por favor, sigue amando a mi hijo

--Eso lo he hecho desde un principio, no se preocupe

Kengo soltó un suspiro al momento que expulsaba el aire del cigarrillo. Miraba algún punto del techo, como si aquellas palabras, aún sonara muy lejanas pero que sentía, que esta vez, realmente se harían realidad aunque un pequeño escalofrió, fue el causante de que decidiera apagar su cigarrillo.

--Volver a nuestras vidas --Murmuro.-- Aún tenemos personas que rescatar de las garras de esos tipos

--Y así será Kengo --Yusa sonrió.-- Te prometí que te ayudaría con tu hermana, eso es lo que hare, no romperé mis promesas

Kiyoshi pudo ver en esa chiquilla el porqué su hijo tanto la amaba, el porqué todas las personas que conocía, adoraban con fervor a esa niña. Era decidida aunque tuviera el miedo trepándole por el cuerpo. Aunque fuera débil, ella aprendió a ser fuerte con el tiempo. En la soledad y en el dolor. En el amor como la felicidad que ella quiere encontrar una vez que todas esas cosas terminen de una vez. Era una joven bastante capaz de hacer todo lo que se propone, era una joven brillante con radiante sonrisa y con un amor bastante profundo que sentía por su hijo Ryoken que era capaz de todo por él. Soltó una pequeña risita bastante feliz, olvidando todo aquel dolor sufrido. La juventud de ahora era bastante bella al igual que el amor entre dos jóvenes que realmente se amaban con todo su corazón.

--Mi amada Harumi, nuestro hijo es bastante feliz, a nuestro hijo no le falta nada --Comentaba Kiyoshi sentado al lado de una pequeña tumba, sintiendo el cálido aire golpeando su rostro, como si aquello fuera una caricia de su difunta esposa.-- La llegada de Yusaku en su infancia, fue la causante de que volviera a sonreír, aunque sé que le causo dolor al momento que ella se fue, que esta vez regresara totalmente decidida por dejar al descubierto todos nuestros pecados, todo el dolor que vivimos, esta vez, ya no hay vuelta atrás --Miro el cielo, estaba a punto de caer la tarde que ya estaba pintándose de color naranja. Era momento de regresar a casa. Ryoken tenía mucha tarea que realizar ahora que estaba apuntando a una buena universidad. Como pasaba el tiempo tan rápido que al momento de querer levantarse, sintió como los huesos de su espalda y rodilla, tronaban un poco.-- Ya no soy el mismo joven del que conociste, ahora estoy algo viejo aunque me gustaría conocer a mis nietos pero sé que aun tengo que esperar mucho tiempo para ello, serán muy hermosos, me pregunto ¿Cuál de todos esos niños, tendrán el color de tus ojos? --Miro con atención aquella tumba. Siempre con flores adornando el lugar.--Por favor Harumi, protégenos, que esta vez, nada malo pase

El silencio era su única respuesta. Hizo una pequeña reverencia antes de empezar a caminar y dirigirse a la última parte de ese camino. Volver a vivir justo como Yusa dijo. Era lo que todos se merecían y se haría realidad aunque le costara la vida. No importaba si era por proteger a su hijo o a esa chiquilla, porque de eso, también se trataba el amor. Se trataba de proteger a las personas que uno más ama. Y siendo sincero, estaba dispuesto a todo.

.o.

Estaba inundado de tarea, de guías de estudio como de algunos proyectos finales que tendría que entregar. Agradecía hasta cierto punto que Spectre de ahora en adelante, le estaría ayudando con algunos asuntos del consejo escolar, le agradecía profundamente que siempre le compraba algo de comida aún cuando le decía que no hiciera eso ya que solo lo hace como parte de sus obligaciones. Estaba realmente apurado en todos esos asuntos de la universidad que apenas se daba tiempo de pensar un poco en él. Había olvidado que tenía un correo electrónico que leer pero por estar apurado, solo lo había dejado en el olvido, como la mayoría de cosas que eran su culpa de que no podía prestar atención. Incluso, ni siquiera se había dado cuenta en el momento que Yusa estaba sentada frente a él, adentro del aula de consejo mientras ella le mostraba una pequeña caja de almuerzo.

--¿Y esto? --Pregunto un tanto sorprendido.

--Supuse que te saltaste el almuerzo por estar metido en esta aula --Alzo los hombros desinteresada.-- Sé que tienes bastante que estudiar después de nuestro último proyecto de informática pero al menos deberías recordar que eres un humano y que tienes que comer o dormir o hacer tus demás necesidades

--Lo siento --Se disculpo mientras dejaba aquellos papeles a un lado, tomaba la pequeña caja de almuerzo, la desenvolvía con cuidado y quitaba la caja con cuidado para ver aquel delicioso almuerzo. Inmediatamente, su estomago le pidió aquella comida.-- Gracias por la comida

Comió en silencio, soltando pequeños gritos de alegría, sabía que ella se lo había preparado y realmente lo estaba disfrutando. La miro discretamente, como tomaba aquellas hojas que había tenido en sus manos antes y empezaba a leer cada una de las preguntas de su guía. Hacia unos pequeños gestos, como morderse los labios, rascarse el cabello o entrecerrar los ojos. Era totalmente divertido verla, eran aquellos pequeños gestos que hacia cuando no entendía algo o prefería dejarlo para después, sus sospechas fueron confirmadas en el momento que dejo a un lado aquellos papeles y soltaba un pequeño suspiro. La vio recostarse un poco en su silla y revisar su celular. Siguió comiendo su comida en silencio hasta que lo vacio por completo y volvió a cerrarlo como se lo había entregado. Aún tenía un poco de hambre pero por el momento, eso sería suficiente para poder soportar todo el día.

Ahora que la veía con atención y con los hechos recientes de las últimas semanas, se quedo pensando en ese momento. Ahora que algunas cosas ya estaban claras, claro ella le había dicho que en su momento le revelaría algunas cosas pero aún no le ha dicho nada. Pero ¿Ahora que eran ellos? Se han besado muchas veces, claro, todas eran consentidas y a pesar de que ella se había negado al principio, solo era cuestión de que se dejara llevar, como la mayoría de veces. Se sonreían más, compartían aquellas miradas que solo el otro era capaz de entender. Caminaban juntos en algunas ocasiones y hasta sus manos han llegado a rozarse.

Ella seguía utilizando el pequeño collar que le compro y cada que ella lo tomaba, no podía parar de sonreír. Aquella linda sonrisa que cada día, quería tomarle una fotografía. No podía comprender el que era ahora. ¿Ya eran amigos, eran algo más o que eran? Al final, soltó un suspiro que llamo la atención de Yusa. Provoco que lo mirara un tanto extrañada.

--Muchas gracias, realmente me has salvado --Soltó una risita nerviosa mientras se rascaba su mejilla.-- Había estado tan ocupado con mis asuntos para la universidad que no me había dado cuenta de lo tarde que ya era, lamento que te quedaras por mucho tiempo hasta que me di cuenta que estabas aquí ¿Cómo demonios entraste sin que me diera cuenta?

--Estas bastante distraído como para darte cuenta de lo que sucede, incluso puede pasar un desastre natural y nunca te darías cuenta --Alzo un dedo e inmediatamente alzo otro.-- Spectre me dijo que te encontraría aquí y que por alguna razón, no habías ido a comer algo, no debes descuidarte --Alzo un último dedo.-- Estoy entrenada para no hacer ruido suficiente para que alguien me detecte, así que ahora me debes una comida

--Tienes razón --Ryoken se estiro un poco.-- ¿Quieres ir a comer algo al local de Kusanagi?

--¿Esto es una cita, Kogami Ryoken?

--Tal vez

Ambos soltaron risitas cómplices. Inmediatamente Ryoken se levanto, limpio bien el lugar al igual que guardo todo en su mochila, Yusa era la que ya se encontraba lista para irse que lo esperaba en la puerta del aula. Se le había olvido preguntarle en ese momento, el que eran pero qué más daba cuando inconscientemente, podían tomarse de las manos.

.o.

Kusanagi Shoichi miraba un tanto sorprendido. Sentía que era un suceso extraño que solo pasaba cierto tiempo, incluso creía que iba a morir siendo un anciano y nunca sucedería eso. Aunque era bastante obvio, digo, todos sabían que había algo más entre ellos pero nunca creyó que ese momento llegaría. Agradecía que en ese momento no estaba Jin atendiendo las mesas como para ver que Kogami Ryoken y Fujiki Yusaku habían llegado juntos, tomados de las manos y sonriendo como si nada. Iba a comentar algo pero solo vio como estos caminaban por si solos a una mesa un tanto alejada. Los siguió, les dio aquellos menús y se marcho. Observando con atención, caminando de espaldas y golpeando algunas cosas a su alrededor.

Claro iba a voltear cuando le llamaron pero el travieso y pequeño beso que Ryoken le dirigió a Yusaku, fue suficiente para que sus mejillas se calentaran un poco y prefiriera mirar a otro lado. Los jóvenes de ahora, eran bastante demostrativos con aquellos afectos. Claro, sin darse cuenta que el hijo de Kiyoshi lo había hecho a propósito para que dejara de poner nerviosa a Yusa que, incluso, había evitado mirarlo en todo momento como que también, sus mejillas se encontraban un tanto rojas.

--Estoy segura que se lo contara a Jin --Murmuró mientras dejaba caer su cabeza en la mesa.-- Y estoy segura que de esta no me salvare

--Bueno, nunca se puede ocultar lo obvio --Hablo Ryoken con aquella sonrisa tan socarrona que ella no pudo evitar mirarle y querer golpearlo, se contuvo.-- Yo te quiero, tú me quieres, todos apostaron que terminaríamos juntos a pesar de que te fuiste

--¿Aún esperaban que se hiciera realidad después de todo? --Pregunto un tanto sorprendida.-- ¿Me hubieras esperado todo este tiempo?

--Y lo seguiría haciendo porque muy en el fondo sabia que ibas a regresar, aún confiaba en eso

Ella soltó un pequeño suspiro antes de mirar a todos lados y al darse cuenta que nadie los miraba, le dio un beso en la mejilla.

--Eres un idiota Kogami ¿Ya te lo habían dicho?

--Me lo dicen muy recientemente pero gracias

Ella rodo los ojos.

--¿Ya saben que van a pedir los novios?

Tal vez fue esa pregunta de Shoichi el que provoco que Yusa recordara que se encontraba ahí también.

--No somos novios --Se quejo un tanto Yusa mientras lo golpeaba amigablemente.

--Eso no fue lo que todos vimos --Sonrió.-- Anda Yusa, ya dile y la comida ira por mi cuenta

--¡Shoichi!

Ambos empezaron a pelear. Como aquellas discusiones que siempre se formaban en ellos. Donde un mayor Shoichi nunca dejaba de molestar a Yusa por lo "pequeña o enana" que era en ese entonces. Como ese hermano mayor que ella siempre quiso. Ryoken no pudo evitar soltar una risita mientras tomaba la mano de Yusa por debajo de la mesa.

Si tan solo los momentos felices se pudieran quedar para siempre. Nadie en el futuro tendría problemas. Si tan solo se hubieran apreciado más aquellos momentos, las cosas serían mejor.

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