X I V.

¿Qué pasa cuando el tiempo pasa?

Una nueva etapa viene, algo nuevo, esta por aparecer en la vida.

Hay veces en las que uno desea que nunca lo haga, hay veces en las que prefieres seguir mirando la ventana del aula y desear que los días se queden tan claros y hermosos como los que puedes apreciar desde tu lugar mientras escuchas hablar a personas pero siendo sincero, prefieres no escuchar, solamente deseas que se queden para siempre. Que aquellos suspiros se detuvieran como también, prefieres que todo se congele, que se quede tal y como esta.

Era lo que Ryoken pensaba en ese momento. Mientras miraba por la ventana, aprovechando que esa clase la tenía libre, mientras veía a Yusaku junto con Takeru y Aoi, los tres caminando juntos mientras conversaban, soltaban risitas y tomaban de su jugo o de la bebida cualquiera que habían ido comprar a las maquinas expendedoras. No pudo evitar sonreír al ver a Yusa mejor. Aún se podían notar unas cuantas ojeras que marcaba su rostro pero podía verla un tanto relajada, como sonreía más pero sobre todas las cosas. Como lo ignoraba menos. Justo como en ese momento. Donde su famoso "Link Sense" entraba en acción y al mismo tiempo que él la observaba, ella alzaba el rostro para verlo y de alguna manera, siempre encontraba su rostro, siempre encontraba esa mirada. Ella solo asentía un poco con la cabeza e inmediatamente bajaba el rostro mientras acomodaba su cabello azul por detrás de su oreja y seguía su camino.

Recuerda ese "sentido" de Yusa de cuando eran menores. Siempre que trataba de asustarla cuando solo eran unos pequeños infantes, ella siempre se daba cuenta y se daba vuelta antes de que hiciera su travesura. Lo más curioso, era que siempre sucedía con él y no con alguien más. Ella siempre le sonreía mientras le apretaba su mejilla y le enseñaba la lengua con burla. Él, no podía evitar cruzarse de brazos y "enojarse" inflando sus mejillas mientras le permitía hacer eso.

--¡Eso no es justo! --Siempre se quejaba el pequeño Ryo.-- ¡No es justo que te des cuenta de quién soy y me arruines las mejores bromas!

--Ni modo --Ella soltaba risitas, dejaba de apretarle la mejilla y solo tomaba su pequeña mano como siempre lo hacía para caminar juntos a los juegos.-- Siempre sabré donde se encuentra Ryo, no importa dónde nos encontremos, siempre sabré donde estés y como estés

--Eso no es cierto, no es posible que puedas saber todo eso

--Yo si lo sé --La menor sonreía.-- Por eso, en el momento que Ryo se encuentre en peligro, yo siempre lo sabré y siempre iré por ti

Hasta la fecha se sigue preguntando si eso en realidad funcionaba. Dudaba de ello.

No podía sonreír y enamorarse otra vez en ese mismo instante en que al menos, por esa vez, se le podía ver sonreír solo por él. No podía siquiera imaginar que esos pequeños detalles eran realmente lindos e importantes para él y para su alma que solo le daba más energías. Que incluso, sus compañeros de salón solo lo miraban un poco extraño por la manera un tanta extraña en la que se comportaba cuando sucedía algo así. Lo peor de todo, es que nadie quería acercarse por el miedo que pueda llegar a sentir en el momento de ver aquella sonrisa superior con la que siempre es capaz de mandar a todo el mundo. ¿Era posible tenerle miedo? Siempre tienen miedo de él. En fin, eso es algo que no le importa y al final, solo volvía a suspirar mientras veía su celular y veía la fecha. Al igual que cuando eran niños, al ser el mayor, siempre iba cursos delante de ellos, así que mientras ellos estuvieran empezando, el iba terminando.

Así que era más probable que al final del curso, ya no volvería a verla. Ya no volver a verla todos los días caminando hacia la escuela. La forma tan profesional y elegante de acomodarse el cabello por detrás de sus orejas o la manera en que lo amarraba en una coleta alta cuando estaban en el grupo de informática y la curiosa forma en la que ella mordía un poco su lengua mientras su mirada se encontraba atenta al monitor y sus dedos se movían con rapidez, la manera tan silenciosa y tranquila con la que suele comer o simplemente, ya no escuchar aquellas risitas con las que siempre suelta con todos sus amigos. Era doloroso de ver pero era la única manera en la que podía apreciar todos esos lados de ella. No le importaba estar un tanto alejado de ella, realmente poco le importaba cuando estaba a su lado en el grupo de informática o cuando simplemente "se encuentran por casualidad" y se saludan. Aquellos hombros relajados como los ojos que solo miraban y buscaban los suyos. ¿Estaba profundamente enamorado de ella? Desde el momento que se conocieron y hasta la fecha, a pesar de estar esperándola todo ese tiempo, la seguiría amando sin importar todo lo que suceda a su alrededor. Sin importar todos aquellos secretos que siempre le guarda, más daño que en ese momento le causo a ella, era más que suficiente para recordarse que debía esperar a su respuesta, debía esperar por ella aunque sea, una última vez.

Recargo su codo en su escritorio y su mentón en su mano. ¿Realmente era importante esperar por ella? Quería seguir creyendo que si, quería seguir creyendo que no tenía otra opción por más que se repetía que podía llegar a ser doloroso, que tal vez, en ese momento comprenda lo que es el odio y al final, termine por odiar a una persona que tuvo sus razones pero por esperar tanto, no fue justo y solo estuvo soltando mentiras a su alrededor. Sí, todo era tan difícil, todo sonaba como una horrible historia de la que odiaría ser partícipe. ¿Podría perdonarla? Al final, ¿Podría escuchar siquiera todas esas razones? ¿Podría averiguar que eran mentiras y que no lo eran? Todo era tan difícil y confuso pero era la única manera en la que podía pensar, era la única manera en la que él sabría todo.

Volvió a suspirar hasta que sintió como su celular vibraba. Era la notificación de un correo electrónico. Inmediatamente la abrió al darse cuenta que se trataba del grupo de informática. Un tanto curioso abrió el correo y empezó a leer el tan importante mensaje que era.

--¿Quedarnos después de terminar con la sesión de hoy? ¿Algo importante que hacer? Ahora que está diciendo el profesor

Lo leyó en voz alta.

Trato de buscar otra cosa referente a eso pero no venia más información. Entro a la aplicación de mensajería y vio como sus compañeros de grupo empezaban a escribir un tanto confundidos por el correo que acaban de recibir de su profesor, tal vez por ese momento, podía agradecer que fuera gracias al grupo de informática, que él tenía el número de celular de Yusa. Aunque nunca le ha mandado mensaje alguno pero si guardo el número de inmediato que la agregaron al mismo, ella solo tenía como foto de contacto, a su perro Ai. Suspiro un poco aunque al final, volvió a estar alegre. Al final del día, iba a poder terminar junto con ella.

Si. Tal vez no era un mal día. Tal vez, existía la mínima posibilidad de que los mismos, empezaran a ser mejores y tal vez, solo tal vez, podía tener un poco de ayuda para poder hablar un poquito más con ella.

.o.

Yusa suspiro en el mismo momento que volteaba a sus espaldas al sentir aquella mirada intensa de Ryoken, el cual estaba al lado del molesto de Ai, aunque ahora no sabía con que cosa lo había chantajeado porque esta vez, no se encargo de querer lanzarse a él o tan siquiera, empezar a morderlo como era de costumbre. Su estúpido perro de protección debía dejar de ser chantajeado con un jugoso filete o las caricias ¿A quién protegía realmente cuando era comprado de esa manera? Una cosa era que le permitiera a su desgraciado perro hacer eso pero que ahora los dos se comportaran, era totalmente extraño y de alguna manera, la dejaban en desventaja porque ahora no podía encontrar una manera para poder defenderse. No pudo evitar tragar un poco grueso y volver a suspirar mientras abría la puerta de su casa y se quitaba los zapatos para entrar mientras le pedía a Ryoken que hiciera lo mismo, mientras le pedía a Ai que se esperara para limpiarle sus patas y mientras también, les decía a sus abuelos que había llegado ya.

¿Cómo es que habían llegado a tal situación?

Claro. Era por culpa del misterioso mensaje que había recibido de su profesor esa misma mañana. Al momento que había regresado a su salón, sintió como es que estaba vibrando en la bolsa de su falda, al momento de que lo saco y noto la muy extraña notificación, inmediatamente lo leyó aunque al igual que todos sus compañeros de grupo, no pudo evitar mirarlo un tanto extraño. ¿Ahora que tenía por su cabeza su profesor?

Realmente nunca llego a imaginarse que ese extraño mensaje, significaría que armarían grupos para poder crear un programa. No era nada extraño el asunto aunque sí para ella, normalmente, siempre trabajaba por separado pero nunca diría que estaba interesada en saber el cómo se sentiría trabajar en equipo. Escuchando las opiniones contrarias y poder entender mejor algunas cosas. Esa era la visión que tenía en su mente. ¿Cuál fue el problema principal? Habían sigo asignados en grupos de dos conforme estaban en fila y para su desgracia, era más que obvio que Ryoken iba a ser su compañero, había querido cambiar pero era él o traer a casa a un compañero desconocido que podría sufrir las desgracias de Ai, prefirió quedarse con la queja en mente, al final en cuenta, él ya se estaba acostumbrando en pasar por aquellas malas jugarretas de su estúpido perro. Lo peor, es que tenía que soportar sus miradas y lo peor de todo, es que no iba a poder concentrarse.

Una vez que regreso al ahora. Le pidió a Ryoken que se adelantara a su cuarto, Ai se había ido a tomar un poco de sol en el jardín y al momento de caminar por la casa, se dio cuenta que sus abuelos no se encontraban en casa. Aparentemente, se habían ido un rato con los abuelos de Takeru. Peor día, no pudo ser ese. Se dirigió a la cocina al mismo tiempo que buscaba un poco de bebidas y unos vasos. Todo lo acomodo en una bonita charola hasta que recordó un punto extra.

Ryoken estaba en la casa, lo había mandado solo a su cuarto. Está bien que ya no era la misma niña que tenía ropa regada por todo su cuarto como tu su equipo. Tiene cuidado con su computadora así que está muy bien asegurada pero lo que de seguro olvido poner en su lugar. Fue la pequeña cajita que el mismo le dio y la dejo en su escritorio. Sentía que no había otro problema alguno, sentía que había guardado todo bien y en su lugar. ¿No había otra cosa extraña que se le olvido guardar o esconder o una contraseña por la cual poner? Al parecer no. Subió a su cuarto con la pequeña charola y al momento de abrir la puerta, solo se dio cuenta de un sonrojado Ryoken que solo mantenía su mirada clava en la laptop que había tenido que ir por ella a su casa.

--¿Sucede algo? --No pudo evitar preguntarle.

--Nada --Respondió inmediatamente.

--No me digas que es la primera vez que estas en el cuarto de una mujer porque realmente no te lo voy a creer --Fue lo primero que dijo al momento que colocaba los vasos en su mesita y los llenaba con agua. Aquel silencio se hacia un tanto misterioso que solo volvió a subir la mirada cuando este no dijo nada, el rostro un poco más rojo de lo esperado y como sus dedos se movían con rapidez.-- Espera, ¿Es en serio? Pero si siempre estuviste metido en mi cuarto cuando éramos unos niños, incluso me obligabas a recogerlo a menos de que no quisiera salir a jugar

--¡No es lo mismo de aquel entonces al ahora! --Se quejo mirándola a los ojos.-- Esa vez era porque éramos unos niños, ahora ambos somos jóvenes y no sería lo correcto estar aquí solos

--Pues tendrás que aguantarte porque ni mis abuelos están --Fue lo que dijo ella mientras se quitaba el saco de su uniforme y llevaba una laptop a la mesita para poder empezar ese programa, que a pesar se iba a entregar la próxima semana, de alguna forma, ambos querían terminarla de una vez.-- Sabes, normalmente que un chico y una chica se encuentren solos en un mismo lugar, puede terminar en otras cosas

--¿Puedes guardar silencio y no decir nada más al respecto?

--Solo opinaba como jóvenes responsables que somos y como tú primera vez en el cuarto de una chica

--Yusaku

No pudo soltar una risita mientras empezaba a mover sus manos. Al final, no sería nada incomodo para ella pero para Ryoken, tal pareciera que si le incomodaba. Podía llegar a ser divertido.

.o.

Ryoken no pudo evitar sonrojarse más al momento de que su estomago pidió por algo de comida. Inmediatamente, Yusa alzo la mirada para verlo, después miro el pequeño reloj que se encontraba al lado de su cama y al final, soltó un pequeño suspiro para poder alzar sus brazos y estirarse. Ya era un poco tarde, habían estado escribiendo su programa, opinando como dos personas normales y corrigiendo algunos problemas que tuvieran el otro. Algo normal. Al final, ella se levanto y sacudió un poco su falda.

--¿Quieres comer algo? Puedo preparar algo si quieres

--Si no es mucha molestia

Ryoken le siguió un poco curioso. Salieron de su cuarto, bajaron por las escaleras y entraron en la cocina. Aunque ella le había dicho que se quedara sentado mientras ella preparaba algo, este no siguió aquellas palabras y empezó ayudarla con algunas cosas.

--Solo ten cuidado ¿Entendido?

--¿Por quién me tratas? No es la primera vez en la que me meto a la cocina

Ella solo alzo los hombros mientras encendía el juego y empezaba a cocinar de todo lo que había sacado del refrigerador, aquellos ojos esmeraldas se enfocaban en ver más lo que estaba en la estufa en lugar de lo que él estaba haciendo. Aunque, al ser un tanto descuidado porque no podía concentrarse cuando ella se encontraba ahí, como la mayoría de cosas que le habían pasado desde el momento que ella regreso a su vida de nuevo. Sin querer, se había quemado un poco la mano, aunque fue realmente sorprendente que al mismo tiempo y antes de que fuera peor, ella había tomado su mano y la había alejado, todo en un mismo instante. Se supone que ella había estado concentrada cocinando y le estaba dando la espalda. ¿Cómo es que rápido se dio cuenta de ello?

--Te dije que tuvieras cuidado

Tal vez hasta ese momento, realmente creyó la historia sobre su Link Sense y que es capaz de saber si está en peligro o no. 

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