V I I I.
Era un buen día. Nada podía salir mal ¿O sí?
Era el pensamiento de Ryoken en ese día que se despertó de buenas y prácticamente, le gano al despertador antes de que este decidiera arruinar sus maravillosos sueños, esta vez no le gano el maldito. No dudo en estirarse un poco en su cuarto, fijarse en cada una de las fotografías que estaban en su escritorio, era un hábito que se le pego desde hace tiempo, y salir para hacer un poco de ejercicio, correr era una buena opción al sentir aquel cálido ambiente. Todo se veía perfecto. Además, le otorgaba las energías necesarias para poder soportar la escuela. Después de correr y llegar para un refrescante baño, Taki había preparado el desayuno y para su suerte, era el turno de que preparan su desayuno preferido. Una humeante taza de café, un jugo fresco de naranja. Fruta, omelette con verdura y unos panqueques con tocino. Sus mejillas se pintaron de rojo mientras una tonta y estúpida sonrisa aparecía en su rostro. Aunque no pudo entender aquellas miradas un tanto sorprendidas de su familia, como si estos se le quedaran viendo un tanto raro, con una cruz en una mano y con la otra, el teléfono. ¿A quién iban a exorcizar?
En realidad, poco le importo. Porque de alguna manera, sentía que nada podía arruinar su día. Sentía esa pequeña esperanza en su interior el cual, le indicaba que las cosas realmente iban a salir bien.
El tiempo era correcto al momento de salir de su casa, hasta podía caminar un tanto lento disfrutando del paisaje antes de llegar a la escuela, era bastante tiempo de sobra con el que contaba. Saludaba a todo aquel que le dirigía un saludo, incluso le dio tiempo de ayudar a una señora mayor que se le había caído una bolsa al piso y al final, recibió una manzana como recompensa. Siempre ser alguien cortés con las personas que te dirigen un saludo. Fue lo que le enseñaron desde pequeño y siempre lo ha aplicado en su vida diaria. Todo iba bien hasta el momento que llego a las puertas de la escuela y se encontró en ese momento con Yusaku, con aquella chica que no podía pedirle a su muy tonto y estúpido corazón, que la dejara de amar cuando pedía todo lo contrario amarla hasta que se harte. Aquellas miradas que no pudieron evitar sostener la misma, aquel simple recuerdo de ese fin de semana, fue como si le hubiera regresado a la vida, como un golpe tan fuerte que provoco que saliera de sus sueños para que se diera cuenta de la realidad, aquella bella realidad que se encontraba frente a él. La manera muy diferente en la que ella se comporto, aquellas cosas que le conto por primera vez. La manera un tanto especial en la que le preparo comida como verla más relajada y tranquila. Provoco que su corazón se sintiera cálido. Pero ahora que regresaban a clases después de eso, ¿Cómo es que tenían que reaccionar? ¿Cómo es que ahora se tenía que comportar cuando aún la chica parecía odiarle? Aunque era mejor decir que de ninguna manera, le iba a contar todos sus secretos.
Tal vez fue ese impulso de que tuvo una buena mañana que sin dudar, camino hasta quedar en frente de ella. Con aquella gran sonrisa en su rostro. Con los hombros totalmente relajados y actuando como siempre quiso ser al lado de ella.
--Buenos días Yusa
Fueron aquellas palabras que le dijo a la chica, incluso intento no decir su nombre completo, razón por la que ella siempre ha odiado porque es de hombre aunque para Ryoken, le gustaba demasiado. Inmediatamente, esta se quedo viéndolo, viendo alrededor de ellos y un pequeño sonrojo se asomo de sus mejillas mientras desviaba aquellos bonitos esmeraldas y hacia un pequeño puchero mientras tomaba con fuerza, la correa de su mochila.
--Buenos días, Kogami-san
Ella hizo una pequeña reverencia. Inmediatamente, apuro su paso y se perdió entre la cantidad de alumnos que se encontraban en ese momento. Ryoken se quedo estático. Con los ojos abiertos, siendo ignorado por las miradas de las personas que pasaban a su lado. No pudo evitar sentir sus mejillas calientes, sintiendo como todo alrededor, brillaba con aún más fuerza de lo que creyó imaginar. Si hubiera sido posible, en ese momento hubiera soltado un grito de felicidad como toda chica enamorada que grita cuando el chico del que ha estado enamorada, le hablo por primera vez. Diablos, tenía que dejar de ver esas novelas con su hermana. ¡Pero es que así se sentía! Era la primera vez, desde que ella regreso, que le decía los buenos días. Que lo miraba con atención como también, que veía aquellas sonrojadas mejillas colorearse solo por él.
Solo por él.
Solo por él.
¡Solo por él!
Fue aquello lo que provoco una sonrisa mucho más grande en Ryoken, que empezara a tararear una pequeña cancioncita y que todos no dejaran de mirar al presidente del consejo estudiantil. Lo feliz que era, aquella sonrisa tan socarrona, aquella mirada que solo provocaba más miedo incluso entre algunos que siempre se saltaban las clases. Tal vez ese día, tomarían algunas clases para evitar tener problemas con él.
Sin embargo. Lo que vieron Takeru y Spectre, no es lo que aquellos ven. Pueden ver aquellas piernas temblar como un dulce venadito. Como trata de controlar aquella sonrisa nerviosa y como trata de disimular aquellos pequeños corazones que se formaban en sus ojos. Ambos no pudieron evitar verse.
--Creo que no tengo palabras que decir --Fue lo que dijo Takeru.
--Estamos igual --Opino Spectre.-- ¿Acaso nos perdimos de algo importante?
Takeru alzo los hombros confundido. Spectre solo suspiro. Al parecer, realmente se perdieron de mucho mientras ninguno observo a ese par.
.o.
--Entonces ¿Ya estas saliendo con Ryoken?
Fue aquella pregunta que Yusaku escucho de Jin, no pudo evitar escupir su jugo y en el proceso, mojar a Homura que solo soltó un grito molesto mientras se quitaba los lentes para limpiarlos. La única chica, limpio su boca con su pañuelo rosa mientras miraba a todos lados para ver si alguien los había visto pero tal parecería, que el desorden de la cafetería era lo que llamaba la atención de todos. Después miro con el ceño fruncido a Jin y solo siguió comiendo, solo siguió tomando algo de jugo como si nada de eso hubiera pasado.
--No estoy saliendo con él y nunca lo haría, ¿Por qué te hace pensar eso?
--Sabes muy bien lo que hiciste Fujiki --Jin la molesto picando su mejilla.-- Vi como pasaste por el aula del consejo y como le dejaste un almuerzo en el escritorio de él
Una vez más, Takeru fue bañado cuando Yusaku escupió el jugo y empezó a toser, se estaba ahogando pero más que nada, nunca espero que sus mejillas se sintieran calientes. Miro a Jin con enojo mientras este solo sonreía para molestarla.
--¡Deja de mojarme Yusaku!
--Mi abuela me pidió que le llevara una caja de almuerzo --Se excuso.-- No fui yo
--Si claro y que su almuerzo como el tuyo se parecieran ¿No te dice nada?
Los tres saltaron de su lugar al momento de escuchar a Spectre detrás de ellos, odiaban que desde que eran niños, este nunca dejara de asustarlos al aparecer de manera sorpresiva detrás de ellos. Al alzar la mirada, se encontraron al mismo junto con Aoi que saludaba a todos con una pequeña sonrisa. Los dos nuevos invitados, tomaron asiento para escuchar las mil y un maneras que Yusaku va a tener para mentir todo lo que ellos dijeron.
--Fue mi abuela --Inflo sus mejillas infantilmente.--No fui yo
--Incluso los vi saliendo a una cita este fin de semana --Comento Aoi con una sonrisa en su rostro que solo provoco que Yusa se sonrojara más y la mirara con los ojos totalmente sorprendidos.-- Iba caminando con mi hermano cuando los vi subir a un tren, ¿Estás segura que no estás saliendo con él?
Por primera vez, vieron a Fujiki Yusaku guardar silencio, no la escucharon quejarse y mucho menos, la escucharon hacerles cambiar aquello que sus ojos miraron. Solo desvió la mirada en el momento que Ryoken pasaba junto con algunos profesores, cargaba feliz aquella caja de almuerzo y al momento que cruzaron sus miradas, este no pudo evitar saludarlos mientras que ella solo siguió desviando su mirada y seguir comiendo aquel almuerzo que había preparado. Ryoken en ese momento, volvió a prestar atención lo que unos profesores le decían y solo seguir caminando como era habitual.
--¿Fujiki-kun? --Pregunto Aoi.
--No estoy saliendo con él, no puedo
Fue lo único que dijo en ese momento, las últimas palabras que la chica dijo aunque para Aoi, solo le resultaba contradictorio. La misma, solo suspiro mientras comía como todos ellos.
--¿Te gustaría acompañarme para ver a Miyu? Necesito que me de algunos consejos para un pequeño problema que tengo
La chica solo asintió mientras comía en silencio y suspiraba. Los chicos solo se miraban entre sí. ¿Ahora a ellas que les pasaba? Bueno, al final en cuentas, era solo temas de chicas.
.o.
--¿Espera que? --Tanto Miyu como Aoi miraron a Yusaku frente a ellas, las mejillas rojas como la mirada desviada. Se sentía tan avergonzada que no pudo evitar esconder su rostro en la cama de su amiga, ambas no pudieron sorprenderse.-- Kogami Ryoken te beso ¿Y tu correspondiste? --Guardaron silencio para ver como ella alzaba el rostro y les miraba con ojitos de perrito abandonado, asentía lentamente.
--Vaya, creía que tenia palabras pero me he quedado sin habla --Fue lo único que dijo Aoi que tomo asiento y trataba de darse un poco de aire con la mano.-- Ahora puedo comprender el porqué Kusanagi-kun menciona tanto que ustedes dos son un par de idiotas
--Lo han sido desde que somos niños, tal vez, incluso desde antes --Soltó un pequeño suspiro Miyu.-- Siempre han sido bastante obvios por lo que sienten el otro pero supongo que aquello que paso de niños, fue suficiente para cortar todo tipo de lazos ¿No es así?
Observaron con atención como ella alzaba el rostro, miraba hacia un punto y solo suspiro. Miro por la ventana y después, solo miro a sus amigas que estaban a la espera de aquella respuesta sincera.
--En parte fue eso y en parte --Tomo un poco de tiempo para poder hablar.-- Fue porque me fui por bastante tiempo --Soltó un pequeño gritito frustrado mientras tapaba su rostro con sus manos y volvía a esconder su rostro en la cama de su amiga.-- ¡Diablos! ¡Y yo lo bese primero por un tonto impulso! ¡Esto me gano porque él no deja de acercarse a mí!
Volvieron abrir los ojos sorprendidas al escuchar aquella declaración. ¿Qué otros secretos guarda Fujiki Yusaku? Aunque de alguna manera se alegraban, de que la chica fuera un tanto abierta con ellas, tal vez, lo único que necesitaba, era tener amigas a su lado a quienes le pueda contar sus problemas, los chicos en este caso, no ayudaban en nada. Iban a volver hablar hasta que escucharon el tono de una llamada, inmediatamente la chica de ojos esmeraldas se levanto para sacar su celular de la bolsa de su falda, vieron como ella no contesto aquella llamada, solo colgó y al final suspiro.
--Tengo que irme, tengo trabajo que realizar --Fue lo único que comento. Aquella mirada cansada que les dedico mientras alzaba los hombros.-- Gracias por escucharme Miyu, Aoi, realmente, no sabría que hacer si no fuera por ustedes
Antes de que ella se fuera, Miyu la detuvo tomándola de la mano. Le sonreía con cariño y alegría.
--Puedes venir el tiempo que quieres si lo que realmente quieres es un consejo o una plática entre chicas pero lo que ahora te diré, es que probablemente te sientas un poco confundida pero habla de esto con Kogami-san, él siempre te escuchara, él podrá entender tus sentimientos, hazlo, realmente te ayudara
Yusaku sonrió mientras asentía. Tomaba sus cosas y salía de la habitación despidiéndose de ambas chicas. De alguna manera, su corazón se sintió tranquilo. No pudo evitar sonreír y quejarse un poco al volver a escuchar a su celular sonar. Iba a matar a Kengo por llamarla tantas veces. Estaba tan concentrada en ese momento, mirando la pantalla de su celular que no se dio cuenta de la persona que paso a su lado. Tal vez fue aquel instinto lo que le causo escalofríos, lo que provoco que sus ojos se abrieran con sorpresa y volteara a sus espaldas.
En ese momento, dejo de respirar, sentía tanta presión en su cabeza que empezaba a dolerle. Las lagrimas que bajaban por sus mejillas y al final. Solo escucho como las enfermeras corrieron auxiliarle mientras Kengo les pedía que se quitaran de su camino.
Kiyoshi estaba hablando con su hijo cuando el mismo profesor recibió una llamada, se extraño que fuera de Kengo cuando se supone, iban a reunirse más tarde pero aún así, decidió tomar la llamada. Antes de siquiera hablar, escucho lo que este mismo le dijo. Aquella sonrisa y tranquilidad se le borro con aquellas palabras. Ryoken pudo ver en ese momento, como el rostro de su amable padre cambiaba, inmediatamente lo siguió en el momento que este se levanto y empezó avanzar para salir de la casa y subir al auto. Nunca había visto así de nervioso a su padre que lo tuvo que detener para que este no decidiera conducir estando un tanto acelerado.
--¿Qué te sucede papá?
--Es Yusaku
Tal vez, al final, las cosas cambiaron de un momento de otro y aquel sentimiento de que sería un buen día, al final, resulto ser una pesadilla.
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