I I.

Fue uno de esos días donde el salía de sus clases para pasar a jugar con Yusaku y con los demás, quien lo esperaban a la salida de la escuela. Al ser dos años mayor que ellos, el estaba unos grados más adelante que los pequeños niños que apenas tenían los seis años. Podría decir que mientras ellos iban de entrada el iba de salida. Pero daba igual, la edad no importaba con tal de divertirse y disfrutar de esa hermosa época llamada niñez.

--Ella es muy molesta --Había escuchado de uno de esos niños que eran sus compañeros.-- Da lástima porque dicen que no tiene amigos

--Aunque tenga o no amigos, ella seguirá siendo rara --Hablo otro niño.

--Eso no cierto --Se quejó aquel pequeño niño de cabellos blancos, se estaba enojando de que dijera puras mentiras.-- No es cierto eso de que de lástima o que sea rara, es mi amiga y no está sola, somos muchos quienes estamos con ella y siempre nos divertimos jugando

Entre los niños se miraron cómplices. Una sonrisa sinica se había formado y el tiempo había cambiado, ellos eran malvados y Ryoken nunca se dio cuenta hasta que lo perdió todo.

--Pero aún así es una molestia ¿No? --Sonrió con total indiferencia aquel niño. Fue ahí cuando los problemas empezarían.-- Ella te molesta en todo momento y nunca entiende que quieres estar sólo --Los niños detrás de él se burlaban.-- Ella te quita tus cosas y se burla de ti a tus espaldas, ella nunca te va a querer sólo te necesita porque eres alguien tonto

Ryoken suspiro al recordar aquellas palabras de esos desagradables niños, salió de aquellos pensamientos cuando le pasaron una bolsa de hielo. Si tan sólo no hubiera metido la pata, todo hubiera sido diferente y no hubiera ido a la clínica con sus hermanos para curarse aquel golpe que Yusaku le había dado. Aunque siendo sinceros, realmente se lo merecía y no podia dejar de pensar que la chica tenía una buena mano.

Pero siendo Yusaku, tenía que dejarle en claro, desde ese primer momento, que iba en serio para recuperarla. Quería ver una vez más aquella sonrisa que provocó que su corazón como su mirada la empezarán a seguir.

Taki Kyoko, quien era su hermana mayor le miraba con una amable sonrisa mientras le ponía un parche en la mejilla, no hubiera creído que ese golpe lo causó la misma niña inocente y muy directa desde hace diez años, claro, su regreso había sido un tanto sorprendente para todos, le causaba curiosidad su regreso, diez años estuvo oculta y al final ella regreso siendo otra persona. Si que su querido hermano la iba a tener difícil y sabiendo lo testarudo que era, nunca se iba a rendir.

Ryoken miro a la doctora frente a el, aunque sabía que no era su hermana biológica como tal, aún así la seguía queriendo como una y que tuvieran esa confianza, bueno, era mucho mejor que poner excusas de que fue una chica quien lo golpeó y no que entró en una pelea. Ella era la única que sabía lo que había sucedido ese día.

--Eso te pasa por llegar en el momento menos indicado --Comentó su hermana al guardar algunas cosas en el botiquín que tenía ahí.-- ¿Y cómo esta? Tienes que contarme todo, realmente es impresionante que ella regresará después de tiempo

--Ella está muy hermosa --Fue lo primero que se le vino a la mente. Pronto se dio cuenta de su error y desvío la mirada.-- Aunque se ve muy delgada y un poco más alta, se ve bien con el cabello largo, incluso sus hermosos ojos esmeraldas eran...

No pudo terminar de hablar cuando escucho a Kyoko soltar una risita, volvió a sentirse avergonzado por hablar así de ella pero era inevitable. Prefirió guardar silencio y levantarse para tomar sus cosas un tanto nervioso. Taki sabía que su hermano aún la seguía queriendo como en la infancia, aunque siendo sinceros, la palabra amor no le quedaba lejos a esos sentimientos de infancia.

--Espero que un día la traigas a la casa, todos estaremos felices de volver a verla en especial tu padre --Sonrió para levantarse de su lugar y desordenar sus cabellos.-- Pero tienes que aclarar bien las cosas con ella antes de que sea demasiado tarde

--Lo se --Suspiro Ryoken para mirar a su hermana.-- Nos vemos en la noche

Y se salió de la oficina de su hermana. Taki soltó un suspiro antes de ver aquella foto que siempre guardaba en su escritorio. La foto de Ryoken y Yusaku tomados de la mano, ignorando lo que sucedía en su alrededor, mientras sus otros cinco amigos hacían caras y gestos a la cámara con diversión. Nunca olvidaría ese día donde su hermano le había dicho que era muy feliz al lado de Yusaku y que le gustaría tenerla toda su vida, palabras inocentes pero con un gran significado. Soltó una risita.

Ciertamente, en ese tiempo había ayudado a Ryoken a buscarla por todos lados. Incluso este había aprendido a ser un buen hacker y empezar a entrometerse en los documentos oficiales y buscar información de ella pero por más que intentaban rastrearla, pareciera que había alguien quien intentaba bloquear ese acceso. Después de unos ocho años, Ryoken dejo de hacer aquello y mejor esperaba a que el tiempo avanzará. Aunque siendo sinceros, este aun la había estado buscando a escondidas.

Incluso su padre, Kiyoshi Kogami, se preocupaba por su hijo aún cuando estaba inmerso en su trabajo. Pero no podia hacer nada, solo observar la determinación de su único hijo por ella. Esa determinación lo había convertido en el joven que ahora era y que sin duda, le demostraría a Yusaku su lado bueno.

--Sólo tiene que pedir disculpas por todo y hablar con la verdad --Susurro para dejar la foto en su lugar.-- Realmente te deseo suerte

No dijo nada más cuando fue llamada para atender una emergencia. Dejaría aquellos pensamientos a un lado y mejor se enfocaria en su trabajo como en todo ese tiempo había sido. Pero si con ese tiempo no lograba solucionar nada, entonces tendría que meterse un poco y ayudar como la buena hermana mayor que era.

.o.

Takeru ayudaba a la abuela de Yusaku con algunas cosas, de alguna forma intentaba darle privacidad a las chicas. Cuando llegaron, sus abuelos se asustaron al ver a Yusaku llorando y corriendo a su cuarto, Ai sólo se había quedado observando en la entrada viendo como esta se marchaba; Takeru y Kiku sólo les dieron una leve explicación y al final comprendieron el porque: se habían encontrado y Yusaku no estaba lista. Esperarian a que se tranquilizara para hablar con ella.

Kiku y Yusaku se encontraban a solas en el cuarto de la segunda. Intentaba consolarla y hablar con ella pero también le dolía aquellos gimoteos y la forma en que le había narrado ese encuentro, no iba a ser nada fácil el regresar a Den City y mucho menos si tenía a Kogami Ryoken detrás de ella una vez más. Se veía que a pesar de que trató encerrar aquellos sentimientos en su corazón, estos volverían a salir.

--¿Te sientes mejor, Yu-chan? --Kiku acariciaba la espalda de Yusaku con cariño mientras está aún escondía su rostro en una almohada.-- Tranquila, sabías que tarde o temprano esto sucedería pero no estas sola --Sonrió.-- Todos estamos aquí para apoyarte y golpear a Ryoken si es necesario

--Lo se --Yusaku alzó su rostro, sus ojos se encontraban rojos pero se veía más tranquila.-- Lamento que nuestro encuentro fuera de esta manera

--Bueno --Kiku sonreía.-- Dejamos de ser normales desde hace mucho tiempo

--Nuestros encuentros dejaron de ser normales desde incluso cuando éramos niños --Hablo Takeru quien entraba al cuarto de Yusaku con una bandeja de bebidas que eran por parte de su abuela.-- Aún recuerdo cuando estábamos los siete y si alguien llegaba tarde a la salida de la escuela lo dejábamos a su suerte, aunque siendo sinceros muchas veces me sucedió a mi

Los tres empezaron a reír ante el recuerdo de un Takeru abandonado en la salida de escuela mientras los demás sólo se habían escondido, observaban como este caso quería llorar al sentirse sólo. Sin duda, esa había sido una época muy hermosa y divertida para todos. Una vez que el ambiente estuvo más tranquilo tomaron la bebida que Takeru había dejado en la mesita de Yusaku. Tanto Kiku como Takeru empezaron a ver el cuarto de Yusaku, era un tanto grande y podían apreciar que estaba mucho más ordenado y tenía menos cosas.

--Recuerdo que al entrar al cuarto de Yu-chan hace diez años era difícil --Hablo Kiku.-- No podías caminar bien por todo lo que encontrabas en el piso pero ahora se ve como el de una persona normal

--Bueno, hubo muchas cosas que cambiaron --Yusaku sonrió con melancolía.-- Ahora me gusta que todo este en más orden --Miro las cajas detrás de ella.-- Aunque mi trabajo aún no está acabado, tengo que terminar de colocar esas últimas cajas

--¿Y de que son? --Pregunto curioso Takeru. Tomó una caja y se sorprendió de lo pesado que estaba. Vio a Yusaku quien le permitió abrirla.-- ¿Cables?

--Es mi equipo de trabajo --Sonrió ante la mirada confundida de sus amigos.-- Cuando estaba en Neo Domino me interese tanto por informática que ahora soy la mejor --Sonrió satisfecha.-- No quiero decir que Den City no este avanzado en la misma pero una vez que entras a Neo Domino, es como si entraras a otro mundo --Explicó para levantarse y empezar abrir las cajas.-- Mucha tecnología que te rodea y fue inevitable llegarme a interesar en el trabajo de mis padres, empecé armando una computadora y ahora ya tengo todo esto con la mejor tecnología y he trabajado para muy buenas compañías

--Que envidia --Hablo Kiku.-- Yo a penas y puedo buscar algo por Internet, aunque siendo sinceros, Takeru esta peor que yo, no sabe como encender una pero escribe mejor que yo en el celular

--No entiendo como pudiste aceptar que Takeru cambiará a ser esto --Dijo con burla Yusaku al señalar a su amigo.

Ambas chicas se soltaron a reír ante la mirada ofendida de Takeru. Kiku se levantó, le quito los lentes al mismo y peino su cabello hacia atrás. Yusaku se sorprendió al momento de verlo, si que había un gran cambio.

--Sería una pena que ahora le avergüenza recordar su infancia --Se burló Kiku.-- La única vez que lo veo así es cuando practica Artes marciales con su abuelo y cuando está de práctica en el equipo de básquet de su escuela --Narró Kiku mientras ayudaba a Takeru a peinarse y ponerse los lentes otra vez.-- Había veces que en los torneos pasados hasta le tenían miedo y su equipo siempre ganaba

--¿En serio? --Yusaku pregunto curiosa.-- Valla Takeru, eres una caja de sorpresa, es una lástima que los deportes no van conmigo

--¿Sigues corriendo y lanzando como niña? --Se burló Takeru, Yusaku sólo mostró su cara molesta.-- Si que eres patética

Prefirió ignorar aquello, Kiku se soltaba a reír, sin duda ellos nunca iban a cambiar. Yusaku y Takeru dejaron de discutir ante el grito de su abuelo que guardarán silencio. Yusaku suspiro y Takeru siguió mirando entre las cajas.

--¿Y si te ayudamos? --Se ofreció Takeru.-- Podrías acabar más rápido y ninguno tiene tarea este día, como en los viejos tiempos, estoy seguro que aún hay muchas cosas por las cuales hablar

--Estaría bien --Kiku sonrió para levantarse y abrir otra caja.-- Por mi no hay problema y si de recompensa tengo la comida de tu abuela, mucho mejor

--Aceptó --Yusaku sonrió.-- Por cierto ¿En la escuela hay alguna clase de informática adicional al plan de materias?

--Si --Respondió Takeru. Iba a decir algo más pero se quedó callado.-- Aunque es un poco dificil que acepten a alguien, he escuchado que varios quisieron entrar pero el examen de admisión es complicado

--Tal vez me una para pasar el tiempo, quisiera tener más referencias para un futuro --Alzó los hombros despreocupada.-- Estaré bien, no hay algo difícil que no pueda resolver

--Por cierto --Interrumpió una vez más Takeru.-- Tu perro da miedo, prefiero los gatos, tengo uno y se llama Flame

--Ai es un buen perro --Sonrió Yusaku.-- Tuviste suerte, Ai muerde a las personas desconocidas y las embiste sin ninguna razón

--Takeru le sigue teniendo miedo a los perros después de que uno lo siguió hasta su casa --Se burló Kiku.

--¡No es cierto!

Entre risas y bromas, los tres se ponían al día de tantas cosas que se habían perdido en esos diez años que estuvieron separados. Daba igual el pasado hasta esos instantes, daba igual que hasta hace unos momentos había llorado por encontrarse con el una segunda vez. Pero Yusaku estaba decidida a algo. A no hacerle caso a su corazón y hacerle pagar por todas las lágrimas que hasta ese momento, había derramado.

.o.

Ahora si, oficialmente podia matar a Takeru ese día, aunque eso significará dejar viuda a Kiku antes de casarse. Suspiro mientras el profesor, quien estaba a cargo de la clase adicional de Informática, hacia su presentación. Veía a los hombres de la clase mirarla sorprendida. Si pudiera decir, no sería la primera vez que muchos la vieran al ser la única mujer ahí.

Lo que nunca llegó a imaginar, fue encontrarse a Kogami Ryoken entre ellos. Sabía que en otro momento se lo encontraría pero no ahí. Aunque de alguna manera se lo temía, teniendo en cuenta que el chico la había estado buscando ese tiempo, no era de sorprender que este empezaba a tomar el mismo camino que su padre. Dejo de mirarle al ver como el profesor se volteaba a verla y saludarla con cortesía.

--La verdad eres la primer alumna que tendremos aquí si te doy sincero, incluso pasaste el examen con un porcentaje excelente --Habló el profesor.-- Pero realmente espero que te lleves bien con los chicos, si tienes algún problema no dudes en hablarlo conmigo

--Lo haré profesor --Respondió con una sonrisa.-- Realmente espero que nos llevemos bien --Hizo una reverencia.

--Y de ustedes también espero que se lleven bien con ella --Amenazó el profesor.-- Así que por favor Fujiki-kun ocupa el lugar vacio al lado de Kogami-san

--Claro --Dijo no tan convencida pero era el único lugar desocupado.

No podía negarlo. Desde que entró al salón, se sorprendió de todo el equipo con el que contaban, era como un paraíso, sin duda le iba a gustar estar en ese salón sin pensar en que Ryoken no dejaba de mirarle. Podía sentir la mirada de él, incluso cuando las explicaciones del profesor como el demás de sus compañeros empezaron.

No pudo evitar mirarle de reojo y ver el parche en su mejilla, ese iba a ser el primero de tantos golpes que le daría hasta que al fin pudiera sentirse tranquila y pudiera olvidar aquellas palabras que tanto la hirieron. Soltó una risita al volver a imaginarlo todo magullado, sin duda le haría pagar por todas.

Una vez que las clases complementarias acabarán Yusaku fue bombardeada por las preguntas de sus nuevos compañeros. Las respondia con tranquilidad mientras guardaba sus cosas, realmente se había imaginado que estos se iban a quejar porque era una chica y de que iba a tener mejor preferencia pero al parecer era todo lo contrario. Ellos eran amables, algo raro, estaba acostumbrada al comportamiento de los chicos en Neo Domino que estar ahí se sintió un tanta extraña, al parecer iba a tener clases tranquilas. Ni siquiera se había dado cuenta que Ryoken ya no se encontraba a su lado.

Las preguntas y presentaciones se acabaron se alejaron diciendo que mañana esperaban verla otra vez y si podía enseñarles algunas cosas de su tiempo en Neo Domino. Sonrió. Tomó sus cosas y salió del salón, caminaba tranquila para bajar las escaleras cuando lo vio otra vez. Estaba ahí parado, recargado en el barandal y mirando desinteresado su celular. Cuando la escucho alzó el rostro y una sonrisa apareció en su rostro.

Yusaku rodo los ojos. No prestaria atención a esa bonita sonrisa, no le prestaria atención a su corazón. No volvería a caer tan fácilmente.

--¿Nunca se cansara de molestarme Kogami-san? --Hablo Yusaku ignorandolo.

--Te dije que iba en serio --Confesó.

--Y yo realmente espero que se aleje de mi --Suspiro cansada.-- Continúa con tu vida antes de que yo regresará

--Te lo dije --Hablo Ryoken seguro.-- Aunque me pidas que me aleje de ti, yo nunca lo haré, estaré a tu lado

--Entonces has lo que quieras --Dijo desesperada.-- Pero no te quiero cerca de mi

Bajo las escaleras seguida de Ryoken. Un silencio incómodo se formó. Al llegar a la entrada se dio cuenta que Ai ya se encontraba ahí, a su lado un joven de cabello plateado le acariciaba la cabeza, curiosamente Ai se dejaba acariciar y movía su cabeza feliz. Cuando este alzó la vista, se dio cuenta de Yusaku y Ryoken, caminaban juntos aunque sin ninguna palabra de por medio.

Este sólo sonrió antes de levantarse. Las cosas no cambiaban, podía recordar miles de veces de su infancia y ellos siempre llegaban juntos, era imposible separarlos aún con el tiempo y con el dolor de por medio.

--Hace mucho tiempo que no nos vemos Fujiki-san --Hizo una reverencia.-- Realmente te ves muy diferente, no se si pueda decir que me alegro de verla

--Opino lo mismo de ti Spectre --Yusaku suspiro.-- Gracias por cuidar de Ai mientras salía, eres el primero al que ve y no quiere tirar o morder --Miro a Ryoken.

--Tengo igual una mascota --Se encongio de hombros.-- Realmente no es difícil que los animales ganen confianza a desconocidos, aunque es sorprendente que su perro llegará afuera de la escuela y esperará a su salida

--Es una costumbre que tiene Ai desde hace dos años --Hablo.-- Me voy, tengo que hacer unas compras --Se levantó.-- Fue bueno verte Spectre --Acarició la cabeza de su perro.-- Vámonos Ai

Ambos miraron por donde Yusaku se había ido. Después de un rato escucho a Ryoken quejarse como si fuera un niño pequeño. Como si hiciera una rabieta porque alguien le había quitado el último dulce que existía en la tienda. Aunque realmente podía imaginar de que iba hablar, prefirió dejar que hablará a que después sólo lo mirará como un traidor. Era lo bueno de que conocía a su mejor amigo.

--¡Hasta a ti te llama por tu nombre y habla normal cuando ustedes dos se odiaban! --Grito molesto, empezó a caminar. Spectre sólo suspiro y le siguio.-- ¡No es justo!

--Tiene que tener en cuenta que el pasado nunca podrá cambiarlo --Habló desinteresado.-- No va a ser fácil para ella poder superarlo si me permite yo podría recomendarle algunas cosas sólo con una condición

--No estoy tan desesperado --Confesó avergonzado.-- Pero no me molestaría escuchar algunas opiniones ¿Cuál es esa condición?

--Que me cuente que es lo que pasó realmente hace diez años --Miro a Ryoken abrir los ojos sorprendido y desviar la mirada.-- La verdad

Porque esa era una verdad que sólo dos personas conocían y que querían dejar en el pasado. Pero si al menos quería recuperar lo que una vez perdió, tal vez era más importante perder su orgullo y aceptar.

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