SECURITY CENTER

                                                                                   III

Hola, me gustaría saber su opinión sobre estas primeras partes, no olviden votar.

***

Suena mi despertador, lo arrojo al suelo haciendo que se rompa y vuelvo a dormir.

No sé cuánto tiempo pasa cuando siento que alguien está en mi habitación y sin dudarlo tomo mi glock debajo de la almohada y apunto enfrente de la cama.

—Tranquila... —susurra un Gabriel asustado—. Baja el arma...

—Maldito idiota ¿Qué haces aquí? CASI TE ARRANCO LA CABEZA.

—¿QUÉ HAGO AQUÍ? Por el mismo motivo;  quiero mantener a salvo mi trasero. ¡TÚ deberías estar lista hace una hora y media!

—¡¡Maldición!! —mascullé para ponerme en pie de un salto con dirección al baño.

—Tienes 20 minutos para estar lista o Ethan se irá sin ti.

—¿Por qué demonios no me despertaste antes? —no iba a estar a tiempo, de eso estaba segura pero tampoco se van a ir sin mí.

—Es más que obvio, te pones como una loca cuando te despiertan y además tú eres la responsable, así que es tú culpa déjame a mí en paz.

Me dirijo al baño con Gabriel atrás de mí, él se mantiene en el marco de la puerta justo antes de estamparse las narices con ella.

—Cierra la maldita boca que no me ayudas, y no dejes que Ethan se vaya sin mí, de lo contrario me conocerán enojada... —asomé la cabeza mirándolo a los ojos para que no dudara—. ¡¡Ahora largo que me tengo que cambiar!!

Dio media vuelta y alcance a escuchar maldiciones de su parte, poco me importo, tome mi ropa y la metí al baño, fui a la regadera y en 15 minutos estaba poniéndome unos jeans negros, una musculosa gris de manga corta acompañada de una chamarra negra y mis botas de soldado del mismo color, cepille mi cabello, tome mis dos armas colocándolas en mi cintura, en mi chamarra metí una navaja y en mis botas cartuchos para las balas.

No puedo creer que voy tarde cuando estoy a un paso, no me agrada que  Barone esté involucrado y no solo él, también el asqueroso de Ortiz (traficante de blancas en Colombia), la maldita de Mónica Guerra  (mafiosa muy poderosa en México), y obviamente no podía faltar la gente de Fabrizzio (otro italiano con demasiados contactos por todo el mundo, proporciona formas legales de distribución masiva).

Estando lista voy directo a fuera donde todos me están esperando, veo las 3 camionetas y sin dudarlo voy a la segunda, ahí están los necesarios para esto, les doy la señal a mis hombres y empiezan a subir a las camionetas, antes de entrar veo a Connor, Gabriel y Ethan, este último en ningún momento me mira.

—Listo vámonos –iba a subir pero Connor me detuvo.

—Yo primero.

—Es igual... —rodé los ojos por su acto infantil. Y me adentre en la camioneta.

—No es igual, a ti es a la que tenemos que proteger, tienes que estar a salvo a como dé lugar, todos los hombres que están delante y detrás su obligación es dar su vida por la tuya. —contestó Connor extremadamente serio y se podría decir que enojado.

—¿Qué te pasa a ti también?, tampoco quieres que vaya ¿no es cierto?

—Sólo no te alejes de nosotros en ningún momento y déjanos cuidarte, si es necesario que corras entonces corres, no te detengas por nosotros que para eso estamos entrenados, sólo corre...

—¿Eres idiota o que? ¿Qué rayos les pasa a todos?  Escúchenme bien los tres;
¡¡NO VA A PASAR NADA!! No vamos a la tercera guerra mundial, no es nada desconocido, es lo que siempre hacemos así que ¡¡NO VA A PASAR NADA!! y mucho menos voy a dejar que arriesguen su vida por mí, todos conocemos los riesgos que tomamos y aun así aquí estamos, el que no esté dispuesto a tomar el riesgo que detenga la camioneta y se marche a casa pero NUNCA voy a dejar que les pase nada por mi culpa... eso se los juro.

Dirigí mi mirada al frente, Gabriel iba en el asiento del copiloto, Connor a mi derecha y Ethan a mi izquierda, de esa manera no veía a ninguno de los idiotas.

No se dan cuenta de que sé a lo que me arriesgo, y que por estar en esto no dejaré que les pase algo y mucho menos por mi causa.

Sin darme cuenta ya estábamos afuera de la empresa Barone, los chicos que iban adelante se bajaron y quedaron en la planta por cualquier cosa, y el grupo de atrás se adentro al edificio quedándose en los pasillos, nosotros íbamos directo a donde nos reuniremos con Barone, Connor atrás de mí y Gabriel detrás de Ethan.

Mis hombres llevan traje y sus armas ocultas, inclusive los tres niñatos que me acompañan, se podría decir que soy la única que se ha vestido cotidianamente normal, se supone que en esta filial llamada Security Center dan servicio de seguridad privada, personal o algún sistema en software y hardware. Claro, solo una gran fachada para esconder sus negocios, y no podemos levantar sospechas.

Al llegar al piso donde nuestro infiltrado dijo que sería la reunión un chico delgado de traje y lentes se me acerca.

—Señorita llega tarde, todos están en la sala de juntas acompáñenme... —cuando me indica la puerta sin dudarlo la abro y entro, igualmente los otros tres.

Al parecer interrumpimos una importante junta ya que una chica con minifalda y una blusa con un exagerado escote se calla y todos nos miran, Eth voltea a verme y se muestra igual de asombrado que yo, pensé que la junta sería sólo con los otros mafiosos y Barone pero hay más personas de las que me imaginaba, la mesa que está frente a mi es para unas 20 personas y solo quedan dos asientos.

—Buenos días, disculpen la tardanza, ¿interrumpimos? —digo con una sonrisa falsa.

—Ustedes no pueden estar aquí —habla la de minifalda.

—Mi nombre es Ethan y mi hermana Malia —dice ignorando a la chica.

Un tipo se pone de pie, es de edad avanzada, cabello negro, unos impactantes ojos grises, alto y corpulento, muy guapo para su edad.

—Un gusto, por favor tomen asiento y prosigamos —habló y nos señaló los lugares.

La de minifalda ya estaba sentada en uno de ellos. Cuando estuvimos ahí espere a que se quitara pero el mismo señor con sólo una mirada hizo que se levantara y yo tomara su lugar.

—Y bien... díganos el porqué de su tan espléndida visita —no entendí por qué tanta formalidad hasta que observe que no solo estaban los socios que tenemos algo en común, si no también los que forman parte de Security Center.

—Negocios, ¿Por qué otra razón vendríamos si no fuera por negocios? —contestó Ethan sacándome de mis pensamientos.

—Y bien... ¿Cuáles son?

—Queremos ser socios de esta empresa; nosotros contamos con mucho dinero y ustedes con armas y unos sistemas de gran calidad, también queremos tener ese servicio pero con los privilegios que solo puede adquirir un socio.

—Sí tienen tanto dinero como dicen solo tienen que contratar o comprar algún equipo.

—No, lo que queremos es que un cierto número de estas armas sean exclusivas para nosotros, como si fueran pedidos, incluso con nuestra ayuda pueden extenderse a México o Italia....

—No hace falta nosotros tenemos...

—¡Oh! Déjeme acabar por favor, nosotros a cambio de ser sus socios llevando seguridad a nuestra gente ustedes tendrán mayor incremento en la empresa.

—¿Así? ¿Cómo en qué?

La verdad no pensé que esto fuera a ser tan aburrido, deje de poner atención a lo que decían y me concentré en las personas a mí alrededor, estaba viendo al señor que hablaba con Eth pero sentía que alguien me observaba así que me dedique a ver quién era el causante o sólo era mi imaginación.

Todos los que estaban al mismo lado de la mesa que yo estaban atentos a lo que Ethan decía por lo tanto ellos eran los socios "reales".

Dirigí mi mirada al frente y vaya sorpresa me lleve, nada más y nada menos que Octavio Guerra mirándome con una sonrisa sínica, así que los hermanos Guerra estaban aquí... eso sí que es una sorpresa el informante sólo mencionó a Mónica, pero no solo era él quien me miraba sino que Reydmon Barone también lo estaba haciendo pero a diferencia del primero su mirada no transmitía nada, estaba serio sin ninguna expresión.

Continúe con mi recorrido y pude ver que Ortiz y Víctor (mano derecha de Fabrizio) estaban sumamente atentos y para nada contentos con lo que mi hermano decía, por otro lado la famosa Mónica Guerra estaba molesta, era más que claro que no éramos bienvenidos aquí.

—Pero aquí la pregunta es ¿Por qué quieren tantas armas? —dijo un chico sentado a mi costado, interrumpiendo mi detallada observación.

—Somos personas de negocios caballero y todos sabemos que nunca es suficiente seguridad, así que aquí les va: 2'500,000 €  para cada uno por adelantado si aceptan.

Nadie contestó sólo se miraban unos a otros impresionados así que poniéndome de pie dije:

—Señores no tienen que pensar mucho, tenemos más negocios así que no tenemos tiempo. Sí o no, así de simple.

—Nosotros como socios de esta filial aceptamos, así que la decisión final ésta en el presidente –dijo mirando a Barone. Iba a ponerme de pie cuando habló.

—Está bien seremos socios, sólo que tendrán que quedarse a firmar el contrato y los términos correspondientes —claro que iba a aceptar, si no lo hacía se iba a meter en un problema con todos sus socios ya que estábamos ofreciendo todo a cambio de casi nada y al no tomarlo sería un desperdicio total para la empresa.

Asentí con la cabeza y esperamos a que todos los socios salieran no sin antes haber recibido sus respectivas presentaciones de su persona y del puesto que tenían en la empresa.

—Y bien ¿Cuáles son los términos para el contrato? —cuestiona Ethan.

En la sala sólo nos encontrábamos los que teníamos algo en común haciendo a un lado que somos parte de la filial, lo que me intriga es el señor que habló todo el tiempo con Ethan ya que también él se ha quedado y no creo que tenga mafia propia,  de ser así lo conocería.

—Bueno es un gusto tener a los hermanos Solberg como socios así que con su permiso yo me retiro  —dijo Ortiz para después salir por la puerta.

—Yo tengo otros asuntos que resolver pero si surge algún cambio avísame —le siguió Víctor marchándose tras de  Ortiz, estos se traen algo pero luego lo descubriré, sólo quedamos los hermanos, Barone y el otro tipo.

—Vamos... ahora digan el verdadero motivo del porqué están aquí —habló la pelirroja relajada.

—Ya se los dijimos —contestó Eth

—¿En serio? Entonces dime ¿Por qué no te creo nada?... ¿qué traman? eso de sólo querer armas para asegurar su trasero no me lo creo, mejor dime a quién quieren, a cuál de nosotros, ¿Ortiz?, ¿Víctor?, ¿Nosotros? ¿O son tan estúpidos para querer ir tras Reydmon? Todos sabemos que con él no se juega, así que espero que tengas bien pensado qué es lo que van a hacer porque si cometen un error  yo estaré fascinada de dejarlos sin lengua a ambos.

No sé cómo todavía no le he perforado el cerebro con una hermosa bala, si sigue hablando está claro que aquí se acaba todo pero no estoy dispuesta a que por esa zorra mi plan se vaya a la mierda.

—Mira, tus inseguridades no son mi problema, tendrán que arriesgarse ya les hemos explicado y por si no recuerdan ya aceptaron frente a todos los demás que trabajaremos con ustedes, cuando les digan que siempre no ¿Qué pensarán?

—Respuesta incorrecta —de un momento a otro la estúpida estaba apuntándome directo a la cabeza.

Gabriel y Connor se tensaron, inmediatamente Ethan sacó su arma apuntando al hermano Guerra, tenía ganas de arrancarle la cabeza pero me mostré indiferente a la situación y recargue en la silla mirando al techo.

—Mónica basta, baja el arma —dice el mismo señor que habló con Ethan.

—¿Quién eres tú? —ya no aguantaba saber quién era ese hombre que a estado representando ha Barone y ahora intercede por mí pero al parecer a Ethan no le agradó mi pregunta ya que me mira como si ahora fuera él quien quisiera jalar el gatillo que apunta a mi cabeza. Mónica soltó una carcajada estruendosa y más falsa que su cabello.

—Sí que eres estúpida.

—Soy Kirgyakos tío de Reydmon —me imagino que en ese momento mi cara valía oro ya que Kirgyakos soltó una leve risa. Sin embargo Mónica seguía sin bajar el arma entonces me gire a ella.

—Muy bien tienes tres segundos para bajar el arma  —le sonreí falsamente.

—Mónica... —bajo el arma y fue directo a un lado de Barone—. Ya escuche sus términos ahora van los míos: quiero a uno de ustedes, uno se quedara conmigo... el otro  puede irse y hacer lo que le plazca.

—¿Y para que quieres a uno? —cuestiona Eth.

—Fácil, si ustedes intentan hacer algo estúpido entonces yo terminaré con la existencia del otro.

—Entonces nos vamos —habló Ethan.

Aspettare (espera) —comienzo a hablar en Italiano para que sólo lo entendamos nosotros —. Non avremo un'altra possibilitá

—Ly, ha ragione, è molto pericoloso. Dobbiamo andare. (Ly, tiene razón, es muy peligroso. Tenemos que irnos) —intercedió Connor

Non, questa è la nostra possibilità, facciamo la stessa cosa, ma con lui. Ricorda perché siamo qui  (No, esta es nuestra oportunidad, hacemos lo mismo pero con él. Recuerda por qué estamos aquí) —hable.

Parecen debatirlo entre ellos con la mirada y al final Eth se dirige a Barone.

—Está bien, yo me quedaré contigo —no me agradaba la idea pero haría todo lo posible por tener a Víctor en mi poder, mientras más rápido lo retenga más rápido tendré a Ethan conmigo.

—No... –dijo Barone mirándome—. Ustedes no eligen... tú eres Malia ¿cierto? ¿Qué edad tienes? —lo mire confundida ¿A qué venía esa pregunta?

—Eso es algo que no te importa —respondí con mi mejor sonrisa.

—Vaya... esa boquita te traerá problemas —dijo burlón, bueno mi paciencia no es admirable; primero quiere a uno, después con que no elegimos nosotros, se interesa sobre mí... esto ya no me gusto.

—Me importa una mierda lo que digas.

—¡Basta Malia! —intervino Ethan.

—¿Qué querías? ¿Qué lo tratara como rey?

È più potente di noi. Siamo anche nella tua compagnia, circondati dai tuoi delinquenti. (Es más poderoso que nosotros, además estamos en su empresa, rodeados de sus matones) —me reprende Ethan.

—¡E un merda! (¡y una mierda!) —dije molesta.

—Ha ragione, quella bocca ti porterà guai. (Él tiene razón esa boca te traerá problemas) —dice lo suficiente alto para que solo escuche yo y se me revuelve el estómago, me han dicho lo mismo tres veces en menos de 24 horas; Gabriel, Barone y Ethan...

—Barone, entonces dinos que quieres —habla por primera vez Connor.

—A ella, Malia se quedara conmigo.

—No, por supuesto que no, yo me quedaré contigo te puedo servir más yo como hombre que ella, tengo mejor manejo de las armas, en defensa y llevo más tiempo en esto que ella.

¡Auch! Eso dolió nunca pensé que me subestimara tanto.

—Es lo único que pido lo toman o lo dejan tienen tres segundos para decidir.

—Aceptamos —hable antes que Eth, no iba a desistir de esta oportunidad además así le  demuestro que no soy tan débil como el cree.

—Perfecto entonces yo me iré para que puedan despedirse. Te espero en 5 minutos abajo no tardes.

—No —asevera Ethan

—¿Ma che cazzo vuoi? (¿Pero qué coño quieres?) —le cuestiono. 

Cosa pensi di fare? (¿Qué crees que estás haciendo?)

Continua con il piano idiota  (continuar con el plan idiota)

Non e non (No y no)

Non ti sto chiedendo, sarà fatto e punto (No te estoy preguntando, se hará y punto)

—Espera, que pase el resto del día con nosotros mañana estará contigo.

—No.

—Entonces nos vamos y esto se acabó. —me tomó del brazo llevándome con él antes de poder hacer algo Barone habló:

—Está bien, nuevamente ganan pero eso cambiará dentro de poco... —remarco sólo una palabra para después voltear a verme y sonreír, y entendí exactamente su referencia—. Nos vemos mañana bonita...

Antes de decir alguna palabra Ethan se encontraba arrastrándome por todo el lugar hasta el estacionamiento, una vez ahí me solté de su agarre.

—Puedo caminar sola.

Ya dentro de la camioneta solté un gran suspiro a lo que todos voltearon a verme, yo solo cerré los ojos y me recargue en Ethan, él pasó su brazo por mi cintura pegándome a él.

—¿Por qué Barone dijo que por segunda vez ganábamos? —¡Dios! ¿Por qué nunca se le escapa el más mínimo detalle?

—No lo sé... —solté otro suspiro

—Malia...

—Ethan... —no le diría lo que paso ayer, no aún. No dijo nada más, al parecer se dio por vencido.

Nadie más habló, llegamos 20 minutos después y fui directo al estudio a terminar lo de esta semana para que no se le dificulte a Ethan...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top