De luto parte 2

Tengo hambre, pero mi flojera me gana...

¡Ashton!

Me incorporó de inmediato y siento una punzada en el pecho.
Frente a mí esta Ethan con su hombro vendado.

—Me diste el susto de mi vida ragazza —dice acercándose.

—¿Dónde está Ashton? —me dirijo a la puerta.

—Ly... escúchame.

—Ethan, estoy bien —salgo dejándolo atrás.

Camino abriendo habitaciones y resultan estar vacías ¿a dónde lo llevaron?
Voy abajo esperando encontrarme con alguien que me diga dónde está Ashton.
En la sala está Gabriel con una cerveza en mano.

—Hey, ¿ya revisaron el estado de Ashton? ¿Ya está consiente? —cuestiono apresurada.

—Sí... —con eso me basta y vuelvo a preguntar—. ¿Dónde está?

—Abajo, en un pasillo lleno de cuartos, las puestas de metal—habla.

—¿Lo llevaron al cuarto de tortura? —digo alarmada.

—No, no... escúchame.

—¿Cuál habitación? ¡Habla! —ya no tengo paciencia.

Suspira—. Segunda puerta a la derecha —sólo eso me bastó para ir corriendo hacia ahí.

En la puerta esta Connor, su cabeza está recargada en la pared y tiene los ojos cerrados, se ve cansado.

—¿Estás bien? —mi presencia lo sorprendió haciéndolo enderezar.

—Yo sí, ¿tú? —pregunta sin mirarme y suspira, parece perdido en su cabeza.

—Estoy perfecta —su mirada cambia, frunce el ceño y me mira impactado.

—¿Enserio? —su reacción es totalmente extraña.

—Sí, la bala no me dañó, tenía el chaleco así que sólo me desmaye...

—Aún no lo sabes —dice más para él que para mí. Baja la mirada y comienza a ponerse ansioso.

Después de unos segundos vuelve a mirarme y maldición, esa mirada no significa nada bueno. Una mirada temerosa y preocupada, pero al mismo tiempo triste.
Un escalofrío corre por mi cuerpo, no quiero preguntar el por qué de esa mirada.

—Quedamos que Ethan te lo diría y yo te esperaría para que no entraras sola —dice agobiado.

—Connor, se claro. ¿De qué hablas? —la preocupación ya reina en todo mi cuerpo.

—Ashton

Cierto, se me olvido por completo a qué había bajado, lo vi tan aturdido que me perdí en el por qué de sus expresiones.

—¿Qué pasa con Ashton? —cuestiono con miedo.

—Está muerto...

No pienso o proceso nada, mis pies se mueven por si solos. Entro a la habitación y para mi sorpresa están Dante y Reydmon.

Voy directo al cuerpo sobre la plancha, no puedo creer lo que veo, su rostro desfigurado, ahora ya está limpio de sangre, alguien debió de hacerlo. Bajo la cobija que lo cubre y su torso está peor, al ver cada cicatriz o herida aún fresca puedo ver cómo se las hicieron.

Retrocedo un paso y choco con alguien, no es hasta que habla que sé quién es.

—Cuando lo sacamos estaba muy mal. Al subirle en la camioneta comenzó a escupir sangre, a ponerse demasiado caliente, al llegar un doctor lo esperaba pero no pudo hacer nada, demasiadas hemorragias, golpes, infecciones, sus piernas son asquerosas, llenas de pus, si estuviera vivo tendrían que amputarlas. Yo mismo revise el cuerpo, está destrozado, no había visto este tipo de tortura, ni de Rodríguez o Santoro, definitivamente ellos no están involucrados en esto, pero hay algo interesante...

Habla calmado esperando una señal para continuar, se la doy y eso hace:

» Con la ayuda del doctor nos dimos cuenta que los golpes que llevaba no son de hace mucho tiempo, máximo hace 3 meses...

—¿A qué te refieres? —le interrumpo.

Me giro y quedo frente a él, me mira detenidamente y empieza a hablar—. Ashton desapareció hace 11 o 12 años ¿cierto? —asiento—. Esta persona estuvo libre y sin problemas hasta hace tres meces, no hay cicatrices viejas, nada que nos indique que la paso mal, incluso las marcas de atadura son frescas, en la parte trasera de la oreja izquierda tiene una marca, lo único que puedo pensar es que lo drogaban lo suficiente para dejarlo inconsciente.

—No entiendo nada. Cuando torturas a alguien es para conseguir algo, o cuando eres demasiado retorcido sólo lo haces por placer, pero si a él lo sedaron ¿cuál era el objetivo? No lo veían sufrir ni podrían obtener nada de él en ese estado.

—Te dije que era interesante. Lo que pensamos nos daría respuestas ahora sólo nos trae más dudas —su mirada va al cuerpo.

—¿Y si no es Ashton? —digo un tanto ilusa para así encontrar respuesta a las preguntas.

Dante comienza a toser parece que se ahoga, Reydmon le da golpes en la espalda intentando aliviar la tos.

Bambina no vayas por ese camino —dice en un susurro.

—Mira piensa; por arte de magia está en el mismo país, estado y ciudad en el que estamos. Dices que las heridas son máximo hace 3 meses y, ¿cuánto tiempo llevamos aquí, en esta ciudad? 3 meses desde que pise la casa de Barone. Alguien sabe que lo buscamos, tal vez esto es sólo para que dejemos de buscar...

Dante se encuentra pensativo y asiente con la cabeza.

—¿Qué diablos le ocurre a Dante? —cuestiona Connor.

—No soporta el olor a cadáver. Es peor que una niña —contesta sin mirarnos.

Comienzan a susurrar entre ellos pero no les prestamos atención.

—Dime, ¿crees que me equivoco? —inquiero.

—Sí —abro los ojos impactada—. Te acabo de decir que tú amigo, al que has buscado por doce años está muerto, que lo último que tienes de él es un cuerpo más que podrido. Te dije algo un tanto nuevo y piensas que esto es una farsa. No trates de engañarte, Ashton murió. Ahí está —señala la cama su voz es más fuerte conforme va hablando—. Tú lo viste a los ojos, sé que no pudimos hacer nada por él. ¡Lo sé! A mí también me pesa, pero no voy a engañarme. Así que abre los ojos y mira bien lo que tienes frente a ti.

Sale disparado del cuarto. Tomo la sabana del cuerpo de Ashton y la quito.
Es asqueroso. Me entran náuseas pero las contengo.

(***)

No sé cuánto tiempo ha pasado, sigo en la misma habitación, el hedor cada vez es peor. Sigo sin poder moverme, tengo que convencerme de que mi amigo está muerto.

—¿Piensas quedarte a ver como se convierte en polvo? —la voz de Barone me hace brincar.

Lo miro unos segundos, no voy a caer en su juego, así que regreso mi atención al cuerpo.

—Tienes que salir. Vamos te acompaño —dice pasivo.

Toma mi brazo e intenta moverme, me libro de él y recibo un bufido de su parte.

—Cuando lo encontramos, lo primero y único que pidió fue ayuda, me miró y suplico ayuda —una lagrima se escapa, la limpio y continúo—. Cuando lo vi, la idea de que los últimos 9 años de su vida la pasó así me consumía. Imaginar cuantas veces grito por ayuda, el nombre de Ethan o el mío. Pensar cuantas veces estuvo esperando que entráramos por su rescate, todo eso me estaba volviendo loca. Connor me dice que no lleva mucho tiempo así y fue un alivio, la culpa que nació se dispersó un poco, aunque llegaron las dudas. Tal vez estaba bien, hizo algún enemigo y terminó así. No sé si merecía esto o no, pero...

Hago una pausa para tomar aire, mis lágrimas se vuelven rebeldes y deciden salir sin autorización alguna. No quiero frenarlas, no ahora.

—Eso nunca lo sabrás. Él ya está muerto —habla.

Giro la cabeza y tomo un respiro para contestar—. Lo sé, soy consciente de eso —mis lágrimas comienzan a brotar sin pena.

—Entonces basta, sal de aquí. No llores más por alguien que tal vez ni recordaba tu rostro —dice un tanto desesperado.

Y por primera vez lo miro. Sus ojos llevan una pelea interna que me asusta, no logro descifrar la intención de sus palabras.

—Ese hombre que ves ahí, fue mi amigo —mis ojos parecen fuente en estos momentos—. No tienes una idea de todo lo que pasamos juntos —una sonrisa melancólica aparece en mi rostro—. Fue mi primer amor, ese hombre que ves ahí, era mí héroe, mi amigo, mi hermano, juré que me casaría con él —una risa absurda se me escapa—. De ese chico es de quien me estoy despidiendo, es él a quien voy a seguir extrañando. A él le estoy diciendo adiós, justo como no pude hacerlo hace tantos años, pero esta vez es definitiva, no hay más esperanza, no hay más búsqueda, no hay nada.

No puedo descubrir su mirada justo ahora, pero parece que me entiende. Sabe de lo que estoy hablando, parece que él también se está despidiendo de alguien. Su mirada refleja tanta tristeza, casi igual a la que siento.

—Reydmon —la voz de Dante termina con nuestra conexión de miradas—. Tenemos problemas con nuestro invitado. Pregunta por Malia.

—¿Invitado? —pregunto mientras limpio mis lágrimas.

—Tú rehén —aclara Reydmon.

—Exacto y pide verte —agrega Dante.

—Así que el guasón se cree con derechos. No iré, has que perdure vivo. Quiero dormir y un baño. Nadie puede sacar el cuerpo de Ashton hasta que yo lo autorice.

***

Son las dos de la tarde y voy directo al encuentro con el guasón, para mi sorpresa cuando salí de la ducha eran las 7 am, así que todo el tiempo restante lo dediqué a dormir.

Al entrar Dante está de pie junto a él.

—Entonces, ¿hay noticias? —interpelo al ver que unas pinzas mantienen su boca abierta.

—Al parecer en uno de sus dientes tiene cianuro —explica.

—Quieres terminar con tu vida, tranquilo que eso pasara sólo que no tan rápido —veo a Dante y sonrió causando que trague en seco—. Podemos hacer dos cosas hablas con las pinzas en tu boca después te matas y listo, o bien, te saco todos y cada uno de tus dientes, ahí comienza el juego. Así que, te escucho mi querido guasón.

Cuento literalmente hasta diez y le doy la señal a un hombre para que comience. Lo detengo al ver que comienza por la parte de atrás.

—No, no, no. En los molares tiene el veneno, déjalos al último comienza con los incisivos o los caninos.

Sigue mi orden hasta llegar a los premolares. He estado reteniendo las ganas de vomitar, es asqueroso.

—¿Y los demás? —cuestiona Dante.

—No lo sé, no los he visto —respondo simple—. ¿Tú qué haces aquí?

—Reydmon me ordenó ayudarte en todo.

—No es necesario.

—Eso le dije, pero mírame estoy aquí, no vayas contra mí sólo sigo órdenes —me interrumpió.

—Vamos, no tengo todo el día —aún le quedan dos molares de cada lado en la parte de abajo —. Última oportunidad, tienes diez segundos para pensarlo.

Escupe la sangre de su boca y me mira con odio, me da igual así que doy un bostezo demostrando mi aburrimiento ante él.
Mire al hombre para que continuara pero habló.

—¿Qué quieres saber? —se entendía todo a medias por la falta de dientes.

—¿Por qué estaban en el restaurante? ¿Qué sabes de Ashton Ivannov? —comienzo a preguntar.

—¿De verdad esas son tus preguntas? —lo miro seria—. Buscábamos a alguien y no, no sé quién es él.

—Mientes, estas acabando con mi paciencia. 

—¿Por qué mejor no me preguntas cómo te encontramos? Ya sabes a quién fuimos a buscar y no precisamente a ese podré chico.

No va a decir nada, así que me dispongo a irme y dar la orden para que lo maten pero me detengo en seco al escuchar su nombre.

—Sara... —lo miro y no miente.

—Dante, ve por los chicos.

Los espero recargada en una plancha, estamos en el mismo lugar donde murió Alarik.

Ethan y los demás llegan casi corriendo. Connor me inspecciona con la mirada, Gabriel está en alerta y por alguna razón Dante trajo a Reydmon así que él sólo está expectante.

—Ayer querías verme, ¿para qué? —pregunto tranquila.

—Todos están aquí —sonríe—Esto se pondrá interesante.

Ethan lo toma del cuello—. Por supuesto que será interesante, habla antes de que comience romper todos tus huesos.

—Me da más miedo ella y mírala, está aburrida.

Ruedo los ojos, en verdad esto se está prolongando—. Habla ya o muere —dije fría mirando al mismo matón que le sacó los dientes ahora apuntándole con su arma.

—Todos tenemos una misión en la vida querida Malia, y por eso estoy aquí. Ella ya te encontró y también Santoro. Recuerda; el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Eres muy estúpida —Ethan lo golpea pero no deja de hablar.

» Debiste venir a verme cuando lo pedí, ahora ya estaría muerto y tú con menos probabilidad de morir. Ella vendrá por ti, sabía que no vendrías a verme, así que el rastreador en mi oído ya ha hecho su trabajo. A estas alturas ya lo activaron, pero si estuviera muerto estarías a salvo. Te lo dije, muy estúpida.

Ethan me miró preocupado pero intente mantenerme serena. Connor tomó una macana eléctrica y presionó justo detrás de ambos oídos. Quedó inconsciente así que de inmediato todos comenzaron a hablar logrando iniciar un dolor de cabeza.

—¡Silencio! Despiértenlo y dejen que termine de hablar. ¿Por qué dijo que recién activaron el rastreador?

—Por la seguridad. En cuanto atraviesas la brecha para llegar aquí se desactiva cualquier rastreador, menos si son instalados por la compañía. Así que tenían que hackear el sistema y manipularlo para que el rastreador funcionará —explica Dante.

Dicho esto, el matón lo baña de agua fría para despertarlo.

—¿Algo más mi querido guasón? —digo.

—Nada, me pregunto quién llegará a ti primero y te llevaras muchas sorpresas.

—No estarás aquí para saberlo —dijo Ethan sacando su arma, pero el guasón sólo sonrió.

Malditos dementes.

—Tranquilo Ethan. El guasón va a vivir —todos me miraron sorprendidos—. Dices que me llevaré más sorpresas ¿no? Pues yo te quiero dar una, seguirás vivo.

—No creo que sus sorpresas sean buenas —habló Gabriel.

—Lo sé, pero ya le quité los dientes y al aparecer sólo ganó tiempo con ello. No tenía ningún veneno, los que lo mandaron saben que lo mataríamos. ¿Por qué no se lo devolvemos?

Todos me miran confundidos, como si estuviera loca, incluso el mismo reo me observa así, logran causarme un poco de gracia.

—¿Me vas a conservar? —pregunta impactado.

Asiento lentamente—. Veamos... chicos todos aléjese un poco —me pongo de pie y camino hacia él. Los demás están lejos—. Te soltare...

—Malia —Ethan intenta acercarse, lo detengo con una señal.

—Ustedes no van a entrometerse. ¿Entendido? —asienten y regreso mi atención a él que ya está libre—. Ahora qué harás, puedes matarme ellos no se inmiscuirán, me matas y te matan eso no importa porque desde que llegaste sabias que lo harías. Entonces anda, sorprenderme.

Doy un paso, levanto mi cabeza para poder mirarlo. Me toma del cuello más no hace presión. Sus ojos me acechan intentando comprender qué está pasando.

Después de no encontrar nada me suelta y vuelve a sentarse donde estaba.

—Que desilusión —exclamo fingida—. Pude ser tu rehén, ellos no harían nada, me llevarías con tu jefa teniendo tu vida a salvo y un gran mérito al llevarme con ellos.

Sus ojos se iluminan al notar lo que ha desperdiciado. Vuelve a ponerse de pie y río.

—Eso nunca va a pasar, hubo una pequeña oportunidad pero la desperdiciaste. En fin, cámbienlo de celda y no más tortura, bueno, retiren los dientes faltantes y consigan una dentadura que pueda usar.

—¿Qué buscas? —me cuestiona antes de salir.

—Nada —respondo simple—. Mira sus caras no están nada contentos con mis órdenes, pero eso no me importa mucho.

Me sonríe en respuesta, tengo curiosidad por su nombre así que le pregunto.

—Guasón. Es poco creativo y simple como tú, pero me divierte escucharlo.

—A mí igual Guasón.

Salgo y llego a la sala, los demás no tardan en llegar, comienzo a prepararme para sus reclamos pero no pienso dejar si quiera que hablen.

—Ya lo escucharon, vendrán por mí sí o sí. Ya sea hoy, en una semana o dentro de 10 años, pero lo harán. Y cuando eso pase no tendrán a nadie a quién interrogar o presionar para saber algo de ellos, excepto a él.
Así que les guste o no lo quiero vivo, le darán de comer dos veces al día. Lo dejaran en paz.

—¿Quién te busca o mejor dicho, quién ya te encontró? —interpela Dante—. Cuando fuimos al restaurante no fuiste con Connor por la falta de peluca.

—Eso a ustedes no les incumbe. Ethan, sabemos lo que puede pasar así que conserva la cabeza fría, si ellos llegan a tenerme sólo ustedes pueden encontrarme. Llamen a Marck e infórmenle de todo, incluso de Ashton —digo para después subir a mi habitación.

La segunda ronda del juego comienza...

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