No toques mis cosas
Aceleré los movimientos mientras no dejaba de mirarle con rabia, — por supuesto no le hice saber a Adara que estábamos siendo parte de un espectáculo. — De la pelirroja empezaron a surgir gimoteos mucho más sonoros y sus dedos empezaron a aferrarse más a mi piel, pero en ese momento no me importaba el dolor.
Su cuerpo se estiraba cada vez que introducía mi longitud por ella y se estrechaba con cada caricia en su piel. Ella atrapó de nuevo mis labios en los suyos reclamando más. No se lo negué.
Tenía rabia pero sobre todo sensación de saber que tengo lo que otro quiere. No se lo daría ni aunque fuera lo último que hiciera.
— Alec me vas a matar — dijo ella agitada y entrecortadamente mientras gemía en mis labios. Me quité de la cabeza a Kai por unos instantes en lo que enfocaba el 100% de mi en ella.
— Te necesito pelirroja. — supliqué mirándola mientras se retorcía a horcajadas de mi sin parar de moverse con rapidez.
El coche, por el contrario, empezaba a rechinar y a moverse ligeramente cuando alguno hacía algún movimiento brusco, pero tampoco quería poner a prueba su límite.
En el momento en el que ambos empezamos a sentir esa corriente de pasión estallar, nos relajamos sobre los asientos con falta de aliento en los pulmones pero con la mejor sensación y nos fundimos en un último beso.
— Lo has hecho bien cariño — dije acariciando la línea de su mandíbula — muy bien.
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Hope intentaba no perder la voz y la paciencia cuando nos empezó a reñir al llegar a casa. Se suponía que estábamos llegando bastante más tarde de la hora que habíamos acordado, pero no podía mostrar una expresión de indiferencia más notable en los ojos. Casi empezaba a sentir lástima por sus cuerdas vocales y por Dylan, quien seguramente se llevaba varias de estas charlas.
Moví mi cabeza a un lado para estirarla hasta hacerla crujir, al igual que hice con cada uno de mis dedos de la mano, me dolía horrores después de la incomodidad del coche. Solo por eso con mis extremidades, recibí una mirada de horror de Adara, solo por molestarla más lo volví a hacer.
— Te vas a romper los dedos — dijo ella paranoica mientras me abofeteaba el brazo queriendo hacerme daño. No lo hizo.
— Wow, ¿pero eso sería inconveniente, no? — Hope se veía asqueada cuando respondió y milagrosamente eso fue lo que hizo que se marchara enfurecida sin mediar palabra, mientras que la pelirroja intentaba mostrar una expresión seria mientras asentía, — en el fondo se estaba tronchando de risa —.
Eché a andar por el costado de Hope evitando seguir estando en esa conversación y afortunadamente para mis oídos ella captó la indirecta y terminó con un último refunfuño mientras se iba a sentar al sillón de mala gana. Nosotros no tardamos en seguir sus pasos cuando Dylan se presentó en el salón con una sonrisa de oreja a oreja, mostrando su lado orgulloso mientras nos enseñaba una bandeja de pollo recién sacada del horno que seguramente había comprado, aun así olía que daba gusto. Según lo dejó en la mesa atacamos como lobos a la pieza, nos lo servimos en nuestros platos y engullimos hasta saciarnos.
Cuando Hope fue a abrir la boca por primera vez, el timbre sonó causando un estruendo y silenciando el comedor, sin embargo a pesar de eso, no le dimos importancia y no dejamos de triturar la comida.
— Ya voy yo — dijo Hope ofreciéndose al tiempo que se levantaba con cansancio hacia la puerta. Todos la seguimos con la mirada con curiosidad por ver quién sería el que estuviera detrás, pero entonces antes de que pudiera abrir por completo la entrada una figura entró sin pudor alguno dando un golpe a Hope y dirigiéndose sin perder el rumbo hacia la mesa donde estábamos ahora los tres.
Los levantamos como resortes al ver a Kai viniendo. Palidecí al darme cuenta de que la había liado cuando estábamos en el coche. No había pensado en las consecuencias que eso traería pero tampoco pensé que tendría los cojones de presentarse aquí.
— Te voy a pedir que salgas de aquí, Kai — dijo Adara con tono tranquilo mientras escondía los nervios.
Este la miró y parecía que le atravesaba el alma pero entonces se enfocó en mí al ver que este empezaba a levantar su mano hacia mí tensé mi cuerpo preparado para el impacto que a diferencia de otras veces este sí que llegó.
Fue un golpe bien merecido, por imbécil, pero tampoco me iba a rebajar.
Adara soltó un pequeño grito que quedó ahogado en su mano, me agarró con delicadeza por la parte de la camisa y se giró para ver si tenía alguna marca, — no había nada que ver —. Me miró con preocupación y el miedo se podía ver en sus ojos cristalinos ahora. Sus labios temblaban levemente y sin necesidad de palabras suplicaba que no fuera a más.
Dylan se puso en medio y tiró de él hasta la puerta como pudo acompañado de insultos que estaban dirigidos tanto a mí como a Adara.
— ¡Por lo menos ten los cojones de explicarme qué es esto! — gritó Kai como un psicópata sobre el hombro de Dylan. Este se giró para mirarnos y entender cuál sería nuestra respuesta, pero ahora dependía de lo que querría hacer Adara. Si fuera por mi se hubiera ido hace un rato...
Le costó llegar a una respuesta pero al final acabó asintiendo y el que tenía al loco por la camiseta le soltó, permitiendo que se acercara de nuevo a nosotros.
Mi miró elevando un poco la cara para poder mirarme a los ojos directamente y murmuró con desprecio;
— Como no te vayas te llevas otro guantazo — me reí entre dientes sin apartar la mirada. Tensé la mandíbula con ganas de que lo volviera a intentar.
— No importa — dijo la pelirroja susurrando — no tardaremos mucho.
— No vas a estar sola con esta mierda seca
— Ahora volvemos — dijo poniéndose de puntillas y depositando un beso en mi mejilla.
Me enderecé y le miré con frialdad.
— Como le pongas una mano encima te la rompo, ¿lo entiendes?
Con un último roce entre ambos estos dos se fueron hacia la cocina, esta quedando en la pared contigua a la que estábamos.
No mucho después de que ambos hubieran desaparecido, empezaron los gritos y las peleas.
Adara
— ¿Me explicas que ha sido eso? — chilló Kai apuntado con el dedo la dirección en la que previamente estábamos.
— Ya no estamos juntos, yo no me meto en lo que haces en tu vida privada, no hagas tú lo mismo.
— ¿No ves que lo único que él quiere conseguir es placer, Adara? Date cuenta joder — gritó este.
— No le conoces y no sabes como es, qu-
— ¿Y tú sí? — pensé la respuesta antes de hablar.
— Sí — guardó silencio y se pellizcó el entrecejo. — No espero que lo entiendas pero si yo quiero estar con él lo único que quiero es que lo respetes. Si no puedes hacer eso entonces no te quiero en mi vida.
— Yo he sido el único que ha estado en tu vida, no ha habido nadie más antes, no puedes encapricharte así por alguien y mandar a la mierda lo anterior. No lo has pensado bien. — dijo poniéndome las manos en las mejillas pero yo las aparté.
— Ni tú has sido el primero, ni nunca me he enamorado de tí. — Vi como algo dentro de él se rompió pero aparté la mirada y seguí —. Te quise pero no me enamoré de tí. Lo necesito a él, antes lo hice y lo seguiré necesitando.
Hubo un silencio incómodo y espere, cruce los dedos por que la conversación se hubiera terminado, pero nada, aquí hoy se había levantado guerrero.
— ¿Ha habido una sola vez que te haya dado alguna señal de que no busque solo el placer? — me quedé con la boca cerrada con los ojos cerrados y el cuerpo tembloroso ante la duda de que él tuviera razón, aunque no me arrepentiría de mis decisiones — eso pensaba yo...
— Él me ha dado más puertas de las que tu jamás podrías haberme brindado, no necesito regalos para entender que la otra persona me quiere. — comenté cuando estaba pasando por su costado para volver al lugar inicial, sabiendo que ahí me estaba esperando Alec.
— Nada puede ser igual dos veces, si de verdad me haces esto no te lo perdonaré. — concluyó Kai deteniendo con un tirón en mi brazo.
No respondí, volví con el castaño que me esperaba y me quedé a su lado permitiendo que este me rodeara con sus brazos alrededor de mi cintura. Kai nos repasó antes de salir murmurando y maldiciendo hasta cerrar la puerta de un portazo.
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