Como vivir en una película...
Pasaba el tiempo y aunque ella no se llegó a mover demasiado durante la noche - algo raro desde luego -, pero eso hizo que ambos consiguiéramos dormir como troncos durante la noche. O eso pensé.
- ¿Estás despierto? - susurró ella en medio de la noche y no respondí a pesar de que la había escuchado con perfecta claridad. - No puedo dormir.
- Si puedes - dije con voz ronca.
- Pero es que me aburro... - fruncí el ceño y me froté los ojos con la yema de los dedos y la miré como si le hubiera salido un tercer ojo.
- ¿Qué hora es? - me dolía la cabeza y sentía mi garganta seca, y en lo que tardé en ir al baño y volver para saciar mi sed, ella ya tenía el teléfono en la mano comprobando la hora.
- Las 2:30 - dijo mirándome con los ojos bien abiertos pero aun así manteniendo el tono de voz silencioso.
- Joder... ¿llevas mucho tiempo despierta? - ella negó con la cabeza y se giró ahora mirando boca arriba.
- ¿Ponemos una peli? - preguntó ella ahora enderezada y mirando en el móvil algo que no lograba ver.
- ¿Qué? - retomé posición en la cama y me tapé con las sábanas hasta las pestañas, empezaba a pensar que en realidad la que estaba loca era ella.
- Sí mira, podemos ver o bambi o las aventuras de grey - dijo ella segura de que estaba a favor del plan.
- Esa no existe - solté ahora repitiendo el título de la segunda película en mi cabeza para asegurarme de que no había sido una imaginación mía.
- Sí que existe.
- Adara que no - ella hizo una pausa mordiéndose la uña pensativa y me miró confusa. En el fondo ella sabía que yo tenía razón y no lo admitía por su orgullo que la superaba.
- Entonces que es a ver, listo.
- ¿No será 50 sombras de Grey? - pregunté ahora más seguro de mi respuesta y de lo que ella quería decir. Pero aun así había silencio en su cabeza y una risa amenazando salir.
- Eso es lo que he dicho.
- ¿Quieres ver esa? - Ambos nos incorporamos ahora y cuando ella buscó el nombre de la película en internet me lo mostró como si fuera su mayor hallazgo.
<<¿Acaso sabía de qué iba?>>
- Esa es la idea, Alec, pero no pones de tu parte.
- Quieres ver una peliula de sexo a las dos de la mañana - repetí yo para hacerme yo una idea y para confirmar que era lo que me estaba intentando decir.
- Tienes razón, no eres la mejor compañía para eso. - apagó su teléfono y con suavidad lo tiró a la cama de al lado. Como si estuviera indignada por eso se dió la vuelta y me dio la espalda.
- Mira hacemos un trato, tu te vas a dormir unas horas, descansas, y luego yo te hago sentir como en la película.
Me miró con el ceño fruncido y pondría la mano en el fuego a que se habría avergonzado por eso.
- Permíteme dudarlo, no creo que llegues ni a la quinta parte de lo bueno que es Christian - me reprochó ella y no iba a mentir, me sentí que me sentí insultado.
- Entonces se te habrá olvidado cómo es estar conmigo - la reprimí a ella cuando noté que su cuerpo se había desplazado ligeramente más hacia el mío - Pero no te preocupes, se me da muy bien hacer memoria.
- Tengo curiosidad por saber lo que pasa por tu cabeza, porque la mía solo está en blanco.
<<Esa cabecita malpensada algún día terminaría conmigo>>
- Pues mira, dentro de unas horas, cuando dejes de estar dormida y estés despejada para que no se te pueda olvidar lo que voy a hacerte, primero voy a probar esto - dije pasando mi dedo índice por sus labios, acariciándolos como si fuese oro. - y luego voy a bajar muy despacio por aquí - deslice casi rozando su cuello y pasando por su ropa hasta el ombligo hasta que me detuve ahí.
Su respiración ahora estaba acelerada, y la mía tampoco iba a ritmo constante. La tenía tan cerca que si levantaba su mentón lo suficiente podía besarla. Sus muslos ahora estaban más apretados que antes y mi amiguito empezaba a asomarse sin pedir permiso.
- ¿Y no vas a seguir? - pidió ella sin levantar su mirada.
- ¿Por dónde quieres que siga, Adara? - si ella quería jugar, participaría en su juego con mucho gusto.
- No lo sé... ¿Ya no te acuerdas de cómo consentir a una mujer? - preguntó ella con ese tono que hacía recorrer un escalofrío a lo largo de mi cuerpo.
- Eso no es lo que me preocupa, es más bien como vamos a acabar dejando la habitación si seguimos... ¿qué dirán las de la limpieza después, eh?
-¿Desde cuándo te preocupa lo que piensen los demás? - dijo sonriente - Debes estar oxidado.
Levanté ambas cejas con sorpresa pero yo tampoco me quedé atrás.
- Entonces lo vamos a hacer como si no nos importara.
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Adara
La mañana siguiente fue tranquila, él fue el primero en despertar, pero eso era costumbre a estas alturas. Sentí como con sus brazos me atraía a su cuerpo y me empezó a acariciar la espalda haciendo pequeños círculos con los dedos.
Como habíamos previsto la noche anterior, el cuarto había acabado patas arriba y nuestros cuerpos cansados por la adrenalina, aunque de eso no nos quejábamos.
Cuando terminé de despertarme por completo y procesé que no estaba sola, me dí cuenta de que levantarme acompañada por las mañanas era algo que me gustaría incorporar a mi rutina. Por mucho que pudiera sonar imposible.
- ¿Has descansado? - me dijo este cuando se dio cuenta de que ya había abierto los ojos por completo, pero antes de que pudiera contestar solté un bostezo largo, lo que le dio a entender que aún me faltaban unas horas de sueño para que tuviera las pilas recargadas, y tenía razón.
- Si... - dije sonriente y mirando a todos lados como si estuviera recordando donde estaba. - ¿Nos tenemos que ir hoy...?
Se rió con un tono más silencioso y tristemente asintió con la cabeza.
- Sí, pero de todas formas el taxi pasa en dos horas, si no quieres que llame para que vengan antes,tienes tiempo para hacer lo que quieras. - me pasó un mechón de pelo por detrás de la oreja cuando dijo eso - y me escondí entre las sábanas haciéndome un pequeño ovillo contra su cuerpo, y como si le quemara mi roce este se apartó.
- ¿Qué te pasa? - pregunté saliendo ahora de entre tanta manta y así poder mirarle a la cara para ver su expresión.
- Nada - respondió sin más y se empezó a enderezar para ya levantarse por completo.
- ¿Qué he hecho? - volví a insistir sentada ahora en la cama mirándole desde donde yo estaba. Este se giró con una media sonrisa y elevó las cejas divertido.
- Solo acelerar un proceso que quería que se diera más tarde - se agachó apoyando los brazos en la cama y sin esperarlo me robó un beso corto pero que para mí lo fue todo. Estuve congelada durante unos segundos mirándole como si le hubiera salido un tercer ojo y luego Alec volvió a hablar; - ¿Quién se va a ocupar de eso eh pelirroja?
Debía tener cara de tonta en ese momento, parecía que me estaba hablando en un idioma que no entendía, pero cuando bajé levemente la cabeza y ví su... situación, lo entendí.
En algún momento de la noche debió de deshacerse de sus pantalones y ahora solo estaba en ropa interior, tal vez estaba así más cómodo, pero eso tampoco dejaba mucho espacio para la imaginación.
- ¿Y la culpa la tengo yo? - susurré sin apartar la mirada de la suya cuando estuve tentada a desviar mi enfoque a otro lado.
- La culpa siempre la tienes tú - enfatizó esa palabra: "siempre", algo que no podía haber negado que era un sentimiento mutuo. Aún estaba a centímetros de mí, pero ninguno de los dos se acercaba lo suficiente para que estuviéramos en contacto.
- No sé si debería ocuparme de ese problema, ¿tu crees que pueda ayudarte? - este gruñó con suavidad lo que puso mi carne de gallina, y no especialmente en el mal sentido.
Sabía que eso podía ser cierto, aunque no significaba que nos quitara las ganas a ambos. Se podía notar la tensión en la habitación y por cada minuto que pasaba, esta crecía, lo que hacía que por lo menos mi respiración se fuera acelerando por momentos.
- ¿Te estás insinuando? Porque si es el caso, no tengo ningún problema con eso, pero eso ya lo sabes. - y tanto que lo sabía, por eso era tan excitante este juego que ambos llevábamos trayendonos entre manos desde hace tiempo.
Sin haberlo pensado con detenimiento, mis ojos traicioneros se dieron el placer de degustar eso que estaba escondido en la tela, pero Alec ya estaba al tanto de ese desliz por mi parte, incluso parecía que él iba a ser el que se iba a lanzar, sin embargo se separó justo antes de tocarlos.
- ¿Sabes cual es el único problema que veo? - dijo prácticamente contra ellos antes de que yo pudiera decir nada. - Si empezamos con un beso, es muy posible que sigamos en la cama, y si eso ocurriera no saldríamos a tiempo para que nos vengan a buscar y eso podría ser un problema, a que sí...
Hubo un pequeño silencio de nuevo pero tampoco me iba a quedar callada
- ¿Y no pueden venir después? - este se rió entre dientes con algo de malicia y besó mi mejilla.
- No, pero te haré recordar algunas cosas que dejamos pendientes ayer, si te parece bien claro. - dejamos una pausa en medio y decidí confiar en él, entonces asentí. - Esa es mi chica.
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