Capítulo 13 (2ºparte)
Cuando entré en la habitación, un penetrante olor a medicinas me envolvió. Mi padre se encontraba tumbado en la cama, su pierna izquierda escayolada. Una inquietante máquina registraba sus latidos, llenándome de nerviosismo.
—Papá...—balbuceé, lágrimas asomando en mis ojos mientras me acercaba a su lado, aferrando su mano. No hubo respuesta de su parte, sus ojos permanecían cerrados.
— Sarisha yo..
Aidan estaba a punto de decir algo, cuando una enfermera irrumpió en la habitación : — Lo siento, ¿pueden salir un momento? — nos pidió.
Stoke o Anderson, como quieran llamarlo, me miró y asentí. Ambos salimos al pasillo. La enfermera nos informó sobre el accidente de coche que había llevado a mi padre al hospital, afortunadamente, lo habían traído a tiempo, pero había perdido mucha sangre.
— ¿Está fuera de peligro? — pregunté en un susurro, preocupada.
— Sí, no se preocupe —respondió. — Ahora está descansando, se despertará en breve y podrá verlo.
— Gracias — le agradecí mientras se marchaba, dejándonos solos.
Nos quedamos en silencio parados allí, no me podía mover, mis piernas temblaban como gelatina.
— Sarisha, ¿estás bien? — Aidan preguntó suavemente.
— No... tengo miedo, Aidan, mucho miedo. No sé qué hacer — musité, luchando contra las lágrimas. — Quiero mucho a mi padre, y no sé cómo podría afrontarlo si le pasara algo. No tengo hermanos que me respalden.
Le expliqué la importancia de la familia en mi cultura, cómo la presencia del padre era un símbolo de protección, y cómo la pérdida de ese apoyo podía afectar gravemente a las hijas.
—...es como si el padre tuviera una mano invisible que cuida a su hija — expliqué, con lágrimas a punto de derramarse en mis ojos. — Pero cuando ese amparo desaparece, la vida se vuelve un desafío, especialmente para las hijas. Tememos los abusos, las amenazas, las violaciones...
>>Y-yo no se de aquí, pero en nuestra cultura si el padre fallece es muy dificil que la chica se pueda casar, nadie viene a pedir su mano. Y si son violadas o divorciadas y encima el padre fallece, ya ni te cuento.
Aidan asintió con comprensión, permitiéndome continuar.
— Pero si tienes un hermano, eso es como tener un refugio adicional — proseguí, luchando por encontrar las palabras adecuadas. — Cuando el hermano y el padre están vivos, es como si tu hogar fuera una fortaleza. Si un hermano fallece, la fortaleza se debilita, pero sigue habiendo una zona segura. Si el padre muere, la fortaleza se desmorona a más de la mitad, pero aún tienes un rincón para resguardarte...
Aquel chico me envolvió en sus brazos, completando mis pensamientos.
— Y si pierdes a ambos, o si no tienes hermanos y el padre fallece, la fortaleza desaparece para siempre, sin ningún lugar donde encontrar refugio — continuo él mientras que se acercaba para envolverme en sus brazos.
Justo cuando me abrazó, comencé a llorar, ya no podía aguantar las lágrimas. Tenía confianza con él porque aunque solo estuvimos un año juntos cuando íbamos al mismo colegio, me demostró ser un buen amigo y se comportó cómo un hermano mayor que nunca tuve. Siempre estaba cuando más le necesitaba...hasta que me cambié del colegio y perdimos el contacto.
— Shh... tranquila — me reconfortó, acariciando mi cabello.
— Tengo miedo, Aidan — sollocé.
— Tranquila, la enfermera dijo que tu padre está fuera de peligro. Sarisha, te prometo que se recuperará pronto.
Seguimos abrazados durante un tiempo hasta que pude calmarme, y luego nos sentamos en unos asientos cerca de la habitación.
—Aidan ¿c-como dejaron que pasáramos siendo menores de edad? — pregunté después de unos minutos, refiriéndome a lo que pasó abajo — ¿Qué es eso de "identificación Stoke" ?
—Es una tarjeta que solo tenemos nuestra familia — me respondió sacando la tarjeta y entregándomela — Es muy difícil, casi imposible de falsificar porque contiene unos elementos que las personas no podrían conseguir con facilidad.
Observé la tarjeta, era muy bonita: de un color gris brillante con las letras en cursiva de "Identificacion Stoke" en color dorado. Abajo aparecía el nombre completo de Aidan y en la esquina derecha una foto de esté con traje. Le iba a entregar cuando el color de las letras cambio a uno blanco sobre la tarjeta gris.
—¿Acaba de cambiar el color de las letras? — pregunté incrédula.
—Sí — contestó — Tranquila, no es nada mágico — añadió riéndose al ver mi cara de sorpresa — Depende de cómo reciba la luz, cambia al blanco o dorado. Por ejemplo, esto puede ser una prueba de que la tarjeta no está falsificada, entre otras cosas.
—Me encanta — le dije con una sonrisa —Mola...
Narra Wyatt
Terminamos la última hora de clases y salí junto a Carla. No paré de pensar en Sarisha en todo el día.
¿Por qué me preocupo por ella ?
— Cariño, recuerda que mañana quedamos en que vendrás a mi casa por una semana — me recordó Carla cogiéndome del brazo y sacándome de mis pensamientos, mientras que salíamos del instituto para reencontrarnos con el F30 en la entrada — Mis padres se irán a China por una semana esta madrugada.
— ¿Crees que lo he olvidado? — respondí, pasando mi mano por su cintura y atrayéndola hacia a mí.
— Esta claro que no — contestó con una sonrisa traviesa — Estoy deseando que llegue mañana — susurró esto último a lo que sonreí como respuesta.
— Deja de imaginarte cosas pervertidas —dije con una sonrisa — Está ahí el grupo — los señalé con la cabeza mientras nos acercábamos.
— ¡Hey! — saludaron.
— Hey — saludé — ¿Nos vamos?
— Hay que esperar a Aidan — me contestó Alex — ¿Lo has olvidado?
— No hace falta —intervino Carla — Nos tocaba estar juntos en la segunda hora, y no apareció. Después me di cuenta de que no estuvo en todo el día.
— Eso es extraño viniendo de él — mencionó Bryan, mi hermano gemelo.
— Sí, nunca falta a menos que haya una razón — añadió Marisa.
— ¿Tenía alguna sesión de fotos o entrevistas? — me preguntó Brandon.
— Sí, tenía una sesión de fotos, pero solo a primera hora — respondí.
— Te diré una cosa: Aidan no vino después de la segunda hora, y Sarisha tampoco estuvo en el instituto desde entonces — señaló Carla — Creo que tienen algo y sigo sin entender que es lo que vio Aidan en esa tía.
Eso me molestó. Recordé haberlos visto abrazados en la fiesta.
¿Y si Carla tiene razón y están juntos?
Pero no podía ser. Sarisha era musulmana y, según lo que sabía de ella, tenía un profundo respeto por su religión. No haría nada en contra de sus creencias.
Entonces, ¿por qué no estaban en el instituto? Cerré los puños con frustración, incapaz de sacar esa idea de mi mente
Sin previo aviso, besé a Carla en ese mismo instante, justo frente al instituto y ante todos, desafiando cualquier mirada curiosa.
Claro que sí, nos besábamos delante de todos pero ese beso no era normal y ella no se resistió; al contrario, abrió la boca permitiendo el paso de mi lengua.
No fue un beso fugaz ni tierno, sino un beso prolongado, profundo y, a la vez, ardiente. Mis manos se deslizaron de su rostro hasta su cintura, atrayéndola hacia mí, mientras que sus dedos se enredaron en mi cabello, apretando con deseo.
—Vale, chicos...tranquilos —interrumpió Raúl con un carraspeo, dejando claro que no estábamos solos—Recordad dónde estáis.
—Aún hay profesores y alumnos por aquí, no olvidéis eso — añadió Andrés. —Os vemos venir, así que más os vale ir a casa antes de traumatizar a alguien.
—Nosotras ya estamos traumatizadas — dijo Paula.
Carla y yo comenzamos a separarnos, aunque a ella claramente no le gustaba la idea: —¿No creéis que estáis exagerando un poco? — preguntó alzando una ceja con escepticismo.
—Ya, díselo a tu novio — Lían señaló con la cabeza hacia mi parte, lo cual me hizo maldecir mentalmente. La excitación comenzaba a notarse y, lo peor de todo, estábamos a la vista de todos, delante del instituto y a veinte minutos de casa.
—¡Eeeww!
—¡Lían!
Exclamaron algunas chicas. Hubo una serie de comentarios entre risas por parte de los chicos.
— Ni que fuera la primera vez que veis esto. Recordad que vosotras también tenéis novios — señalé a los chicos mientras abrazaba a Carla desde atrás, apoyando mi barbilla en su cabeza.
—Tiene razón, pero yo no veo a nadie acariciando las partes bajas en público — comentó Sonia.
—Carla, será mejor que nos vayamos. Están obsesionados con echarnos de aquí— agregué, besándola en la mejilla.
—Mejor para nosotros, entonces — respondió, guiñándome un ojo.
—Son unos asquerosos — murmuró Cristina.
—Adiós, chicos — me despedí.
—Claro, adiós — respondieron Andrew y Hugo.
—Y no te olvides que tenemos esta noche la carrera de coches —escuché decir a Andrew mientras me alejaba.
* * * *
Narra Aidan
Acompañé a Sarisha al hospital tras enterarme de la crítica situación de su padre. El peso de la preocupación se cernía sobre nosotros mientras esperábamos noticias. Finalmente, la enfermera nos dio un parte tranquilizador: el padre de Sarisha estaba fuera de peligro.
Traté de consolarla y nos sentamos juntos en la sala de espera. Miré el reloj y las agujas marcaban las 2:30 de la tarde; el tiempo había pasado inadvertido, y seguramente las clases en el instituto ya habrían terminado.
Justo cuando estaba por enviar un mensaje al grupo para informarles de nuestra situación, noté algo en mi hombro: Sarisha se había apoyado en mí y estaba profundamente dormida. Con el mayor cuidado para no despertarla, sostuve su cabeza entre mis manos y la acomodé en la silla, doblando sus piernas para que estuviera más cómoda.
Decidí buscar a una enfermera para conseguir una manta y abrigar a Sarisha. Cuando regresé, noté que su teléfono estaba encendido con una llamada entrante de Salma, aunque el volumen estaba apagado. No quise despertar a Sarisha, y acabé respondiendo la llamada.
—¡Finalmente decides responder! — exclamó Salma en cuanto atendí.
—Hola, Salma —la saludé —Soy Aidan.
—Aidan... ¿Qué Aidan?
—Parece que ya me olvidaste, y ni siquiera ha pasado un día — bromeé. —Soy Aidan Stoke.
—¡¿AIDAN?! — exclamó incrédula, más bien sorprendida. —Quiero decir... ¿y Sarisha?
—Ella... está dormida.
—¿Dormida? —preguntó ¿curiosa? —Ooh...ya, claro. Por favor, dile que me llamé cuando esté en casa. Es muy importante.
—Por supuesto —prometí.
Opté por no mencionar la situación del padre de Sarisha, ya que yo no tenía porque decírselo. Después de unos minutos, cuando finalizó la llamada, sin darme cuenta, poco después yo también me había quedado dormido.
Cuando finalmente desperté, Sarisha seguía dormida. La observé durante un momento; lucía tan serena mientras descansaba. Su inocencia y vulnerabilidad me fascinaban. Recordé cómo se había desahogado antes de quedarse dormida, compartiendo sus sentimientos... Me dolía verla así; no quería verla llorar ni sufrir.
Salí de mis pensamientos y bajé para comprar comida para ella. No estaba segura de sus gustos, así que traje un sándwich, yogur, un zumo, agua y, por último, una palmera de miel que solía disfrutar cuando íbamos al colegio juntos.
Cuando subí de nuevo, vi a Sarisha desde lejos y sonreí. Se encontraba sentada, con el cabello suelto y desordenado, intentando hacerse un moño mientras miraba a su alrededor.
—¿Despertaste? — pregunté sonriendo al acercarme.
—Te estaba buscando —respondió —Me pregunté si te habías ido.
—¿Y dejarte sola? —repliqué alzando una ceja. —Ni lo sueñes, Sarisha. Nunca te dejaré ni me iré sin avisarte. Te traje el desayuno.
—Aidan, no hacía falta —dijo, con gratitud. —Ya has hecho mucho por mí.
—Lo hago porque quiero —afirmé, tomando asiento. —También te traje una palmera de miel, espero que aún te guste.
—¿Aún te acuerdas?—me preguntó, sonriendo.
Reí y luego respondí: —Cómo podría olvidarlo. Te ENCANTABA la palmera; solías devorarla en segundos.
—No era para tanto —contestó, haciendo un puchero antes de bajar la mirada y sonreír. —Sigue encantándome.
Negué con la cabeza divertido mientras le entregaba la bandeja. Luego, después de unos segundos, me miró seriamente, frunciendo el ceño.
—¿Y tú no comes?— preguntó.
—No tengo hambre.
—No has comido nada desde esta mañana —señaló.
—Lo sé, pero no tengo hambre.
—Aidan...
—Tranquila, ya comí abajo — mentí para que dejara de hacer preguntas y pudiera comer tranquilamente.
—Pero...
—Sí — asentí, haciéndola callar. —Ya comí.
Parecía no creerme del todo, pero decidió no insistir y comenzó a comer su comida. La observé mientras disfrutaba de su comida; me encantaba verla. Sin darme cuenta, mi mirada se posó en sus labios, y sentí el deseo de besarla. Quería hacerla feliz, quería hacerla mía...
Joder, sabía que ella era pura, y su religión y su integridad eran fundamentales para ella. Conocía su historia y su forma de ser, y siempre la respetaba. En el fondo, me consumía el deseo de confesarlo: llevaba enamorado de ella durante ocho años, a pesar de que solo fuimos amigos durante un año y luego perdimos el contacto. Nunca dejé de pensar en ella.
De repente, recordé la fiesta de anoche. Sarisha y Wyatt no estuvieron en el jardín, y rezaba para que no hubieran estado juntos en ese momento. Cuando finalmente aparecieron en el jardín, noté algo extraño en ambos, sobre todo en Sarisha, como si la presencia de Wyatt la incomodara.
"—Para las chicas: ¿Alguna vez has estado cerca de algún chico desnudo?", leyó el papel que a Leila le tocó decir.
Sarisha había bebido de su vaso. Hasta donde yo sabía, ella nunca había estado, ni estaría, con un chico en ese estado.
Me pregunté a quién había visto Sarisha en esa situación, y esperé que no hubiera sido Wyatt. Aunque él y yo éramos amigos, hermanos... si descubría que le había hecho daño a Sarisha o había intentado manipularla de alguna manera, no lo perdonaría
Narra Sarisha
Habían transcurrido más de dos semanas desde que no pude asistir al instituto debido a la repentina situación con mi padre. Aidan se había convertido en mi salvación al proporcionarme apuntes y tareas, las cuales yo completaba y luego le entregaba para que las entregara a los profesores.
La salud de mi padre se deterioraba rápidamente, y ya no podía continuar trabajando. La necesidad de dinero era urgente, y Aidan estaba haciendo mucho por mí. Tampoco podía continuar dependiendo de las chicas para los gastos cotidianos quienes ya me ayudaban haciendo compra para nosotros con sus propios dineros, nos daban comida o me ayudaban a prepararlo.
En medio de la desesperación, encontré dos trabajos a medio tiempo: uno como camarera en un bar-restaurante y el segundo como niñera.
Necesitábamos el dinero.
Flashback
—Los tratamientos por sesión le costará alrededor de cincuenta euros —dijo la enfermera. —Sin contar los medicamentos.
—¡¿Cincuenta euros?! —pregunté incrédula— ¿No...no tenéis algo más barato?
—Lo lamento —respondió. — Si deseas que tu padre se recupere pronto, estos son los tratamientos y medicamentos que necesita.
—Pero yo...
—Por favor, agrégalo a la cuenta de Aidan Stoke —intervino el chico sorprendiéndome.
—¡¿Qué?! —volví a preguntar incrédula mirándole, no podía permitir que hiciera eso— Aidan, no puedes hacer esto, yo...
—Sarisha, tranquila —me interrumpió—. Lo hago porque quiero, además, para nosotros eso no es nada... Es mi tío, quiero ayudar —añadió mientras entrelazaba su mano con la mía—. Por favor, añádalo a la cuenta de Aidan Stoke —le dijo a la enfermera, y cuando estaba a punto de replicar, apretó suavemente mi mano.
—Eres afortunada de tener un novio así —comentó la enfermera sonriente.
—¿Eh? Oh... no somos pareja —respondí soltando la mano de Aidan—. Solo somos amigos —terminé diciendo mientras Aidan se reía suavemente.
—Lo siento —se disculpó la enfermera.
—Aidan, gracias... te prometo que te lo devolveré —murmuré en voz baja.
Fin del flashback
Aidan me había ayudado a traer a mi padre a casa, explicándome detalladamente cómo y cuándo administrar los medicamentos.
—...y debes darle la pastilla de este paquete 3 horas después de la comida, y disolver esto en agua para dárselo con la comida.
—Gracias —le agradecí sinceramente—. Es muy tarde, debes irte.
—De acuerdo —respondió Aidan—. Si necesitas cualquier cosa, llámame... no importa la hora, y recuerda que pasaré a recogerte mañana para ir al instituto.
—Gracias.
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Tengan buen comienzo de la semana!!
¿Qué les pareció el capitulo?
Ojo!! Andrew dejo una pequeña, pequeñísima pista que tendra relación con lo que le pasara a nuestra querida protagonista en unos capitulos más adelante. ¿Para bien o para mal?
Vamos a volver a recordar lo que le dijo a Wyatt: Y no te olvides que tenemos esta noche la carrera de coches.
¿Qué piensan que pasara?
¿Qué les va pareciendo hasta ahora el libro?
Se le quiere a Aidan<3
Os quiero <33 y nos leemos.
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