Capítulo 12

Narra Leila

Flashback, la noche de la fiesta.

—Chicos llevamos esperando diez minutos a Wyatt y a Sarisha para jugar —se quejó Cristina  — ¿Dónde están? 

Nos encontrábamos en el jardín trasero esperando a esos dos para empezar a jugar. Los llevábamos esperando diez minutos y no había ni rastro de ellos.

—¿Alguien sabe dónde están? —inquirió Marta.

—No...— respondí yo.

—Hola chicos —saludó Bryan y Ava uniéndose a nosotros.

— ¿Qué hacéis? — preguntó Ava.

—Vamos a jugar al juego de "Secretos a la luz" — contesto Aidan.

—Pero llevamos esperando a Wyatt y a Sarisha desde hace tiempo y no aparecen— añadí.

—Oh, Sarisha...lo siento —habló el gemelo Stoke —Se me olvidó avisar que ella esta arriba en la habitación, dijo que se encontraba cansada.

—Si queréis podemos ir Leila y yo a llamarla —propuso Camila —Para preguntar si quiere unirse a nosotras.

—Sí —afirmó Alonso — Y Dani, Raúl y yo podemos ir a buscar a Wyatt.

Nos pusimos de acuerdo y nos separamos de los demás para buscar a esos dos. Los chicos recorrerían la planta baja y nosotras las de arriba. Había mucho jaleo en la casa, apenas te podías mover.

—Leila ¿Te parece bien si nos separamos a partir de aquí? — preguntó Camila una vez que subimos a la primera planta —Tú buscas en el piso de arriba y yo por aquí.

—Claro — respondí subiendo las escaleras que me llevarían a la segunda y ultima planta. 

Las escaleras estaban llenas de gente besándose, tocandose... Mientras iba subiendo las escaleras, iba buscando a Sarisha entre la gente y justo cuando estaba por llegar a la planta, me choqué con un chico.

—¡OYE! Puedes tener cuid...— me quedé callada al ver con el chico que me había chocado.

Le reconocí de inmediato, era Eric Stoke, primo de los gemelos Stoke. Me había olvidado completamente de él, era un chico muy guapo. En general todas las chicas del mundo se morían por los chicos Stoke o pertenecientes al grupo F30 ya que eran muy guapos que parecía que no habían nacido en este mundo.

Eric, era un chico que media por lo menos 1.80, era un poco más alto que yo. Tenia el cabello marrón oscuro que hacían juego con los ojos. Llevaba un vaquero azul oscuro rasgado con una camiseta blanca que se ajustaba a ese torso bien trabajado.

—Lo siento si te hice daño — me dijo sonriendo, mostrando su dentadura blanca como la nieve.

—No puedo creer que seas Eric...Stoke...

Cerró los ojos suspirando y dijo: —Por favor dime que no eres otra fan...

—No, no lo soy —le respondí —Más bien, soy tu...acosadora — le dije entre risas.

El sonrió mostrando sus blancos dientes y se fue acercando más hasta que estampó su mano contra la pared.

Erick pasó su pulgar por mi labio inferior acercándose — ¿Eso es lo que tu crees, huh ? — preguntó estampando su otra mano contra la pared, encerrándome entre sus brazos.

Comenzó a acercarse más a mi hasta que....sus labios tocaron con los míos. 

Me empezó a besar: su boca sabía a vino, sus labios eran cálidos y suaves, su pelo acariciaba mi cara. El roce de nuestros labios eran delicados, sentía recorrer la electricidad por el cuerpo, cuando sentí que el beso se iba a profundizar más, se fue separando poco a poco con una sonrisa picara en su rostro.

—Espero que esto te sirva de advertencia — me dijo con una sonrisa.

—Pues creo que no a servido — contesté sonriendo.

—Nos vemos...Leila Nadim — se fue dejándome con ganas y sorprendida por haber dicho mi nombre sin conocerme.

Fin de flashback

—¿Frambuesa? — preguntó Sarisha con la cara de no entender nada.

—La llamo así...por un motivo.

—Eeh...Sarisha te presento a Erick y Erick ella es Sarisha mi mejor amiga.

—Hola — le saludó.

—Hola...— contestó ella.

—¿Qué hacéis aquí tan temprano? — preguntó él.

—Nada, eeh..nos tenemos que ir — respondió Sarisha cogiéndome del brazo.

—¿Si queréis os acompaño? — preguntó Erick.

—Claro —contesté rápidamente —Quiero decir...sino te importa, claro —terminé de decir,  sintiendo como Sarisha me mataba con su mirada.

Narra Sarisha

—Antes de irnos...¿os parece bien desayunar algo?— preguntó Erick.

—¡No!— respondí antes de que Leila respondiera, conociendo su respuesta — Desayunaremos cuando lleguemos a casa.

—¿Estáis seguras ?

—S-sí — contestó Leila cuando le pellizqué.

—Valee...entonces venga, vayámonos — habló Erick.

Nos dirigimos al salón, cuando entramos el F30 estaba desayunando en el comedor y por desgracia Salma también. La mesa estaba llena con boles llenos de fruta (arándanos, fresas, peras etc...) tortitas francesas, gofres, pancakes, sandwichs etc...también había zumos, smoothies, leche, mermeladas de fresas y nocilla entre otras muchas cosas. Leila y yo nos quedamos boquiabiertas. 

¿Todo eso lo preparó Wyatt? me pregunté a mi misma cuando me acordé que el chico pelinegro estaba cocinando.

—Hola señoritas — saludo Erick sonriéndolas y se dirigió a los chicos serio pero en broma — Señores..

—Hola — saludamos Leila y yo al unísono.

"Hey" "Hola" "Buenos días" "¿Que tal ?" fueron algunos saludos que recibimos de parte del grupo.

—Salma, levántate — dijo Leila susurrándola — Nos vamos.

Se iba a levantar cuando Ru la cogió del brazo haciéndola sentar de nuevo.

—Sentaos para desayunar vosotras también — ofreció.

Sentí la mirada de Wyatt clavada en mi pero yo no quería verle. Seguía sin entender lo que me pasaba con él siempre que andaba cerca de mi, me ponía nerviosa.

Yo sé por que.

—No lo intentéis —intervino Erick —Ya les ofrecí y se negaron.

—¿Podéis comer todo esto? — preguntó Daniel.

—Sí —afirmé —Pero...

—Entonces sentaros a desayunar —me interrumpió Lían —No vais a llegar tarde a las clases.

—Sarisha tranquila, no llegaremos tarde a las clases — me susurró Leila — Nos están insistiendo, no podemos hacer nada.

Observé a Salma quien me hizo una seña de que lo aceptara, no tenía más remedio.

—Esta bien..— terminé de decir.

—Buenos días — saludó un chico bajando las escaleras acompañado de otros dos.

El grupo les devolvió el saludo. 

El chico que nos saludó mientras bajaba las escaleras era alto, tenia una ligera barba cuidada, parecía un hombre de negocios ya que iba con traje negro. Tenia un cuerpo bien cuidado, pelo negro, oscuro como la noche con ojos ¿verdes? y piel blanca.

El segundo chico parecía medir cerca de 1.78m, tenia el cabello negro rulo y sonrisa tierna-traviesa, piel blanca, ojos marrones, tenia un tatuaje de una rosa en el brazo izquierdo ya que llevaba una camiseta de mangas cortas y le pude ver. 

El tercer chico media igual que el anterior, tenia el pelo rubio, piel blanca y ojos marrones oscuros, los tres se cuidaban muy bien al igual que F30.

El segundo chico beso a Ru cuando se acercó a la mesa y el tercero a Luna.

—Sabes Sarisha, me duele que a mi me hubieras dicho que no y ahora dices que si — me dijo Erick dirigiéndose a la cocina.

—¿Quiénes son ellas? — preguntó el que beso a Ru.

—Salma, Sarisha y Leila, hermanas musulmanas — contestó Luna ( Lu )

—Hola — les saludamos al unísono.

—Leila es una gran fan nuestra — dijo Kenzi — Sabe TODO sobre nosotros.

—¿En serio? — preguntó el que beso a Luna y todos asintieron entre risas — Vale...¿debería de tener miedo? — preguntó bromeando.

Leila se sonrojo y bajo la cabeza — Lo siento...

—Tranquila ¿entonces... nos conoces ? — preguntó el mismo chico.

—Sí..

—¿Nos presentas? — preguntó Salma molestándola con una sonrisa traviesa mientras que apareció Erick con sillas.

—Esto...él es Oliver — dijo señalando al chico de la barba — Y él es Leo — señaló al chico que besó a Luna — Edad 21 y 17. 

>>Leo es el hermano pequeño de Erick y estos tres son primos de los gemelos Stoke de parte de la madre. Harry, es el hermano mayor de Aidan, edad 19. Los dos son primos de parte del padre, soy una gran fan vuestra..— terminó murmurando.

—¡Wooww! — dijeron los tres e incluso Erick se quedó sorprendido.

—Realmente eres una acosadora — bromeó Erick.

—Erick, déjala en paz — habló Oliver — Tranquila, si es eso...pareces normal. Hemos visto, conocido y lidiado con fans muchos peores que tú.

—Gracias — respondió esta.

Nos sentamos a desayunar, hablamos, reímos...fue un momento inolvidable. Las chicas y yo nos sentíamos como parte de su grupo. Nuestras charlas, nuestras risas, la forma en la que interactuábamos entre todos nosotros...nos hacia sentir como si fuéramos unos viejos amigos.

Después de un rato observé la hora y...¿adivinan la hora que marcaban?

 ¡LAS 8:03 A.M.!

—Gracias por todo pero debemos de irnos ya — habló Salma luego de que le diera una patada bajo la mesa y le hiciera una seña para que viera la hora. — Sino salimos ahora, llegaremos tarde.

Ya estamos llegando tarde.

—Os voy a acompañar — contestó Erick — Oliver, ¿nos acercas en coche porfa?

—Claro.

—Gracias por todo — contestaron mis hermanas, yo les agradecí solo con la sonrisa.

—Nos vemos en el "insti" — me dijo Sofía y asentí con la cabeza.

Nos despedimos y salimos de la casa donde había un coche negro aparcado. Oliver y Erick se dirigían hacia ese coche del modelo Toyota Corolla negro y nosotras les seguíamos en silencio. Conocía la marca del coche por mi padre ya que él era un gran fan de coches.

Una vez que nos montamos en el coche y Oliver comenzó a conducir, estuvimos como cerca de cinco minutos callados hasta que el chico mayor rompió el silencio que se estaba volviendo incomodo.

—¿Disfrutasteis de la fiesta? — preguntó.

—Sí —afirmó Salma —Aunque al principio fue traumante...al final nos acostumbramos.

—¿Traumante? — preguntó Erick.

—Sí...¿desde cuando la gente se besan y se manosean sin importarles el lugar?

Así es, así de directas eran mis queridísimas amigas. Había veces que parecían tímidas y otros días tan...diferentes. No les importaba la opinión de los de más, decían lo que pensaban. Los chicos se rieron al escuchar la pregunta.

—Esto es normal Salma — le contestó Oliver mirando por el espejo retrovisor.

—Bueno, pero nosotras si nos bes...— intervine antes de que terminara la frase.

—Es que no estamos acostumbradas a estas cosas. Nos parece chocante cada vez que vemos eso.

—Lo dirás por ti — susurró Leila tan bajo que solo la escuché yo.

Aun que las chicas también eran musulmanas, nacieron y crecieron aquí, tenían costumbres de aquí.

Por lo tanto Leila se acostaba con chicos y desaparecía al día siguiente antes de que se despertaran ¿por que? Decía que esto era una forma de venganza, los chicos utilizaban a las chicas y los abandonaban al día siguiente dejándolas rotas, jugando con sus sentimientos etc...¿y por que no al revés ?

Mientras que Salma, solo se acostaba con unos pocos chicos y sobre todo que no se creyeran los mejores, que no fueran ni buenos ni malos. Esos secretos solo lo conocía yo. El hecho de "no" ser religiosas.

Las dos eran muy guapas, tenían pieles blancas, altas...Salma tenia el cabello liso de color marrón por debajo de los hombros que conjugaban con los ojos mientras que Leila tenia el pelo rizado negro y ojos marrones. Yo tenia la piel un poco morena, cabello negro liso hasta los hombros y los ojos marrones oscuros.

Las chicas median cerca de 1.77m y yo solo era 2cm pequeña que ellas. Habían chicos que se morían por nosotras, algunos incluso lograron acostarse con las chicas pero yo ni siquiera dejaba que se me acercaran.

Tenía miedo, era una recién llegada a un mundo desconocido. Como sabéis había nacido en la India, y aunque solo viví allí durante siete años, aquel tiempo fue suficiente para que las profundas raíces de mi verdadera religión impregnaran mi vida. Las reglas y tradiciones, rigurosas y a menudo enigmáticas, se habían convertido en una parte fundamental de mi existencia. Sabía que desviarse de ellas podía tener consecuencias drásticas.

La sola idea de un chico y una chica saliendo juntos, incluso si eran amigos, era un tabú que me llenaba de temor. Las reglas eran estrictas, y la mera insinuación de una relación cercana entre los géneros opuestos podía desencadenar la desaprobación de la comunidad y las miradas de desdén. No solo me enfrentaba al desafío de una nueva vida lejos de la India, sino que también luchaba por encontrar mi lugar en una sociedad con reglas y costumbres radicalmente diferentes.

Sentía que desde que había llegado a España, desde que había conocido al F30, había roto por primera vez una de las reglas que dictaba mi religión.

El hecho de pasar tiempo con aquellos chicos, tener conversaciones profundas y compartir momentos divertidos, se había convertido en una parte esencial de mi día a día, a pesar de mis intentos por evitarlo. Cada risa y cada historia compartida con el grupo F30 me hacían sentir viva de una manera que nunca antes había experimentado. Mi vida había adquirido un matiz de aventura y diversidad que desafiaba las tradiciones arraigadas en mi pasado.

Yo no era como Leila y Salma.

Aunque ellas amaban su religión al igual que yo, y conocían perfectamente las consecuencias de lo que estaban haciendo, no les importaba.

—¿Chicas por donde vivís ? — preguntó Oliver sacándome de mis pensamientos.

—Casi por el centro — respondí.

—Calle Primavera para ser exactos — añadió Salma.

Oliver siguió conduciendo así durante cinco minutos y en menos de quince minutos llegamos a mi casa.

—Gracias por traernos — agradeció Leila.

—Gracias — respondimos Salma y yo.

Nos bajamos y nos subimos a la casa, nada más entrar vimos la hora y marcaban las 8:20 a.m. faltaban diez minutos. Fuimos a cambiar rápidamente la ropa, tuve que prestar mi ropa a mis supuestas hermanas y una vez que terminamos de arreglarnos, les pregunté mientras nos poníamos los zapatos:

—¿Me podéis contestar que vais a hacer ahora? No tenéis mochilas y no os dará tiempo a ir a vuestra casa — las chicas se miraron entre ellas.

—Tienes bolis y cuadernos de sobra — contestó Leila alzando los hombros— Nos lo apañaremos —dijo y yo puse los ojos en blanco.

Les  presté cuadernos y bolis, cogí la mochila y al llegar abajo vimos que el coche de los chicos continuaba ahí parado.

—¿Por qué aun siguen aquí? — preguntó Leila.

—No lo se — respondió Salma —Lo sabremos enseguida porque se están acercando.

—Os esperábamos para acercaros al intituto ya que estáis por llegar tarde —nos dijo Oliver.

No íbamos a aceptar, pero nos vimos obligadas a hacerlo por la hora. Nos sentamos de nuevo y Salma les dijo el nombre del insti al que iban ellas, ya que yo iba al del F30, de Erick y todo esos.

Narra Salma

Cuando llegamos al instituto, Leila, Sarisha y yo observamos por las ventanillas a los chicos y chicas congregados afuera, admirando a Oliver y Erick, y tomando fotos. Estábamos sentadas en la parte trasera del automóvil, ocultas detrás de las ventanas tintadas, por lo que nadie nos veía, pero podíamos observarlos claramente desde adentro.

Cuando nos despedimos de nuevo y justo cuando estábamos a punto de salir del coche, Erick nos hizo una pregunta alzando una ceja:

—Chicas...¿y vuestras mochilas?

—Oh, es que solo nos tocan las dos primeras clases — le respondí con una pequeña mentira.

—Y después volveremos a casa — añadió Leila.

Erick asintió entrecerrando los ojos y mirando hacia Leila.

—Está bien...—dijo — Frambuesa, nos vemos la semana que viene — dijo con una sonrisa, guiñándole un ojo a Leila.

Curiosa, observé su interacción, especialmente el apodo "frambuesa". Estaba segura de que esos dos traían algo entre manos, y estaba decidida a descubrirlo. 

Leila solo sonrió como respuesta. Después de despedirnos de Sarisha, bajamos del coche, y todos los presentes parecieron detenerse en seco, observándonos como si fuéramos el centro de atención.

Estaba ansiosa por interrogar a Leila acerca de su "relación" con Erick, por lo que ignoré a todos y la agarré del brazo, tirándola hacia el interior del instituto.

Una vez dentro del instituto, nos dirigimos a nuestra clase de historia, que era la primera asignatura en nuestro horario. Tomamos asiento en nuestros lugares habituales.

—Bueno, cuéntame — le dije a Leila tomando lugar en mi asiento habitual, ansiosa por obtener respuestas.

—¿Sobre qué?

—No te hagas la tonta —respondí —¿Qué te traes con Erick? Espero que no sea tu próxima víctima.

—¿Y por qué no? — preguntó alzando los hombros, desafiante — Los chicos millonarios suelen ser bastante engreídos.

—Pero como bien has dicho, ÉL es un chico millonario. Si se entera de lo que estás planeando, te hará la vida imposible.

—Salma, no te preocupes.

—¿Y el apodo de "frambuesa"? — pregunté alzando una ceja.

—Sinceramente, ni yo misma lo sé.

La profesora entró en el aula, lo que nos obligó a guardar silencio y prestar atención. Algunos estudiantes fueron tomando sus respectivos asientos.

—¡Buenos días, señorita Fernández! — saludamos al unísono.

—Buenos días, tomen asiento — respondió la profesora — Sacad el libro y vayan a la página 38.

Seguimos sus instrucciones y comenzó la clase, explicando los ejercicios que debíamos hacer. El tiempo se hizo largo, y después de tres horas de clases, finalmente llegó el recreo. 

Al entrar en el comedor, me dirigí a nuestra mesa, que estaba en un rincón al fondo. Vi a Leila sonriendo, aparentemente perdida en sus pensamientos. Le hice señas y la sacudí hasta que reaccionó.

—¿En qué estabas pensando? — pregunté mientras tomaba asiento. Ella solo sonrió en respuesta.

—Salma, hay algo que necesito contarte, pero por favor, no grites.

—Está bien...

—Ayer en la fiesta, ¿te acuerdas cuando Camila y yo fuimos a buscar a Sarisha?

—Sí.

—Bueno, nos separamos y me choqué con Erick. Ahí fue cuando lo reconocí, y...

—¿Y...? —pregunté al ver que se quedó callada mordiendo el labio.

—Nos besamos —confesó.

—¿¡¿QUÉ HICIERON QUÉ?!? — pregunté, incrédula, escupiendo agua que me estaba bebiendo sin darme cuenta de que algunos de nuestros compañeros nos comenzaron a mirar con curiosidad.

—¡Ssshhh! — me reprendió Leila — Fue él quien me besó primero. El beso se volvió más intenso y...

—No me digas que... — dije, interrumpiéndola.

—No, pero... creo que me gusta — continuó Leila en un susurro.

Me atraganté con la manzana al escuchar eso. Parecía que Leila estaba dispuesta a matarme.

—¿Te gusta? — pregunté, alzando una ceja — ¿Te gusta Erick Stoke? —volví a preguntar y ella asintió — ¿La señorita Nadim está enamorada? ¡No, es imposible! — dije estallando en carcajadas.

—¿Por qué no podría enamorarme? — preguntó Leila, alzando una ceja.

—Chica, porque eres una rompecorazones.

—Sí, pero no sé...—soltó un suspiro — Cuando me besó, sentí cosas extrañas. Sentí que... no sé cómo explicarlo.

—No sé qué decir. Tú nunca te habías enamorado.

—Sí, pero... ¿y tú? — preguntó.

—¿Qué pasa conmigo?

—Te gusta Aidan —ese pequeño giro de la conversación si que no me lo esperaba.

—¿¡¿PERDÓN?! — pregunté, incrédula —Puedes dejar de asustarme Leila.

—No —respondió — Sé cómo lo mirabas en el círculo cuando jugamos ese juego de secretos.

—Aidan no me gusta. Apenas lo conozco — me defendí — Supuestamente, a ti te gustaba.

—Es cierto, hasta que me crucé con Erick — respondió Leila — Ahora, Aidan me atrae, pero solo como amigo.

Así continuamos debatiendo sobre nuestros sentimientos y atracciones. A pesar de que me gustaba Aidan desde que lo vi en la fiesta, no iba a admitirlo, ya que sabía que Leila se burlaría y chantajearía con ello.

********

Espero que tengan un buen comienzo de la semana<33

Comenzamos narrando con LEILA!! Para hacer una pequeña introducción a lo que paso en la noche de fiesta.

Continuamos con Sarisha (la protagonista principal) donde la vemos que acepta haber roto la 1º regla de su religión !! *carita de muerte*. Y bien sabeis...que toda regla rota tiene consecuencias....

Que consecuencia tendra ella por haberse entrometido en un mundo que no le pertenece?? Pronto lo sabran. 

Y....terminamos con Salma!! 

¡El trio amistero esta completo! (soy pesima con los nombres, okey)

A que se debe el apodo de frambuesa??

P.D1: Aunq Leila y Salma no son las protagonistas de la historia, si que seran las protagonistas de algunos que otros capítulos para profundizar más en la amistad que se tienen entre ellas.

P.D2: Si mal no recuerdo, en el prox.capítulo tendran la respuesta de porque Sarisha desapareció del insti. 

Os quiero<<333 No olviden votar y comentar.

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