Un pequeño favor.

—No, no podemos continuar con esto, Shin.

Sus palabras eran cortantes, secas, queria sobrellevar el tema de la manera más rapida y sin hacer un escandalo. Su cabeza estaba girada ligeramente hacia su derecha, sus ojos no se atrevian a mirar a quien tenia enfrente, no deseaba verlo, porque sabia como sus palabras lo harian reaccionar.

—Pe-pero... Zamasu, no he-e hecho nada malo-lo yo-o...

Su voz se quebraba cada vez más cada que pronunciaba una palabra, su estomago se sentia revuelto, la saliva se le secaba de la boca, sus ojos estaban puestos en quien le ganaba con varios centimetros de altura. Aunque algo de mentira habia en su respuesta, claro que habia cometido un error, o tal vez varios, pero el podria jurar que su, ahora ex pareja, no lo sabria jamas.

—Tu tienes un problema con... eso.

Le era dificil hablar abiertamente de lo que era tan obvio en aquella conversación. Estaba totalmente inconforme con el apetito voraz de quien habia sido su compañero sentimental todos estos años, habia aguantado demasiado, aunque el problema se empezo a recentir en tan solo unos meses atras.

—¡Solo te pido un poco de atención! ¡¿es mucho pedir?!

Rapidamente cubrio su boca con sus manos, sus gestos faciales cambiaron por unos de pena, bajo su mirada ligeramente, desviando su mirada hacia un costado. Nunca le habia gritado de esa forma, estaba alterado y era algo logico, su contrario solo se limito a verlo por unos cuantos segundos de reojo para luego retirar su mirada con un semblante de fustración, no deseaba tomar dicha desición pero no le quedaba más remedio.

—Tu quieres que siempre este hay, disponible las veinticuatro horas, pero sabes que no puedo, no puedo, y tu tampoco estas dispuesto a cambiar.

Por supuesto que no lo haria, no dejaria atras su estilo de vida ni por quien le habia dedicado tanto tiempo, tanto cariño, tanta entrega. Todo termino en aquella platica, cada uno se retiro a su respectivo hogar y no se volvieron a comunicar desde entonces. Los meses pasaron y por alguna razón u otra no habia podido conseguir algún amante en todo ese lapso de habarcaba su ruptura, no sabia si era el karma o algun tipo de castigo divino lo que estaba sufriendo, pero la ansiedad que estaba sintiendo se incrementaba con fuerza, la autosatisfacción le era insuficiente, necesitada sentir el calor corporal de alguien más.

—¿Así que eso es lo que quieres?

Hablo la voz ronca tan caracteristica que poseia el Hakaishin del septimo universo, con un tono divertido en ella. Esa propuesta le era un tanto indecente, pero nada que no hubiera escuchado en el pasado cuando visitaba planetas proximos a destruir, era lo que salia de la boca de los seres más desesperados dispuestos a todo con tal de que se les dejara con vida. Aunque en este caso no se reiria en su cara ni le apuntaria con el dedo para luego desaparecerlo sin misericordia alguna. Consideraba que el acto sexual no era tan imprensindible como el comer o dormir pero ya habia olvidado la ultima vez que tuvo un encuentro de ese tipo además ver la insistencia que mostraba su Kaioshin, le era imposible negarse.

—Si-i...

Su voz era la más suave, dulce y timida que pudo ser, sus mejillas estaban ligeramente ruborizadas y su mirada desviada hacia un costado, a diferencia de su interlocutor quien no le quitaba los ojos de encima. Ciertamente estaba muy apenado por la situación, pero sabia que la verguenza no le llevaria a ningún lado, sus ojos por fin se habia encontrado con los ajenos ante el silencio del más alto, quien solo se limitaba a observarlo con una pequeña sonrisa entre los labios.

—Entonces entremos.

No deseaba seguir perdiendo más tiempo, le hizo esa mención sabiendo que estaban a escasos metros de lo que era el hogar del Kaio, una casa modesta y no muy espaciosa pero con todo lo necesario, muy diferente a su palacio. Todo el planeta sagrado estaba solo así que no habia nada que impidiera el siguiente paso. El destructor, con los brazos tras su espalda, camino sin prisa hacia la entrada de la residencia lo cual su compañero capto y le siguio desde atras.

Una vez adentro, se detuvieron en la sala de estar.

—Si quiere le puedo servir un poco de...

Giro su vista y cabeza hacia la cocina. Pensaba en ofrecerle primero alguna bebida a su visitante, pero sopresivamente su contrario se habia colocado a su lado, inclinando su cuerpo para poder alcanzarlo, encuanto volvio a girar su rostro a su posición anterior, este le proporciono un gran beso en la boca, el cual correspondio con la misma intensidad y energia, giro completamente su cuerpo para quedar frente a frente, colocando sus manos sobre el cuello ajeno, su compañero instintivamente coloca las suyas sobre la estrecha cintura de este, en un agarre fuerte y firme, los pies del mas chico se ponian de puntillas tratando de conseguir una posición más comoda, un calor empezaba a recorrer cada rincón de su ser, era una sensación que habia extrañado y obtenerla por fin le provocaba mucha emoción y sobre todo excitación, cada que sus lenguas se encontraban o cuando el más grande decidia propasarce sin descaro alguno bajando sus manos por los muslos ajenos, los cuales apretaba con deseo, clavando sus garras en aquel pantalon que no le importaba rasgar.

Ahora se encontraban en la respectiva habitación del joven Kaio, tumbados en la cama, la cual era grande a comparación del pequeño cuerpo que dormia en ella. En una posición conocida como ''cuchara'' el Hakaishin estaba aferrado a su compañero, con su mano derecha sobre el pecho de este tratando de colarse por abajo de la camiseta azul, al quedar a la misma altura, se le facilito el acto de querer llevar su larga lengua sobre aquel cuello de piel suave y tersa, la paso de arriba hacia abajo, ahora besando dicha zona hasta llegar a la espalda la cual tambien recibio un trato igual, su boca paso al hombro derecho, clavo sus dientes en el, no siendo tan brusco que no deseaba provocarle daño más bien solo una bonita marca roja en recuerdo de lo que habian hecho, aunque no pudo resistirse y también le dejo varias de esas marcas sobre el cuello, además de una leve inflamación en el labio superior. Las manos del mayor paseaban con más libertad sobre el abdomen ajeno, subiendo con lentitud sobre ese delicado pecho, acariciando y pellizcando los pezones de este, lo cual le provocaba soltar pequeños gemidos de su boca, ruborizado en su totalidad. Esa misma mano bajo hasta escabullirse entre los azules pantalones ajenos, tomo el mienbro de su compañero, el cual ya estaba más que erecto, apretandolo ligeramente, sintio como el liquido preseminal escurria por su mano, comenzo a frotarlo de arriba hacia abajo en un movimientos lentos, quien recibia dicho trato se estrenecia bruscamente, era mucho el placer que estaba recibiendo, coloco su mano sobre su boca pero le era imposible ahogar sus propios gemidos, cerro sus ojos dejandose de preocupar por el ruido para concentrarse más en el acto, al mismo tiempo sentia la gran erección de su compañero sobre su parte trasera. Se giro con rapidez dandole la cara a quien estaba detras de el, lo miro por escasos segundos a los ojos, cuando poso sus labios en los de el, colocando sus manos sobre esas mejillas gatunas, el beso fue obviamente correspondido de igual forma, el más bajo se separo de este y fue bajando su cabeza hasta quedar a la altura del mienbro ajeno, lo saco de aquel abultado pantalon, era más grande de lo que se podia imaginar, tanto que ni con sus dos manos podia abarcarlo completamente, dudaba si le cabria en la boca pero tenia que hacer el intento. Paso su lengua por la punta, la cual ya estaba bastante lubricada, luego bajo hasta la base, lentamente recorria todo el tallo de arriba hacia abajo y viceversa, sus manos ahora estaban sobre los gluteos de su compañero para darse mejor soporte, ingeria todo el liquido preseminal que salia a su paso, tomo aire y se introdujo gran parte de aquel falo dentro de la boca, sentia como palpitaba y el calor que desprendia, le era fascinante, con el adentro seguia jugueteando con su lengua, su cabeza se movia de adentro hacia a fuera a gran velocidad, estaba disfrutando increiblemente el mienbro de su compañero, este solo se limitaba a jadear en tono bajo mientras apretaba sus ojos y ocasionalmente los dientes, sus manos estaban puestas en aquella cabeza de cabellos blancos. Dejo de hacer dicho trabajo al sentir el falo ajeno ya bastante inchado, se separo de este dejando un delgado hilo de saliva que colgaba de sus labios.

Se acomodo en el centro de la cama, tumbado boca abajo, abriendo sus piernas en una pose un tanto sugerente, las movia cual chiquillo juguetón, no hacia falta usar las palabras, el de mayor edad capto aquel comportamiento, se coloco cuidadosamente sobre el, bajo de un movimiento rapido el pantalon ajeno dejandolo hasta la rodilla, inclinando su pelvis, paso su mienbro por en medio de los gluteos de su compañero, encontrando con facilidad la entrada de este, introdujo su mienbro viril con cuidado y paciencia, cada segundo que pasaba recorriendo esa calida y estrecha cavidad le eran maravillosos, solto un sonoro jadeo casi como un rujido, al tener su pene totalmente cubierto por aquellas palpitantes carnes. El kaoi en cambio clavo sus dedos en las sabanas estrujandolas con fuerza, su corazon palpitaba a punto de salir de su pecho, su respiración era bastante agitada, su boca se mantenia abierta tratando de tomar el suficiente aire para mantenerse en ritmo, tener semejante tamaño en su interior era algo que le causaba bastante placer y morbo, el dolor nunca se hizo presente, estaba disfrutando ser penetrado por alguien que le llevaba bastante edad y que poco conocia.

El ritmo del Hakaishin aumento bastante, una vez se aconstumbro a la entrada ajena, sus embestidas eran rapidas, el ruido de sus cuerpos chocando eran totalmente audibles, al igual que los que producian con sus bocas, ahora el ritmo fue mas pausado pero al volver entrar dejaba ir su mienbro con una fuerza considerable, repitiendo varias veces este movimiento.

—¡Ah si!

Exclamo entre chillones y agudos gemidos. Al mismo ritmo de ser penetrado elevaba y baja sus caderas acomplandose en la tarea del acto carnal.

—¿Lo estas disfrutando?

Se acerco al oido de este y le susurro en un tono picaro, colocando una mano sobre los cabellos ajenos sujetandolos con algo de fuerza.

—Si lo estoy disfrutando... Zamasu.

Respondio con una voz similar a la anterior, sumergido en su propio placer hasta notar que habia cometido una equivocación muy grave, haciendo que sus ojos se expandieran y se le helara la sangre en aquel momento que segundos antes lo estaban pasando de lo mejor.

—¿Comó, comó me dijiste?

Su voz denotaba incredulidad. Quito la mano que tenia puesta sobre la cabeza de su contrario, alejando su rostro de este al igual que su cuerpo, salio de el para luego tomarlo del hombro y voltearlo de un solo movimiento, noto sus gestos faciales, una convinación de miedo y culpa, el Kaio tal vez se pensaba que este estallaria de ira o algo parecido, pero nada menos que deseaba con mas ganas continuar el acto, ahora que lo tenia de frente, se acomodo sobre el nuevamente, para luego colocar su mano derecha sobre las mejillas ajenas apretandolas con ligera fuerza, acerco su cara a la de este.

—Acabas de confundir mi nombre por el de ese.

Su rostro no mostraba ningun signo de enojo, más bien lucia bastante relajado, al hablar mantenia una pequeña sonrisa.

Lo solto de ese agarre, necesitaba tener sus manos libres, ahora las coloco debajo de los muslos ajenos alzando las piernas de este, las cuales tocaban parte de su pecho y hombros, lo estaba doblando de una forma en que la penetración fuera más profunda además que deseaba verlo a los ojos mientras poseia su cuerpo. Sus pieles ahora estaban más pegadas, comenzando de nuevo con un vaiden lento hasta subir gradualmente la velocidad, sus embestidas ahora poseian más fuerza, eso quedaba demostrado en los gemidos que fueron transformados en gritos y expresiones corporales de asombro y angustia, aunque en ningun momento se le estaba causando un daño real al de menor estatura, en cambio disfrutaba cada segundo que su compañero se comportaba como un salvaje animal, nunca habia tenido un compañero que fuera como el en la cama, tan rudo pero a la vez cuidadoso, ni siquiera su reciente ex pareja se comparaba con lo que aquel hombre le hacia sentir, tal vez por ese motivo habian terminado, le aburria demasiado sexualmente, y esa era la justificación para sus multiples infidelidades, pero claro, tenia un lado sentimental que también deseaba ser llenado, adoraba pasar momentos romanticos con el, esa era la causa del porque se le escapo su nombre inconsientemente.

Olvido aquel momento incomodo que habian pasado, volviendose a concentar en lo que ocurria en esos instantes.

—Estoy por terminar.

Dijo entre dientes, un calor intenso recorria su cuerpo a la par que arqueaba su espalda. Solto un gran jadeo mientras expulsaba su semen dentro de la cavidad ajena, llenandola completamente, pequeñas gotas del liquido blanquecino escurrian hacia afuera y por el tronco de su pene, el cual saco inmediatamente de haber eyaculado. Su cuerpo se balanceo hacia un lado, quedando tumbado sobre la cama, con la cara hacia el techo pero sus ojos completamente cerrados, suspiro con cansancio, habia quedado agotado y una sensación de adormecimiento muscular lo invadia, todas sus energias habian sido agotadas en el acto carnal. Su compañero habia terminado momentos atras desde que habia sido embestido estando boca abajo, se dio media vuelta dandole la espalda al Hakaishin, apesar de que los dos se la habian pasado bien al final, no podia evitar sentirse mal, sus ojos demostraban una ligera tristeza, ahora tendria que afrontar la idea de pasar solo la noche en esa inmesa cama suta que lo hacia sentir más vacio que nunca. Sus ojos se volvieron a abrir en señal de incredulidad, sintio aquel brazo de moderada musculatura sobre la parte superior de su cuerpo, coloco lentamente sus manos sobre el, una sonrisa se formo entre sus labios, su compañero retiro su brazo por segundos para tomar la sabana y cubrirse a el mismo y al Kaio también, automaticamente el felino se quedo sumergido en el sueño, abrazando a su compañero como si de un peluche se tratara, cosa que no le molestaba a este, se acomodo en esa postura y prosigio a dormirse también.

La mañana se hizo presente, abrio sus ojos adaptandolos a la luz que se colaba por la ventana, todo su cuerpo estaba ligeramente adolorido, una amnesia temporal inhundaba su mente, giro su cabeza hacia un costado notando un sobresaliente bulto cubierto por varias sabanas, dandole la espalda aun durmiente y con ronquidos estrudentes, se acerco a el y coloco una mano sobre su brazo meciendolo con suavidad, este reacciono abriendo los ojos con bastante pesadez, su sueño no fue muy profundo asi que fue facil despertarle.

—¿He? ¿Cuanto tiempo ha pasado?

Pregunto un tanto confundido, temia haberse quedado dormido por otro par de milenios más.

El Kaio solo ladeo su cabeza de derecha a izquierda viendo insistente a su contrario.

—Solo fueron un par de horas.

—A es cierto...

Tomo la almohada y la coloco en la cabecera de la cama, levanto su cuerpo un poco recargando su cabeza en dicho respaldo con los brazos cruzados detras de su nuca.

Pasos se oian afuera de la habitación, nadie entraria sin permiso pero le era algo incomodo que aun estuvieran en la cama cuando ya era bastante tarde.

—Dile a tu sirviente que prepare algo de desayunar, me muero de hambre.

Sus enormes ojos negros seguian posados en aquel hombre mayor, tomo conciencia a los pocos segundos, espabilandose por completo.

—Voy en seguida.

Tomo su ropa, y se vistio en su totalidad, coloco su mano sobre su cabeza pasandola por sus cabellos los cuales lucian despeinados, queria verse lo mejor posible antes de salir de aquella habitación.

Todo fue hecho como el destructor habia ordenado, la mesa de la cocina estaba repleta de platillos, que obviamente el solo se comeria, ya que su anfitrion no disfrutaba la comida tanto como el.

—He Bills ¿Porqué no se fue anoche? digo, era libre de retirarse despues de aquello.

Le pregunto en tono bajo ya que estaban los otros dos Kaio cerca. Tenia esa duda y queria saberlo en ese mismo instante.

—¿Ahora si recuerdas mi nombre?

Bromeo despues de dejar un tazón que se habia enpinado en la mesa, limpiandose la boca con su antebrazo.

—¿Crees que me iria tan tarde a mi planeta y aun más con el sueño matandome? Era inevitable dormir aqui, aunque no le avise a Wiss que me quedaria en este lugar, tal vez estaria buscandome con su baculo y si, posiblemente nos haya visto en aquel asunto.

Comento con total soltura como si de una anecdota graciosa se tratara.

El más bajo estaba tomando un vaso de agua el cual escupio al escuchar esas palabras, su cara se torno roja, sentia una inmesa verguenza al ser visto de esa manera.

—¿Porque te crees todo lo que digo? Si le comente que vendria para aca, lo cual poco le importa.

Solto una ligera risa al final de su oración mientras comenzaba a disgustar otro platillo.

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