La gente pega brincos a mi alrededor, el sudor resbala en los cuerpos de muchas personas y se hace notar por lo que tapo mi nariz con disgusto. El hecho de que sea un edificio abandonado y completamente cerrado no ayuda mucho, la gente se alborota cuando la campana suena dando inicio al primer round. Aquí no hay guantes, solo golpes y sangre. Las peleas clandestinas no eran tan apasionantes y visitadas antes del año pasado, todos se limitaban a ver los partidos de futbol americano en la universidad. Nunca tuvimos esa chispa como universidad, no destacamos en muchas cosas, pero un día llegó él.

Logan Reeds volvía a retomar su año en la universidad, en teoría el debería ser de cuarto año, pero debido a la muerte de su madre se retiró un año entero, había luchado por conservar a su hermana menor con él, y hacerse responsable junto a un tutor de su estabilidad. Nos sorprendió ver a Logan devuelta, era un amigo de vistas nada más, aunque si recuerdo haber coincidido en un par de clases. Pero todo eso cambió cuando de repente frecuentaba nuestra mesa con más entusiasmo, coquetería y ego.

Intentaba no ponerle atención del todo porque sabía que Leah me mataría si le ponía un ojo encima.

- ¡Vamos cariño destrózalo! -anima la rubia a mi lado.

Leah iba de vez en cuando a enfrentamientos de Logan, y cuando no lo hacía me mandaba a mí y Jason como sus guardaespaldas para no permitir que ninguna chica se acercara a él.

Nos impactamos bastante cuando se formalizaron como pareja, nadie se lo esperaba. Incluso Jason solía fastidiarme con decime que la única razón por la que el castaño repentinamente se acercó a nuestra mesa era porque la chica que buscaba era yo. Claro que nos llevamos la desilusión del año cuando Leah soltó la gran bomba. Me alegré por ella, aunque admitía que era un poco posesiva con Logan. Su relación no es la más estable, en este año han cortado más veces de las que puedo contar, y adoro a mi mejor amiga, pero he de admitir que en su mayor parte son debido a los celos.

- ¡Carajo ese tío no se levanta! -grita Jason eufórico.

Observo como ante el puñetazo de Logan el moreno con el que se enfrentaba no puede levantarse de la duela. Todo el mundo grita y escucho a un par maldecir, y es que yo no sé por qué siguen apostando en contra de Logan si saben que ganará. Inicia la cuenta regresiva y Logan regresa a su esquina dando la pelea por terminada incluso antes que concluya. Voltea a su público con los brazos levantados en una V declarándose como ganador, el público ruge ante la victoria, y aunque sea por unos segundos veo como nuestras miradas chocan, mandando una señal de paz. Amaba verlo boxear, pero siempre me ponía demasiado nerviosa porque lo dañaran. Leah, al contrario, se enojaba si perdía.

Pero así eran las cosas, yo no era nadie en su vida para sentir eso, y Leah era todo, así que intento reprimir mis sentimientos lo más que puedo porque no debo Meterme con Logan Reeds.

El edificio queda totalmente vacío una hora después del encuentro, nosotros estamos encima del cuadrilátero haciendo boberías mientras esperamos que Logan salga de los camerinos, Jason finge ser el campeón mundial de los mejores acostones mientras Leah se burla de ello. Yo permanezco sentada en una esquina mofándome de sus tonterías, por más que seamos mayor de edad Jason parece tener mentalidad de uno de catorce.

- ¿Qué? ¿Tú no juegas? - la voz a mis espaldas me sobresalta haciéndome pegar un grito.

- ¡Cariño! - Leah voltea ante mi grito y saluda a su novio- Felicidades bebé, me hiciste ganar un pastal hoy.

-Felicidades-dice Jason mientras se acerca, luego los ojos recaen sobre mí.

- ¿Qué? - pregunto confundida ante sus atentas miradas.

-Un "felicidades" no estaría mal-aclara Logan.

-No sirve de nada decirte lo mismo cada viernes por la noche- devuelvo desesperada.

-Vaya, alguien no anda de buen humor-se burla el castaño.

Todos salimos al estacionamiento luego que Leah le diera un sermón a Logan sobre no dejar que le golpeen en la cara porque le quedarán cicatrices. Y es que al castaño guapetón lo golpeaban porque les regala un round y le gusta dar entretenimiento, podía leerlo en sus acciones, él quería dar un buen espectáculo. Y las marcas en su rostro terminaban atrayendo a más chicas.

Mientras salimos, Leah y yo intentamos encender mi auto, el cual solamente se ahoga dejándonos varadas en ese edificio de mala muerte.

- ¡Juro que lo llevé al taller ayer Leah!

- ¡Eso no sirve Jen! Debes comprarte uno nuevo- se queja.

-Bueno cómpramelo tú. Disculpa no tener un pastal como tu familia.

Me bajo del auto molesta, mi pobre y viejo auto debe aguantar los recorridos de una punta a otra porque siempre iba a dejar a Leah a su departamento, en cambio yo debía compartir habitación para poder tener un techo y que me alcance para cubrir renta. Desesperada porque arranque solo termino por hacer que no quiera encender.

-Supongo que puede arreglarse- dice Reeds a mis espaldas-, o puedo llevarte a tu piso Jen, me queda de paso, y Jason puede llevar a Leah.

Alerta roja, aborten misión.

BIENVENIDOS A ESTA NUEVA HISTORIA

De una vez advierto que no me hago responsable por su estabilidad emocional ni por posibles daños al corazón, y pues si hay escenas subidas de tono :) así quedan advertidos