Capítulo 43: Enemigo poderoso.
Con Gaara nos encontrábamos vistiéndonos, en mi cara tenía una sonrisa de boba. Es que simplemente no podía evitar el sonreír, acababa de pasar un gran momento con la persona que siempre he amado.
Él me miró unos segundos, también se encontraba una sonrisa en su rostro y eso me encantaba.
—¡Gaara-sama! —exclamó una voz masculina desde afuera. Con Gaara nos miramos algo asustados por lo que comenzamos a vestirnos con gran velocidad. El ninja que gritó entró al lugar, se le veía agitado y asustado. —El enemigo, apareció.
Nos sorprendimos bastante por lo que salimos de aquel lugar para ver contra quien nos tocaría enfrentarnos.
—E-Ese es...—murmuró el Tsuchikage. —Uchiha Madara.
—¿Qué significa esto? —preguntaba Gaara. —Sus ojos. Es un revivido.
—Entonces la persona de la máscara...—murmuré. —¿Quién demonios es?
—Entonces, el que tenemos frente a nosotros es el autentico Madara. —habló Naruto. —¿Y el que creíamos que era Madara era otra persona?
—Eso parece.
Uchiha Madara comenzó correr, los ninjas de nuestra división comenzaron a ponerse nerviosos y sacaban sus armas.
—¡No miren sus ojos! —exclamó el Tsuchikage.
Algunos gritaron y comenzaron a dirigirse hasta Madara, este simplemente comenzó a golpearlo dejando a varios en el suelo; comencé a elevarme con mi Arena y podía ver como Uchiha Madara se iba deshaciendo de cada uno de nuestra división.
¿Qué podríamos hacer?
Temari lo envió lejos con su abanico, pero este simplemente se levantó y envió una gran bola de fuego hacía nosotros; la cual fue removida por ninjas que utilizaban el elemento agua formado una gran ola y entonces se produjo vapor.
No veía a Gaara y eso me preocupaba.
Vi como Naruto se elevó en el cielo con su Rasengan para atacar a Madara, pero entonces este se protegió con lo mismo que realizó Sasuke esa vez que nos enfrentamos; yo atrapé a Naruto evitando su caída.
—¡____! —gritó Gaara, comencé a descender con Naruto para colocarnos a su lado. —¿Estás listo Naruto?
El Tsuchikage colocó sus manos en el lugar donde se encontraba nuestra Arena almacenada y entonces sentí como esta se volvía ligera.
—Bien, listo.
—¡Vamos, ____!
—¡Bien!
Con Gaara comenzamos a enviar una gran tonelada de Arena impidiendo el movimiento del Susano de Madara, Naruto iba corriendo con su Rasen Shuriken. Gaara sacó a Madara del Susano y entonces Naruto le lanzó su ataque.
Madara había absorbido el ataque dejándonos sorprendidos y entonces desde el cielo comenzó a caer un meteorito, el Tsuchikage comenzó a elevarse para detener el Meteorito.
—¡Todos aléjense inmediatamente! —exigió Gaara a lo que los demás comenzaron a correr aterrorizados. —¡____ también vete!
—¡No pienso dejarte aquí! —exclamé firmemente mientras comencé a elevar mi Arena para ayudar al viejo anciano. —¡Te ayudaré en todo lo que pueda!
—Bien.
El meteorito estaba a punto de caer, con mi Arena y la de Gaara tratábamos de detener su impacto. Con éxito lo logramos, pero entonces vi que venía otro meteorito.
—Maldita sea...—murmuré.
Con todo lo que pude saqué al Tsuchikage de aquel lugar y traté de salvar a todos los que pude con mi Arena.
—¿Estás bien? —preguntó preocupado Gaara.
—Sí...—respondo agitadamente mientras poso mi vista en el Tsuchikage quien se encontraba inconsciente. —Al parecer él no se encuentra muy bien.
—¡Gaara, ____! —exclamó Temari asustada mientras se acercaba junto a otro ninja. —¡¿Se encuentran bien?!
—Sí.
Inesperadamente del suelo comenzaron a salir unas ramas.
—¿También puede utilizar el elemento madera?
El Uzumaki comenzó a correr mientras creaba múltiples clones, donde cada uno realizó una gran bola de Rasengan y evitó el ataque de Madara.
A pesar de que solo es una replica del original ha aguantado demasiado.
—Ya es suficiente, Naruto. —habló el Tsuchikage quien había recobrado la conciencia. —Nosotros nos encargaremos del resto.
—Tsuchikage-dono, ya no...—replicó Temari.
—Por fin llegó el momento de levantarme. ¡Es el mejor oponente para hacerlo!
—¿Qué esta diciendo, Tsuchikage-sama? —pregunté.
—¡Yo seré su oponente!
Vi como Madara comenzaba a acercarse y Gaara corrió hasta donde se encontraba Naruto.
—Quería probar unos jutsu más...pero no creo que pueda seguir bailando, Oonoki. —hablaba el resucitado Madara. —¿A qué viene esa cara? Si mal no recuerdo te enseñé la diferencia de poder que hay entre nosotros.
—Los shinobis luchamos durante toda nuestra vida. Luchamos por nuestro país y por nuestra aldea. —decía el Tsuchikage. —Le robamos a los demás países y a las demás aldeas sin intentar comprenderlos.
—Así es la vida. ¿Has vivido hasta volverte tan viejo y no has aprendido nada del doloroso pasado?
—He vivido mucho más que tú y también he aprendido más. —decía mirándolo fijamente. —En aquel momento hiciste que me abandonara a mí mismo. ¡Por eso ahora me levantaré y te derrotaré!
El Tsuchikage se levantó y entonces no resistió e iba a caer, pero entonces la arena de Gaara lo sostuvo.
—Vamos, nos levantaremos juntos.
—Por esta vez dejaré que se entrometan.
Madara se lanzó a atacarnos, pero entonces una luz brillante apareció frente a nosotros y pudimos ver que aparecieron los dos Kages; pero no solo eso, también apareció la Mizukage junto a otros ninjas.
—Todos siguen con vida. Parece que llegamos a tiempo.
—Por fin puedo armar un alboroto. Estaba cansado de esperar.
—Después de todo valió la pena haber vivido por tanto tiempo. ¿Quién pensaría que llegaría el momento en que los cinco Kages lucharíamos juntos?
La Hokage comenzó a curar a Gaara y al Tsuchikage mientras que el Raikage, y la Mizukage ganaban un poco de tiempo.
—____, vete a otro lado. —pedía Gaara mirando fijamente a Madara. —Desde aquí yo me encargaré.
—No pienso dejarte solo.
—¡Obedece! —gritó a lo que me sorprendí. —¡Como Kazekage te ordeno que salgas de aquí! ¡Y como novio que te pongas a salvo!
—Tks...—presioné mis puños molesta. —Bien. ¡Más te vale no morir!
—¡Te lo aseguro!
Comencé a irme de ese campo de batalla.
Solo espero que Gaara se encuentre bien.
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