XXX

La observé atento y ella a mí, lucía joven; la verdad demasiado, no pasaba por estudiante universitaria; así que, descarté que fuese compañera de Ricky.

Su cabello rizado lo llevaba atado en un par de trenzas pegadas a la cabeza, su tez era un poco más oscura que la de Ricky, algo así como una almendra y tenía ojos de un tono avellana que apenas conseguía divisar debido a ese escrutador gesto que mantenía en mí, estudiándome.

Sus facciones finas me hacían pensar en una de esas muñecas Barbies. Sin duda, era una niña linda y en su ropa se notaba que provenía de una familia económicamente estable; aunque seguía sin saber el motivo de su presencia en ese lugar o para abordarme de tal forma.

—¿Tú eres? —le pregunté dubitativo y ella mantuvo su gesto escrutador— ¿Estudias aquí con Ricky?

—Ricky, ¿ese es el nombre del joven?

Con esa pregunta me dejaba claro que no lo conocía; así que, menos comprendí en ese preciso momento su interés por él.

—Chiquilla, no estoy entendiendo nada, ¿siquiera lo conoces?

—No me respondiste. —Su tono desafiante me obligó a arquear una ceja y ella se cruzó de brazos antes de repetir su primera pregunta.

No sabía quién era por eso me importaba un bledo admitirlo. Asentí en silencio con un raro gesto de confusión reflejado en el rostro, la chica batió los labios fruncidos de un lado a otro, pensando en quién sabe qué; cuando yo estuve a punto de romper el extraño silencio, ella lo hizo con una nueva pregunta que me obligó a contemplarla con mayor extrañeza:

—¿Y confías en él?

—Escucha, yo no tengo tiempo ni ganas de hablar sobre mi vida privada con una niña desconocida; sin mencionar que mi hijo está dormido aquí atrás... —La chiquilla dio un vistazo al asiento posterior y vi su boca convertida en una "o", yo proseguí en un tono de hastío y aparté la mirada de ella—: Así que, con permiso.

Retomé el volante y encendí el auto, solo en ese instante la chica varió su expresión, procedió a disculparse y hablarme en un tono de acelerada súplica para evitar mi partida. Suspiré cansino, volví a apagar el auto y fijé la atención en ella cuando se expresó con una voz bastante baja.

—Yo solo quiero saber.

La estudié en silencio un momento. Con la cabeza gacha, parecía un poco perdida o quizás triste. Cada vez comprendía menos qué pasaba.

—¿Qué quieres saber? ¿Quién eres? —Traté de indagar, pero no decía nada, solo se encogió un poco de hombros con mi siguiente pregunta—: ¿Qué, acaso tus padres no te han enseñado que no debes hablar con desconocidos?

—Tiene razón, pero quiero saber y nadie me dice nada.

—¿Qué haces sola en este lugar? Tú no estudias aquí, se nota.

La niña negó con la cabeza y por primera vez respondió a una pregunta:

—Mi mamá es maestra en la facultad de artes, suelo venir con ella cuando papá no está.

—Comprendo, ¿y por qué te acercas así a un desconocido? Podría ser peligroso.

—Tampoco lo hago siempre —habló en un tono de obviedad que me obligó a elevar una ceja al mirarla—. Además, los he observado bastante. —Creo que parpadeé un par de veces al escucharla, pero ella solo siguió adelante—: He tratado de hablar con él, ¿Ricky?, pero creo que soy cobarde.

Reí en bajo, parecía ser una admiradora secreta de ese chico y pensé que quizás a eso se debía su actitud previa conmigo.

—Eres aún muy pequeña y no tienes por qué estar acechando a adultos, aunque sientas algún tipo de atracción.

La chica me contempló con ojos agrandados y negó reiteradas veces antes de emitir un sonido:

—¡No! ¡Eugh! Él es gay, claro que no me gusta, pero lo he visto varias veces con mi papá y de allí mi interés. —La última parte la dijo con una voz tristona y aunque algo dentro de mí se removió, permanecí expectante. Sin embargo, ella rápidamente recuperó su acelerado tono inicial—: En el campus suele ser muy aventado con los chicos y desde hace tiempo mis papás han tenido líos, no quiero creer que...

De nuevo la voz le tembló al igual que su mirada, para ese momento, era obvio que contenía el llanto. Si estaba entendiendo bien, ¿ella pensaba que su padre le era infiel a su madre con Ricky?

No obstante, tampoco tuve oportunidad de indagar, la extraña charla fue interrumpida de golpe.

—¡Sere...!

Apenas conseguí escuchar en la distancia, alguien llamó y el rostro de la niña lucía asombrado, sin decir otra palabra, la vi alejarse y correr al interior, dejándome todavía más desconcertado.

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—Tobi, ¿cómo que un encuentro extraño? —inquirió Ricky entre risas mientras se cambiaba.

Había intentado contarle sobre la misteriosa chica, pero él no paraba de reír y decir babosadas como que si vi un ovni o me encontré con un alienígena en la calle. Le lancé una almohada para callarlo.

—¿Cómo quieres que te diga si tú no dejas de vomitar tontadas?

—Está bien, tienes razón, Tobi... —me dijo entre risitas una vez se vistió apenas con un holgado pantalón de pijama y habiendo suficiente espacio en mi cama King size, decidió tomar asiento a horcajadas sobre mi vientre, lo que me obligó a alzar una ceja y él sonrió con picardía.

—¿Y así esperas que te cuente?

—¿Qué, no puedes? —Mi gesto no varió y él prosiguió—. Ya, pues, Tobi, dime.

Procedí a contarle todo desde el principio hasta cómo acabó, en cuanto se acomodó junto a mí, apoyado sobre su codo izquierdo; ladeó la cabeza bastante confundido más de una vez con toda la situación.

—Ricky, la chica cree que eres amante de su padre. —Su rostro de espanto era un poema y a nada estuve de reír—. ¿Alguna vez has salido con un hombre casado?

Ricky negó con la cabeza reiteradas veces y luego añadió:

—Es mi norma, nada de tipos casados o comprometidos, Tobi.

—Bien, ¿y hay posibilidad de que alguno te haya ocultado algo así?

Ricky volvió a negar con la cabeza, lucía bastante firme al hacerlo, aunque un segundo después su rostro empezó a cambiar y de esa negativa no quedó rastro, incluso tragó en seco, le observé atento y asombrado por lo que tal gesto aparentemente representaba.

—Pensaste en alguien, ¿cierto? —indagué en bajo y se llevó la mano libre hacia el cuello para masajearse la nuca. Un claro gesto de preocupación.

—Pero no puede ser, Tobi, tú dices que tiene como quince esa chica, demasiado grande para ser su hija... creo.

—¿Crees? ¿No sabes qué edad tiene o qué? —pregunté en tono irónico, pero acabé sorprendido por el gesto de su rostro— Ricky, ¿es en serio?

—Tobi, escucha: nos conocimos por Grindr, no solíamos hablar sobre cosas personales y salimos unas tres veces, su nick era algo como heterocurioso o heteronotanto o algo por el estilo...

Creo que sin darme cuenta apreté demasiado la mandíbula al escucharlo porque él extendió su mano libre para acariciarme la mejilla antes de seguir:

—Tobi, esto fue mucho antes de que tú y yo estuviésemos juntos, ahora ni siquiera tengo esa app; por eso se me hace rara toda la situación porque el último tipo con quien salí antes de estar contigo fue Ed.

—Error, yo recuerdo a alguien más —le dije en bajo, Ricky ladeó la cabeza sin comprender, entonces, proseguí—: El sujeto del club.

Mi novio tensó la mandíbula en un raro gesto y luego lo vi tragar en seco, yo permanecí expectante, no emití ni un sonido a la espera de escucharle. La mano que había reposado en mi mejilla, nuevamente regresó a su nuca.

—Tobi, él es heteronotanto... —Abrí los ojos de la impresión y él se sentó para continuar contándome luego de un lánguido suspiro—: Se llama Gabriel y esa fue la última vez que lo vi, por razones obvias.

Me acomodé de lado para observarlo y apoyé la cabeza sobre mi brazo doblado. Él lucía apenado.

—Ricky, ¿qué pasó ese día? —Me atreví a preguntar en tono bajo, él clavó una dolorosa mirada en mí, entonces procedí con cautela—: Quiero decir, Ed y tú tenían planes, pero lo cancelaste para irte con este sujeto.

Lo vi cerrar los ojos un momento y asentir con la cabeza, se veía muy arrepentido, a punto estuve de pedirle olvidar el tema, cuando volvió a abrirlos, liberó un nuevo suspiro antes de decir algo:

—La noche anterior fue el encuentro con mi pa... bueno, con Zack. Mi cabeza quedó hecha un lío y por eso me sentí indispuesto al día siguiente. —Otro suspiro dejó escapar—. Súmale que comenzaba a sentir cosas por ti y me maldije infinidad de veces. "¿Cómo te fijas en el hetero? ¿Acaso eres idiota?", me pregunté una y otra vez, por eso cancelé con él, no quería ilusionarlo cuando ni yo mismo sabía qué quería.

—Pero te vi en la empresa ese día y me preocupé muchísimo por ti.

Lo vi asentir en silencio, el gesto de su cara reflejaba algo de dolor.

—Fui a buscarte. Necesitaba sacarme lo que pasó con él, con Zack... y solo pude pensar en ti para descargarme, pero encontrarte con Margot me dolió horrible.

Apreté su pierna sobre la cama, provocándole una débil sonrisa, él enseguida cubrió mi mano con la suya antes de continuar:

—Tus amoríos con ella son de conocimiento público y yo no podía entender por qué me afectó así verlos. Hui sin rumbo fijo. Cuando me di cuenta, había llegado hasta aquí, pero a último minuto me arrepentí de venir.

Me senté a su lado y tomé sus manos, Ricky sonrió en respuesta. Recordé ese día y cuánto me desesperé al no hallarlo. Si lo hubiese encontrado, nada de lo que pasó esa noche habría ocurrido, de repente sentí un remanente de culpa, debí buscarlo más, llamarlo incluso.

—Ya en mi casa, entré a la app y vi un mensaje suyo, me decía que estaba sin planes y proponía vernos en el Wild Forrest, pensé que sería una buena forma de distraerme de todo lo que estaba pasando hasta que te vi allí con Margot.

Un lánguido suspiro dejó escapar y decidí recostar su cabeza en mi hombro mientras le acariciaba la espalda.

—Tobi, otra norma aplicable a citas de Grindr es cero alcohol o poco para no exponerme. Ese día metí la pata, vi tu rostro enojado y se me ocurrió que sentías celos, decidí ser más cariñoso con él para molestarte.

—Y él se aprovechó de eso —añadí en un susurro.

Sentí su cabeza moverse sobre mi hombro al asentir en silencio y mi respiración empezó a acelerarse.

—No recuerdo del todo cómo acabamos en el baño, pero cuando caí en cuenta, él intentaba forzarme y me aterré, peor cuando me golpeó por gritar y exigirle detenerse.

Recordar ese día, aun hoy, me hace hervir la sangre ni hablar de en aquel entonces, sentí deseos de buscar a ese tipo. Ricky notó la ira en mi respiración que se tornaba errática y decidió acomodarse a horcajadas sobre mí una vez más antes de besarme.

—Por fortuna tú apareciste, jamás te había visto así, te juro que creí que, luego de puteartelo, me sacarías en brazos con la canción de la película El guardaespaldas como fondo.

Una fuerte carcajada se me escapó, así la rabia volvió a disiparse; de nuevo, ese chico había conseguido calmarme. Ricky tampoco dejaba de reír, por largo rato permanecimos así. Cuando las risas cesaron fue que emitió otra palabra:

—Tobi, no creo que se trate de él, hace más de un año que no sé de ese sujeto.

—¿Y una chica con su descripción?, ¿no te suena de algo?

Ricky permaneció pensativo, incluso se mordía un pulgar y me pidió describirla de nuevo, un rato después abrió los ojos de la impresión como si el recuerdo lo hubiese cacheteado con fuerza.

—Tobi, tengo una sospecha, pero a la vez lo creo imposible, ella no me ha visto. —Intercambiamos miradas y vi aparecer una diminuta sonrisa en su cara—. Vas a tener que llevarme y buscarme en la U durante los próximos días por si aparece.

—Bien, seré tu transporte.

Ricky volvió a besarme y por supuesto, la temperatura se disparó al tenerlo en semejante posición, mis manos se aferraron reciamente a la calidez de su espalda, las suyas decidieron dirigirse al borde inferior de mi camiseta y tirar de ella con fuerza. Pese al cansancio, elevé los brazos para ayudarlo a removerla y decidimos embarcarnos en un viaje con destino al infinito y más allá, desnudos, sin siquiera abandonar la cama. Solo la sincronía de nuestros cuerpos era necesaria para alcanzar las estrellas.

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Al día siguiente, después del trabajo, pasamos por Tadeo y nos encaminamos a la universidad, aunque él intentaba disimular, podía notarlo nervioso, de hecho no se estaba quieto, cambiaba de canción a cada rato, también sonreía para sí mismo, aunque en el acto apretaba los labios para no evidenciar el gesto.

No comprendí su actitud porque tampoco me dijo de quién sospechaba, quería corroborarlo primero, lo cual ocurrió un rato después de dirigirse al interior del campus, cuando conseguí divisar a la chiquilla oculta entre los árboles, fui tras ella. Recordé entonces la misma escena de veces anteriores en que lo traje.

—Te está siguiendo —le dije a Ricky por teléfono y lo escuché reír en tono bajo.

Caminé con el bebé sobre mis hombros mientras le indicaba a Ricky dónde se encontraba la chica y en el momento que consiguió divisarme cerca de ella, pude ver sus ojos cristalizarse antes de emitir otra palabra:

—Tobi, ella es mi hermana.





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Holis de nuevo, mis dulces corazones multicolor, espero hayan disfrutado de esta actualización relámpago, nos leemos mañana nuevamente 😘

La dedicatoria de hoy día es para PaulaMarinkovic7 quien fue la primera en comentar en el capítulo anterior, weeee 🎉🎉🎉 Felicidades jeje👏👏 muchas gracias por tu apoyo💖💖💖

Prontito se acabará el libro mis hijxs y estoy anonadada ya que hace un buen no lograba terminar una historia 😅 y me alegra que haya sido esta la que me sacó del horrendo bloqueo y que además haya tenido tan buena y bonita acogida por parte de todos ustedes.

Muchas gracias por su amor y apoyo a este bonito proyecto, los amo💖😘

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