XXVIII

El increíble bochorno provocó risas y burlas en Ricky durante días, cada vez que me topaba a la señora Murano o el jefe me citaba, sentía deseos de esconderme bajo una roca, ella solo sonreía ante mi pena, pero me estoy adelantando.

Aquella penosa tarde no sé cuánto tiempo pasé pasmado, tampoco lograba procesar las palabras de ambos y quizás que habrán dicho luego porque no fui consciente de nada hasta ver en cámara lenta cómo Ricky pasaba junto a mí para tomar asiento, abrazado a la señora Murano, su mamita.

—Señor Wolf, mi Ricky me dijo que quería encontrarse conmigo y lamento no haber podido antes, pero parece que vio un fantasma. —Ella hablaba con una sonrisa inmensa.

Parpadeé incontables veces, tratando de asimilar lo que ocurría y aunque deseaba acercarme y tener una plática con ella, mi cuerpo permaneció junto a la puerta igual que estatua. Vi a ambos reír, pero seguía sin comprender el chiste, creo que yo mismo lo era.

—Señor Wolf, primero creyó que era la hija de su jefe y hasta intentó seducirme, ¿lo recuerda?

Abrí los ojos de la impresión y vi a Ricky boquiabierto también, el recuerdo del primer encuentro con ella volvió a mí, de golpe, como un flashback: yo iba a entrar al elevador cuando ella salió y nos tropezamos, supongo que ambos íbamos pensando en algo más. Quedé deslumbrado por su apariencia, una piel lozana en un tono oscilante entre siena y miel, con unos fantásticos ojos dorados que hacía ver su mirada igual a una joya y que recién notaba exactos a los de su hijo; la verdad era eso y su tez el único parecido que compartían. Aquel día, portaba un vestido entallado a la rodilla con un pronunciado escote frontal, muy difícil de pasar desapercibido.

Aunque yo iba de salida, opté por quedarme a acompañar a la nueva y preciosa visitante que esperaría la llegada del señor Murano.

—Amorcito —le dijo él al entrar a su oficina y allí mismo se abrazaron, el señor Murano me tendió la mano como un saludo y me puse en pie para recibirlo, durante el estrechón continuó—: gracias por acompañar a mi prometida, Tobías.

La mujer sonrió cortésmente, pero su mirada reflejaba el deseo de reírse en alto porque en todo ese tiempo había intentado ligar con ella. Torpe como puedo ser a veces, procedí a contestar algo estúpido:

—¿Prometida? Creí que era una de sus hijas que vino del extranjero.

La mujer no pudo contenerse y dejó escapar una estruendosa carcajada al mismo tiempo que el jefe me miraba asombrado.

—¿Tan viejo me veo, Tobías?

La pregunta del jefe provocó más risas en su prometida, yo, en cambio, sentí deseos de huir y el calor instaurado en mi cara resultó similar al experimentado esa tarde de primavera cuando descubrí que aquella hermosísima y joven mujer no solo era la esposa del jefe, sino también mi suegra.

—Hijito, te dije que hoy vendría a hablar con tu novio.

La escuché decirle a Ricky y arrugué el entrecejo porque yo no estaba enterado de eso, mi querido novio no me avisó; así que, posé mi gesto de molestia en él.

El chico sonrió burlesco con la vista en mí y luego volvió a posarla en su mamita.

—Sí, bueno, iba a decirle, lo que pasa es que él salió de emergencia y ya no pude —respondió encogiéndose de hombros y luego me miró para hablarme en tono alto—: ¡pero te envié un mensaje, Tobi!

Con el asunto de la guardería y lo que aconteció luego ni siquiera había mirado mi teléfono, sin pensarlo, extraje el aparato del bolsillo y, en efecto, allí estaba un mensaje: "Tobi, hoy viene mi mamita".

—¡Ricky, pero ¿en qué parte me dijiste que la señora Murano es tu mamita?!

Ambos rieron muy fuerte por mi reacción, pero tal arrebato me liberó de la parálisis y pude caminar hasta tomar asiento en el sofá frente a ellos.

—¿De verdad, Tobi? —inquirió Ricky entre risas— Estuviste en la boda, ¡yo mismo entregué a mi mamita!

Mi mente fue asaltada nuevamente por memorias del matrimonio y sí, recordé la magistral aparición de la despampanante novia, pero quién iba a su lado era solo una sombra "X", yo no salía del asombro ante el espectáculo de mujer que estaba por darle el sí a mi jefe.

Sé lo mal que suena todo esto, pero en aquel entonces eran otros mis intereses y sin duda, semejante mujer, había captado mi atención desde que la conocí. Suspiré cansino y derrotado al verla en el altar.

Por muy casanova que fuese, jamás intentaría algo con la esposa del jefe. Aunque no les di importancia, admito que cuando los chismes de la devoradora comenzaron a circular, deseé que fuesen reales y fantaseé hacer desastre con ella en la oficina mía o incluso la del jefe.

Sacudí la cabeza y me aclaré la garganta para espantar aquellos recuerdos. Volví a centrarme en mi novio y la mujer que por mucho tiempo fue presa de mis deseos, misma que a partir de ese momento le llamaría suegra: Malena Murano.

—Señor Wolf, bueno, Tobías, ahora que somos familia —se expresó risueña—. Entonces, resulta que no sabes que tu novio es mi hijo. Un poquito más de atención, por favor.

—¿De verdad intentó conquistarte, mamita? —preguntó Ricky con ironía y ella asintió sonriente. Comenzó a relatarle todo lo acontecido aquel día que nos conocimos y él no paraba de reír en ese escandaloso tono burlesco.

Aunque me sentía realmente apenado por toda la situación, disfruté presenciar su dinámica madre-hijo, la confianza que se tienen, la dulce mirada que ella mantenía en él, cómo se abrazaban cada tanto, de verdad, fue hermoso. Estaba ensimismado, ni siquiera fui consciente de que me hablaban hasta que Ricky tomó un adorno de la mesa y me tocó hacer maromas para atajarlo cuando lo lanzó en mi dirección.

—¡Ricky! —regañé en alto por la broma y devolví el objeto a la mesa.

—¡Quééé! Estabas ido.

—Tobías, mi Ricky habla maravillas de ti, pero yo solo puedo recordar tu manera de abordarme y cómo has tenido amoríos con más de una aquí mismo en la empresa.

Quise golpearme contra la mesa luego de oírla y a la vez sentí deseos de esconderme.

—Sin mencionar que hiciste de todo para que echaran a mi hijo cuando ingresó a trabajar.

De nuevo quise que la tierra se abriera bajo mis pies.

—Créame que estoy muy arrepentido de eso, señora Murano...

—María Elena, Tobías o más simple, Malena —me interrumpió sonriente y asentí en silencio—. Al principio de su relación desconfiaba y pensé que era algún tipo de plan para hacerle algo a mi Ricky. Sin embargo, él luce feliz, pero de verdad me sorprendió tu bisexualidad.

—Créeme que a mí también —le dije en bajo, sentí la cara arder demasiado—. En realidad, cuando me di cuenta, ya estaba enamorado de él.

Quise correr muy lejos y gritar como demente después de semejante declaración, sentía el calor en mi cara y el corazón a punto de salirse, quizás me sudaron las manos también, la verdad no recuerdo, solo sé que los nervios estaban a punto de consumirme. Malena sonrió; el rostro de Ricky dibujó una apenada sonrisa y su mamita le haló la cabeza hasta reposarla en su hombro.

—Curioso —replicó ella en un comprensivo tono—. Mi Ricky dijo lo mismo.

Pese al nerviosismo y todo lo que había ocurrido, una sonrisa se me escapó. Fijé la mirada en él quien me devolvió el mismo gesto y luego de un apretón a las manos de su madre, se puso de pie y procedió a sentarse conmigo, entrelazó nuestros dedos y me aferré con fuerza, fue como si hubiese necesitado tal contacto para no caer.

Malena lucía complacida.

—Tobías, una madre solo procura la felicidad de sus hijos...

—Lo sé, también soy padre —la interrumpí con una sonrisa que ella me devolvió, luego fijé la mirada en Ricky y él en mí—. Yo solo quiero tu felicidad y no veo un futuro en el cual no estés presente.

—¿De verdad, Tobi? —preguntó Ricky en un hilo de voz, yo asentí en silencio sin apartar mis ojos de los suyos.

—Hijito, eres un adulto. —Ambos observamos a Malena al escucharla—. Si tu decisión es mudarte, ya te dije que no me opondré...

—¡Mamitaaa! —reclamó en alto, lucía apenado, en cambio la alegría bailaba dentro de mí.

—Ricky, yo solo procuro tu bienestar; por eso, necesito aclararles dos cosas: Tobías, si algo malo pasa con mi Ricky o descuida sus estudios, te arrancaré el pito —aunque habló en un risueño tono, la contemplé con ojos muy abiertos y solo asentí en silencio, ella prosiguió, pero se dirigió a mi novio que no dejaba de apretarme la mano—. Si piensas aceptar, quiero que sigas igual de enfocado en tu carrera...

—Eso no tienes ni que decirlo, mamita.

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Pese al terrible bochorno, la verdad es que, conocer a mi suegra y contar con su apoyo fue estupendo, además me dio la confianza suficiente para volver a insistirle a Ricky con la propuesta, noches antes de la inauguración.

Permanecíamos desnudos bajo la sábana, Ricky reposaba sobre mi pecho y con su dedo índice dibujaba un círculo alrededor de mi ombligo, aún me encontraba algo sensible luego del clímax y por más que le pedí detenerse, él seguía. El condenado estaba empeñado en hacerme reír.

Solo detenía la nimia caricia entre esporádicos besos hasta que volví a plantearle la idea de mudarse y detuvo todo el contacto. Suspiró cansino, se sentó a mi lado y contemplé su semblante tornarse serio, en realidad, me miraba con reproche.

—No sigas, Tobi, no voy a aceptar.

—Ricky...

—Conoces mis razones; por favor, ya, para.

Un largo, pesaroso y sonoro suspiro se me escapó, Ricky se acercó a besarme y apreté su cuerpo con fuerza.

—Sabes lo que siento —susurró en mis labios—. Dame tiempo y permite que sea a mi manera.

—Está bien, no volveré a insistir, será en tus tiempos.

Volví a halarlo y no dudó en acomodarse sobre mi pecho una vez más, acaricié su cabello, él mi vientre hasta que el sueño acabó de vencernos.

Aquella mañana, mientras yo me preparaba y a Tadeo también, Ricky se encargó en la cocina, cuando solo faltaba atarme la corbata fuimos el bebé y yo a tomar desayuno con él quien al verme sonrió y procedió a anudarla. Ya se había vuelto una costumbre, pese a que él no usaba, decía que en mí eran sexis y le gustaba encargarse de que luciera perfecta. Ese día, él estaba libre en Murano; así que, pasaría por el bebé a mediodía para llevarlo de paseo.

La verdad, me gustaba compartir la cotidianidad con él y por eso quería que ya aceptara mudarse; sin embargo, no me quedaba más remedio que esperar.

Pasé la primera parte de la mañana en una junta con el señor Murano, al salir, suspiré cansino con solo leer un mensaje de Zack, avisando que iría a la oficina, mismo que recibí mientras estaba en la reunión; significaba que ya se encontraba allí. Caminé en modo tortuga, quería retrasar el momento del encuentro «un día más, es un día menos, solo un día, Tobías», me dije a mí mismo en el camino.

Margot no estaba en su puesto en ese momento, no tenía a quién preguntarle si ya Zack me esperaba, solo quedaba entrar con la mejor sonrisa y disposición fingida.

No obstante, apenas apreté el pomo, me quedé paralizado; en efecto, ese tipo ya estaba allí, pero no se encontraba solo, fue la segunda voz y más lo que le escuché decir en un tono bastante alto, aquello que captó mi atención:

—¡Temes ser expuesto!

No comprendí de qué hablaban, pero algo era seguro, Ricky me mintió en la cara cada vez que le pregunté porque evidentemente sí conocía a Zack y era esa la prueba.

Empujé la puerta sin más, el tipo ese abrió los ojos en demasía y los fijó en mí ante la impresión. Ricky se giró a verme, lucía molesto al principio, pero rápidamente cambió el gesto y con una reluciente sonrisa caminó a mi encuentro, hablaba acelerado, aunque intentaba emular calma:

—To... Quiero decir, señor Wolf.. eeh, debía tratar un asunto con usted pero creo que está ocupado, así que será más tarde. —Volvió a girarse hacia Zack y con un amable, pero fingido tono, prosiguió—: Adios, señor Jackson.

Pasó junto a mí a gran velocidad, observé a Zack que seguía serio, aunque sus ojos reflejaban algo de nervios, lo vi tragar en seco y tomar asiento, pero no me quedé en la oficina; sin decir una palabra salí a toda prisa tras Ricky.

El chico caminaba muy rápido entre los pasillos, era obvio que intentaba perderse, aunque no supo que yo le seguía los pasos hasta que ingresó a un sanitario y luego se sorprendió por verme entrar.

Apretaba con fuerza la encimera de piedra de los lavabos como como si con ese gesto buscara mantenerse en pie. Le coloqué el seguro a la puerta y con seriedad me acerqué a él, sus ojos no dejaban de temblar, aunque intentó emular una calma de la cual carecía al hablar:

—Tobi, ¿qué haces aquí?

—No, eso contéstalo tú, hoy no trabajas, ¿qué haces aquí?

—Mi jefe...

Intentó mentir, pude notarlo en su falso tono y mirada esquiva, por eso negué con la cabeza en silencio y él se calló.

—¿Qué hacías con Zack? —le pregunté aún más serio y él comenzó a sacudir la cabeza cada vez con mayor vehemencia al notar cómo mi respiración se aceleraba por la molestia.

—To-tobi, no es lo que crees, lo juro.

—¿Qué se supone que creo? Porque hasta donde yo sé, creí en ti cuando me dijiste que no lo conoces ni te traes nada con él, pero parece que te encanta mentir.

—No, Tobi...

—No se trata de que no estés listo, ¿cierto? —Creo que mi tono tembló un poco y la decepción se remarcaba en cada palabra, Ricky permanecía negando con la cabeza, desesperado—. ¿Qué te traes con Zack?

—To-tobi, de-de ve-verdad, no es lo que crees.

Vi sus ojos temblar, pero ni su lastimero semblante fue suficiente para inmutarme, me dolía su engaño, «el amor es para pobres diablos», resonó en mi cabeza y sentí un fuerte golpe en el pecho. Sin embargo, no me iba a derrumbar y necesitaba respuestas.

—Entonces, ¡dime qué es! —le grité muy enojado, incluso lo vi saltar ante el exabrupto.

Un segundo después, cerró los ojos y asintió con la cabeza mientras admitía que sí conoció a Zack antes de que llegara a trabajar conmigo, me dolió su mentira sin duda, pero todo dentro de mí se revolvió con lo que siguió, al principio no le creí, pensé que nuevamente mentía para zafarse, fue así hasta verlo llorar de la manera desgarradora en que lo hacía, que mi pecho se quebró por su dolor.

—¿Lo en-entiendes? Tobi, él es mi padre.



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Holis mis corazoncitos multicolor 💛💚💙💜💖 de nuevo nos leemos, decidí traerles esta actualización relámpago, espero la hayan disfrutado, si es así no dudes hacérmelo saber con confianza, carajo, que no muerdo😂😆

¿Algunx se esperaba esta revelación? (Espero que no🙈)

Nos leemos de nuevo el domingo mis queridxs chiques, pásenla bonito y muack 😘

Este capi va dedicado a MelissaMonsalve1 por haber dejado el primer comentario en el capítulo anterior😆 gracias por tu apoyo y espero hayas disfrutado la historia a tope hasta este punto💖😘

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