Dando la cara a la muerte

El mejor amigo del azabache, camina calmadamente abriéndose paso entre la multitud en su dirección. Lleva un balde en su mano izquierda, y posiciona el dedo índice de su mano derecha sobre sus labios, para pedir la colaboración del público. Todos asienten y sonríen en silencio, él es amigo de todos, y nadie podría negarse a su pedido.

Y entonces sucede, el rubio deja caer todo el contenido del balde encima de Drew Tanaka, y los cebos como presintiendo que estaban protagonizando una broma, empezaron a moverse contentos sobre la piel de la asiática. Todo el público contuvo un grito, y otros escupieron sus bebidas hasta por las narices del asombro.

- Ups. - Soltó Luke, como muy sorprendido de sí mismo. - Solo quería ir a alimentar un poco a los peces y me tropecé. ¡Lo siento tanto!

Drew estaba patidifusa. Percy carraspeo una carcajada que amenazaba con salir, Abigail, de igual modo, tenía la quijada desencajada del estupor.

- Eso se ve asqueroso. - Le susurró Luke, usando un tono cómplice al mismo tiempo que tapaba sus labios con una mano. - Deberías irte a cambiar de ropa, esto se esta poniendo vergonzoso para ti.

Entonces todo el público rompió en risas.

●●●●

El valiente Luke Castellan, aún seguía parado en el mismo lugar donde había cometido su acto de "crimen". El público aplaudía y reía, se agarraban del estómago por las fuertes carcajadas que soltaban, y, a la par que muchos de ellos, tomaban fotos con sus celulares la imagen bochornosa de Drew Tanaka. Pues esto, no sucedía todos los días.

Mientras tanto, Dylan Thompson, estaba boquiabierto, mirando a sus hermanos caminar hasta la orilla penosamente, mientras se sujetaban de las costillas con cuidado. Volvió la vista hacia Percy, y la curiosidad lo embargó para empujarle a preguntarle, más tarde, como había logrado tal hazaña.

- ¡¿PERO QUÉ DEMONIOS TE PASA A TI?! - Vocifero Drew, y luego viró de vuelta hacia Percy para también gritarle. - ¡MALDITOS DESCEREBRADOS! ¡USTEDES DOS! FUERA DE MI CASA AHORA MISMO. NO QUIERO VER SUS ASQUEROSAS CARAS NI UN SEGUNDO MÁS EN MÍ CASA.

Tres guardias de seguridad que habían estado vigilando la entrada de la casa de Campo, se acercaron hasta su jefa a trote con miradas toscas y manos colocadas detrás de sus chaquetas disimuladamente. Con los gritos coléricos y desenfrenados de la asiática, nadie podía culparlos que pensarán que pudiese haber un atentado cerca del lago. Era obvio que estarían alertas.

- ¿Señorita Tanaka? - Uno de ellos llegó más tarde que el resto, pero traía una toalla en sus manos para ofrecerle a Drew. - Esperamos sus órdenes...

Drew le arrebató la toalla con violencia, para solo lanzarla furiosa en la cara de Luke, quién apenas alzó una mano para detenerla. Soltó un chillido rabioso, y luego giró indignada hacia sus guardias que la miraban expectantes. Percy se removió en su lugar incómodo y temeroso. Lo peor que podría pasarles, es que fueran echados a la calle vergonzosamente, ¿no?

- ¿Acaso no me oyeron? - Exclamó Drew, con las aletas de su nariz, abriéndose y cerrándose con furia. - Quiero que los saques de mi casa ahora mismo. A patadas... ¡Ahora! ¡Ya! ¡¿Qué esperan?!

Los guardias miraron a Percy, Percy miró a Luke, y Luke seguía mirando impasible en dirección a Drew, con una sonrisa socarrona. Acto seguido, el rubio metió una de sus manos dentro de su bolsillo, y sacó su celular para mostrárselo a todos como si se tratase de un objeto invaluable. Percy frunció las cejas confundido, y las arrugó más cuando divisó que uno de los guardias de Drew, miraba hacia Nico como esperando alguna orden silenciosa por su parte.

- No te apresures, ya nos íbamos de todos modos. Pero antes, seré una buena persona y daré un aviso muy importante por el bien de mis queridos compañeros. - Habló con voz calmada, dejando caer el balde en la arena con un golpe sordo. - Hace solo unos minutos, "alguien" ha reportado a la policía, que en esta fiesta, se ha estado suministrando y vendiendo drogas... ¡Lo sé! ¿Quién pudo haber hecho semejante idiotez?

Luke dejó que la noticia cayera lentamente sobre todos ellos. Como... marea que va creciendo, alzándose, subiendo, hasta formar una gigantesca ola que podría hacer desaparecer ciudades enteras. Un absoluto silencio sepulcral se adueñó de todo el lugar, algunos más listos empezaron a retroceder lentamente, otros más tontos, se quedaron escuchando a Luke con miradas embobadas.

- ¿Y qué importa si viene la policía? - Gritó Clark, como todo un tarado de primera. Percy no podía creer que pudiera ser tan estúpido. - Solo es una fiesta cualquiera como tantas otras, ¿por qué íbamos a importarles?

- Uhm, que te parece. Un montón de menores de edad ebrios, drogas mezcladas con alcohol, un poco de exhibicionismo por allá... - Apuntó hacia las chicas que se vestían velozmente. - ¡Vaya! ¿Me pregunto si la policía tendrá suficiente celdas para meternos a todos! Ah, y ni me quiero imaginar que dirán los padres. - Continuó Luke, dramatizando al mismo tiempo, un suspiro lleno de melancolía.

Un resoplido se oyó en dirección a Dylan, cuando Percy lo miró, él ya estaba retrocediendo paso por paso.

- ¿Les doy un consejo? - Dijo Luke en tono amigable. - Deberían empezar a huir en sus coches...

No se necesito nada más que decir, inmediatamente, todos giraron, corrieron y huyeron despavoridos hacia sus autos para escapar antes de que la policía llegara, y verificara que había mucho más que alcohol en sus alientos esta noche. Nadie estaba a salvo, y por lo tanto, nadie podía seguir en la fiesta. Luke miraba encantando como las personas empezaban a correr como si fuesen hormigas, luego de lanzarles un golpe fuerte a su montículo.

El enorme jaleo que se desató a su alrededor dejó momentáneamente desorientado a Percy, él seguía de pie en el mismo lugar de siempre, observando como todo el mundo corría como atletas olímpicos hacia sus autos, mientras Drew Tanaka al contrario, se dirigía hacia su casa luciendo una extraña calma en su rostro, por alguna razón, que él jamás pudiese haber adivinado.

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Dylan llegó justo a tiempo cuando la camioneta de sus hermanos había arrancado y se disponían a largarse sin él. Casi no lo logro, pensó Dylan aliviado. Pero un segundo después, supo que, aún si no hubiera llegado. No habría resultado ninguna diferencia para él.

Escuchó un chasquido proveniente del auto, como un mecanismo activándose. No necesitaba ser mecánico para saber que habían asegurado todas las puertas con cerrojo, para evitar que él pudiese entrar dentro del coche. Golpeó con frustración la ventanilla polarizada de la camioneta, estirando a la par inútilmente, la manija de la puerta.

- ¡Ábranme! ¡Dejen de actuar como unos idiotas! - Se acercó hacia la ventanilla del copiloto, apenas Finch bajó el vidrio, Dylan lo fulminó con la mirada.- ¿Pero que les pasa? ¡Dejen de joder...!

- Ah, ah, ¿por qué mejor no vas y le pides ayuda a tus nuevos amigos? - Se mofa Fray, quién estaba en el asiento conductor. - ¿Tienes memoria a corto plazo? ¿Ya se te olvidó que diste la espalda a tus hermanos por tu compañero bastardo? Padre estará tan decepcionado.

- No puedo creerlo... ¡No se atrevan a...! - Pero ni siquiera lo dejaron terminar de hablar.

- Buena suerte con la policía, rata traidora. - Le espetó Finch por último, antes de que Fray acelerara sin más la camioneta, y todos ellos se largaran por el camino angosto, con sus luces traseras desapareciendo en la distancia.

Dylan se quedó boquiabierto, mirando la camioneta perderse en la oscuridad, sin embargo, no estaba ni un ápice de sorprendido. Ni mucho menos decepcionado, y no había tiempo para enfurruñarse. ¡Ideas, ideas! Piensa, bastardo Thompson. Se animó así mismo, observando a su alrededor como todos ya estaban alejándose sin posibilidad de alcanzarlos.

Ya no quedaba un solo coche cerca que pudiera auxiliarlo, y preferiría convertirse en una nube voladora (mediante la ayuda de un poco de cocaína), que pedirle prestado algún automóvil a Drew Tanaka. Siguió inspeccionado el lugar. Pero solo dos personas, bastantes peculiares, seguían cerca del lago, pero no por mucho tiempo intuyó Dylan, viendo que Luke se acercaba hacia Percy apresuradamente con largas zancadas, y mantenían una atolondrada conversación,
mientras apuntaban a la distancia...

Allí estaba su salvación y su maldición, su cura y su condena. Dylan sabía que si daba un paso al frente hacia ellos, todo, absolutamente todo. Llegaría a cambiar. Así que, con esa premonición en mente, emocionado, dio el primer paso hacia ellos.

●●●●

-¡Percy! - Luke se acercó hasta él, mirándolo fijamente con sus ojos celestes medio oscuros por la poca iluminación del jardín y un matiz de preocupación que lo llenó de energía. Antes de que su amigo fuera a decir algo, habló inmediatamente tratando de mantener inútilmente, una fría calma.

- Tenemos que irnos ahora. - Miró a su alrededor con ansiedad, como esperando a que algún tipo de caballo alado súbitamente aterrizara para ayudarlos a escapar. (Esto no es Grecia, amigo) - De algún modo. Ya pasé por varias cosas desagradables hoy, no quiero agregar a la lista, a mi madre buscándome de la comisaría luciendo decepcionada.

- Mi padre no llegará a tiempo si le llámanos. - Luke resopló frustrado. - Estúpido viejo, sí tan solo hubiera aflojado con darme el auto solo por hoy.

De improviso, los ojos de Percy se dirigieron en dirección al lago, pensando que, gracias a él se había salvado de los Thompson y que de alguna forma, tal vez, podría volver a salvarlo nuevamente. Sí, era una esperanza absurda. El lago no lo ayudaría dos veces, ¿o sí? Entonces observó un arroyo a lo lejos, uno donde las aguas venían y se unían con el lago. De repente, se sintió como estando debajo del agua de nuevo, a salvo, protegido. Y completamente poderoso.

- Tal vez me esté equivocando pero... ¿aquel arroyo no proviene de la ciudad? - Murmuró dubitativo, dando varios pasos al frente sin esperar la respuesta de Luke. - Sí lo seguimos... Cruzaremos el campo y llegaremos hasta la ciudad...

- ¿De qué estás hablando? - Demandó Luke de repente, enojado por no entenderlo. El rubio entorno los ojos sumamente desorientado, mirando el lago y tratando de unir las cosas en su cabeza. Percy sonrió de forma ladina, (la primera de muchas desde ese momento) no sabía como, pero el lago le había hablado. De alguna forma, le había mostrado una salida.

- ¡Hey tú, gamberro! - Un imperceptible escalofrío atacó su cuerpo, giró hacia la voz de Abby quién lo había llamado, fingiendo naturalidad. La pelirroja estaba con Nancy Bobofit.- Sí no hubieras sido un completo idiota, probablemente en este momento la estaríamos pasando bien. Sí, lo sé. ¿Te sientes miserable, no?

- ¿Miserable yo? - Percy no se reconoció así mismo cuando se escuchó hablar. Sorprendido estaba, de que aquella voz altanera y orgullosa fuera suya. - Tú deberías sentirse así, ¿sabes? Porque sí hubieses tenido unos pechos más destacables que un par de ciruelas, tal vez hubieras logrado persuadirme un poco.


Dicho eso, sonrió. Apenas una curva de sus labios, pero que bastó para dejar anonadada a las dos chicas. Luke inchó su pecho con orgullo a su lado. La felicidad no le cabía en su cuerpo, simplemente quería gritarles a todo pulmón un humillante: "¡TDFW!". Nancy Bobofit, miró a su amiga con las cejas levantas, y no dudó en reírse allí mismo, mientras Abby se daba la vuelta para irse.

Percy salió disparado en dirección a aquel arroyo, corrió con renovadas fuerzas, con Luke siguiéndole casi sobre sus talones, porque dónde él fuera, él iría sin pestañear. Saltaron el alambrado, ágiles, y frente a ellos, se abrió un extenso campo de pastizales, con un amplio cielo nublado que parecía estar a punto de caer y tocar sus hombros. El aguacero pronto les alcanzaría.

Genial, Percy pensó, nadie más que ellos podrían tener tan mala suerte en este momento. Nadie.

●●●●

Cierro la puerta del cacharro con furia, en buen momento viene a pararse en medio del camino esta porquería. En buen momento, se descompone y empieza a tirar humo del capó. Me masajeo con fuerza el rostro con mis dos manos, Cecil se encontraba inspeccionado y estudiando el motor ahora mismo, fingiendo como que tenía una puta idea de como repararla.

- No se ve ni siquiera una sola alma en pena por aquí para que pueda ayudarnos. - Farfullo Lou exhausta, sentada sobre una roca al costado del camino. Yo me mantengo de pie a pocos metros del auto, tenía la sensación de que sí me sentaba en alguna parte, con mi suerte, alguna culebra venenosa ya me hubiese mordido el trasero. ("Entonces alguien tendría que chuparte el veneno del trasero. - Me susurró mi subconsciente, aunque sinceramente, no tenía idea de como algo así habría salido de mi cabeza. - Solo es supervivencia. Y los mafiosos italianos saben de eso, deberíamos pedirle a algún italiano").

- Mejor. - Contestó Cecil, cerrando el capó del escarabajo con un fuerte resoplido, y sacándome de mis ensoñaciones. - No me gustan los fantasmas. Tienden a poseer los cuerpos vivos y esas cosas. - Se acercó hacia nosotros dudando, cuando me miró, algo en mi rostro hizo que mantuviera la distancia. - Bueno amigos, tengo buenas y malas noticias.

- ¿Cuáles son las malas? - Demande, a la vez que Lou exigía también por las malas noticias. Aunque ya tuviese un pequeño mal presentimiento de cuales serían.

- La mala es que mi bebé murió. - Dijo con voz angustiosa. Acariciando a su cacharro con ternura. - Ya no soy padre.

- ¿Y las buenas? - Preguntó Lou, adoptando un rostro adusto. Contuve el aliento.

- ¿Que tendremos un techo donde refugiarnos cuando caiga el aguacero?

Solté todo el aliento de golpe, y luego, dejé que una amarga carcajada saliera de mis labios. No pude detenerlo, era tan irónico. Años tras años trabajando en una discoteca, sin ser atrapado nunca por la policía, y luego pasa esto, tan fácilmente, exhibiéndome en medio de la nada como señuelo.

- Esto es fantástico, les dije que no quería venir. Que tenía un mal presentimiento. ¿Me escucharon? ¡Noooo! - Explotó Lou, levantándose abruptamente de donde estaba sentada para gritarnos más de cerca. - ¿Y saben qué? No me importa si la policía nos atrapa, no tengo NADA que esconder, ya que fui lo suficientemente responsable para no intentar ahogar mi hígado, o lo que sea con alcohol.

- ¡Me estaba divirtiendo! - Le devolvió Cecil indignado, acercándose hasta estar frente a Lou. Ahora tenía a dos adolescentes berrinchudos delante de mí, escupiéndose el uno al otro, y de paso mojándome un poco a mí. - Para eso están las fiestas, para beber, reír, y ¡Beber!

- Basta, chicos, hay que pensar que podemos... - Inicié a decir, tratando de mantener la calma. No obstante, Lou siguió respondiéndole Cecil con más enojo. Y supe automáticamente, que esta discusión iba para largo rato más.

- Pues tu "diversión" te va a costar muy caro ahora. Tú serás el único que pasará la noche en una celda porque tanto Will como yo, en ningún momento, probamos ni una sola gota de alcohol...

- Eh, en realidad... - Le interrumpí tímidamente, rascando un lado de mi nariz con vergüenza mientras hacía memoria de ciertas cosas que ocurrieron en la fiesta. Digamos que, justo después de que había sido echado del puesto de DJ.

Ese estúpido Dj, ¡¿echarme a mí?! ¡¿De mi lugar predilecto?! ¡Por favor! Si yo, Will Solace, una vez casi había conseguido una cita con el mismísimo David Guetta, luego de que me elogiara al ver un vídeo que subí en YouTube en donde actuaba como Dj. El cual se canceló a última hora porque murió la abuela, pero ese no es el punto.

El punto es, que no podía creer tal desfachatez de ese DJ de quinta, al incluso atreverse a llamarme aficionado. Sabía que me estaba comportando demasiado egocéntrico, pero es que por favor. Hasta mi yo de siete años hubiera podido vincular mejores músicas que ese payaso con pelo mohoso. Solo quería olvidar aquel recuerdo.

- ¡Sírvame otro trago! - Ordene al barman de la fiesta que estaba detrás del mostrador, dejando caer mi vaso de tequila en la mesa con un golpetazo. - Necesito quitarme esta sensación de mal gusto. De indignación, furia. Humillación. ¡¿Me echó a mí?! ¡A mí!

Segundos después, el hombre me puso delante de un nuevo vaso lleno, con un pedazo de limón encima, y un poco de sal en un plato de madera. Agarré el vaso y me lo terminé de un solo sorbo, mordiendo después el limón con experiencia. Había hecho esto tantas veces que ya casi ni me afectaba el ácido sabor de la fruta, con la única diferencia de que ahora no estaba besando a alguien para terminar con un reto.

- No te detengas, sigue sirviéndome más tequila... - Farfullo, mirando desde la comisura de mis ojos a ese maldito DJ roba puestos. ¡Estaba apretando botones al azar! - Necesito algo más fuerte... ¡¿Señor?! ¡Tráigame el Whisky!

- ¿Está seguro? No se ve como alguien que aguante mucho las bebidas fuertes.

Le fulminé con la mirada sin restricciones. ¡De nuevo, otra persona subestimándome sin conocerme! Creyendo intuir mis habilidades con solo mirarme. Solté un gruñido, y le di otro golpetazo al mostrador con mi vasito de tequila.

- No me dejes de servir las bebidas. ¿Quién eres? ¿Mi tía Artemisa?

- Joven, ¿está seguro de que...? - Lo corté antes de que hiciera la misma pregunta por sexta vez consecutiva.

- ¡Qué no! ¡Qué no he visto a mi novia cogiendo con otro tipo en algún cuarto de arriba! Ni tengo, ni quiero una novia. - Rodé los ojos. - ¡Y no pienso matarme! Ahora, trae el Whisky, que voy a engañar al tequila con él.

- Bueno, esto es muy gracioso, ¿verdad? Espero que nos toque estar en la misma celda. - Probé diciendo, con una risa despreocupada. Lou cerró sus párpados con fuerza, y cuando los abrió, tuve que felicitar silenciosamente a Cecil al ser capaz de sostenerle aquella furibunda mirada todo el tiempo.

- ¿Ahora, qué mierda hacemos? - Inquirió ella, dejando caer sus brazos a los costados de su cuerpo en señal de rendición. - Los demás ya nos pasaron en sus lindos autitos de papi, hace media hora. Ya nadie pasará por aquí.

-Así que sí se trata de Will en problemas, tratas inmediatamente de ayudarlo. Tan típico de ti... - inició diciendo Cecil, lo miré estupefacto y desconcertado. ¿Tan típico de ti? Volví mi vista hacia Lou, ella se había puesto pálida de golpe, y luego, un fuerte sonrojo se apoderó de todo su rostro.

- ¿Cómo que sí se trata solo de mí? - Demande confuso. ¿Qué quería decir con eso? - ¿Por qué dices eso Cecil?

- Siempre eres tan estúpido. - Me espetó con voz desdeñosa, hiriéndome un poco, de paso. Por primera vez, me miró con algo de frialdad. - Cuando se trata de los sentimientos de otras personas...

-¡Cecil! - Lou lo calló iracunda, estaba apunto de exigir a gritos si fuese necesario para que me explicaran todo este repentino embrollo. Sabía que no podía tomar en serio a Cecil estando algo ebrio, pero aún así, sentía curiosidad.

Pero en eso, algo más "importante" llamó mi atención desde la distancia, proveniente de la oscuridad. Aquel ronroneo bajo y cadencioso ya me resultaba inconfundible, supe de cual auto se trataba antes de siquiera distinguirlo. Mi corazón empezó a latir emocionado por verlo de nuevo, casi me reí por lo absurdo de mi comportamiento. Intenté apaciguarme, diciéndome, que la felicidad que sentía, solo era porque teníamos una oportunidad para escapar.

Era imposible que no lo reconociera. Aquel ruido, aquella velocidad, aquel aura invisible lleno de poder como si en vez de un coche estuviera manejando un carro antiguo jalado por caballos del inframundo. Sirviendo al príncipe de los muertos. A Nico Di Angelo.

- ¿Quién es? - Preguntó Cecil, frunciendo el ceño tratando de distinguir al auto. Jamás podría hacerlo, porque la noche era cómplice de aquel muchacho, y éste jamás lo delataría.

El auto se acercaba a una velocidad vertiginosa, pronto pasaría de largo y ellos ya no tendrían otra oportunidad. Sintió la desesperación ahogando su respiración. ¿Cómo llamaría su atención? ¿Cómo obtener la atención de Nico? Si ésta resultaba tan costosa como un par de diamantes. Nadie nunca era lo suficientemente interesante para Nico, ¿por qué él resultaría diferente?

Entonces una idea alocada y brillante se asomó en su mente. No había tiempo, sus pies decidieron por él y se dirigieron a mitad del camino. Se puso en el medio de la ruta, expuesto, totalmente en peligro de ser atropellado por él, sí no decidía detenerse.

¡¿WILL, QUÉ HACES?! ¡SAL DEL CAMINO! - Chilló Lou. Pero él hizo oídos sordos y se plantó en el lugar - ¡¡WILL!!

¿Cómo obtendría la costosa atención de Nico Di Angelo? Simple. Estando al borde de la muerte, arriesgando y confiando en él. Solo de esa manera él se molestaría a echarme un vistazo. No había otra forma de que él notará mi persona. No la había.

Tan solo, dándole la cara a la muerte.

●●●●

Llovía tan fuerte, que resultaba más difícil de lo que ya era respirar mientras uno corría. Sin embargo, a pesar de las súplicas de Luke, no me detuve ni un segundo a descansar, corrí y corrí, sin detenerme ni un segundo a observar si mi amigo aún me seguía. Simplemente, no quería dejar de correr y desconcentrarme en esta simple actividad, porque cuando lo hiciera, tenía el presentimiento de que mis lágrimas estarían mezclándose con las gotas de lluvia muy pronto.

Mis ojos me ardían, por las afiladas gotas de lluvia que caían sobre ellos. Tenía que mantener la vista agachada para prestar atención a mi camino y no tropezar aparatosamente por el césped húmedo y lleno de barro, o peor, caer sobre uno de tantos excrementos de vaca que había por el campo. Excremento en mis narices, no era algo que me emocionara experimentar.

-¡Percy espera!- Me llamó Luke, jadeando y tratando de alcanzarme. - ¡Percy detente!

Pero ya casi llegábamos a una plaza privada de la ciudad, una en donde siempre venía para nadar en la gigantesca piscina que tenían. Solo unos metros más, me dije, ignorando a Luke deliberadamente. Divisé a lo lejos la entrada al parque, afortunadamente para nosotros, el portón estaba abierto, siendo movida de atrás para adelante por las ráfagas de viento.

Otee por un árbol frondoso, uno que tuviera las ramas suficientes para formar una improvisada sombrilla y resguardarnos de la lluvia. Busqué hasta que lo encontré, un árbol de mangos. Enorme, imponente, con sus gigantescas raíces asomándose fuera de la tierra como invitándome a tomar asiento a su lado.

- Aquí, la lluvia parará en cualquier momento. - Dije, sentándome sobre una de las ramas e intentando despejar mi visión. Pensé que Luke había estado detrás de mí todo el tiempo, pero cuando giré para verlo. Él no estaba por ninguna parte. Me incorporé automáticamente mirando a mi alrededor.- ¡¿Luke?!

No contestó, la lluvia había empezado a aminorar así que mis ojos pudieron ver más allá de varios metros, con la ayuda de varias farolas que poseía el parque. Entonces lo vi, una figura acercándose en mi dirección. Alto, y atlético. Trotando ligeramente, moviendo su rostro de acá para allá como buscándome.

- Ahh... - Suspiré de alivio, sonreí, a la par que levantaba una mano y la agitaba para que me viera. - ¡Estoy aquí, bajo el árbol! ¡Luk...!

Me callé abruptamente cuando el chico pasó sobre una de las farolas y le iluminó la cara. No era Luke, era Dylan Thompson él que se acercaba ahora hacia mí luciendo todo jovial y amigable. ¿Pero entonces, dónde estaba Luke? Dylan abrió la boca para saludar.

- ¡Hey, percesi...! - Luke apareció detrás de un árbol en un fogonazo, rápido e implacable, fue a la carga contra Dylan y lo tacleo al suelo.

Así que para esto se había estado ocultando y esperando Luke.

Continuará...

●●●

Hice Está portada y me gustó. Pero no quiero cambiar la otra. Ah, ¿qué dicen? Está o la otra?

Seré sincera. No sé como mierda pasa tan rápido las semanas. Con la mano en el corazón les pido disculpas por la tardanza. Dios, en serio no tengo cara para mostrarles por la vergüenza.

Me he concentrado demasiado en Instituto de Delincuentes Juveniles, que se me pasó. PERDÓN PERDÓN. Prometo que el jueves o viernes subo otro cap como recompensa. Gracias por todo.

Preguntas.

- Han pillado como va ocurriendo el leve cambio de Percy?

-Qué dijeron cuando Luke soltó la bomba de que alguien llamó la policía?

- Cuáles son sus conclusiones acerca de lo que Dylan dijo? Que todo iba a cambiar para él?

¿piensas dejar Está historia porque la escritora es una pinche despistada 😂?

"Tan solo, dándole la cara a la muerte". No mamen, a poco Está frase no me salió bien cool y sublime.

Nos vemos chicos, los amo desde el fondo de mi estómago lleno de gusanos.

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