51. Pídelo, y será tuyo.

Nico observó a Caronte a punto de rellenar por completo el hoyo donde el cuerpo de Yvyan estaba siendo sepultado. No eran los únicos. Todo aquel que había entablado una mínima amistad con el muerto, estaba presente, y especialmente los que acostumbraban a guardar un buen secreto: Drew, Arata, Katie, Mark, y Abby. Personas que entendían las consecuencias de un pequeño error.

Dylan, el dueño de ese error, fue quien lo había llamado esa noche, para transmitirle la noticia con inusual calma, y pedirle que lo ayudara con el cuerpo de Yvyan antes de que su padre lo tirara a un basurero lleno de ratas. Fue inesperado, y Nico había estado a punto de negarse como una persona normal lo haría, decirle que solucionara su propia mierda solo, pero...

Había sido algo que le había dicho Dylan al otro lado del teléfono, algo en su voz, que habitualmente despreocupada, lo había traicionado quebrándose en la última sílaba que lo había hecho cambiar de opinión.

"Por favor, Nico, al menos merece un entierro digno".

Nico a regañadientes había accedido con la condición de poder llevar a su guardaespaldas consigo. A Dylan le gustaba Caronte, así que no puso ningún reparo. Y entonces allí estaban, en círculo, el silencio roto por el rítmico sonido de la tierra movida por la pala, por el ulular de animales nocturnos, y el suave llanto de Katie, ya que ella había estado enamorada de Yvyan. También Arata se veía triste. El resto, sin embargo, mantenía su inexpresividad.

Finalmente, Caronte dio unos últimos golpes sobre la tierra abultada con la pala, y después, con algo de sudor brillando sobre las sienes de su rostro y frente, levantó la mirada para mirarlos a todos con una expresión neutral, como si enterrar cadáveres fuera parte de su día a día.

—¿Qué mentira le darán a la pobre madre de esto?

Fue Dylan quien, con voz queda, contestó:

—Mi padre ya se ha encargado. En un par de días le llegará la noticia a la familia.

—Válgame Dios — exclamó Caronte bajo un murmullo— no quiero ni imaginar...

—Gracias, Caronte — Nico lo interrumpió con voz firme—. Puedes esperar en el coche.

En respuesta, la sombra de una sonrisa sarcástica y crispada de irritación apareció automáticamente en su rostro. Nico sabía que a Caronte le desagradaba recibir órdenes tan descorteses de un niño de trece años, y aunque normalmente lo hacía adrede para ofuscarlo, esta vez no había sido esa su intención. Caronte lo entendió compartiendo una sola mirada con él, así que le dio un asentimiento, y entonces se fue, llevándose la pala llena de tierra consigo.

Fue Abby la que habló después de un rato, rompiendo el silencio que los envolvía.

—Nico, deberías decir algo— sugirió, con los dientes castañeando—. Ya sabes, eres católico, di algo religioso o canta...

—No es necesario — murmuró Katie, antes de que Nico pudiera decir algo ofensivo a Abby— Yvyan era budista.

Drew rodó los ojos a su lado, Abby soltó un pequeño "Oh" de niña tonta, y volvió a guardar silencio, mientras Mark le tocaba el hombro a Katie fingiendo empatía. De forma distraída, Nico escondió sus manos dentro de los bolsillos de su fina chamarra en un inoperante intento de refugiarse del frío. Igualmente, el viento azotó su rostro y se coló a través de su ropa incrustádose sobre su piel como cuchillos.

¿Hacía realmente frío? ¿O era porque acababan de enterrar a Yvyan? Nico caviló. Las ramas de los árboles se mecían con tanto brío que habían creado una surreal lluvia de hojas a su alrededor, mientras que el pelo de las mujeres revoloteaba en el aire cual tentáculos de medusa en el agua. Nadie iba vestido para resguardarse del frío, especialmente no Drew, que solo tenía pantuflas con medias de arco iris, y un camisón de lana que no se molestaba en sujetar cuando el viento lo levantaba.

—Él me caía bien, ¿saben? —confesó de pronto, mirando la tierra— Era uno de esos raros chicos que me veía como una persona y no solo como una vagina a la cual penetrar.

—A mí me gustaban sus historias — dijo Arata.

—Le advertimos que tuviera cuidado con cierta persona— inició Katie, con la voz cargada de aversión mientras enviaba una mirada aguada y llena de rencor hacia Dylan Thompson, que fingía no escucharla— pero no hizo caso. Como un codicioso minero que encontró diamantes, picó y picó en exceso, con ojos deslumbrados no se dio cuenta que estaba destruyendo su propia mina hasta que la tierra lo sepultó.

—¿Dices que Dylan es el diamante e Yvyan era el minero? — preguntó Abby, con su típica e irritante voz de estúpida.

Drew volvió a rodar los ojos, esta vez con más vehemencia que pareció que se le saldrían de las cuencas. Katie se limitó a mirar a Abby con asco.

Nico miró de refilón a Dylan, que a excepción de cuando había hablado con Caronte, no había soltado ninguna palabra de camino hasta aquí. Mantenía un semblante taciturno en el rostro, y aparte de que los bordes de sus párpados se veían algo enrojecidos, no mostraba ningún otro indicio de estar sufriendo por la muerte de su amigo. Pero de nuevo, Dylan era el maestro en ocultar sus emociones, por lo que era difícil saber si estaba viendo una de sus tantas caretas que fingían apatía.

Drew farfulló algo inteligible, y apartó con enojo el pelo que intentaba meterse en sus fosas nasales. Fue Arata, el único valiente que le preguntó:

—¿Qué dijiste?

—Dije que esto es una mierda— repitió la asiática, mirando a cada uno de ellos con aburrida santurronería— Nuestras queridas familias nos han lanzado dentro del estiércol sin preguntarnos. Nos dicen que los actos de nuestros padres no nos definen, ¡pero es pura mierda! Lo primero que preguntan los adultos es: "¿Quién es tu padre?" Y según la respuesta, actúan.

—¿Y? Sólo hay que obedecerlos — Mark se encogió de hombros, mirando petulante— y a cambio nos dan un montón de dinero. Somos de la clase alta. No la basura pobre. ¿Qué importa algo de corrupción?

—¡Oh! Mi querido amigo de coeficiente bajo. ¿Y por cuánto tiempo crees que lo disfrutarás? —devolvió Drew, soltando una carcajada que hizo a sus ojos empequeñecer aún más— ¿Eres tan tonto que no te has enterado? ¿Alguien se lo dice, por favor?

—Un árbol enfermo sólo da frutos podridos — murmuró Dylan, levantando la mirada por primera vez desde que había llegado, su expresión era solemne— Los talan.

— Exacto— sonrió Drew, mirando a Dylan con febril entusiasmo— Todos vamos a morir.

El día martes, apenas segundo día de clases, y un día antes del cumpleaños de Will rizos de spaghetti sensuales; Nico di Angelo ya había lanzado su primera maldición sobre la maestra de literatura, que por algún bizarro motivo se le ocurrió que era una genial idea dejar tarea para entregarlo, en ese mismo jodido día, a través de una página web que ni siquiera el mismo programador entendía y mucho menos las maestras que con suerte sabían conectarse al wifi.

La tarea consistía en crear un cuento corto, y ese era el por qué Drew Tanaka, Abby Chensen y dos tipos que no los conocía ni su abuela estaban en su casa, porque Nico estaba jodidamente seguro de que no la iba a hacer solo mientras los demás holgazaneaban. Y la razón por la que había acabado trágicamente en el grupo de Drew, era porque Nico era un asocial, y, un arrogante que en vez de buscar integrarse se había quedado sentado en su asiento, cual rey en su trono de oro puro esperando a que los plebeyos rogaran por él.

Porque Nico no buscaba los grupos, ellos lo buscaban a él.

Excepto que nadie lo había hecho. Tal vez por el insignificante hecho de mirar a sus compañeros con animosidad latente cuando daban un paso hacia él. ¡Ellos sencillamente eran muy cobardes! Así que la profesora lo había integrado con el grupo de Drew en contra de su voluntad. ¡Pero no todo era malo! Will Solace, pectorales perfectos, había accedido acompañarlo hasta su casa.

—De acuerdo —le había dicho Will en el estacionamiento del instituto, antes de venir— ¿pero que se supone iré a hacer?

—¡Absolutamente nada! — contestó Nico, dándole una sonrisa angelical— Sólo debes sentarte en una silla, lucir irresistible para mí y... ¡Ah! Dejar que te manosee un rato debajo de la mesa.

—¡No harás eso! — objetó Will de inmediato, y se sonrojó hasta las orejas — ¡Nada de manoseo con personas presentes de nuevo!

Nico casi enloqueció.

—¡No puedes pedirme eso! Es como pedir al cielo no oscurecerse, a un volcán no explotar, ¡a Daenerys Targaryen no enloquecer por el poder! —luego con voz solemne—: ¿Cómo osarás controlar el anhelo envilecido de mis manos?

Will dijo que podrían comprar esposas de camino a su casa, pero unas esposas sin una función sexual, no tenían sentido alguno. ¡A veces Will era tan egoísta! Guardándose sus ardientes partes sólo para él mismo y privando a indefensos y pobres hombres como Nico, a deleitarse del paraíso celestial que Dios había puesto en tierra. Nico estuvo muy indignado. Y le dejó claro en todo el camino mientras conducía que Dios le castigaría tal muestra de bajeza ruindad.

—Sin embargo — continuó Nico, con la frente altiva y voz suntuosa— sí nos besamos en un tiempo dado, podrías encontrar la redención y devolver la pureza a tu alma.

Los hombros de Will temblaron mientras se reía en silencio, y al final, soltó un largo suspiro resignado.

—Está bien —dijo, mirándolo con picardía—. Sí acaban el cuento antes de que empiece mi turno en el hospital, puede que te deje manosearme un poco.

¡Y Oscar Wilde reencarnó en Nico di Angelo! Escribió un cuento tan alucinante que estaba seguro de que si George R. R. Martin lo leía, se arrodillaría y le besaría los pies con adoración. Lo hizo en tiempo récord y luego lo subió a la web sin oír más estupideces de Abby sobre que el personaje principal no debería ser un travesti. Bueno, Nico quería que su protagonista fuera un travesti, ¡así que iba a ser un maldito travesti domador de dragones, y amante del ardiente general Joshua!

¡Su casa, sus reglas! Además, a Will le encantó.

Ahora Nico se encontraba escoltando caballerosamente a Drew, Abby, y a los dos chicos sin nombres a la puerta de salida. Nico no podía sacarlos más rápido, y sospechaba que Drew estaba caminando deliberadamente lento para molestarlo adrede, mientras mantenía una interesante conversación con Abby sobre la flacidez vergonzosa de los muslos de Silena Beuregard.

Un largo y tortuoso momento después, Albert abría la puerta de la entrada y se despedía educadamente de los dos chicos que salieron primero. Nico estaba a punto de cantar "aleluyas" por su pronta libertad que la emplearía en cosas más sustanciales como investigar minuciosamente el interior bucal de Will Solace, cuando de pronto, Drew se detuvo, y por consiguiente, también Abby.

—¡Ah! Por cierto...— inició Drew, volviéndose hacia Nico a la par que Abby la imitaba, y sus labios se extendían en una sonrisa ponzoñosa— ¿Te has enterado? Dylan y Mark están peleados.

Nico tuvo que tomar una honda inhalación para no arrastrarlas hasta la calle y fingir una expresión no psicópata que delatara sus ansias asesinas.

—¿Y por qué supones que eso me importa una mierda? — replicó Nico, dándole una mueca asqueada—. Les recomiendo irse, tengo otros asuntos que atender ahora — dijo, y entonces miró hacia Abby con aún más repulsión— Especialmente tú, zorra. Deberían darme una medalla. No sé cómo he podido aguantar hasta ahora para no insultarte después de haber triturado la reputación de mi primo.

—¡Fue su culpa! — chilló Abby, poniendo los brazos en jarra a sus costados y arrugando su faz en una expresión colérica— ¡Sólo le pedí una cosa! ¡Una cosa! Que guardara silencio sobre lo que íbamos a hacer con Miranda y a cambio iba a conseguir el privilegio de follar conmigo. ¡Tu primo es un imbécil! Se cree mejor que nosotros, pero es una basura!

Nico le dio una larga mirada, antes de recordar que no podía prenderle fuego con la mente.

—Sabes, Abby, tú eres la prueba viviente de que las drogas provocan un degradamiento irreversible en el cerebro humano— concluyó, sus palabras goteando con aversión.

Abby dejó salir una exclamación ahogada de indignación, y pareció a punto de soltar más comentarios mordaces, sin embargo, Drew volvió a tomar la palabra.

—Solo pensé que te concernía saberlo— dijo, arrastrando las palabras juguetonamente— ya que, tu adorado primo fue el causante de ello.

—¿Qué? — exclamó Nico, mirándola como si le hubiera dicho que su padre estaba vendiendo muñecas Barbie en central park.

—¡Oh! Mark me lo contó todo. ¡Estaba tan enojado! Dijo que Percy le lavó el cerebro, y que Dylan lo sigue a todas partes como un perro faldero— Drew soltó una carcajada, el sonido parecido a una campanilla rota de mal presagio— Y lo he visto, tiene toda la razón. ¡Es tan adorable! Prácticamente le salen brillitos cuando está a su lado, justo como en uno de esos anime shoujo muy viejito.

Nico guardó silencio con cautela, y ella sonrió con triunfo, al darse cuenta de que había captado su completa atención.

—Ver a Dylan así tan "animado" por alguien, me hizo recordar a otra época, y lo que sucedió después... — continuó Drew, con voz empalagosamente dulce— No te gustaría que Percy se convirtiese en otro Yvyan al que enterrar, ¿o sí?

—¡Pues yo espero que sí! — explotó Abby, dando un paso amenazante hacia Nico— ¡Espero que Dylan vuelva a cometer otro error para poder orinar sobre la tumba de tu primo!

Nico la agarró violentamente del cuello y la estampó contra la pared a su lado. La piedad y la sutileza nunca habían estado en su vocabulario, así que apenas tuvo inmovilizada a Abby contra su cuerpo (lo cual le asqueaba incluso así hacer contacto corporal con ella), empezó a estrangularla con tanta ímpetu, que inmediatamente, el rostro de la chica se empezó a tornar azul.

—No puedo creer que seas tan imbécil para decir eso en mi propia casa— escupió Nico, con los ojos tan negros y despiadados como los de un demonio.

Ella gimoteó, se ahogó, intentó quitar las manos de Nico de su cuello desesperadamente pero tan pronto vio que su agarre no se aflojaba ni un centímetro, optó por tratar de golpearlo hasta que la soltara. Nico recibió sus golpes como si se los estuviera propinando con una almohada, sin surtir ningún efecto en él, y en su lugar, le incrustó con más fuerza las uñas en la piel ya enrojecida de la yugular. A su lado, Drew contempló la escena con diversión, en tanto Albert, lo hacía con una expresión carente de emoción.

—¡Desmiente tu patética acusación de violación, Abigail! Ahora mismo, pon la verdad en todas tus redes sociales y más te vale que nadie vuelva a repetir semejante atrocidad en el instituto porque te juro que...

—Ah, pero Dylan ya se ha encargado de eso— acotó Drew, alzándole las cejas, mientras Nico viraba su cuello hacia ella rápidamente, olvidándose de ocultar su estupefacto—. ¿Tampoco lo sabías? Hoy en el comedor, Mark insultó directamente a Percy llamándolo "Violador precoz". Todo el mundo se rio. Entonces Dylan dijo: "Eso fue gracioso, Mark. ¿Pero sabes que lo sería más? Que alguien se molestara mucho y dejara de suministrar sus caramelos preferidos. ¿Quieren averiguar lo gracioso que se verán por un ataque de abstinencia?".

—¿Por qué él haría eso? — Nico seguía patidifuso.

—No lo sé— se encogió de hombros— pero así de fácil, ahora Percy es intocable. Incluso para mí.

Y por segunda vez, Nico se quedó mudo.

—Tú eres su primo, pero él está haciendo un mejor trabajo para protegerlo y... oye... — continuó Drew, mientras ampliaba la sonrisa en dirección al interior de la casa— ¿Te has olvidado de quién está aquí?

"¡Will!" Nico sintió que sus órganos se volvían de hielo, y automáticamente, soltó a Abby como si lo quemara. Ella cayó al suelo tosiendo y jadeando con dificultad, en tanto Nico, con el corazón acelerado, viraba su rostro hacia la sala donde creyó que Will estaría parado mirándolo horrizado. No obstante, para su alivio (o al menos una pizca), no encontró a nadie allí; Will debía seguir en el comedor esperándolo como le había indicado él.

Miró de vuelta hacia Drew con rencor, que lo contemplaba con pena y malicia a su vez. De pronto, Nico se sintió muy cansado.

—Albert, acompaña a la señorita Tanaka y a... — movió sus ojos hacia la figura aún jadeante en el suelo de Abby— la señorita Escoria afuera.

De inmediato, el mayordomo francés le pasó una mano elegante a Abby para ayudarla a ponerse en pie. Ella la aceptó de mala gana, recogió su celular que se había caído en el suelo, y antes de irse en silencio, envió a Nico una mirada cargada de desprecio y palabras ofensivas que casi podía leerlas en letras fosforescentes encima de su cabeza. Luego Drew la siguió, le lanzó un rápido beso a Nico, y finalmente, las dos se habían ido.

Nico miró el techo un rato, y después fue en búsqueda de Will.

No quería pensar. No quería divagar sobre la nueva información que Drew le había dado y chocar delante de una respuesta que le daría dolores de cabeza hasta navidad. Al menos aún no. En su lugar, colocó toda su concentración en un único objetivo: llegar a Will. Nico daba por sentado de que él seguía esperándolo en el comedor, sin embargo, acababa de pasar de largo la sala de música cuando fue ahí que lo oyó: el comienzo de una canción de Frank Sinatra.

https://youtu.be/0zMheYSg84k

Nico se detuvo de súbito. Y entonces volvió por donde provenía la música.

Encontró a Will, de pie, estudiando con silenciosa fascinación el gramófono que a pesar de los años aún se mantenía intacto. Solo bastó un vistazo de él, para que Nico sintiera que todo su malhumor, se hiciera polvo mientras otra sensación más agradable lo embargaba. Will absorto en la música, aún no había captado su presencia, así que Nico se permitió el lujo de contemplarlo; siendo esa una de sus actividades favoritas de todos los días, y porque no contemplar a Will sería como negarse a ser feliz.

Nico podía admitirlo: Le encantaba el oro, le gustaban las joyas, los lujos, y todo aquello que brillaba con intensidad. Y Will era todo eso. Y no solo eso. Era piel dorada, rizos dorados, y ojos tan azules como gemas. Pero también con una personalidad tan gentilmente luminosa que refulgía de entre todos. Su alma era como una hoguera incandescente en medio de un montón de pequeñas velas, que luchaban día a día por mantener su llama encendida ante la más mínima dificultad de una suave brisa, en cambio la suya, utilizaría el mismo viento para elevarse aún más alto.

"No todo lo que brilla es oro" le diría su padre, pero Will Solace era una contradicción andante respecto a ese dicho. Will sí brillaba, y sí era como el oro, como un bendito príncipe tallado en oro y zafiro.

Nico había oído de las largas homilías de los sacerdotes en la misa, que la presa favorita de los demonios eran las mejores almas de Dios. Las que eran puras y llenas de bondad, porque disfrutaban de tentarlos hasta hacerlos sucumbir ante el pecado y verlos destruirse así mismos. Él pensaba que tal vez por eso le atraía, Will. Excepto que Nico no quería corromperlo o extinguir su brillo, simplemente quería alimentarse de él, disfrutar de su calidez, hasta que Will se cansara de él y lo viera tal como era: un repulsivo demonio que no merecía estar a su lado ni dos segundos, y que podía estar con alguien muchísimo mejor que Nico.

Pensar en Will con otra persona, hizo que las tripas de Nico se revolvieran.

Alejó rápidamente ese pensamiento horrible, y rompió el silencio:

—Cuando era niño y tenía pesadillas, Caronte me traía aquí para escuchar una vieja canción de esa cosa —dijo casualmente, mientras Will giraba su cuello en su dirección y posaba sus suaves ojos sobre los suyos, para así de fácil, hacerlo sentir todo agradable consigo mismo.

Oh, él tenía ese poder sobre Nico, uno de tantos, de absorber toda la energía negativa de su ser para sustituirla con su fuente inagotable de alegría. Era muy poco lo que se necesitaba. Un toque. Una sonrisa. O estar solo delante de él como ahora. Por un momento, Nico se quedó mudo sosteniendo su mirada, luego recordó que sabía hablar. Carraspeó.

—Me hacía sentar sobre ese piano, y entonces me mostraba sus pésimos pasos de baile de sus fiestas frustradas de preparatoria— La sonrisa de Will se extendió hasta sus ojos, probablemente imaginándose la escena. Entonces Nico añadió, deliberadamente—: Estamos solos.

—¿Y tu hermana?

—Llenando su vacío existencial con zapatos Vizzano junto a Caronte.

—Oh — se limitó a decir, y después, su mano extendiéndose hacia él—: Baila conmigo.

Nico formó un puchero, no pudo contenerlo a tiempo.

—Pensé que ahora nos manosearíamos.

Will soltó una carcajada, una muy distinta a la que Drew había soltado hace rato en el pasillo, mientras que la de ella parecía advertir de un mal presagio, la de él solo prometía un río de paz y bonanza para su porvenir. Nico repitió esa risa cien veces dentro de su cabeza.

—Por favor — Will intentó nuevamente, aún con la palma extendida en su dirección— sólo un baile, y luego podremos hacer lo que tú quieras.

Nico realmente nunca podía decirle que no a Will, absolutamente sobre nada, solo fingía que se lo pensaba un rato, para después caminar perezosamente hacia él con falso gesto resignado. La decisión ya había sido tomada en el segundo que él la había pedido. Además, Nico estaba firmemente seguro de que si Will le pedía una isla, él encontraría la forma de comprarle esa maldita isla para dársela, aunque tuviera que enterrar a un par de personas importantes en el trayecto.

Nico colocó su palma abierta sobre la de Will, y él la elevó hasta la altura de sus hombros, mientras llevaba la otra mano libre de Nico para que la pusiera sobre su hombro derecho. Fue tremendamente consciente después, de la mano de Will agarrando su cintura, de una forma que no lo hizo sentir incómodo ni raro. El gesto no lo hizo sentir como si fuera una chica a la que sostenía con fragilidad, sino mas bien, como si Will estuviera buscando seguridad en él. Nico se lo permitió totalmente.

—No sé bailar — advirtió Nico, de forma tardía— lo intenté... los pies de Hazel saben que lo intenté... pero fracasé.

—Tranquilo— murmuró Will, su sonrisa amable apareciendo sobre su guapo rostro de nuevo—. Solo tienes que seguirme y lucir irresistible para mí.

Nico bufó una risa al identificar esas palabras, y entonces, antes de haberse preparado mentalmente para ello, ambos estaban bailando. O bueno. Uno de ellos lo hacía. Will estaba haciendo toda la cosa de bailarín que se suponía debía hacer, mientras Nico simplemente seguía el ritmo de la música y el de Will, moviendo sus hombros y sus caderas, y en general mirándose los pies para evitar pisar los del rubio.

—No mires tus pies al bailar, mírame a mí — dijo Will luego de un rato, con suavidad — Dime, ¿acaso miras el gatillo de la pistola al disparar?

—No — contestó Nico, abriendo un poco los ojos sorprendido.

— Pues eso. No mires tus pies.

Y Nico le hizo caso, aunque más bien por inercia. Y estaba mirándole los ojos a Will mientras lo hacía girar alrededor de la habitación, rodear el piano, para finalmente reiniciar el mismo camino, cuando de pronto, con grata sorpresa Nico se dio cuenta que realmente, de una forma un tanto decente, estaba bailando a la par de su pareja. ¡Se quedó maravillado! Y una espontánea risa de júbilo e incredulidad salió de sus labios, la cual fue amortiguada por la grave voz de Frank Sinatra.

Will le regaló una sonrisa orgullosa, y de ser aún posible, hizo más contento a Nico.

Entonces, él se dejó llevar, sin apartar los ojos de los suyos ni un segundo. Siguieron balanceándose alrededor de la sala. A ratos con las manos unidas, luego de vuelta su mano estaba sobre la suya y la otra sobre su hombro, y la de él en su cintura. Will lo hizo girar un par de veces sobre su propio eje, y en una de esas, Nico se quedó de espaldas con los brazos de Will sobre su estómago, y lo siguiente que sintió fue un tirón en el mismo cuando Will lo inclinó a un lado, tanto, que por un momento temió que caería al suelo... pero luego recordó que se trataba de Will, y él jamás, lo dejaría caer.

Sus brazos nunca flaquearían, y no solo porque eran deliciosamente musculosos. Nico tenía la certeza de eso, mientras su cabeza colgaba y había perdido completamente su sujeción al piso, que no había nada que temer. De hecho, él estaba sonriendo ampliamente hacia Will que lo miraba desde muy arriba, y también sonreía, brillante y cegador como el sol. Sintió un cosquilleo en el pecho, y se dijo que era por estar de cabeza, luego Will lo puso de vuelta recto, y el cosquilleo aún estaba allí.

Le dio igual, por esta ocasión, dejó que "eso" se extendiera por todo su cuerpo; ya después se iría solo.

Cuando despiertas la necesidad en mí. Mi corazón dice: Sí, de hecho en mí también. ¨Continúa con lo que me estás haciendo¨

—¿Ya has pensado en tu regalo? — preguntó Nico, a centímetros de su oreja, al tiempo que acercaba sus cuerpos tanto como fuera posible— Pídeme lo que quieres. Y será tuyo.

Se alejó un poco para escrutar su rostro, y notó el rubor que rápidamente se extendía por sus mejillas.

—Pues, se me ha ocurrido algo— dijo, visiblemente nervioso. Por su reacción, Nico pensó que le pediría algo caro, ¿tal vez un auto? ¿Un convertible? Él iba a dárselo— Quiero estar arriba la próxima vez — finalizó, dejando salir un suspiro estresado, como si se hubiera golpeado para decir esas palabras.

—Ah... — Nico soltó una pequeña risa maliciosa— Pero eso sería más bien un regalo para mí, Will, tenerte sobre mí montando...

—No, no yo... — Will tragó saliva, y el movimiento de su manzana lo distrajo por un momento— me refiero a...

—Ah... — volvió a soltar Nico, comprendiéndolo inmediatamente— ¿te refieres al intrusivo acto de empujar en mi abertura con, probablemente, mis piernas sobre tus hombros?

El sonrojo de Will aumentó hasta tornarse de color carmín.

—No-no es necesario que tus piernas estén sobre mis hombros, pu-pueden estar donde tú quieras... —empezó a balbucear— pero... eh, no me molestaría, si tú quieres obviamente, solo si no te molesta, poner tus piernas... sobre mis hombros... tampoco me desagradaría ya sabes... no me molestaría eso en lo más mínimo... entiendes, no te presiones... es... no hace falta, pero... si solo quieres...

—Uhmm... — musitó Nico, entrecerrando los ojos.

Will soltó una exhalación resignada. Su mirada se tornó dulcemente tímida, y se coló en la cosa fría de corazón que Nico tenía en su pecho.

—Solo ha ocurrido una vez y... — habló en tono melancólico, mientras jugueteaba con la tela de su camiseta— he querido volver hacerlo desde entonces, Nico. Pero... nunca quise pedírtelo de vuelta porque... pensé que no te había gustado... ya que nunca has querido hacerlo de vuelta.

—Porque nunca me lo has pedido, Will.

—¿Qué? — Will alzó la mirada de golpe, mirándolo estupefacto.

—Solo debías pedírmelo, tonto cabeza de spaghetti— Nico rodó los ojos, sin dejar de sonreír— A mí también me gustó estar debajo de ti. Pero como nunca lo has vuelto a pedir, pensé que estabas bien conmigo tomándote.

—¡Momento! — Will se detuvo, mientras la música aún sonaba de fondo— ¿Me estás diciendo que pasé en vano, más de un mes torturándome por cogerte de nuevo, sólo porque no te lo pedí?

—Sip— haciendo un exagerado gesto de afirmación con la cabeza— lamentablemente, así es.

—O sea que, ¿podía ser el activo cuando quería?

—Claro.

—Solo tenía que pedirlo.

—Sí, señor.

Will estaba boquiabierto, su boca formando un semicírculo, y sus ojos muy abiertos. Nico pensó seriamente si Will habría sufrido un corto circuito en el cerebro, cuando de improviso, empezó a ser jalado hacia la puerta.

—Hay que ir a tu habitación ahora mismo— anunció Will, con el tono de voz que alguien utilizaría para decir que iría a salvar al mundo.

—¿Qué? ¡No! — Nico explotó en risas, y obligó a Will a detenerse, atrayéndolo de vuelta contra su cuerpo. Sus siguientes palabras salieron temblorosas por la risa—: Dijiste que primero bailaríamos, ¿recuerdas? Primero dame mi baile, luego el manoseo.

—La venganza no es buena, di Angelo — acusó Will, mitad enojado, mitad divertido.

—¿De qué estás hablando? — devolvió Nico, con gesto inocente— Solo quiero mi baile— y entonces, susurró cerca de sus labios— cuando acabe la canción, podemos ir a mi cama.

Vio su respiración volverse algo superficial, y Nico tuvo que admitir, que también empezó a excitarse por la mera expectación de lo que sucedería enseguida. Tal vez debían dejar de bailar... "No"— negó en su fuero interno— "Sé fuerte, se lo merece por miedoso". Dejó que sus labios se extendieran con una sonrisa juguetona, Will hizo un mohín, pero luego su expresión volvió a lucir relajada cuando Nico lo hizo girar bajo su brazo.

Y de nuevo ellos estaban bailando, pero esta vez, más lento, más íntimo.

Nico intentó recordar cómo había sido su vida antes de Will, pero honestamente, no lo recordaba, ni quería hacerlo. Era como si todo hubiera cobrado sentido desde la primera vez que habían hablado, y antes de él, simplemente tenía los recuerdos borrosos de otra persona que habían parado en su mente por error. Nico recordaba vívidamente aquel día, había pensado que era el chico más cegadoramente apuesto que había visto, así que pensó que sería un idiota superficial, porque los hombres así de inalcanzables y perfectos sólo podían ser asquerosamente viles como él.

Entonces Will había hablado, y descubrió que era un chico sumamente sencillo en el interior, pero tan brillante en el exterior como una estrella fugaz.

Y lo había... ¿obsesionado? Nico no se le ocurría otra forma de describir lo que sentía con respecto a Will... o mejor dicho, no se atrevía a hacerlo, a rebuscar dentro de su interior, la palabra que todos los días había empezado a molestar dentro de su cabeza. Simplemente dejó que Frank Sinatra lo envolviera, mientras la mano sobre su hombro se trasladaba en su nuca, y sus ojos se embebían de él; de sus pecas, sus cejas, la profundidad de su mirada y la curvatura de sus labios.

A Nico no le gustaba ser el primero en el acto de besar, porque dejaba demasiado expuesto su anhelo de poseer siempre sus labios. Su deseo latente como una herida descarnada, lo hacía sentir vulnerable y débil. Sin embargo, allí iba él, acercándose, eliminando la distancia entre sus labios. Su boca se apoderó de la suya, y él respondió al tierno roce, con otro aún más poderoso.

Y sintió lo que siempre sentía cuando se besaban. Que despertaba. Que sus venas se llenaban del fuego celestial del que Will estaba hecho, haciéndole tanto daño como bien, e incendiando su interior hasta transformarlo también en una hoguera que se alzaba impetuosa hasta el cielo. Cada célula de su cuerpo estaba en llamas mientras se inclinaba lánguidamente contra su cuerpo, y era vagamente consciente, de que la música había acabado y solo existían ellos dos ahora.

—Buenas tardes— Nico reconoció la voz fría de su padre, y se apartó violentamente de los labios y los brazos de Will para enfrentarlo.

Vio a su padre de pie debajo del umbral de la puerta, con los brazos cruzados y una mirada que no dejaba entrever ninguna de sus emociones. Llevaba su traje aún puesto, por lo que Nico adivinó que acababa de llegar de la empresa. ¿Por qué había llegado tan temprano? Él nunca estaba en casa. Nico sintió que se hacía pequeño debajo del duro escrutinio de su padre, y echando un vistazo fugaz a su costado, notó que Will no se veía mejor que él. Parecía a punto de vomitar sus sesos sobre sus pies.

—Papá — probó Nico, luego de un silencio muy incómodo que quedó claro que él no lo rompería— ¿Qué haces aquí?

—Esta es mi casa, Nico — contestó su padre, con un casi imperceptible matiz burlón en la voz.

Nico miró el techo, formando una mueca ofuscada sobre su boca. "Sabes a lo que me refiero" le quiso decir, pero entonces, Will había encuadrado los hombros varonilmente y se acercaba hacia su padre con una mano extendida en forma de saludo.

—Señor, me llamo Will Solace— dijo, sorprendiendo a Nico de la firmeza de su voz y la carencia de temblor en su brazo. (Lo hizo sentir orgulloso)— Mucho gusto.

Por un momento, la mano de Will se quedó incómodamente estirada y solitaria en el aire frente a su padre. El señor di Angelo miró con gélido aburrimiento hacia su mano, y acto seguido, trasladó su mirada hacia Nico, ignorando a Will despiadadamente. Una sombra de dolor apareció sobre los rasgos de Will que aún tenía la mano alzada, y Nico lo sintió como si lo hubieran insultado a él. Miró a su padre con rencor.

"Por favor, salúdalo" — trató de hacerle entender sin palabras— "Míralo. No seas cruel con él".

Su padre tal vez sintió lástima, o simplemente estaba de muy buen humor, como haya sido, él finalmente se descruzó de brazos y estrechó la mano que Will había mantenido en el aire como para que las telarañas hicieran su nido allí. Nico notó que algo de la rigidez abandonaba los hombros del rubio, mientras consecuentemente apartaba la mano y miraba al suelo y luego a Nico y otra vez a su padre, para hacer ese mismo recorrido otra vez.

—Teníamos un trabajo de literatura— explicó Nico, ayudando a aligerar el ambiente aunque él mismo se sentía a punto de caer de una cuerda floja— Tanaka, Chensen y otros estaban aquí. Acaban de irse.

—Ya veo — asintió su padre, sin interés, luego su mirada se posó sobre Will— ¿Quién es tu padre?

—Lester Solace, pero es más conocido por su apodo, "Apolo" — Hades miró a su hijo: "Ah"— sus cejas levantadas dijeron— "así que por eso lo descartaste tan rápido". Nico apartó la mirada, en tanto Will continuaba—: es doctor y... dueño de algunas discotecas como sunshine y... otras de la ciudad— finalizó torpemente, para luego mirar hacia Nico como buscando confirmación en él de que lo estaba haciendo bien.

Nico le dio una pequeña sonrisa para tranquilizarlo. Will soltó un suspiro de alivio inmediatamente, y volvió a mirar a su padre. Nico notó entonces, que su padre había visto el diminuto intercambio entre ambos y ahora lucía ligeramente sorprendido.

—¿Y tú? ¿En qué trabajas? — siguió interrogando su padre.

—Ayudo a mi padre con la administración en el hospital, mis turnos comienzan a las dos.

Su padre soltó un vago "uhm", a la par que movía la manga de su traje para observar el reloj de su muñeca.

—Vaya, se te está haciendo tarde— advirtió, volviendo a ocultar su reloj de oro— Es la una y media.

—Supongo que debería irme... — murmuró Will, con timidez, retorciéndose los dedos enérgicamente.

—"Trabaja en algo para que el diablo te encuentre siempre ocupado"— recitó su padre, asintiendo con solemnidad—. La responsabilidad y el sacrificio traen siempre satisfacción, así que deberías, sí, ir a cumplir con la tuya.

Will asintió, inclinando la cabeza con mucha vehemencia. Seguidamente, miró hacia Nico con suma tristeza, y supo que estaba lamentando no haber accedido su pedido del manoseo desde un principio.

—Entonces... nos vemos mañana, Nico.

—Sí — confirmó, sintiendo el malhumor volver a embargarlo— mañana.

Will lo miró por última vez con palpable anhelo, y entonces, se encaminó hacia la puerta. "Señor, di Angelo", se despidió su rubio, mientras su padre se hacía a un lado para dejarlo pasar. Al cabo de unos segundos, Nico escuchó la puerta de la entrada abrirse y cerrarse, y supo, con pesadumbre, que Will se había ido. Mientras su padre se quedaba parado en el mismo lugar por un largo rato, escrutándolo ahora con una expresión bastante cercana al desaire.

Nico alzó la barbilla con arrogancia. Su padre podía decirle todo lo que quisiera, sobre lo repulsivo, lo asqueroso y desagradable que era, pero si se atrevía un solo segundo a dar a entender que Will lo era. Nico iba a insultarlo y a incumplir el cuarto mandamiento de forma tan abismal, que Dios tendría que enviar a sus serafines a matarlo y mandar poner su cabeza en una pica para el recordatorio de todos sobre lo que sucedía a un demonio.

Pero no iba a tolerar que dijera algo contra Will. Ni el vago indicio de una injuria. Porque él podía ser una mierda, pero Will era todo menos que impuro, y si estaba con él, era solo porque era demasiado bueno para ver la realidad. Nico se sorprendió así mismo, al descubrir que estaba dispuesto a destruir su propio honor con tal de proteger el de Will. Y no le importaba, estaba listo para defender con uñas y dientes a Will, apenas su padre dijera algo... Pero entonces, lo descolocó dejándolo sólo en la habitación.

Nico se quedó absorto un segundo, luego, salió de la habitación detrás de él.

—¿No dirás nada? — preguntó Nico, viendo a su padre ascender por las escaleras.

—¿Qué es lo que quieres oír?— Inquirió a su vez, volteándose hacia su hijo. Se detuvo a mitad de las escaleras, y lo miró desde lo alto, como un monarca oyendo decepcionado, sobre las trágicas noticias de que su imperio no tendría sucesión, mucho menos una continuidad de herederos— Francamente... no estoy sorprendido. Siquiera decepcionado. Pero tampoco contento— continuó su padre, con el amago de una sonrisa sarcástica—. Simplemente he llegado a la revelación de que te has completado.

—¿Completado en que? — repitió Nico, totalmente confundido, y ofendido, porque su instinto le gritaba que no era algo bueno.

Pero su padre no contestó, y aunque acabara de decirle que no estaba decepcionado, el disgusto era más que claro en la oscuridad de sus ojos.

—El pecado más peligroso es el que mejor te hace sentir— se limitó a contestar, y añadió—: Parece bueno— le dio la espalda y reanudó su camino— Podrías invitarlo alguna vez a nuestros viajes de caza.

Entonces dejó solo a Nico, su padre huyó para encerrarse dentro de su habitación, y su hijo se sentó al pie de las escaleras para solo pensar. Recordó a Will, y deseó que no lo hubiera dejado solo.

Cecil ha creado un grupo.

Cecil ha nombrado el grupo como: "El grupo de las esposas de Will".

Cecil ha añadido a Percy, Luke, Frank, Nico, Dylan, Lou.

Lou ha salido del grupo.

Cecil: 
Ah, pesada. 
Bueno.
Chicos.
¡ES EL CUMPLE DEL WILLCITO!
FELIZ CUMPLEAÑOS MEJOR AMIGO DE MI ALMA MI SER MI CIELO. ❤🎶🎸🎸🎸 COMPADRE DE COMPADRES.

Nico:
No has metido al grupo a Will.

Cecil:
Ah.

Cecil ha añadido a Will.

Cecil:
AMIGO DE MI ALMA MI SER MI CIELO. ❤🎶🎸🎸🎸 COMPADRE DE COMPADRES.
EL MACHO ENTRE MACHOS.
SEXY COMO NINGUNO.

Will:
Awww. Gracias, chicos.
Cecil, 7w7 💛

Nico:
😐

Luke:
Feliz cumpleaños, Will.

Will:
¡GRACIAS!🎊🎉

Percy:
Te deseo felicidad y mucha comida, Will. 👍

Will:
Gracias, Percy 💙

Oh. Por. Dios.
No puedo creerlo. 

...

...

¡Tengo el número de percecito!! 😭😭

Finalmente ToT
¡Soy tan feliz!


Luke:
¿Qué? Pero me dijiste en el bar que hablabas con Percy y... 😫

JAJAJAJAJAA 

Te lo creíste? 

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
fagshhdjfjjfj 

JAJAJAJAJA


Percy:
JAJAJAJAJJA 

Perdón.
Pero era muy obvio que te estaba tomando el pelo, Luke.

Luke:
No te rías.
😡
Pensé que era cierto.
¿Cómo iba a saberlo?

Percy:
Dylan tiene dos tipos de voz.
Una voz de broma.
Y una voz seria.
Él estaba usando una voz de broma contigo.

Nico:
¿Cómo sabes reconocer la voz de Dylan?

Cecil:
👀

Will:
👀

Frank:
👀

👀

Percy:
Ehh... ¿Por qué es fácil de reconocer?

Nico:
Necesitas prestar mucha atención a la voz de alguien para identificar sus "módulos de voz".

Will:
👀

Cecil:
👀

Frank:
👀

Luke:
😳

OK. No me gusta la dirección de tus palabras, di Angelo.

No me utilices para meterte con mi ship.
Yo apoyo el noviazgo de Luke y Percy ❤

Percy:
Luke'n es mi novio 😩
Mierda.
No*

¡QUE VIVAN LOS NOVIOS!

Cecil:
¿Percy es gay? 😰

Percy:
No* es mi novio.
No.

Nico:
No es tu novio.
O no eres gay?

Percy:
¿Qué te sucede, Nico? 😞

Nico:
No me cambies el tema.

Mis felicitaciones a Luke Castellan.
Como sea, mira, Percy 


Percy:
¡

No puedo creerlo!
¿Son gomitas en forma de peces?

¡Son percecitos en gomitas!

Perry:
¡Lo necesito!

Te los daré el lunes.
Es un poco raro comerlas porque me recuerdan a ti.
Ya me comí diez percecitos.
Están deliciosas.

Nico:
¿Percy está delicioso?

Las gomitas.

Nico:
Ah.

😐

Nico:
😑

Will:
Percy también debe ser delicioso.
JAJAJAJA

Nico:
😨

Will:
Perdón,
Cecil me robó el celular.
mi padre nos está obligando beber whisky. 

Cecil:
¿Te asusté verdad?
JAJAJAJAJ

Frank:
Eh... ok
Feliz cumpleaños, Will. ¡Te deseo paz y fortuna!

Will:
¡Gracias, Frank! Aprovecho para anunciarles que mañana, a las seis, fiesta en mi casa. Todos están invitados.

¿Habrá mujeres sexys? 🌝

Will:
Pues, descontando que Lou me dejó en visto y mi hermana tiene 11 años...
Solo estará la hermana de Nico.
Hazel.

Percy:
KHE.
¿TENGO UNA PRIMA?
NICO, POR QUÉ JAMÁS ME LO DIJISTE.

Nico:
Nunca preguntaste.

Percy:
😐

Will:
😧 Lo sé.

Dylan soltó una pequeña risa. Era tan típico de Nico, tirar ese tipo de comentarios para manipular completamente la situación a su favor.

Lo que no había sido normal, era el extraño contexto sobre... sobre lo que sea de lo que habían hablado hace rato. Él no quería pensar demasiado en eso, así que alzó la mirada para concentrarse en otra cosa. Pero no había mucho que mirar aquí, rodeado de magnates corruptos, pederastas y degenerados. Él estaba sentado junto a su padre obviamente. Y al otro lado, sobre más sillones, el padre de Drew, el padre de Mark, y el de Abby. Por supuesto, el padre de Nico no estaba aquí. Pero si sus hombres de seguridad.

Ocurría en la casa de Drew Tanaka, ella estaba sentada junto a su padre, y había un desfile de mujeres en ropa interior para que los hombres hicieran sus pujas. Entraban y salían de una habitación, luego de ser compradas o alquiladas. Por supuesto, esas mujeres pertenecían al papá de Dylan.

—Las señoritas que nos has presentado hoy son hermosas, Thomas — lo halagó Minos, sentado al lado de Mark— mis felicitaciones por la buena caza.

Cronos: Thomas. Papá de Dylan.

—¡Gracias, amigo mío! — el padre de Dylan gorjeó feliz, y luego colocó una mano sobre el hombro de su hijo con posesividad. Dylan le dio una sonrisa enorme. Una prerrogativa de hijo feliz— Pero todo es gracias a mi muchacho. ¿La chica virgen? Él la trajo la semana pasada. Es mi mayor orgullo. No hay otro hijo que trabaje mejor que él.

Dylan sintió las miradas de sus hermanos, como balas en su nuca, cargadas de odio.

—Buen trabajo, chico — asintió Tanaka en su dirección, su acento japonés destacándose a través de su tono— Aunque no es una sorpresa teniendo ese rostro. Es normal que todo te resulte tan fácil.

—Me halaga, señor Tanaka— mintió Dylan, dándole una sonrisa llena de encanto y el toque justo de ternura, que sabía haría enloquecer hasta a un hombre— Pero no merezco ese crédito. 

Y tampoco lo quería.

Su padre había estado hablando sobre la sospecha irritable del FBI sobre el tráfico de mujeres, cuando de pronto, le llegó un mensaje. Él miró su celular, y su noche mejoró cinco veces de quien se trataba.

Percecito:
🐟

Dylan soltó una carcajada genuina. Mark le envió una mirada de aversión desde la distancia, pero lo ignoró, no estaba de humor para soportar sus comentarios entrometidos sobre cómo debía actuar. En su lugar, contestó: 

🐈

Hey.

Hey.

¿Irás mañana al cumpleaños?

Dylan estaba sonriendo cuando contestó:

No lo sé,
¿tú quieres verme ahí?

No sé 👀
¿Tú quieres estar ahí?

—¿Con quién estás hablando? — Dylan casi sintió que su corazón explotaba de terror pensando que su padre lo había descubierto. Sin embargo, se obligó a estirar sus labios con una sonrisa relajada cuando se dio cuenta de que él sólo estaba de curioso. Y además, ¿descubrir qué?, solo estaba hablando con Percy, ¿por qué sentía miedo por eso?

—Con una chica, ya sabes— forzó una risa alegre— la pobrecita está diciendo que me ama.

Su padre soltó una gran carcajada, gotas de saliva cayendo sobre el brazo de Dylan.

—Típico de las mujeres. Son demasiado estúpidas— se burló, y luego volvió a su conversación con Tanaka.

Dylan se limpió el brazo con una servilleta, y luego, devolvió su atención a su celular.

Tal vez vaya.

No tengo nada mejor que hacer.
Yextraño molestar a Luke.

¿Sólo irás por eso?

¿Hay otra razón?

Los hombres alrededor de Dylan, eran felices hablando del adulterio que sus mujeres ignoraban. Supuestamente ignoraban. No obstante, Dylan fue feliz con un simple mensaje:

Percecito 🐟:
Es que necesito a alguien, que conteste mi sarcasmo con más sarcasmo.


Te agradezco también por este dibujo SweetDisaster20 😍❤❤❤❤ es bellísimo.

Me siento enamorada escribiendo Solangelo 😍❤ Dios como amo a mis bebés. Diré que mi parte favorita fue escribir el baile y el beso, ah, mi corazón se volvió puré, y tuve que detenerme para lloriquear un rato porque estoy menstruando. Xd.

¿Qué te pareció el capítulo? Parte favorita?

Quiero aclarar que habrá tantos capítulos solangelo como capítulos de Percy. Esta historia tiene cuatro personajes principales les había dicho hace muchísimo tiempo en mis notas de hace 3 jodidos años, así que no, no me lo saqué de la nada 😂 allá por los primeros caps les dije que tendría 4 povs.

Nico. Will. Percy. Y había dicho que el cuarto personaje sería sorpresa, creo que a estas alturas ya saben quién es.

No habrá más de lo uno ni lo otro. Ni más Solangelo, ni más Dylercy.

No es necesario que me recuerden escribir Solangelo porque yo amo Solangelo o sea dah, todas mis historias giran alrededor de ellos. Pero habrá povs Percy. Tanto como povs Solangelo. Y si no les gusta pues... lo siento :v pus no sé que pedo pero así está la cosa. Puedes saltártelos pero ya sabes, luego no entenderás ni Peter los siguientes capítulos.

Síganme en Instagram @amer1reptiliana para ver los adelantos de capítulos, fanarts que hacen los talentosos dibujantes😍 y en general para ver mis notas. Porque no me gusta dejar notas en el tablero de Wattpad. Xd 

♡BYE.

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