Malas Interpretaciones

Eduard Watkins, el heredero de la Familia Watkins tiene 22 años de edad, conoce a Lucy desde hace mucho tiempo ya que su familia tiene años trabajando con ella.

La Familia Watkins saben que Lucy es una espía secreto, por eso le ayudan en todo lo que ella necesite como en compensación por descubrir al asesino de la matriarca de los Watkins.

Eduard: Lucy que gusto verte de nuevo.

Se dirigió el jóven a la rubia que estaba dirigiendo a los meseros a la hora del plato fuerte de la cena.

Lucy: Eduard ¿cómo has estado?

Eduard: Maravillosamente bien.

Lucy: ¿Qué te parece el lugar?

Eduard: Es impresionante pero para un casino hay demasiado lujo.

Lucy: ¿Eso crees? Pensé que por ser Las Vegas era común este tipo de decoración.

Eduard: Sé que no tienes mucha experiencia con casinos pero dejame decirte que los materiales y los artículos aquí son muy partículares.

Le mostró el cenizero que era de cristal fino.

Eduard: En un casino de Las Vegas este cenizero no fuera cristal fino, por lo menos sería vidrio o algún material más vulgar y este casino no esta dentro del ranking de los más prestigiosos.

Lucy analizó las palabras de su amigo.

Lucy: ¿Crees que hay algo extraño aquí?

Eduards: Puede ser... O el dueño es muy fino.

Como si fue convocado con la mente, Zeref apareció de entre las personas.

Zeref: Buenas Noches, soy Zeref Dragneel, dueño de este lugar. Es un honor para mí conocerlo Sr. Watkins.

Eduard: Sr. Dragneel, el gusto es mío. Le comentaba a mi amiga Lucy que me impresiona mucho este lugar, tienen un gusto muy fino.

Los ojos de Zeref brillarón peligrosamente.

Zeref: Me alegra tanto que le gustara nuestro casino Sr. Watkins. Sabe me preguntaba si podíamos hablar a solas unas cuestiones de un negocio que quisiera proponerle.

Eduard miró de reojo a Lucy.

Eduard: Claro podemos hablar.

En un acto rápido Eduard besó la mejilla de Lucy.

Eduard: Lo siento que nuestra charla deba terminar, vieja amiga.

Lucy: No te preocupes, de todos modos debo seguir atendiendo un par de cosas.

A lo lejos Natsu vió como su hermano se alejaba con aquel hombre de porte ingles que había besado a Lucy en la mejilla. ¿Celos? No puede ser. La rabia que siente es por que ella decía no usar su físico para su trabajo pero al parecer al hijo de la Sra. Watkins si que le interesaba la rubia. "No me importa" se dijo el pelirosa mientras se aseguraba de la ubicación de su hermano con ese hombre.

Los siguió hasta que entrarón por una puerta extraña; era él o jamás había visto esa puerta, estaba más que seguro que ahí no había nada.

Observó como su hermano entró a esa pequeña oficina. ¡Bingo! Ese era el escondite de la droga, por fin terminaría con esa tediosa misión y ya no vería más a la rubia. Debía sacarse a la "Sra. Eucliffe" de sus pensamientos ¡ya! No era que le gustará sino que ella es demasiado... demasiado algo y ya.

Erza tenía la culpa por mencionar que a él le gustaba Lucy, no era así, no lo era. ¿Quizas?

En cuestión de 30 mínutos el hijo de los Watkins salía de ese lugar, su rostro expresaba cierta molestia.

Al cabo de 10 mínutos Zeref salió pero él mostraba cierta confianza, al pelirosa le pareció muy extraño pero cuando quizo dar alcance a esa puerta secreta de pronto el muro se movio tapando esa entrada. No pudo hacer nada, lo único que quedaba era interrogar al dichoso Watkins.

Corrió hacia el salón, la gente ya estaba en la pista de baile y el Dj tenía música a todo volumen. El pelirosa vió que Lucy charlaba animadamente con Sra. Watkins y al dichoso hijo de los Watkins estaba en el bar.

Se dirigió hacia Eduard, le parecía molesto ese jóven ingles que parecía muñeco de porcelana, con ese cabello castaño que hacía resaltar sus ojos azules, de seguro así es que le gustan a la rubia por que se habí enterado que Sting era rubio ojos azules, así que se parecían. ¿Y que le importaba a él los gustos de la rubia? No era de su importancia. ¿Quizas?

Natsu: Buenas noches Sr. Watkins, mi nombres es Natsu Dragneel, hermano menor de Zeref.

Eduard lo miró desconcertado.

Eduard: Hooola... este mi nombres es Eduard... Watkins. Un placer conocerlo.

¿Acaso esta este hombre nervioso? Pensó el pelirosa.

Natsu: ¿Pudiera hacerle unas preguntas a solas?

Eduard: ¡Claro!

Natsu: Iremos a uno de esos salones privados VIP ¿esta de acuerdo?

Eduard: ¡Claro!

Lucy se percató que su amigo era llevado por Natsu a uno de los salones privados. Se disculpo con su amiga y los siguió.

Natsu y Eduard estaban en esa pequeña sala.

Natsu: Sr. Watkins...

Eduard: Llamame Eduard.

Natsu: Eso es muy informal ¿no cree?

Eduard: No se preocupe, creame que sería un placer intimar de ese modo con usted.

El pelirosa creyó mal interpretar la indirecta así que mejor fue al grano.

Natsu: Como sea. Lo llamé en privado para saber si mi hermano habló con usted.

Eduard cambio su semblante a uno más serio.

Eduard: Ah si claro.

Natsu: ¿Puedo saber que le dijo?

Eduard: ¿Acaso usted no lo sabe?

Natsu se sintió entre la espada y la pared.

Natsu: Pues...

Eduard: No sé preocupe, no hice negocios con él y creame que por mi amistad con Lucy es que mantendré los eventos familiares.

Natsu: Su manera de expresarse de mi hermano me hace pensar que algo salió mal.

Eduard: Sabes creí que querías otra clase de información de mi parte y dado que no es el caso es mejor que sanjemos el tema aquí.

Natsu: ¿Mi hermano le ofreció algo?

Eduard: Veo que no me di a entender, Sr. Dragneel.

Natsu: Pero yo...

Miro una expresión herida en el rostro de Eduard.

Natsu: Lo siento si lo moleste, me retiro.

El pelirosa salió, sacó un pequeño micrófono de su saco y lo apagó. Ya había sido mucho por esa noche se iría mejor a casa.

Cuando Lucy se aseguró que Natsu se marcho, entro rapidamente al salón. Eduard estaba rojo y herido, creyó que Natsu lo había llamado en privado para conocerse mejor. Eduard sintió que era como un principe encantador con esa mirada penetrante color jade, esa sonrisa perfecta y ese cuerpo....

Lucy: ¿Eduard estas bien?

Eduard: Solo decepcionado.

Lucy: ¿El Sr. Dragneel te hizo algo?

En ese momento Eduard tuvo una confusión, él pensaba que su amiga hablaba de Zeref y ella en verdad hablaba de Natsu.

Eduard: Me dio esto...

Tiró una pequeña bolsa con una sustancia azul, obvio era una droga. La expresión de Lucy fue notoria.

Lucy: ¿El Sr. Dragneel te dio eso?

Eduard: Amiga mía deberías tener cuidado aquí y sé que es para ayudar a tu amiga así que adviertele que su primo tiene un dealer de droga justo aquí, te indicaré donde esta y luego procede con la denuncia y huyes de aquí.

Lucy: Claro... No puedo creerlo... Erza estará muy triste.

Eduard: Yo tambien lo estoy... creí que él quería otra cosa como un negocio serio pero no. Aunque le hice creer que seguía su jueho. Así que termina este negocio rápido y te vas Francia de regreso. Me retiro no estoy de humor para más fiesta.

Lucy: Sí claro.

Observo a su amigo marcharse, ella se sintió herida y decepcionada, no podía creer que Natsu estubiera usando el casino para tráfico de drogas. Estaba triste, jamás miraría a Natsu de la misma manera, nunca jamás.

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