35_Cicatrices no tan visibles (II)

Capítulo 35

~❁ ❁ ✦ ❁ ❁~

—¿Pasó algo? —se asustó Nika incorporándos.

—Tengo que irme —me excusé gateando por la cama.

Me coloqué los zapatos en lo que hablaba algo que no escuché. Salí corriendo sin despedirme con la vibración del teléfono atormentándome.

No sabía si responder o solo ir a casa. Los nervios no me dejaban pensar en lo que bajaba la escalera. Cuando estaba llegando a la salida opté por la opción más cobarde, colgar.

Estaba en serios problemas. Tantos eventos me habían hecho olvidar que mis padres se levantaban temprano hasta los domingos. Bordeé la propiedad por el camino con la hierba baja y corriendo como si de un maratón se tratara.

Abrí la puerta sin necesidad de usar mis llaves. No sabía como proceder en esa situación. Intenté imaginar cómo sería, pero me congelé en el umbral al ver que no tenía mucho que valorar.

Mi madre estaba sentada en el pequeño sofá que quedaba apuntando a la puerta con el teléfono en la mano y gesto impasible. Estaba esperándome.

Tragué grueso.

No tuvo que hablar, solo miró el sofá frente frente a ella y supe que debía sentarme.

—Se puede saber, Amaia Favreau —habló con calma cuando tomé asiento—, dónde estabas que jamás llegaste a dormir.

Mentir no era una opción y decir la verdad un problema.

Lo solté todo. Desde mi intento de escapada con Nika en lo que miraba al piso de madera hasta la situación en que habíamos encontrado a la señora Bakker, borracha y ahogándose con su propio vómito.

En ningún momento cambió su expresión, me escuchó enredarme y tartamudear en los pedazos más complejos. Así se comportaba en sus sesiones con los pacientes: profesional y calmada.

Cuando terminé, cruzó las manos sobre su regazo. Llevaba la bata de satén beige que cubría su pijama.

—Dices que ibas a pasar un rato con Nika —fue lo primero que dijo.

—Iba a regresar antes de que despertaran —confesé, aunque eso no brindara un punto a mi favor.

Le miré apenada.

—Mia, ya no eres una niña —dijo con seguridad—. No te voy a reclamar por no venir a dormir o por ir a pasar el rato, o como le digas, con Nika Bakker. —Volví la vista a mis pies.

»Supongo qué hay algo entre ustedes si vas a pasar tiempo en su habitación en medio de la madrugada.

Estaba esperando a que respondiera.

—Algo —dije sin saber muy bien qué contestar.

—Espero entonces que estés usando protección.

—¡No, mamá! —negué al instante asustada—. Él y yo no... yo no...

Alzó una mano para que parara de balbucear.

—Es tu vida, Mia —aclaró—. Hace mucho sabes todo lo necesario para tener una vida sexual responsable y no estás obligada a conversarlo conmigo.

—Pero...

—Sabes que si quieres hablar, aquí estoy —me impidió continuar. Con mamá tomábamos turnos. Yo hablaba y ella escuchaba, este era su turno de hablar y cuando alzaba la mano significaba que debía detenerme—. Siempre estaré para lo que necesites, pero si no te sientes cómoda, no tienes que contarme. Otro punto por el que tampoco te voy a reclamar.

—Soy virgen, mamá —dije nerviosa—. No tienes que preocuparte por eso.

—No me preocupa que seas virgen, Amaia —confesó—. Me preocupa que mi hija no duerma en casa y que cuando despierte, encuentre su habitación vacía sabiendo que nunca llega después de las tres. Me preocupa que no avises dónde estás.

—Pero yo iba a llegar antes...

—Ya sé que la situación se complicó —zanjó y supe que no hablaría del tema, aunque quedaba claro que yo sabía más de lo debido—. Lo único que te pido es que avises, que me digas dónde estás. Me da igual si asaltas la Alcaldía con un pasamontaña.

—Lo siento —dije encogiéndome en el lugar.

—Jamás hemos dado razones para que ocultes lo que te pasa. —Era cierto y me hizo sentir peor—. Necesito confiar en que vas a contarme lo que haces, solo eso.

Me quedé en silencio viendo mi oportunidad de hablar sobre la universidad aunque no viniera al tema.

—¿Hay algo de lo que quieras hablar? —No respondí—. ¿Algo sobre Nika o lo que sea que esté pasando entre ustedes?

La verdad es que eso no era lo que más me preocupaba, pero una duda salió a flote y necesité hablarlo con alguien.

—¿Cómo... ¿Cómo sabes que es lo que sucede con alguien? —Mi madre pareció confundida—. Me refiero a que, si no salen juntos o se besan en público, ¿cómo le respondes a alguien que te pregunta por lo que está sucediendo?

Alzó las cejas en gesto de comprensión. Se inclinó recostando sus codos en las rodillas.

—Se conversa, Mia. Como tú y yo ahora, todo se conversa. La comunicación es clave para la vida, para las relaciones de cualquier tipo. Tenemos que exponer nuestros pensamientos a la otra persona: sin gritar, llorar, discutir o estar molestos, solo hablar.

—¿Eso no se vería necesitado?

—Lo que acabo de charlar contigo, ¿se veía necesitado?

—No es lo mismo, eres mi madre —le resté importancia.

—Además de ser tu madre, soy una persona con la que vives y por mucho que te quiera no estoy dispuesta a despertar para llevarme el susto de mi vida al ver que no estás en tu habitación.

Me sentí como la peor hija del continente. Me destruía con su calma infinita, a veces deseaba que gritara para poder enojarme, pero eso jamás pasaba.

»Yo, tu madre , tengo que decirte lo que soy capaz de tolerar, lo que espero de ti. Espero que mi hija me diga que piensa pasar la noche fuera haciendo lo que desee porque es mayor de edad y una chica responsable. Lo único que pido es que me cuentes. Te hago saber lo que espero de ti como espero que tú me hagas saber lo que esperas de mí. A eso me refiero con comunicación.

—Quiere decir que para saber qué está pasando con Nika, debería hablar con él y preguntarle.

—Conversar, Mia. No vas a pedirle que te explique, puede que le suceda lo mismo que a ti. Necesitan conversar en el momento indicado y llegar a una conclusión, de eso se trata ser adultos, de eso se trata el compromiso y funciona a distintos niveles, no solo en el plano amoroso.

Entendí a lo que se refería, pero había más detrás de eso. Muchos detalles de mi subconsciente afloraron al estarme abriendo con ella.

—Y qué pasa si él no es siempre igual. Qué pasa si un momento es tierno y al siguiente me ignora, si puede ser divertido e infantil, pero a la vez perder el control y ser una persona totalmente distinta —rememoré lo sucedido hace unas horas—. ¿Qué pasa si él es bipolar o algo así? Quizás no sabe lo que quiere y por eso no me habla de qué tipo de relación llevamos.

Frunció el ceño valorando mis palabras.

—Primero que nada, Nika no es bipolar —aclaró—. Esa es una definición que utilizan al descuido y que no es aplicable cuando alguien simplemente tiene cambios de humor radicales, eso no es ser bipolar.

—Sí, pero...

—Una cosa es ser bipolar y otra que tus emociones dominen tu manera de actuar. Ambos son condiciones tratables, pero no tienen nada que ver —explicó impidiendo que interrumpiera su turno—. Nadie se despierta siendo la misma persona todos los días, nadie es completamente feliz o sonriente, tampoco triste o apático. Nuestro estado de ánimo varía por miles de elementos, externos e internos.

»Para algunos es más fácil entenderlo, para otros es desconocido. Cuando los conflictos son internos y están basados en traumas mayores de la infancia es mucho más difícil evitar que afecten nuestra vida diaria, nuestra manera de proyectarnos al mundo. Eso es lo que le sucede a Nika.

—Todos tenemos una parte mala y otra buena.

—No —dijo sonriendo—. Todos somos humanos, solo que unos tienen su lucha interna más difícil que otros.

Le sonreí. Tenía ese don especial de calmarme solo con su voz. A veces olvidaba lo que ayudaba hablar con mamá. Quizás era hora de contarle sobre la universidad, la oportunidad de sincerarse.

Las manos empezaron a sudarme, sentí el calor subir a mis orejas. Era una cobarde, esto no era difícil, solo tenía que escupirlo. Supe que no podría y la excusa perfecta apareció cuando papá bajó las escaleras en ropa de "arreglemos hoy el jardín".

Nos miró a ambas y reparó en mi vestimenta del día anterior. No dijo nada y se fue a la cocina.

—Ve a ducharte para que comas algo antes de ir a dormir —dijo mi madre con una sonrisa.

Asentí y escapé escaleras arriba, ya podría contar lo de la universidad en otro momento.



~❁ ❁ ✦ ❁ ❁~



Holaaaaaa!!!

Punto 1.
La familia de Mia es funcional, el prototipo de familia ideal. Mia ha vivido en una burbuja, quería hacer la contraparte a Nika, que la ha tenido bien difícil y ya veremos más razones en el próximo cap...

Punto 2.
No, Nika no es bipolar. ¿Comparten la opinión de la madre de Mia sobre la comunicación? No todos pensamos igual, pero la verdad es que no yo se que hacen estos dos. Se ven, se besan y manosean, pero hasta ahora no son nada. Mia empieza a darle pensamientos a eso...

Punto 3.
LLEGAMOS A LAS 10 MIL VISTAS!!!

🤩🥳🤩🥳🤩🥳

No tengo como agradecer que sigan la historia y la apoyen como lo hacen. Sé que para muchos será muy poquito o nada, para mí es demasiado. Gracias por cada voto y comentario, por el ánimo y las risas. Son los mejores, me alegran los días grises que llevo con cara de meh...

La escena extra de celebración será sobre el día en que Nika y Mia se conocen. Fue la ganadora en votos. Quienes querían la escena cuando le cuenta que es virgen, es el próximo extra que pienso escribir. Habrá oportunidad de leer dentro de la mente de Nika... Ya verán...

Punto 4.
Adjunto imagen del borrador del próximo capítulo:

Vengo haciendo capítulos más cortos, este será un poco más largo... Nika contará un poco más de su vida...

Fin de los Spoilers...

Beso gigante...

Cuídense mucho...

Sean responsables...

Nos leemos...









Pd: El próximo cap es +18 y vamos subiendo de nivel...

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