Capítulo 11
- ¡Apesta! Como a huevos podridos ¿No les molesta? Bueno, él no puede oler -
Me reí un poco.
- Es molesto pero intento no pensar en el olor - Respondí.
- Oye, solo hablamos nosotras. También puedes hablar ahora ¿No? - Dororo se coloca frente a Hyakkimaru - Bien, vamos a practicar. Vamos, dime algo -
En lugar de eso solo voltea la mirada hacia un lado y al mirar nosotras también vimos que estaban llevando a una novia, pero... no se veían realmente felices.
- Vaya, un desfile de novia. Pero... Algo es extraño -
- Seguro... -
De la nada aparece un niño con piel de lobo encima que lanzó flechas hacia el lugar donde estaba el desfile.
- ¡Oye, detente! - Dororo se coloca frente al niño antes de que lance otra flecha.
- ¡Fuera de mi camino! -
- No, no dejaré que dispares flechas a una feliz novia ¿Qué te pasa? -
El niño se ríe confundiendonos.
- ¡Nada de feliz novia! Nee-chan está siendo enviada a casarse con un monstruo -
- ¿Monstruo dices? - Me metí entre ambos.
- Si, así que los detendré - El niño quiso ir pero me puse nuevamente en frente - ¡Muévete, o te disparar también! -
- Cálmate. Dime más al respecto - Dororo se coloca en frente de mi - Nosotros sabemos como derrotar monstruos -
El niño parece convencido así que nos lleva a una zona donde pudimos ver su pueblo cubierto de una sola nube negra.
- Eso es -
- Una nube justo sobre la aldea ¿Ese es el monstruo? -
- Así es. Nee-chan me lo dijo -
- Escuché de esto... La gente lo llama Nokosaregumo - Dije y me volteé hacia Dororo para explicar - Aparece para devorar gente pero un día le dieron de sacrificio a una novia y solo se fue sin matar a más, pero si vuelve y no le dan otra novia devorará a todos -
- ¿Es un monstruo pero quiere a una novia humana? ¿Y muchas de ellas? -
- Nee-chan dijo que probablemente se las come -
- Nunca entenderé como piensa un monstruo. Así que tu hermana fue elegida esta vez ¿No? -
- Tengo que salvarla. No quiero que sea devorada -
Lo miré un momento sorprendida. Estaba dispuesto a luchar contra un monstruo o contra la aldea para salvar a su hermana, es admirable.
- No te preocupes, ayudaremos - Dije sonriendo.
- ¿Eh? -
- Ellos han derrotado a muchos monstruos - Dororo nos apunta sonriendo - Pueden derrotarlo por ti -
- ¿En serio? -
- Pero te costará -
Me crucé de brazos sonriendo igual que Dororo ya que pensamos en lo mismo.
- Si, si... no podemos hacerlo gratis -
Dororo extiende la mano y el niño le pone algo en esta, al mirar vimos gusanos que estaban comiendo algo.
- ¿Eh? - Dororo y yo nos quedamos igual.
- Son bueno - El niño se come unos gusanos.
- No esto. Algo que valga dinero -
- Espera - Agarré lo que estaba en medio de los gusanos y lo miré bien - Oro -
- ¿Eh? - Dororo me mira sorprendida y yo sonreí.
- Una pepita de oro - Dororo parece sorprenderse más pero sonrie ampliamente.
- Lo obtuve en el río. Hay mucho. Tomen todo lo que quieran -
- ¿En serio? Tienes un trato. Soy Dororo -
- Soy _____ -
- Soy Saru -
- ¿Saru? ¿Es tu nombre? Que extraño -
- Dororo también lo es -
- ¡No lo es! ¡Es un buen nombre! Vamos, di que es bueno -
- No lo es -
- ¡Onēchan, dile algo! - Me reí mientras ambos peleaban - ¡No te burlas! -
- Para nada, para... ¿Huh? - Al mirar hacia donde Hyakkimaru estaba viendo noté que ya habían dejado a la novia en su lugar - Vamos -
- Si -
Todos salimos corriendo para ir al lugar en donde habían dejado a la novia, notamos a dos guardias custodiándola, así que los dos niños agarraron unos palos y los golpearon en la cabeza.
- Nee-chan -
- ¡Te dije una y otra vez que no vinieras! -
- Vine a salvarte -
Me acerqué a la chica y usando una navaja que tenía guardada corté sus ataduras en sus muñecas, le di espacio a Saru y él se acercó a su hermana.
Yo fui hacia Hyakkimaru y Dororo y miré a todos lados pero regresamos donde Saru y su hermana.
- Derrotaremos a ese monstruo por ustedes. Eso resolverá todos los problemas -
Miré a Dororo sonriendo leve por su entusiasmo y optimismo. Como si fuera que derrotar a un monstruo sea fácil, a veces lo es pero no siempre.
- ¿Ustedes? ¿Y cómo lo harán? -
- Si come gente, debe tener boca y estómago. Lo destrozaremos -
Vimos hacia Hyakkimaru quien se quitó un brazo y miró hacia atrás. Yo igual lo hice agarrando el mango de la katana atenta a todo.
- ¿Ves? Ellos ya están listos -
- No. Ahí viene -
La nube negra comienza a subir hasta cubrirnos. Los guardias encargados de custodiar a la hermana, ahora despiertos, entran en pánico y no tardan en ser devorados.
Saqué la katana y me puse frente a los otros, vimos cuando los dos hombres cayeron muertos hasta el suelo.
- ¡Aniki, onēchan, por allí! -
Miré hacia el lado que dijo Dororo pero noté que Hyakkimaru se quedó quieto completamente.
- ¿Qué sucede? - Dororo intenta llamar su atención pero no pudo.
- ¿Hyakkimaru... ? - Murmuré tratando de entender pero entonces se escucha un rugido y al mirar al frente la hermana de Saru empujó a este mientras que un ciempiés gigante apareció.
Agarré su mano mientras estaba resbalándose por la boca del monstruo, mantuve la boca de este abierta con una mano y mi pie, pero era demasiado.
- ¡Onēchan! -
- ¡Tsk! - Intenté atraerla y sacarla pero entonces el monstruo hizo más fuerza a la par que se movía y elevaba.
Se sacudía como para quitarme y consiguió que uno de sus colmillos clavara mi brazo, solté un quejido.
- ¡No podrás mantenernos así todo el tiempo! - Dice la hermana - ¡Suéltame! -
- ¡Le dijimos a tu hermano que te salvaríamos, no puedo hacer eso! -
- ¡Onēchan! ¡Aniki puede verte, aguanta y llámalo! - Miré a Dororo y asentí pero la boca del monstruo se cerró un poco más y yo hice mi mayor esfuerzo para aguantar.
Miré mi katana que estaba en la misma mano con la que sujetaba la boca de esta cosa, quería usarla pero no podía. Sentí la saliva del ciempiés mojar nuestras manos haciendo que nos resbalemos un poco.
- ¡Hyakkimaru! - Él al escucharme salta sobre unas rocas e intenta llegar hasta nosotros.
Hace una cortada al ciempiés y este ruge de dolor abriendo más la boca, yo abrí los ojos de par en par cuando comencé a caer pero aparte de que la saliva hizo que nos resbalemos, ella se había soltado apropósito así que el ciempiés la tragó.
- No puede... ser... - Murmuré mientras caía, si hubiera podido sacarla antes...
Miré a un lado, la ropa de novia de la hermana estaba cayendo también. No pude sacarla a ella... noté que el ciempiés iba de regreso, esta vez para matarme a mi.
- ¡Onēchan! - El grito de Dororo retumba en mi cabeza pero mi cuerpo no se movía.
Pero por un géiser se hizo un espacio en la nube negra por donde entró la luz cubriendo mi alrededor, el ciempiés me esquiva y se aleja, pero yo seguía cayendo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top