Esta ya era la tercera noche en esta aldea, aun no encontrábamos al secuestrador, teníamos hambre, bastante...

- Es difícil para un niño caminar dos noches con el estómago vacío. Lo siento aniki, Onēchan, supongo que no tuvimos suerte esta vez -

- Yo no diría eso -

- ¿Eh? -

Nos pusimos en el camino al ver a un hombre corriendo con una mujer cubierta.

- Eres el tipo que conocimos ayer -

- Los chicos tras la recompensa -

- ¡Ustedes otra vez! ¿Han venido a matarme, pequeños mocosos? -

- Esa voz, en el bosque ¡Es ella! Esa mujer es el monstruo araña ¡Sabía que ella era la secuestradora! -

No estoy segura... ¿Por qué el hombre entonces es quien la trae? No parece ser un secuestrado... ella se ve débil...

- Aléjate de ella, viejo. Te chupará por completo. Podemos conseguir comida si vencemos al monstruo. Ve por ella, aniki -

No pude evitarlo... me reí.

- Ni que fuera perro, Dororo -

- Ohagi ¿Un monstruo? - El hombre se coloca frente a la mujer de manera defensiva.

- ¿No entiendes lo que digo? ¡Esa mujer es un monstruo y un secuestrador! -

- Creo que si lo entendió y sabe lo que hace... - Murmuré.

- Yo soy el secuestrador - Plot twist - He ayudado a la gente a escapar de aquí. Ohagi no lo hizo. No me importa se atrapado, pero por favor dejen ir a Ohagi. Ella está enferma y debilitada -

- ¿"Escapar"? - Cuestioné.

- ¿Enferma? ¡¿Por qué proteges a ese monstruo?! -

- Así que tu eres el que está detrás de todo. Finalmente te tenemos - Los samuráis llegaron.

- Nosotros somos los que los encontramos. Podemos tener esa recompensa ¿Verdad? -

- Claro que no. Dijimos eso para atraer a cualquier informante -

- Ah... estafa, que mierda - Murmuré rodando los ojos.

- Eso es demasiado cruel ¡Eso es sucio, son villanos! -

- Está bien con nosotros. Si perdemos más trabajadores y el trabajo se ralentiza, nuestras cabezas volarán -

- Y eso es algo que... me importa una mierda -

- ¡Atrapen a ese hombre! -

La mujer actúa rápido y cubre de telarañas a los guardias para luego alimentarse de ellos.

- Saben asquerosos -

- Aniki... - Miré hacia atrás cuando Dororo le quita el brazo a Hyakkimaru.

- Veo que no me dejarán ir -

Hyakkimaru corre hacia ella pero lo atrapa con su capucha y telaraña envolviendolo.

- No te quedes ahí parado. Tu trabajo aún no está hecho ¿Qué camino? - Dice la mujer.

- ¡Por allí! -

- Bien -

La mujer agarra al hombre y se van corriendo.

- ¡Onēchan, se van! -

- ¿Eh? Ah... si, lo veo - Dije y vi a Hyakkimaru en el suelo - Mejor lo liberamos antes -

Dororo asiente y ambas agarramos una parte de la capucha y la levantamos rompiendo las telarañas.

- Estaba equivocada acerca de la recompensa ¿Y ahora qué? - Pregunta Dororo.

- Hm... - Hyakkimaru no me deja pensar cuando se va corriendo - Supongo que seguir -

- ¡Estoy contigo Aniki! -

Las dos salimos corriendo nuevamente tras Hyakkimaru pero mientras nos quedábamos escuchamos un silbato.

Nos acercamos a la montaña por donde se fueron ellos dos pero más guardias también los estaban buscando ahora.

- ¡Aniki! No podrás escalar esto. Tendremos que ir tras ellos. Vamos -

Volvimos a correr lo más rápido que pudimos pero al llegar vimos que los guardias habían llegado antes y ya habían atacado a la pareja, Hyakkimaru actuó rápido y fue a atacar a la mujer que se transformó.

Yo no sabía si hacer lo mismo... sé que es un monstruo pero...

Miré al hombre que estaba con dos flechas en el cuerpo y una telaraña cubriendo la herida. No sabía si matarla o no...

Entonces vi a Hyakkimaru salir volando por un golpe de ella.

No sabía si matarla pero puedo defender a Hyakkimaru, me coloqué en frente sacando la katana pero ella nos ignoró y se acercó al hombre.

- No hay doctor aquí ¿Verdad? Entonces te llevaré a uno, no te dejaré morir aquí -

Eso me hizo dudar más aún. Bajé la katana sin poder pelear contra ella y la guardé.

- ¿Onēchan... ? -

- A pesar de ser un monstruo no lo haré... ella lo está protegiendo, eso es todo -

Miré a Hyakkimaru quien si fue hacia ella levantando su brazo, pero no hizo nada por el momento, vimos a un lado donde por allí estaban llegando los otros.

Pero dejamos que se fueran antes.