Capitulo 5
- ¡A mí no me interesa esa vieja espada! - furioso Inuyasha callo a la pulga Myoga. Ahora su objetivo se centraba en su hermano que lo observaba indiferente - ¡Ahora morirás en la tumba de nuestro padre!
Atacó sin dudar con sus garras, tratando de herir o cansar al demonio mayor. Sesshomaru solo esquivaba los inútiles intentos de daño a su persona, estaba agotando su paciencia, solo se detenia de causarle un daño grave por su Omega, de ser diferente ya estaría descuartizado.
El impacto de un golpe hizo caer a Inuyasha entre los huesos del lugar. Molesto se levantó rápidamente, maldiciendo en el proceso por su estupidez.
- ¿De que forma pretendes herirme, querido hermano? - la voz venosa de sesshomaru a su lado lo hizo apretar los dientes en ira.
- Amo Inuyasha, por favor, no puede luchar desarmado. ¡Utilicé la espada de su padre! - Myoga trato de razonar con el, pero fue en vano.
- ¡Inuyasha! ¡Saca la espada! - el grito de la joven resonó, tratando de que Inuyasha pensará con claridad - ¡Si logras sacar la espada, el orgullo de sesshomaru se romperá! ¡Será una humillación para el! - sentenció con seguridad la joven, convenciendo a Inuyasha.
Sesshomaru miro de reojo a la insolente humana. ¿Con que derecho lo decía? Su orgullo prevaleceria a pesar de no poder sacar la espada. No era tonto. Solo era tenía que esperar a que otro hiciera el trabajo.
- ¿Con que es así? - el joven híbrido le dió una mirada de burla. - bien lo haré.
Camino hacia la espada con confianza, siendo visto por Sesshomaru. Tomo la espada y comenzó a jalar con fuerza. Kagome lanzaba palabras de ánimo, esperando que lograra sacarla de una vez por todas. Pero no fue así. La espada brillo pero no hizo asomo no de moverse un poco.
Conmocionado, Inuyasha apretó a la vieja pulga en busca de explicaciones que ni el podía dar.
- La función termino - sesshomaru intervino, atacando con sus garras a su hermano. Inuyasha esquivo sus ataques, desplazándose por el lugar pero sesshomaru lo derribo y tomo del cuello, alzando su cuerpo - Si que eres una decepción. Para nuestro linaje y para Yho.
Los ojos ambares del medio hermano se abrieron al escuchar el nombre de su querido hermano. Trato de quitar las manos de su cuello para exigir respuestas pero el mayor apretó su agarre.
- Si. El híbrido que molesto a mi Omega para que lo cuidara. - el resplandor verdoso inundó sus garras, el potente veneno se hizo presente - No te mate por qué el lo impidió, de ser así, ahora mismo no estarías aquí.
El gruñido molesto de sesshomaru lo hizo detenerse de su esfuerzo por safarse, algo en su interior le advierto el ser cuidadoso. Entendía ciertas partes del sistema jerárquico de los demonios, sabía que su cuerpo reaccionaba ante un macho más fuerte que el. Tratando de demostrar sumisión.
- ¡Amo bonito, déjeme ayu- sin previo aviso Jaken fue aplastado por la joven sacerdotisa.
- ¡Deja de intervenir, sapo horrendo! - la joven azabache grito al ya recompuesto Kappa con el cual comenzó una ardua lucha de fuerza.
Sesshomaru acercó las garras con veneno al temblor cuerpo de su hermano. Al estar casi cerca, Inuyasha respondió con un movimiento brusco de cabeza haciendo que los huesos se derritieran tras suyo. El agarre se aflojó levemente por la acción, logrando escapar.
El alto demonio no tuvo piedad, arremetiendo contra el con rapidez, impactando el cuerpo del medio demonio en el suelo, estaba adolorido y no podía levantarse más.
Kagome que logró noquear al sirviente y rápidamente trato de ayudar a Inuyasha al sacar la espada. Tomo el mango con firmeza pero al observar como su compañero era tomado por el demonio mayor para enterrar sus garras venosas, la joven no dudo en intentar socorrerlo.
- ¡Inuyasha! - grito, intentando alcanzar a sesshomaru, desprendiendo la espada en el proceso. - Hay...
Sesshomaru paro de golpe. Sus garras dejaron de emitir el brillo. El agarre era en el cuello del medio demonio no se detuvo pero su vista se fijo en aquella humana. El ambiente se volvió tenso. Las miradas de todos estaban encima de la joven humana nerviosa.
¿Que hago? ¿Debería dejarla en el mismo lugar?
Kagome se disculpo. No sabía por qué lo hacía pero sentía que era necesario hacerlo.
- Y-yo lo siento. - trato de disculparse nuevamente.
El alto demonio arrojo lejos a un sorprendido Inuyasha. Con velocidad llegó frente a la insignificante criatura.
- ¿Cómo lo hiciste? - la humana dió un brinco de la impresión. - ¿Como una simple humana pudo sacar la espada?
- ¡Sesshomaru, no te atrevas a lastimarla! ¡Kagome dale la espada! - grito el híbrido con dificultad. Sus heridas le dolían.
- ¡No lo haré! ¡Sesshomaru no logro tomar la espada! ¡No es merecedor de ella! - la joven alzó la espada en defensa, estaba asustada pero no dejaría que tomara lo que era de su amigo.
- Insolente. - el tono frío del demonio llamo su atención. Sus ojos brillaban en advertencia - ¿Tanto deseas morir?
Alzó su mano y sin remordimiento arremetió contra ella. Dejando que el ácido actuará, derritiendo parte de la pared de hueso y con ello a la ruidosa mujer. La espada de su padre había terminado enterrado con ella pero eso no le importaba ya.
El tiempo era demasiado valioso y lo estaba perdiendo con ese bastardo. Necesitaba terminar con esto rápido o su Omega correría peligro.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
La aldea rebosaba de alegría, los adulto platicaban entre ellos y los niños corrían al encuentro con el hermoso peli blanco que bordaba un kimono a mano.
Los pequeños se arremolinaron a su alrededor, discutiendo entre ellos para tomar un lugar cercano a el y poder acurrucarse en su regazo. El Omega detuvo su trabajo para prestar atención a los ruidosos niños, por alguna razón, su instinto maternal le orillaba a convivir más con los niños y bebés.
- ¡Enor Yho! - un niño de tres años alzó sus brazos para ser tomado. El corazón del Omega se derritió de amor.
Tomo al niño en sus brazos y lo sentó en su regazo, haciendo hervir de celos años demás que habían llegado primero. Yho al ver el descontento de los demás, les sonrió para calmar su mal humor.
- No pongan esa cara. Llegará su turno en algún momento. - reprendió suavemente. Su voz calida y llena de bondad les hizo sonreír también.
El cambio brusco en su personalidad era un indicio claro. Su cuerpo ansiaba un hijo y pra lograrlo, tenía que seducir al único macho con buenos genes que conocía.
Suspiro con pesadez. Su celo se adelantaría y tendría que dejarse someter. Una táctica muy sucia de parte de su demonio pero nada podía hacer, era ahora o nunca.
.
.
.
.
.
.
En la privacidad de la noche, el joven Omega comenzó a desprender sus feromonas por el bosque lejano a la aldea. Restrego su cuerpo en el tronco de un árbol para marcarlo, ronroneo con fuerza para subirse a las copas del mismo.
Su Omega tomo el control de su cuerpo y emitió un chillido agudo. Llamando a su pareja para el apareamiento. Esperando con ansias que el Lord del oeste apareciera con una ofrenda.
Más eso no pasó. Espero y espero. Pero sesshomaru no apareció. Aún así, algunos demonios trataron de acercarse pero el olor que desprendía el collar era claro, no podían hacerlo a menos que quieran morir.
Esa noche el Omega sintió un verdadero rechazo. Apretó con fuerza el collar en su cuello e hizo retroceder a su dolido demonio. Alzó vuelo a la aldea, furioso. No olvidaría está ofensa.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top