Capitulo 3
La llegada de un nuevo día iluminó las tierras del Sur. El Lord de las tierras se preparó para su rutina diaria, levantarse, arreglarse, trabajar y dormir. Repetía una y otra vez sus acciones sin dar lugar a algo nuevo. No lo valía por qué ese era ya su futuro, el único que parecía cambiar tanto de rutina como de carácter era su odiosa pareja.
Maldito el día en el cual decidió aparearse con el. No hizo más que encender la discordia entre el y su hijo, logrando que este se fuera en su niñez, regresando en su adolescencia por cuestiones aún desconocidas para el. Seguramente por su pareja.
Al desplazarse a su despacho observó el ajetreo de la servidumbre al moverse de aquí y haya sosteniendo diferentes cosas en sus brazos. Adelanto su andar en un extremo del pasillo para notar su presencia, los demonios de menor rango se detuvieron abruptamente y se inclinaron ante el, esperando sus órdenes.
— ¿Hay algún suceso que no me a sido informado? — cuestionó con voz monótona, teniendo un efecto inmediato al ver el rígido cuerpo de cada uno .
— S-señor, Lady. Nanami informo preparar todo para el recibimiento de Lord Sesshomaru.
El Lord de cabello oscuro bufo molesto. No por la visita, eso jamás pero si por el hecho de que Nanami no diera un aviso a su persona antes de dar órdenes como de un festejo se tratara.
— Bien. Continúen.
Los sirvientes se inclinaron nuevamente y prosiguieron con su ritmo de trabajo. El Lord solo giro sobre sus talones hasta la habitación de su pareja, sin tocar ingreso lo más calmado posible, notando que estaba ya despierto y preparándose para un nuevo día de no hacer nada.
— ¿Quien te crees que eres? — ni bien cerro la puerta le cuestionó — Dime ¿Quien eres para dar ordenes tan excesivas?
— Soy tu pareja, el padre de tu ÚNICO hijo, Ryu. No te hagas el estúpido.
— No me hables de esa forma Nanami, te lo advierto — su voz resonó en la habitación perdiendo ya la paciencia — Cada pequeña decisión se me informará a MI. Estas son mis tierras, yo las trabajo y mantengo cada día y el hecho de que no respetes mi posición como Lord es una ofensa grave de mi dominio — gruño con fuerza haciendo retroceder un poco al Omega. No sé esperaba ese comportamiento tan agresivo.
— ¿Y? Yo también tengo derecho a decidir y dar órdenes Ryu, que no se te olvide. — sonrió con sorna — Por muy dominante que eres no estoy ni estaré debajo de ti obedeciendo cada palabra. Ser un Omega —
— ¡¿Omega?! ¡¿ Que lugar tiene tu genero con esta discusión?! — pregunto golpeando la puerta, el Omega retrocedió con odio en su mirada — ¡No te estoy menospreciado y mucho menos insultando como tú lo haces! ¡Baja tus humos de grandeza que no tienes y cumple con tus obligaciones!
Sin más, salió hecho azotando la puerta. Nanami se quedó solo, suspirando con fastidio ante el arrebato de su pareja, ese bastardo siempre intervenía, siempre lo rebajaba a una posición que no se merecía. El era un Omega de alto rango, un Kitsune. Alabado y deseado por mucho demonios durante siglos, nunca obtuvo menos, nunca se conformo con tan poco, nunca se esforzaba por nada, todo lo que deseaba se cumplía sin rechistar pero ahora no tenía nada más que un hijo hermoso pero patético y una pareja que no dejaba hacer lo que quisiera cuando el lo deseara.
Lo único bueno de ser pareja de uno de los señores de los puntos cardinales son las reuniones sociales y el poder. Mucho poder. El anhelaba tener tanto poder como le fuera posible, resultando en su prole. En su momento se sintió tan afortunado de tener un Omega Kitsune y uno mucho más hermoso que su padre y el mismo.
Si tan solo ese mocoso no hubiera escapado ese día...
— Lady Nanami, Lord Sesshomaru está cerca de la frontera, se estima que en pocos momentos llegará al palacio.
El sirviente tras la puerta se retiró después de eso. No tenían permitido ingresar a la habitación.
El Omega sonrió encantado, el pretendiente más apreciado del mocoso estaría aquí por unos días, esperaba tener una noticia de un embarazo con su llegada.
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Las puertas se abrieron con un crujido suave, los sirvientes posicionados en dos filas se inclinaron ante la imponente figura del demonio oji-dorado.
La madre del demonio, Lady Irasue la Inu no Kami abrazo a su hijo con una fría mirada en su rostro, dejando a la interpretación de su hijo el estado emocional de su madre.
— Sesshomaru, hijo mío, que alegría es verte con una perfecta salud — la sonrisa fría que le regaló fue incómoda — Ve y saluda a tus suegros.
Sesshomaru asíntio sin dirigirle palabra a su progenitora. Su vista se centro en el demonio de gran presencia. Saludando primero a este como protocolo y después besando la mano del demonio Omega quien sonría con genuina alegría.
— Disculpe el desorganizado recibimiento Lord Sesshomaru, su visita fue repentina — el Lord del Sur señaló el comedor principal — Por favor, estaremos su compañía para degustar un aperitivo.
El semblante neutro de sesshomaru no cambio, ni siquiera ocupo de palabras para acompañar al padre de su pareja al comedor. A unos pasos de distancia su madre y Lady Nanami los seguían. Sesshomaru noto el semblante desagradable de su madre al estar junto al castaño, entendía que no le agradará el Omega pero era necesario aguantar por el futuro de su hijo. Quería que único hijo fuera feliz, acompañado de una gran familia para no tener que preocuparse al ya no estar en este mundo para el.
— Tomen asiento por favor, en un momento servirán los aperitivos.
En silencio Sesshomaru tomo asiento al lado izquierdo del Lord del Sur quien se encontraba en la cabecera, a la derecha del mismo se estableció el Omega, mientras que la hermosa mujer de largo cabello plateado se posicionó al lado de su hijo.
— Lord Sesshomaru — la voz del Omega llamo la atención del oji dorado — Disculpe mi intromisión, pero recientemente hubo bajas en la producción de ciertos cultivos en parte Norte y Este, ¿No tiene problemas con sus tierras?
— Bajo mi mando siempre son productivas — contesto neutral. A pesar de estar en constante vigilancia de su pareja podía manejar sus tierras mejor que los demás Lords.
— Cómo se esperaba de Lord Sesshomaru. — Nanami sonrió, mostrando sus dientes. — Según se, en los últimos años las aldeas humanas se han establecido en territorios no autorizados incitando ataques de demonios y esparciendo su asquerosa sangre por los suelos.
— En efecto, Lady Nanami. — el peli plateado le dió la razón, siendo observado por el Lord del Sur y su madre — Se toman medidas para detener masacres innecesarias expulsando a los demonios problemáticos.
— Impresionante.
La conservación murió al llegar los sirvientes con los apretivos. Los demonios no llegan a comer la comida comida como tal, necesitan de presas exóticas cada cierto tiempo.
Ryu sostuvo con cuidado la copa de bebida altamente alcohólica, analizando a los peli plata por unos segundos aceptables, quería saber el paradero de su heredero y no había alguien más en estas tierras que conociera mejor la ubicación que Lord Sesshomaru.
Aclaro su garganta y contemplo a su... ¿Hijo político?
— Me gustaría hacerle una pregunta si no hay inconveniente. — aclaro con voz ronca a lo cual el demonio asíntio sin más — Mi hijo a estado vagando por aldeas humanas según tengo entendido, desde hace ya varios años ¿Su paradero no a cambiado?
— Su movimiento es constante pero su rutina no cambia. — afirmó el demonio más joven, apartando su mirada del demonio mayor — Su hijo no corre peligro, se lo aseguro, este sesshomaru lo protege.
El Lord del sur asíntio y prosiguió con su bebida.
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— ¡Oye niña, ¿Que tanto estás haciendo?! — grito un híbrido con orejas de perro a una jovencita de ropas futuristas.
— ¡¿ Podrías callarte?! ¡Estoy dándome un baño para ponerme el traje que la anciana Kaede trajo! ¡Bestia!
— ¡Apresurate y entrégame la perla de shikon! —
— Ya quisiera muchacho grosero.
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— ¿Rompiste la perla? — observó el pequeño fragmento en la mano de la mujer — ¡Rompiste la perla!
— Oh no...
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