¿Como se le ocurre a esta niña nadar desnuda en una piscina habiendo tantos empleados cotillas aquí?

-Señor, por favor. No me deje morir aquí -a decir verdad, sí que parecía asustada.

Su quijada temblaba de frío, llegando hasta mis oídos el crujir de sus dientes al chocar y aunque el agua no me permitía verla como realmente quería (si, acabo de pensar eso), me gustó el hecho de tenerla aferrada a mí cuerpo. Chocando sus pechos con el mio que ahora está un poco receptivo. Como pude la elevé en volandas entre mis brazos y nadando incómodamente, pude llegar hasta la orilla con ella sana y salva.

-Quedate aquí. Les ordenaré a las empleadas que vengan ayudarte -salí de la piscina. Tenía que salir antes de que baje la guardia y pues...pase lo que quiero evitar, porque ahora mismo es hasta difícil mirarle a la cara sin mirar otra cosa.

Es una niña, es la hija de mi mejor amigo, ese que a confiado por años en mi, la e visto crecer desde que nació, viene siendo como mí misma sangre también. Namjoon me la confió porque tiene plena confianza en mí, el respeto hacia ella y hacia él debe de ser absoluto, y cuando digo absoluto, es absoluto, sin bajar la guardia aunque me encuentre entre la espada y la pared. ¡Tengo treinta años por dios!, no debo portarme como un joven calenturiento que se pone nervioso por unos pechos o por unas bragas de encage. Eso, soy mayor que ella, un padre de familia y debo de portarme como tal.

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YUNA

Por poco estallo de la furia, de la frustración, de la impotencia y las ganas de llorar al ver como Jeon se marchó para dejarme allí tirada, llamando a sus empleados para que ellos me atiendan, estaba cabreada, yo quería que él me atendiera, no sus putos empleados de mierda. Su desprecio me tenía un poco bastante harta, el verme como una cría para él es algo que llegó a mis límites ya. ¿Qué es lo que no entiende? Quiero que me vea como una mujer, no como una niña que tiene dieciocho años. Soy mayor de edad. Él podría tomarme sin ningún problema. Yo se lo permito. Yo quiero y eso es lo que cuenta, se que también él quiere, lo puedo sentir, oler, es muy malo disimulando.

Han pasando dos semanas. Dos largas semanas todavía haciendo el intento de conquistarlo de todos los modos habidos y por haber, pero entre más me esfuerzo, más frío se muestra y más me rechaza, es como si mi presencia ya le molestaba, unos días atrás me trató como una mierda y yo sigo aquí, resistiendo todo eso.

-¡Oye, tú! -Dana jugaba con sus muñecas, mientras yo tenía que vigilarla. Sus redondos párpados se elevaron hacia mí, igualitos que los de su padre -¿Sabes quienes son esos hombres? -crucé mis brazos mirándola y esperando algo de su parte.

Ambas estando en el jardín, pudimos ver a la distancia uno que otro tipo desconocido entrando a la mansión Jeon con maquinaria entre sus manos, muy extraño, pero como yo soy una simple empleada que limpia y hace de niñeras, no se nada sobre los individuos.

-Son los hombres que contrato, Appa -respondió. Aún seguía sin entender. Necesito más información.

-¿Y qué hacen aquí? ¿Quienes son ellos?

Volví a preguntar. La niñata siguió jugando con sus juguetes pero poniéndome atención, veía como le cambiaba los vestidos a sus muñecas que eran a decir verdad muy bonitas.

-Appa va a poner cámaras de seguridad por toda la casa. Por eso están todos esos hombres -me miró un momento posicionada en la hierba verde del jardín -Creo que la base principal será su despacho, no estoy muy segura -esta niña sabe mucho, me sorprende que sepa todo eso.

Recargando mi pulgar en la barbilla y mi índice casi rozando mis labios, una nueva idea se me ocurrió y se me alumbró todo el cerebro, increíble, no sabía que unas cámaras me fueran a servir para tanto.

-Es hora de sabotear las cámaras -pensé decidida sonriendo en mis adentros, esta vez Jeon Jungkook va a caer porque sí.

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En cuanto los hombres se marcharon y no hubo personas que impidieran mi plan, entré al despacho con mucho sigilo ¡Perfecto! La cría de Dana tenía razón. La base de vigilancia de Jeon, es aquí. En su despacho. Más facil para mi plan, si hay un lugar de donde Jungkook no sale es de su despacho.

-Vamos a ver, vamos a ver -al abrir la laptop que había puesta sobre la mesa, el condenado aparato me pidió una contraseña que me puso a pensar unos segundos -Em...¿Dana? -escribí al azar. Me sorprendí al encontrarlo tan sencillo, nunca pensé que Jungkook podía ser tan simple. Sin esperar más mis dedos se deslizaron rápidos por encima de las teclas -Y aquí. Es dónde hago la magia -desconecté el acceso a toda la vigilancia de la mansión. Si todas las cámaras funcionan, ahora es nada más para enfocar a cada segundo mí habitación. Soy excelente y estoy muy loca.

No por nada me decían la cerebrito en la universidad. No por nada me gradúe con el mejor promedio.

-Lo hábil nadie me lo quita -me sentí orgullosa en cuanto pude ver mi habitacion en todas las cámaras.

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JUNGKOOK

-Haerin ¿Estás muy cansada hoy?

Últimamente me siento como un ninfómano o algo parecido. Ardiente, ansioso, que solo piensa en el trabajo, en mi pequeña, en el trasero de Yuna y en romper su interior con laa ganas estas que tengo, estoy seguro que mi polla va a estallar en cualquier momento.

Mi esposa cerró el libro que leía con tanta concentración. En silencio permitía que mis labios besaran sus brazos mientras mis manos se metían por debajo de las sabanas buscando su intimidad, su calidez, y yo sentir más que un pijama bastante grueso y para nada descarado.

-Cariño. Estoy agotada -me rechazó al instante dejando el libro encima de la mesita de noche y apartando mi mano escurridiza. Se acomodó en su lado de la cama y me dio la espalda para pretender dormir.

Solté un suspiro. Supongo que hoy tampoco mi esposa quiere sexo.

-¿Amor? -de nuevo volví a oír su voz y yo le presté atención.

-¿Si? -respondí.

-Esa Yuna resultó ser buena cuidando a nuestra hija ¿No lo creés? -bostezó en el proceso en el que habla.

-Ajam -alzo una ceja.

Y también muy experta en provocarme erecciones.

Obviamente pensé.

-Creo que mí hermano gusta de ella -su voz se oyó opaca pero entendible. Rápidamente fruncí mi ceño y la miré aunque ella no hiciera lo mismo. ¿Qué me está diciendo esta mujer? ¿Quiere quitarme el calentón? Porque me está cabreando un poco.

-¿Por qué lo dices? -intenté no sonar tan molesto como me sentía espiritualmente, excelente, me a afectado que me diga eso.

-Porqué él me lo dijo hace ya varios días -se acomodó más para dormir más cómoda -¿Sabes, cariño? No me molesta en lo absoluto que Taehyung y ella tengan algo, después de todo, casi se compara a nuestro extracto social ¿Tú que piensas?.

Qué es una ridiculez porque a Yuna solo le gusto yo ¿o no?

-Iré al despacho. Creo que se me olvidó hacer algo -me levanté del colchón. Tome mi bata de dormir para colocarmela encima que estaba a un lado de la cama.

-Jungkook, no tardes mucho. Sabes que me hace falta tú calor aquí conmigo -me dijo antes de oírme marcharme y casi saliendo por la puerta.

-No me tardaré -casi aseguré.

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YUNA

Salí corriendo por el pasillo como una loca desesperada al oír claramente que Jeon se dirigiría hacia su oficina. No logré oír mucho lo que hablaban entre murmullos, pero lo importante si lo escuché perfectamente. Como que venía a su despacho y era gira de actuar.

-Es hora de poner en práctica mi plan -al llegar a mí habitación dejé la puerta medio abierta -Muy bien, Jeon Jungkook. Esta vez caes porque caes -las cámara las dejé encendidas. Así que lo que él vea, será recién hecho por mi -Ya no hay marcha atrás -contando muy bien el tiempo de lo que el pelinegro llegase, se siente en su cómoda silla, abra la computadora y ponga todo a funcionar, tengo tiempo de quitarme la ropa, envolverme en una toalla y aparentar haber salido de la ducha -Llego tú turno, amaguito masturbador -sonreí para el aparato rosa que agarré entre mis manos. Creo que nunca había deseado masturbarme como ahora, porque lo que yo haga, lo verá él.

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JUNGKOOK

-¿Yuna y Taehyung? Que pareja más dispareja serían -al ingresar al despacho, caminé directo hacia mi silla para luego tomar asiento en ella.

Me quedé pensando unos segundos esa estúpida idea hasta que mi mente me recordó lo que me hizo llegar aquí desde un principio. Creo que la locura de Yuna se me está pegando un poco.

-¡Oh, es verdad! -abrí la laptop enseguida -Vamos averiguar que tan bien hecho hicieron su trabajo esos tíos -con un clic bastó para acceder a todas las cámaras de la mansión -¿Pero qué significa esto? -pero no fue así realmente.

Me confundí al ver que solamente se enfocaban en la habitación de Kim Yuna. Manejé las teclas buscando la manera de organizarlo, de arreglar esto que yo no había pedido, pero al pretender hacerlo, lo único que hice fue que mis ojos quedaran atrapados en esas curvas después de que la cría, sin saber dejó caer la toalla que la envolvía al suelo. Esto no puede ser.

Automáticamente hice clic para colocar la pantalla completa. ¡Así esta mejor! Podía descubrir cada lunar que tiene su fina piel, joder, que calidad tienen estos aparatos. Al parecer hice más que bien en instalar estas cosas por toda la casa.

Varios segundos transcurrieron hasta trasformarse en minutos. Mi vista estaba casi pegada a que siguiera viendo, no querían despegarse de la pantalla. Parecía un puto pervertido, pero es culpa de Haerin, lo dije una vez y lo vuelvo a repetir, es todo su culpa, si estoy duro y cachondo es por su culpa.

-¡Oh, si! Hazlo para mí -sentí mi deseo elevarse de inmediato al verla quitarse su sujetador y luego su braga con lentitud. Se derrumbó contra el colchón y abriendo sus piernas, sentí como mi polla se endureció de inmediato dentro de pijama, después de ver su vagina expuesta para mi de esa manera.

Por un momento me planteé tantas escenas en las que yo estaba entre sus piernas, privándola, y luego entrando mi polla dentro, joder, sería increíble ahora que lo pienso.

-Joder, Yuna -mordí mi dedo índice tratando de controlarme, pero era imposible. Es imposible -No hagas eso, Yuna -tocarla. Penetrarla era lo que quería al verla tocarse, jadear mientras se masturbaba con aquel vibrador rosa a lo cual le tuve una gran envidia. Unos irracionales celos porque era él el que entraba y salía de su apretada intimidad -No puedo más -me levanté del asiento jadeando como un animal -Tiene que ser mía.

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😳 Sin argumentos.

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