8. Me está rompiendo el corazón.

Olivia

Nina se ha convertido en mi hombro para llorar, pero también en esa pequeña voz de mi conciencia que me dice: "¡Hey!, despierta que tienes toda una vida por delante".

Y justamente por eso, es que ahora estoy esperando que Zack llegue para continuar con la grabación.

No puedo negar que me sudan las manos y que tengo unas ganas bastante grandes de llorar, sin embargo, debo ser fuerte, tomé una decisión y no voy a lloriquear por ahí diciendo que mi vida estaba mal, cuando tengo la esperanza de que la pesadilla termine pronto, para continuar.

— Respira, Liv. — Nina murmura. — Parece que te fueras a desmayar en cualquier momento, ¿estás nerviosa?

— No estoy nerviosa, sólo odio las personas impuntuales. — Miro hacia todos lados. — Es que ni siquiera en la cafetería de su propia empresa llega temprano.

— Tú no estás afectada por eso. — La burla de Nina nunca puede faltar.

Ruedo los ojos.

— Cómo si Zack fuera tan importante. — Tomo un sorbo de mi café.

Hago una mueca, el café de este lugar sabe terrible.

— Buenos días señoritas. — Zack entra en el lugar saludándonos a Nina y a mí con una sonrisa.

Él está sospechosamente feliz, esto es totalmente diferente a lo que Evelyn me dijo.

— Buenos días. — Digo entre dientes.

— Nina. — Él se dirige a mi amiga y ella se sorprende. — ¿Nos podrías esperar aquí un momento mientras le comento algo a Olivia en un lugar más privado? 

Nina asiente no muy convencida.

— Olivia, sígueme. — Zack camina delante de mí.

¿Ahora se cree un jeque árabe que camina delante de las personas?

Camino un poco más rápido y disminuyo el paso una vez que estoy a su lado.

Así está mejor.

— ¿Qué es lo que quieres? — Le pregunto.

— Ya lo sabrás. 

Suelto un suspiro y dejo de caminar. 

— Estoy cansada de esto. — Él también se detiene y me mira a los ojos. — Vine aquí para trabajar, no para que manipules mi día con lo que sea que tengas por decirme.

Ríe.

El idiota se está riendo de lo que le dije.

Hace tiempo no tenía la intención de insultarlo...

— No todo el mundo gira alrededor de ti. — Pone ambas manos en mis hombros. — Relájate un poco y verás que reconoces mejor lo que las personas tienen por decirte.  

Frunzo el ceño.

— Lo que quiero decir es que tengo una idea para mostrar que sí soy capaz de sacar tiempo más allá del trabajo. — Él me aclara.

Debo tener cara de estúpida en estos momentos, ¡¿cómo se me ocurre decirle que no quería escucharlo sin saber qué me iba a decir?! 

— Te escucho. — Murmuro.

Él abre una puerta unos cuantos pasos más adelante y me hace un gesto para que pase. 

— Bienvenida a mi sala creativa. — Comenta.

Miro en 360º lo que tengo al frente y...cielos, este lugar es como entrar en la mente de Zack. Hay demasiadas fotografías de diversas cosas, posters por aquí y por allá de las campañas que ha desarrollado Sapphirus Company en lo que Zack lleva en ella, y, un tablero donde reposan fotos de todas las personas que creería son importantes para Zack, no debería sorprenderme que no estoy ahí.

— Allá están mis ideas acerca del documental. — Me muestra una pared repleta de frases escritas en papeles adhesivos.

Son más positivas de lo que cualquiera creería. Supongo que en este tiempo él también se ha dedicado a mejorar como persona.

— Esto es genial. — Digo mientras observo embelesada todo lo que tengo al frente. — Eres supremamente creativo.

Siempre lo ha sido.

— Gracias...— Se acerca al tablero. —...volviendo al tema del documental, me gustaría ir de vacaciones y hacer algunas tomas.

— Es una gran idea. — Comento. 

— En realidad es tu idea. — Dice como si fuera lo más obvio.

Oh claro, había olvidado que yo misma le dije que esa sería una buena toma.

— Lo siento, no lo recordaba. — Bajo la mirada.

— No bajes la mirada de nuevo. — Su tono serio me obliga a levantar el rostro y mirarlo confundida. — Tus ideas también son valiosas y en este mundo, debes tomar el protagonismo que mereces, además, no dejes que roben tus ideas.

 — Yo...

— Estoy hablando esto contigo, porque eres algo así como la mente creativa del documental y ciertamente, eres buena tomando decisiones. — Sólo Dios sabe lo mucho que odio tomar decisiones, pero fingiré que me siento orgullosa de ello. — Así que quiero que me ayudes a escoger un destino para viajar.

Parece que hoy amanecí algo lenta, por lo que tardo unos segundos en reaccionar.

— ¿Qué lugares tienes en mente?

 Zack piensa por un momento y acaricia su barbilla.

¿Por qué tiene que verse tan guapo?

Calla conciencia, este es un momento serio.

— Los Alpes, Jamaica, la Toscana o cualquier lugar de este mundo donde no me molesten los paparazis. 

No he viajado mucho, pero mi destino favorito siempre será la Toscana por dos razones: Mi abuela materna vive ahí y el lugar es supremamente pacífico, así que tal vez Zack también encuentre tranquilidad allá.

— La Toscana es tranquila, puedes observar el arte...y tiene un paisaje hermoso. 

— ¿Allá no es dónde vive tu abuela? — Me pregunta de la nada.

— Sí, ¿Cómo sabes eso? — Enarco una ceja.

— Hace años me lo dijiste...

— Cuando estábamos en la excursión. — Termino la frase.

Se lo dije un día cuando me estaba quedando dormida en sus brazos.

"...— No me quiero separar de ti, guerrera. — Zack me mira con tanta ilusión que no puedo evitar el impulso de besar la comisura de sus labios.

— Cuando volvamos a Berkeley debemos hacer muchas cosas juntos. — Dibujo líneas sin sentido sobre la palma de su mano con mi dedo índice. — Porque en navidad no estaré en casa y aunque quisiera, no te puedo llevar conmigo.

— ¿Ni en el baúl del auto de tu papá? — Sonríe.

Sus ojos azules esperan por mi respuesta y niego.

— Voy a salir del país. — Miro hacia el techo. — Iré a la Toscana en Italia a visitar a mi abuela Bianca, pues vive allá y hace mucho que no la veo.

— Te voy a extrañar demasiado. — Acaricia mi cabello. — Pero siempre voy a estar contigo.

Me apoyo sobre mis codos y lo miro curiosa.

— ¿Cómo? 

— En el azul del cielo porque ahí estarán mis ojos; en un día soleado porque recordarás mi risa; en la lluvia porque te prometo que te voy a cuidar siempre que sientas miedo; y, lo más importante es que estaré en tu corazón, porque me corresponde un pedazo enorme de él.

— Voy a morir de un coma diabético. — Suelto una risita.

— No puedo dejar que eso suceda, tú tienes que morir bajo mis besos. — Comenzamos una guerra de besos en la que claramente los dos somos perdedores por rendirnos ante el otro, pero a la vez, ganadores de nuestro cariño.

Dios santo, me siento en las nubes...".

— Olivia. — Zack me llama y mueve su mano enfrente de mis ojos. — Estabas en otro mundo.

— Lo siento. 

— No pierdes la costumbre de disculparte por todo. — Murmura mientras desordena su cabello.

A punto de contestarle algo, unos golpes en la puerta desvían el tema.

— Pase. — Zack dice y la puerta se abre levemente dejando ver a una chica pelirroja. 

— Señor Miller, su padre ha llegado. — Al escuchar esto Zack cambia de semblante.

Su mirada se torna nerviosa y empuña una de sus manos.

Muerdo mi labio inferior. Ese señor me da miedo y a la vez quisiera gritarle en la cara todo lo que llevo guardando por años, pues Dorothea siempre insinúo que la incidencia del padre de Zack era la principal razón que la motivaba a realizar su venganza.

— Dile que en un momento estoy con él. — Zack le brinda una sonrisa a la chica. — Muchas gracias, Belle.

Ella lo mira con algo de recelo. 

Pobre Zack, sus intenciones para darme celos son muy obvias y no le salen bien. 

— De nada, señor. — La chica cierra la puerta y nuevamente, somos Zack y yo.

— Supongo que Nina y yo volveremos a The Moon, así que...— Hago un ademán con la mano para despedirme.

Que momento tan incómodo.

— Sí vete,...digo, porque mi padre es...; espero que te vaya bien. — Balbucea.

— Entiendo. — Entrecierro los ojos no muy convencida. — ¿Estarás bien? 

Asiente.

— No necesito que nadie esté junto a mí ahora. — Me duelen esas palabras, pero me duele más que me lo esté diciendo a los ojos. — Y supongo que tú también sientes exactamente lo mismo con respecto a las relaciones, porque ya me lo has dejado bastante claro, ¿no es así? 

Trago saliva.

Me lo merezco, he dicho cosas de las que me voy a arrepentir profundamente, sin embargo, esto es bueno para que mantengamos la distancia.

— Sí, Zack. 

Me dirijo hacia la puerta.

— Olivia. — Me llama y me volteo rápidamente. — Por favor contéstale las llamadas a nuestros amigos, me van a volver loco con esa tonta idea de que tú y yo hemos vuelto a ser algo.  

Quiero llorar.

— Está bien. — Mi voz sale más entrecortada de lo que creí.

Salgo de ese lugar lo más rápido posible, busco a Nina en la cafetería y la encuentro coqueteando con un hombre que no tengo idea de quién será. No le doy muchas explicaciones a mi amiga, pero salimos de esa empresa en tiempo récord.

«No todo el mundo gira alrededor de ti». 

«No necesito que nadie esté junto a mí ahora».  

«...me van a volver loco con esa tonta idea de que tú y yo hemos vuelto a ser algo».

Hoy me sentí muy herida con todas las palabras que me dijo Zack, es como si después de verlo tan vulnerable intentando que yo le dijera la verdad, se hubiera convertido en alguien totalmente odioso, cruel y directo con la capacidad de expresar el rencor que me tiene, y sé que tengo la culpa de ello, pero no me había sentido así antes. 

Esta es una razón más para reconocer que todo ha terminado, joder, debería estar contenta de que Zack por fin haya entendido todo, sin embargo, es todo lo contrario, estoy enojada, asombrada y bastante...no lo sé...¿okey?...es la primera vez que no logro ver la magnitud de esta bola de nieve que amenaza con destruirme y que tal vez, me está rompiendo el corazón.

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Nota de la autora: Sentía que les debía esto.

Yo había prometido que mis historias no serían tan clichés y que mis personajes tendrían una humanidad palpable, por lo cual, considero que este es el mejor momento en el cual debe suceder esto.

Cambié lo que había escrito antes para este capítulo y sé que muchos de ustedes se darán cuenta de ello, sin embargo, estoy segura de que entre la versión anterior en la cual demostraba a una Olivia muy inmadura, y esta, en la que Olivia se encuentra con la realidad, escogerían esta versión, porque es más real mostrar que una mujer con el carácter que le he planteado a Olivia, afronta sus errores con las bragas bien puestas.

No soy adulta (aún...Dios elimina el año y medio que me queda para que eso suceda, gracias...¡no quiero crecer!) y sé que no tengo que juzgar a quienes se sienten perdidos, porque admiro a las personas se pierden para luego encontrarse, pero en este libro, lo que quiero no es victimizar a quien se ha equivocado desde un principio, sino demostrar que parte del karma debe existir para crecer y, por qué no, para reconocer los errores.

¡Vivan los errores! 

¡Viva este 30 de junio! 

¡Viva el mes del orgullo!

Y ¡vivan los que se atreven a amar!

Los quiero demasiado lectores y si necesitan hablar con alguien, estoy disponible aunque parezca que no.

Besos con sabor a corazón roto.

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