5. Termina mal.
Olivia
Paso las hojas a medida que leo el cronograma y me pregunto por qué estoy metida en este aprieto.
Miro a ambos lados esperando que nadie se dé cuenta y suspiro sonoramente, casi con ganas de llorar.
¿Puedo llorar?
No.
Aguafiestas.
Estoy en las instalaciones de Olivia's Proyect y se ve totalmente diferente a la última vez que estuve aquí, es decir, hace unos días vine como invitada de una fiesta y hoy vine como una periodista que visitará al gran jefe del lugar.
Conozco mucho sobre ese gran jefe, pero yo también soy una "jefa" en lo que hago, así que no me voy a intimidar por esa mirada seductora que tiene, o esos labios carnosos que besan tan bien, o...
Esto está mal.
Discutir con él en la fiesta está mal.
Darle tanta importancia está mal.
Y definitivamente, está muy mal que me sintiera tan orgullosa de discutir con él después de tanto tiempo.
Hacer cosas que eran cotidianas entre nosotros me causa inquietud, pero a la vez un alivio.
No voy a negar que extraño sus besos o sus caricias, sin embargo, me conformo con lo poco o mucho que he pasado con él estos últimos días.
Lo extrañaba y ahora me aterra no estar cerca de él luego de esto.
Soy una masoquista.
— Liv, avísale a Zack que ya vamos a iniciar. —Nina me dice.
Trago saliva.
— Rápido que Sam se está impacientando. — Se refiere a Sam en camarógrafo.
Muerdo mi labio inferior y me levanto de la silla.
Camino hacia la oficina de Zack y antes de tocar escucho risas.
Miro hacia todos lados y pego mi oreja a la puerta.
El chisme engorda pero no alimenta.
Silencio conciencia, déjame escuchar.
— Me encantan sus noticias. — Zack comenta con diversión. — Es única.
— Desde que los vi supe que se conocían y que debía hacer algo para que volvieran a encontrarse. — La voz del jefe Dalton resuena, siento que están hablando de mí, pero no quiero ser narcisista. — ¿Crees que todo esto funcione para que vuelva a ti?
El silencio reina durante más o menos un minuto.
— Lo que pasa es que no quiero eso. — Zack se escucha herido.
Está hablando de mí.
— Oh, lo siento, entonces deduje mal.
— Claro que no, señor Dalton, quiero estar aquí, y tal vez mejorar,...pero no puedo volver y sé que ella tampoco lo hará. — ¿Quién dice que no?...yo volvería, pero tengo tanto miedo y estoy tan rota que no quiero volver a romperlo.
Así que tengo que alejarme de él, es lo mejor si quiero...
La puerta se abre de repente y con mis movimientos más ágiles finjo apenas intentar tocar la puerta.
Te dicen la ninja.
— Olivia. — Zack dice mi nombre con sorpresa.
Lo miro a los ojos.
Se ven salvajes como siempre.
— Ya va a comenzar la primera toma y Sam el camarógrafo se estresa porque no iniciamos...así que...— Hablo rápido.
— Entiendo. — Pasa de mí y camina hacia el lugar que escogimos para grabar en la empresa.
El señor Dalton sale casi que dando saltitos.
— Es un buen hombre. — Sonríe sin apartar la mirada de Zack que camina con decisión. — Deberían estar juntos de nuevo.
— Estamos mejor así y no se imagina cuan feliz estoy de verlo crecer por sí mismo. — Bajo la mirada.
— Tal vez no lo haga sólo por él. — Murmura mi jefe.
— Espero que no lo esté haciendo por otras razones, porque me entristecería mucho verlo decaer, él se merece todo lo bueno. — Sonrío de lado con algo de tristeza. — Y por esa misma razón no podemos estar juntos, porque yo no soy algo bueno para él.
— Tus palabras se pueden ir contra ti y demostrarte algo totalmente diferente, sólo digo.
Suelto una risa amarga.
— Espero que no, porque como le dije anteriormente, estamos mejor así.
***
— ¡Corte! — Grito.
Suspiro intentando que no salga mi demonio interno.
— Señor Miller, por favor contésteme la pregunta como lo habíamos practicado. — Nina le suplica en voz baja cuando me ve acercarme.
— Lo estoy intentado. — Zack dice a secas.
— Sólo responde lo que crees que es, que no sea un libreto, pero que tampoco sea algo de lo que no sepas o no puedas manejar, haz de cuenta que estás hablando con alguien de confianza y te aseguro que la toma saldrá mejor. — Aprieto el puente de mi nariz al ver la expresión de confusión de Zack. — Nina ve y dile a la producción que pueden descansar un rato...
Nina asiente con una mirada compasiva.
She knows.
Tomo asiento donde estaba Nina antes, es decir, al frente de Zack, pero a una distancia prudente para que no se me suba la presión.
— Vamos a practicar. — Le digo más calmada.
Él también suaviza su expresión.
— Bien.
— Imagina que soy Nina y...
— ¿No puedo pensar que eres simplemente tú?...digo, no te ves como ella, y...
Suelto una risita.
— No te preocupes, entonces sólo soy yo. ¿Mejor?
— Sí, mejor.
— Te voy a hacer una pregunta e imagina que estás en confianza conmi...
Corto la frase.
¿Qué estoy haciendo?...
— Lo intentaré. — Interviene.
— Claro, inténtalo. — Bajo la mirada con las mejillas rojas.
Esto debe ser una enfermedad, porque siempre me estoy sonrojando cuando lo tengo cerca.
— ¿Cómo define su negocio, Zack? — Pregunto con mi mejor voz de presentadora.
Él traga saliva.
¿Por qué está tan nervioso?
— No puedo definirlo de una sola manera, pero si puedo afirmar que es el proyecto en el cual he puesto bastante tiempo. — Sus ojos brillan y por un momento olvido la práctica.
Parpadeo varias veces.
— Es una buena manera de explicar su esfuerzo, así que esto nos lleva a otra pregunta, ¿Por qué le puso Olivia's Proyect a esta sucursal de la empresa?
Baja la mirada.
— No puedo hacer esto mirándote a los ojos, Olivia. — Se levanta de la silla y repito su acción.
— ¿Por qué? — Cuestiono.
Da unos cuantos pasos de un lado a otro.
— Tu presencia es magnética y no quiero caer en eso, otra vez.
— Eres un...— Mis ganas de insultarlo por idiota se cortan porque recuerdo que de una u otra manera, mi trabajo depende de él. — ...ingenuo.
— ¿Qué?
Cierro los ojos exasperada.
— Se suponía que tú tienes que alejarte de mí...por Dios, no te hagas ilusiones, además, tienes...una especie de novia, no creas que no lo supe desde que los vi...y esto no tiene nada que ver con lo que hacíamos, ¡sólo te ayudaba!
— Lo sé y eso es lo peor, que sé lo que haces y no nos detengo, ni a ti por estar ahí siempre, ni a mí de seguirte como un imbécil...y...y Evelyn no es mi novia.
— Sigues siendo un cupido negro. — Digo casi riendo.
Para alejarlo, debo recordarle el dolor.
No lo puedo hacer sufrir, ni yo debo hacerlo.
No debo hacer nada con él y una vez más me estoy equivocando.
— Nunca lo he sido, ni lo seré. — Me reta con la mirada
Enarco una ceja.
— Pruébalo.
— ¿Quieres que te lo pruebe? — Pregunta con altivez.
— ¿Me ves pedir algo más? — Sonrío de lado con mi mejor mirada retadora.
— Bien, te lo voy a demostrar tantas veces que desearás nunca haberlo pedido. — Pone una mano en mi mejilla. — Y estoy comenzando justo ahora.
Me quedo petrificada.
No lo dejes ganar.
Me acerco a su rostro.
— Si me besas caerás otra vez y no habrá vuelta atrás, ¿eso es lo que quieres?
Me suelta y pasa una mano por su cabello.
— Quiero ver que digas lo mismo cuando sepas que el pasado puede ser tu peor castigo. — Se sienta nuevamente donde estaba y luce imperturbable mientras yo me consumo por dentro con mil emociones.
Todas las mentiras, los secretos y más, llegan a mi mente y reconozco que Zack tiene demasiadas facetas que en su momento, me llegaron a molestar y que ahora mismo, lo están haciendo.
— A partir de mañana seré yo quién te entreviste. — Le suelto y me voy caminando enojada hacia la cafetería de la empresa que es donde supongo que están mis compañeros.
Si Zack quiere demostrarme tantas cosas como dice, entonces yo le haré todo eso más díficil.
Lo que empieza mal, termina mal y nosotros, no somos la excepción.
***
Estoy harta de él.
Harta de su nombre, de su rostro que aparece en más de media publicidad y de que le dijera a mi jefe que estaba encantado porque yo fuera su nueva entrevistadora...se suponía que debía hacerse a un lado y no intervenir más en mi vida.
— ¿Estás consciente de que la papa no tiene la culpa de tus problemas? — Nina me pregunta.
Dejo de apuñalar al tubérculo y tomo un poco de agua.
Nina y yo estamos almorzando en la cafetería del canal y es tan tarde que no hay ni un alma.
— ¿Debería mudarme de país? — Cuestiono cambiando de tema.
Nina ríe.
— Claro que no, tonta. — Niega. — Esas cosas sólo las hacemos las personas que necesitamos un nuevo respiro, no las que tienen en respiro frente a sus narices e intentan alejarlo, como tú.
Le doy una mala mirada.
— Son cosas diferentes.
— No lo son, lo digo, porque yo era la novicia que se escapó de un convento en Francia porque quería salir en televisión. — Junta sus labios en una línea. — Pero tú, lo alejaste, y ahora que lo tienes frente a ti, quieres dejarlo de lado como si no sintieras mil cosas por él.
Suspiro.
— Ya no sé que siento. — Dudo. — Sólo sé que esta situación me recuerda al momento en el que se acercó a mí por primera vez y que me parecía insoportable e inalcanzable.
Mi amiga suaviza su expresión.
— Tal vez sólo tienes que conocer a alguien más y ver si de verdad estás dejando de quererlo.
— ¿Tú crees que lo estoy dejando de querer? — Pregunto sorprendida.
Si esa es la situación, entonces estoy en la gloria.
— Eso sólo lo sabes tú. — Ríe.
— Ojalá pudiera darte una respuesta sobre eso. — Me llevo un trozo de la papa destrozada a mi boca.
Miro el panorama atrás de Nina y casi escupo hasta mi alma cuando veo entrar a un repartidor un arreglo floral con una nota gigante con mi nombre.
Dios santo.
Trago la comida y miro a Nina asustada.
— Nina mira hacia atrás.
— ¿Qué? — Ella se voltea y luego vuelve a su posición inicial con terror.
El repartidor se acerca.
— Buenas tardes, esto es para la señorita Olivia Basset, ¿alguna de ustedes es ella?
— Sí. — Nina contesta. — Es ella.
Me señala.
Traidora.
La miro mal.
— Puedes dejarlo aquí. — Señalo la silla vacía de la mesa.
El hombre acomoda el arreglo.
— ¿Sabe quién las envió? — Nina pregunta.
— Zacharias Miller.
Lo miro sorprendida.
— Gracias.— Murmuro.
— Da nada, espero que tenga un buen día...por cierto, ese hombre debe quererla mucho.
— ¿Por qué? — Frunzo el ceño.
— Cada día lo sabrá. — Sonríe y esta vez si se va, dejándonos a Nina y a mí muy confundidas.
— Lee la nota. — Nina dice inquieta.
Respiro profundo.
Primeramente, Zack no debió enviarme nada, nosotros no estamos en buenos términos.
Por otro lado, considero que mi nombre ampliado es solo para molestarme, así que leeré lo que dice la nota, pero voy a devolver el arreglo, porque tengo dignidad.
— Bien. — Tomo la nota que sí es de tamaño normal.
La abro con recelo y leo lo siguiente:
"Haz dejado de ser la chica catástrofe y ahora eres toda una mujer...la mujer a la que le demostraré de lo que soy capaz, pues recuerda, que yo no necesito competir, porque ya gané y eso lo sabes bien".
Cierro la nota y me levanto hecha furia.
— Maldita sea la hora en la que tuve que enamorarme de ese imbécil...— Murmuro mientras tomo el arreglo floral y camino a paso largo con él.
— ¡¿A dónde vas?! — Nina grita.
— ¡A devolver esto!
Salgo de allí y alcanzo casi que corriendo hacia el repartidor.
— ¡Oye!
Él me mira confundido.
— Señorita, ¿se encuentra bien? — Sostiene su casco de moto mientras me mira extrañado.
— Necesito devolver esto. — Le doy las flores. — Lléveselo a Zacharias Miller, él está en Olivia's Proyect...dígale que no necesito de sus detalles, porque no tiene que demostrarme nada.
— ¿Por qué no me lo dices mirándome a los ojos? — La voz de Zack me deja petrificada y me volteo lentamente a mirarlo.
Se acerca a paso largo hacia mí y cuando intento dar un paso hacia atrás, me toma de la cintura.
— Repítelo...repite todo lo que acabas de decir y lo mucho que me odias, pero sin apartarme la mirada. — Sonríe ladinamente.
Mi respiración es irregular y nos sumimos en una guerra de miradas en las que me estoy sintiendo la perdedora.
No lo odio y eso es lo peor de todo...
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Nota de la autora: La advertencia era clara, terminaba mal.
No mentiris, no me crean, que a veces se me sale la maldad.
Quiero saber qué teorías tienen de lo que se viene y sobre todo, ¿cómo creen que pasará lo del prólogo?
Bueno, eso es todo y espero que tengan una linda vida, mientras yo hago tareas como loca.
Besos rompecorazones.
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