×9×

Yugyeom corrió a través del departamento con fuertes rugidos provenientes de su pecho, aun sabiendo que no había nadie dentro, no podía evitarlo.

Este era su territorio y tenía que asegurarse de que cualquier alfa, omega o beta lo supiera. Aseguró todas las puertas y apagó las luces de más, escuchaba y olía el fuerte aroma de Jungkook llamándolo pero su instinto le pedía asegurar todo porque no había forma alguna de que alguien entrara o saliera del lugar en un par de días.

Su pene estaba completamente duro en sus pantalones y cada paso que daba era una tortura. Cuando se aseguró de que todo estuviera en orden regresó al cuarto donde su omega lo esperaba.

Jungkook se había quitado toda la ropa, se restregaba contra el colchón impúdicamente, sus ojos nublados en lágrimas de deseo y sus labios abiertos rogando entre suspiros que su alfa aliviara un poco de su tortura.

Yugyeom tragó duro mientras se sostenía del marco de la puerta, su polla palpitaba rudamente, bombeando sangre a lo largo de su extensión. La imagen era mortal, el cuerpo níveo contrastando con los cubrecamas azules, el menudo cuerpo tumbado boca abajo, el hermoso y dulce trasero lubricado alzándose por sobre el resto de su cuerpo y el rostro de Kook en pleno éxtasis erótico.

–Alfa... – Murmuró al verlo de pie, la cordura del mayor pendía de un finísimo hilo hacia el abismo, pero no podía ceder, no cuando era quién estaba a cargo de la situación. Lo único que pedía es que su muchacho no se arrepintiera. – Ven, dame de tu calor – Rogó. Su miembro dolía mientras se mecía sobre el colchón, iba a hacer un hueco si seguía con eso, no lograba aliviarse ni un poco.

El alfa se dio cuenta del acto y su ceño se frunció, su pareja no debía buscar placer de esa manera, no cuando él estaba allí para darle sosiego.

–Duele, cariño... ven con Kookie. Dame amor – Jadeo una vez más mientras una nueva oleada de aroma brotaba llamando al lobo.

Yugyeom, si pensarlo dos veces, se lanzó sobre la cama. Giró a su compañero y llevo sus brazos por encima de su cabeza para detener sus movimientos.

–Estoy a cargo ahora, amor – Recorrió su rostro hasta detenerse en el dulce punto que hace mucho deseaba probar en profundidad y que ahora podía darse el gusto de consumir.

Atacó su boca sin premeditación, saboreó sus labios antes de forzar la entrada de su lengua en su interior y lo recorrió en busca de la otra. Gimió alto cuando sus músculos húmedos y calientes se rozaron, colocó una mano en su nuca y guió los movimientos para ir más profundo. El beso era brusco, caliente y magnifico. Ya lo había hecho despacio demasiado tiempo, el necesitaba ser rudo ahora.

Jungkook luchó por zafarse, quería abrazarlo, tocarlo pero su alfa tenía más fuerzas que él en esos momentos. Levantó las caderas cediendo al rudo beso y buscó calmar su excitación rozando sus miembros juntos mientras sus lenguas tenían un caliente encuentro entre ellas.

El alfa tuvo que soltarlo para sujetar sus caderas y fijarlas al colchón, entonces las manos del omega se aferraron a sus hombros y sus uñas se clavaron profundamente en su piel mientras lo atraía más cerca.

–Mierda, Jungkook – Siseó liberando sus labios

–Te deseo, Yugyeom, lo he hecho desde siempre. Pero ya no puedo contenerme más – Suplicó

– ¿Sabes cuánto tiempo he esperado por escucharte decir eso? – Murmuró sobre su boca, introduciéndose dentro de ella una vez más para separarse bruscamente unos segundos después

–No lo sé ¿Fue mucho? –

–Básicamente desde que descubrí que mi pene tenía otra función aparte de orinar –

Jungkook rió y entonces él beso duro se tornó suave y sediento del otro, las garras clavadas en la piel se volvieron caricias apasionadas y en ese momento el mundo dio un vuelco para ambos.

–Bebé, quítate la ropa... hazlo – Rogó mientras se detenían para tomar un poco de aire. El lubricante seguía humedeciéndolo todo y Yugyeom estaba cada vez más lejos de mantener sus manos quietas. Mientras se alejaba para quitarse el pantalón, recorrió con besos todo el pecho de su hombre, se detuvo unos segundos a admirar y saborear los botones rosados de su pecho, mordisqueándolos con suavidad y tirando de ellos al siguiente segundo.

–O- oh~ – Se quejó el mayor, retorciéndose cada vez más, su pene dolía por la espera pero valía cada maldito segundo – Más – Rogó

El alfa deslizó sus labios por su vientre y se detuvo una vez más para besar su ombligo, se prometió mentalmente que, algún día, ese sería el dulce hogar que acogería a sus propios cachorros y de nadie más, unos tres o cuatro pequeños de ojos grandes y nariz redondeada, dientes de roedor y labios color cereza. Preciosos.

Besó con devoción cada porción del lugar y finalmente sus labios se encontraron con el manjar exquisito de su polla. Alzó la mirada y le sonrió al desastre que era Jungkook. Sujetó sus caderas y lo arrastró hasta que su boca hizo contacto con su glande.

– ¡Carajo! – Maldijo apretando sus dientes cuando la lengua del alfa encontró el orificio por donde empezaba a emanar pre-semen, sintió el calor de su boca rodearlo, chuparlo y estirarlo con vehemencia. El chapoteo húmedo y sus gruñidos eran todo lo que podía escucharse en las cuatro paredes de la habitación. – ¡Yugyeom! – Gritó colocando sus manos en la cabeza que le consumía la entrepierna sin piedad.

Estaba tocando el cielo, los dedos de sus pies de curvaban y sus caderas se estremecían ante la felación. Tiró de sus cabellos castaños cuando los dientes del menor le rozaron sutilmente la punta del pene y entonces todo oscureció mientras se venía en mares de semen dentro de la boca del alfa.

Su espalda estaba curvada mientras los espasmos de su orgasmo lo atacaban. Yugyeom  a pesar de sentir la fuerte sacudida de su cuerpo, no se movía, quería tomarlo todo y el semen de Jungkook tenía el dulce sabor de la ambrosia celestial.

Lo soltó dándole un fuerte chupetón cuando lo sintió ablandarse, su propio pene estaba completamente entumecido de lujuria y en todo lo que podía pensar era en tomarlo. Besó sus labios obligándolo a probarse a sí mismo, era tan sucio y febril cuando sus lenguas se encontraron que no pudo evitar que su mente volara muy lejos de la realidad.

–Demonios, Jungkook. ¡Eres delicioso, amor. Solo puedo querer más y más de ti, me estas volviendo loco! – El omega le sonrió ante la confesión, pero ahora solo había una cosa en la que podía pensar y era en que ese hermoso alfa, sudoroso y lascivo, lo tomara con rudeza y marcara su cuerpo con su esencia de lobo.

–Tómame, cariño. Hazme tuyo, rómpeme, penétrame, hazle entender a mi omega a quién le pertenece –

El alfa le sonrió mientras su frente descansaba en la suya y de un solo movimiento lo tuvo boca abajo haciéndolo jadear, restregándose duramente entre sus nalgas.

–Me estas manipulando ¿No es así, Kookie? – Murmuro mordiendo su lóbulo derecho, el omega gimió, estaba tan cerca y tan lejos a la vez y él solo podía pensar en ese grueso pene enterrándose en su interior sin restricción – Quieres que pierda la cabeza y te penetre sin piedad, pero no quieres admitir que eres una puta necesitada ¿Verdad? –

¡Oh, dios! Escucharlo llamarlo así solo lo calentaba más, no podía gustarle tanto ser tratado de esa manera pero no podía evitar retorcerse de gusto.

Una nueva ola de lubricante se deslizo por su entrada mientras su alfa seguía el vaivén mortificante de su pene. Podía ver junto a su cabeza los fuertes brazos de Yugyeom sostener todo su peso para no aplastarlo, las venas marcándose a lo largo de su piel y deseó por un segundo ser asfixiado por estos ¿Estaría muy mal pedírselo? ¿Sentir solo un poco de esa adrenalina posesiva?

–Soy tu puta, destrózame Yugyeom, hazlo –Suplicó mandando al carajo su dignidad o lo poco que quedaba de ella.

Yugyeom sujetó su latente polla y la ubicó en la entrada del omega mientras con su mano separaba sus mejillas, se lamió los labios cuando poco a poco la vio perderse en el apretado agujero que se abría a cada centímetro.

Gruñó al sentir cada uno de los anillos musculares estirarse ante su invasión pero sin dejar de apretarlo fuertemente. Hundió sus dedos en las caderas del omega que gemía de placentero dolor para sostenerse e impulsarse más en su interior.

– ¡Oh, santa diosa! –Jadeó cuando se hubo enterrado profundamente en su culo y sin moverse disfrutó de sentirse atrapado, ahorcado por la tensión de sus músculos. No podía haber nada más hermoso que aquello, ser uno con el hombre que amaba.

Jungkook siseó de dolor al sentir su ano amoldarse al grosor de su alfa, él no era necesariamente largo pero su anchura era deliciosa. Era un espectáculo al que era digno de someterse. Gimió fuerte mientras lo sentía hundirse, las manos del alfa se aferraban fuertemente a su piel y un escalofrío le subió a través de la médula nublándole los sentidos, quería esas manos en su cuello, quitándole el aliento de mil maneras mientras lo follaba.

–Yu- Yugyeomie –

–Estas tan delicioso aquí, bebé – Confesó el menor – Esto es la puta gloria – Sonrió satisfecho

Oh, mierda. Las groserías. Jungkook tembló, nunca se había sentido de aquella manera.

–Ahórcame – Pidió

– ¿Qué? – Todo de su mente se esfumó

–Oh, bebé. No sabes cómo me gustan tus brazos, necesito que me ahorques mientras me follas, por favor – No sabía qué estaba pidiendo, solo quería sentirlo un poco más duro, más fuerte.

Yugyeom asintió, se sentía tan excitado y caliente que no podía decirle que no. En cuanto sus manos tomaron su cuello, una nueva energía broto de él. Jungkook alzo su trasero y retrocedió hasta que generó una embestida que sacó de su meditación al alfa. Lo repitió, auto- penetrándose nuevamente. Yugyeom apretó su agarre en su cuello para advertirle que él estaba al mando hasta que lo escuchó jadear. Se sentía maravillado ante esta nueva sensación, sucia y peligrosa.

Sacó su pene y volvió a introducirlo con fuerzas, lo hizo una y otra vez mientras se sostenía de su delicioso cuello, su pelvis se movía cada vez más rápido cuando sintió el burbujeo de su orgasmo acercándose. Entonces, instintivamente deslizó una de sus manos por sus caderas hasta sujetar su pene que se sacudía de arriba hacia abajo en cada movimiento, lo levantó del cuello mientras Jungkook recuperaba el aliento en grandes bocanadas y pego su espalda a su pecho sin detener las penetraciones.

Ahora permanecían ambos arrodillados. Sus pieles chocaban con fuerzas, los testículos del alfa se apretaban en cada movimiento.

–Voy a morderte hoy, y serás mío. No te permitiré dejarme nunca más – Le advirtió al oído sin dejar de bombearlo – Seré tu alfa y viviré para ti, te mantendré a mi lado aunque quieras dejarme y te haré el amor cada día hasta que sepas que jamás podrás apartarme de nuevo ¿Entendiste? –

Rayos, Jungkook no sabía cuánto le gustaba sentirse dominado hasta este momento.

–Muérdeme, márcame. Lléname de ti, todo de ti –

Yugyeom lamió el hueco de su cuello donde clavaria sus dientes, sintió sus colmillos aflorar y sus encías picar de necesidad, Jungkook inclinó su cabeza hacia un lado invitándolo a hacerlo mientras su ano se expandía cada vez más para tomar su nudo al momento de la mordida.

–Oh, mi omega. Tan entregado a su alfa, tan necesitado de mi –

–Siempre– Gimió – Siempre te necesité, amor mío. Siempre esperando este momento de pertenecerte –

El alfa sintió la contracción en su interior y se saboreó al momento de enterrar sus colmillos, rasgando la piel de su hombre, su nudo se introdujo dolorosamente en el interior de Jungkook y se expandió sellándolo, estallando en borbotones de semen, liberándose y llenándolo de su esencia. Lo escucho chillar cuando soltó su cuello mientras lo lamia para mitigar el ardor con su saliva.

Sus pechos empezaron a cosquillear, el lazo formándose fuerte y acogedor como siempre lo habían soñado. Yugyeom detuvo sus movimientos cuando estuvieron unidos y acarició su pecho mientras besaba el largo de su cuello hasta su hombro.

Jungkook sonrió agitado, se sentía pleno y lleno de vida.

–Te amo, Yugyeom... Demasiado –

El alfa rió, sus labios estirándose hasta sus límites por la felicidad. –Te amo más, mucho más mi Kookie –

Poco a poco cayeron a la cama, abrazados y unidos, no solo por el nudo, sino por todo el amor que los rodeaba. Dormirían un poco, luego habria tiempo de repetirlo otra vez y otra vez y una más antes de que la gente se empezara a preguntar por su paradero.

××



¡Buen inicio de semana para ustedes!

Busquen su felicidad 😊💕

¡Los adoro!

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