×7×

Jungkook caminó a través del lugar sin ninguna expresión en el rostro, salió de The Sun y emprendió sin rumbo mientras su omega aullaba en su interior.

¿Cómo había dejado que todo eso pasara? No había una respuesta a esa incógnita, pero podía entender que la diferencia de edades se hacía cada vez más y más notoria entre ellos. Se cuestionó a si mismo sobre qué tan fuerte era el amor que decía sentir por Yugyeom y se sorprendió cuando la respuesta fue una sola: Lo amaba demasiado.

Le había entregado sus cortos años a cuidarlo sin saber que estaba destruyendo su verdadera relación con el chico. Ahora Yugyeom estaba tomando sus propias decisiones y, para bien o para mal, él no iba a ignorarlas.

Yugyeom acababa de terminar lo que sea que hayan tenido.

Lo había dejado incluso antes de presentarse.

Antes de tomarlo.

Existía algo sobre las relaciones humanas que aún era incomprensible para su mentalidad. Cuando alguien quería a otra persona, de alguna manera terminaba haciéndole daño, así sea intencional o no. Cuando hay amor, también existe el dolor. Prácticamente van de la mano.

–Jungkook – El omega se detuvo al oír su nombre, giró lentamente para encontrarse a su padre corriendo hacia él – Hijo ¿A dónde vas? – Las manos tibias de su padre omega tocaron su frente con preocupación, buscando algún rastro de fiebre o el motivo de su palidez – Bebé ¿Qué está pasando? Saliste de la cafetería sin decirnos nada, ni siquiera respondiste cuando Tae te llamó –

Jungkook se perdió en el infinito de los ojos de su padre. ¿Alguna vez podría ser como Jimin? ¿Iba a poder darse entero a si mismo aun a costa de terminar destrozado? ¿Él podía, acaso, ser merecedor de un gran amor como el que su mismo progenitor disfrutaba? Contempló el ceño fruncido de quien sostenía su rostro con devoción y entonces un fuerte ardor se alojó en su garganta y sus ojos estallaron llanto puro y profundo.

Cayó de rodillas sobre el pavimento, arrastrando a Jimin con él quien lo mantenía abrazado junto a su pecho mientras se desahogaba.

Nunca es fácil para un padre ver llorar a sus hijos y Jimin no era la excepción. Su corazón se contrajo y retuvo las lágrimas dando grandes bocanadas de aire, lo consoló en su pecho como cuando era un pequeño cachorro en busca de su alimento, podía sentir el dolor de su pequeño en su corazón como si fuera el suyo.

–Ya, Kookie... calma mi niño – Arrulló como si se tratara de un niño pequeño, ocultando su rostro en su cuello, rogando que su aroma familiar lograra consolar aunque sea un poco de su sufrimiento.

Jungkook lloró por todo lo que había perdido: el tiempo, la juventud, el amor... en los brazos de Jimin, en medio de la calle y con el corazón roto por un chiquillo que había despreciado todos sus esfuerzos por mantenerlo a salvo en todos los sentidos. Si, quizás había fallado pero nunca tuvo intenciones de herirlo.

Cuando el llanto ceso y su pecho se contraía por los espasmos de estos, pudo relajarse, sintiendo el calor paternal de Jimin aferrándolo a su cuerpo.

– ¿Estas mejor? –

Jungkook asintió levemente

–Lo siento, papá –Susurró apretándose más en su cariño, nunca se era lo suficientemente grande como no necesitar de Jimin.

–No lo sientas, bebé. Siempre tendrás a papá para ti ¿Bien? Ahora vamos adentro, necesito asegurarme de que realmente te sientes bien. – Comenzó a ponerlos de pie cuando Jungkook tiró de su camisa con la exaltación pintada en su rostro

–No –

Jimin lo observó, confundido por su reacción pero entendió a la perfección las emociones de sus ojos. Entonces le sonrió.

–Volveré en un momento ¿Si? Solo... Solo espérame aquí – Besó su frente y lo dejó solo unos momentos para entrar al local.

Cuando estuvo dentro se encargó de buscar a SeokJin pero se sorprendió cuando encontró a Yugyeom sujetando muy cerca de su cuerpo al pequeño Bambam mientras le mostraba como limpiar las máquinas de café del lugar.

Quizás su instinto paterno le estaba jugando en contra, pero podía asegurar que mientras Bambam observaba atentamente las instrucciones, Yugyeom estaba aprovechando para, inconscientemente, marcarlo con su inexistente olor. No, no era Yugyeom, era su alfa.

Ahora comprendía el dolor de su Kookie.

Habían muchas cosas que un padre podía hacer por sus hijos, pero nunca podían sanar un corazón roto, ni reparar los vestigios de una amor no correspondido. Pero lo que le llamaba la atención, era que él estaba seguro de que Yugyeom y su alfa amaban a Jungkook con cada gota de su alma y viceversa. ¿Entonces qué era lo que estaba ocurriendo? ¿Había sido la aparición de Bambam el detonante de algo?

–Gyeomie – Carraspeó para verlo saltar y soltarlo como si el pequeño chico fuera leña ardiente – ¿puedo hablar contigo? –

–Tío Jimin... sí, claro –

Bambam les sonrió sin entender mucho de lo que sucedía pero continuó con su labor como si nada hubiera pasado mientras las dos personas se introducían al depósito.

Jimin cerró la puerta detrás de ellos y suspiro para tomar valor y poder decir las palabras correctas.

–Quieres hablar de Jungkook ¿No es así? – Empezó el menor para sorpresa del mayor

–Exacto, entonces sabes lo qué está sucediendo – cruzó los brazos sobre su pecho, afilando la mirada dirigida al alfa

–Lo sé, tío Jimin – Asintió – Pero no hay nada que pueda hacer con respecto a eso –

– ¿Cómo está eso? –

–Jungkook no nos quiere lo suficiente como para mirarnos como a un igual y yo tuve que tomar una decisión – Aseguró – Somos jóvenes, él es joven y tiene sus propios proyectos y estoy seguro de no estar en ninguno de ellos –

–¿Cómo es que estas tan seguro? – su postura se aflojó un día poco

–Podemos sentirlo –

–Te refieres a tu lobo y a ti –

–Mi lobo aún no se presenta pero sé lo que él quiere. –

– ¿Y qué es lo que quiere? –

–Sentirse amado, necesitado y útil. Y eso, Jungkook, no puede dárnoslo –

Jimin sintió estremecer ante aquellas acertadas palabras. Quizás primero era con Kook con quien debía tener una conversación.

–Yugyeom, creo que estás en lo cierto con respecto a tu decisión –

– ¿Lo estoy? – Esa no era la respuesta que había esperado

–Sí, quizás Jungkook y tú no están hechos el uno para el otro después de todo. – Fingió aceptación, pero el rostro del menor se encontraba sorprendido y eso era lo que esperaba

–S-si, lo sé –

–Bien, entonces supongo que tú puedes encontrar una pareja que te necesite, a la que puedas cuidar y que dependa totalmente de ti. Eso suena bien – Si, sonaba bien – Y Jungkook, bueno... – Yugyeom se puso en alerta, escuchando atentamente el resto del discurso – Él también podría encontrar un alfa, una pareja que lo quiera y valore sus esfuerzos. Quizás podría márcalo y darle lindos cachorros. Todos seriamos felices a largo plazo ¿Verdad? –

Jimin le sonrió, esperando que las palbras cayeran como una bomba en el cerebro del chico, supo que habia logrado su cometido cuando un fuerte gruñido vibró en el pecho de Yuguyeom, tan fuerte y claro que su propio omega quiso deslizarse al suelo y mostrarle sumisión.

Él conocía al hijo de Namjoon y SeokJin, prácticamente se había criado junto a sus hijos. Fue hijo único demasiado tiempo, recibiendo toda la atencion de sus consentidores padres. Jamas le había dicho que no a nada, ni siquiera a la mas insignificante tonteria que se hayan atrevido a imaginar. A veces, ellos no sabían quien estaba criando a quien. Porque Yugyeom hacia con sus padre lo que quería.

No era un mal niño, no.

Pero sabia muy poco de la vida, todo lo que conocía lo había aprendido de lo que vio o se imaginó. Pero tenia poco experiencia en lo que respecta a la vida cotidiana.

A veces, cuando alguien no quiere abrir los ojos por sus propios medios, se le permite caminar a ciegas, hasta que la vida se encarga de obligarlo a mirar, observar y aceptar. Y eso era algo que Yugyeom no haría hasta que las personas a su alrededor soltaran sus manos y le permitiera crecer por su cuenta.

Jungkook, mal que le pese, tambien debia hacerlo y para eso iba a tener que tomar decisiones que quizás podrían causarle grandes heridas. Ahora solo tenia que hablar con el omega y asegurarse de que su lobo comprenda que, por mucho que odie esperar, puede usar él tiempo a su favor.

Yugyeom volvió a la cocina luego de ver a Jimin marcharse. Iba a regresar junto a Bambam y seguir intentando descifrar su condición y descubrir su esencia por medio de inocentes acercamientos pero tuvo que detenerse cuando vio a su pequeño amigo sonreír abiertamente con alguien mas.

Bambam tenia una brillante sonrisa en los labios mientras entablaba una conversación con el recién llegado alfa. Pero su lobo no estaba gruñendo de la manera en la que lo hizo cuando se imagino a Jungkook portando los cachorros de otro alfa. Retrocedió para salir de allí, un poco molesto por la alteración de sus planes, hasta que lo escuchó.

–¡Hey, 'alfa sin presentar'! ¿No habias prometido jugar conmigo en el arcade esta tarde?– Lo saludó acercándose a él, siendo seguido por los ojos brillantes de Bambam. Esa manera de llamarlo no le molestaba antes, pero hoy había sonado diferente. Mucho mas doloroso. Como un recordatorio de que aun estaba incompleto.

–Eh, ¿Como estas JB? – Ofreció su puño para un golpe– Podemos ir ahora.–

–¡Genial! Porque invité a este chico de aqui–Atrapo su hombro en sus brazos para acercarlo a su lado – Mi papá me contó su historia y creo que se divertirá viéndonos ¿Verdad, Bam? –

El chico asintió maravillado sin decir una sola palabra, cosa que frustró más a Yugyeom.

–Bien– Respondió

–¡Eso es, hermano!– vitoreó el alfa llevando consigo a Bambam sin quitar el brazo que rodeaba su hombro.

Yugyeom suspiró molesto y los siguió. Tenia mucho en la cabeza y no queria pensar en lo que significaba lo que acababa de pasar.

××

Sé que es corto pero ¡no tengo vida!

Vendré con mas a penas pueda. Lo siento.

¡Mucho amor! 😊❤

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