OO3; invitación

Cuando la segunda clase finalizó, Taehyung, con rapidez, recogió sus pertenencias y se dirigió hacia la salida del aula, sintiendo un alivio momentáneo al dejar atrás la atmósfera cargada de exigencia académica.

La universidad, con su inconfundible aire de exclusividad hacia los alfas y betas, seguía siendo un mar desconocido para él, y su situación como omega en un entorno tan predominante en su mayoría de alfas le hacía sentir aún más el peso de la incomodidad.

Era viernes, ya su quinto día en el campus, y la soledad comenzaba a pesar más de lo que había anticipado.

Aunque Taehyung se estaba esforzado por ocultar su naturaleza omega utilizando neutralizadores de olor y pastillas, la sensación de estar fuera de lugar persistía.

Su instinto omega lo empujaba a encogerse ante la presencia dominante de los alfas que caminaban a su alrededor en todo momento, y el simple acto de mantener una postura firme y confiada le resultaba cada vez más agotador.

Mientras avanzaba hacia el comedor, evitaba cuidadosamente el contacto visual con aquellos alfas con los que se cruzaba.

Su mente se debatía entre el deseo de mezclarse y la creciente necesidad de protegerse a sí mismo. No había hecho amigos aún; sus intentos por socializar se habían limitado a una conversación breve con un beta para trabajar juntos en un trabajo de pares, pero esa conexión no había prosperado más allá de lo estrictamente académico.

Cuando llegó finalmente al comedor, el bullicio de estudiantes contrastaba con el ambiente relativamente tranquilo del espacio.

Taehyung se acercó al mostrador, pidió su comida y, sin esperar a que alguien le dirigiera la palabra, se dirigió a una mesa alejada en una esquina. Se sentó allí, buscando en el aislamiento de esa mesa vacía una forma de escapar de las miradas curiosas y las conversaciones ajenas.

Con su bandeja de comida frente a él, el peligris trató de concentrarse en comer sin prestar atención a la atmósfera que lo rodeaba.

Su corazón latía con la ansiedad de ser descubierto, y la sensación de estar en constante vigilancia le hacía desear con más fervor el momento en que pudiera encontrar un grupo con el que realmente pudiera encajar. Por ahora, sólo le quedaba la esperanza de que la rutina diaria en la universidad le permitiría encontrar su lugar, aunque por el momento, el silencio de su mesa apartada era la única compañía que conocía.

En medio de la soledad de su mesa apartada, el omega escuchó una voz que lo llamaba, rompiendo el silencio que había sido su refugio hasta ese momento.

Miró alrededor, confundido y un poco alarmado, tratando de identificar el origen de la interrupción. Sus ojos finalmente se encontraron con los de Jimin, el alfa con el que se había cruzado un par de veces en el campus. La sorpresa de ver a Jimin le hizo parpadear rápidamente, pero lo que realmente captó su atención fue el grupo que estaba junto a él.

Y ahí estaba él, aquel alfa que había alterado a su omega hace unos días.

Jungkook, con su presencia imponente y su mirada decidida, estaba sentado al lado de Jimin. Otros cuatro amigos estaban con ellos, a quienes no conocía, formando un grupo compacto y vibrante.

La mirada de Jungkook se posó en el peligris con una intensidad que lo hizo sentir inquieto.

Taehyung notó cómo su omega se encogía instintivamente, una reacción automática ante la presencia dominante de aquel alfa. A pesar de sus esfuerzos por mantener la compostura, no pudo evitar sentir el peso de la fijación de Jungkook, que parecía penetrar cada rincón de su ser.

Tratando de ignorar el revuelo que causaban los ojos de Jungkook en él, Taehyung se volvió hacia Jimin.

—¡Oye, Taehyung! —dijo Jimin, llamando la atención más de lo que le gustaría. Una sonrisa tímida apareció en su rostro, un intento de mostrar cortesía y al mismo tiempo ocultar su creciente incomodidad. Jimin, notando su vacilación, hizo un gesto amable con la mano, invitándolo a unirse a su mesa—. ¡Ven aquí! ¡Siéntate con nosotros!

Taehyung vaciló por un momento, el conflicto interno visible en sus ojos mientras luchaba contra el impulso de refugiarse aún más en su soledad.

Finalmente, con un leve suspiro de resignación y una última mirada a Jungkook, se levantó y se dirigió hacia la mesa de Jimin, el deseo de evitar un conflicto mayor superando su miedo inicial.

Se sentó con ellos, intentando ignorar el nudo en su estómago que se había formado por la presencia cercana de Jungkook.

Cuando el peligris se acomodó en la mesa de Jimin, intentó relajarse y ocultar la incomodidad que aún sentía. Jimin, con su carácter amigable, no tardó en iniciar una conversación para integrarlo en su grupo.

—Hola —saludó con amabilidad—. ¿Por qué estás solo hoy? —preguntó el alfa con una sonrisa curiosa, mientras se servía una porción de su comida.

—Ah, bueno... -titubeó-, sólo me apetecía un poco de tranquilidad —respondió Taehyung, tratando de sonar natural, aunque sus palabras estaban cargadas de un leve tono evasivo—. No es fácil encontrar un lugar tranquilo aquí con tantos estudiantes, ¿sabes?

Jimin rió, una risa contagiosa que hizo que Taehyung se sintiera un poco más a gusto. —¿No has hecho amigos todavía? Este lugar está lleno de gente súper genial, sólo necesitas dar el primer paso.

—Sí, bueno... no soy precisamente el mejor en eso de socializar —admitió Taehyung, sintiendo que mentirle a Jimin sobre su dificultad con los alfas era más fácil que enfrentar la verdad—. Me cuesta un poco hacer conexiones, por así decirlo.

—¡Eso puede cambiar! —exclamó Jimin con entusiasmo—. Déjame presentarte a mis amigos. Somos como una pequeña familia aquí.

Con un gesto amplio, Jimin señaló a su grupo. —Primero está Namjoon, el cerebro detrás de nuestro equipo. Es genial en todo lo relacionado con el estudio. ¡Namjoon, di algo!

Namjoon, un chico alto con una expresión relajada y el cabello blanco, alzó una mano en señal de saludo.

—Hola, Taehyung —el mencionado hizo un ligero movimento de cabeza por lo que Namjoon continuó con su presentación—. Encantado de conocerte. No dudes en venir a buscarme si necesitas ayuda con algo académico, o si solo quieres charlar.

—Mhh, gracias, Namjoon. Lo tendré en cuenta —respondió Taehyung, aliviado por la amabilidad del chico.

—Y este es Hoseok —continuó Jimin, señalando a un chico con una energía vibrante. Rápidamente se percató de que era un beta—. Hoseok, saluda.

Hoseok, con una sonrisa que podría iluminar una habitación entera, se inclinó hacia adelante. —¡Hola! —exclamó acercando su mano frente a él. Taehyung estrechó su mano con la contraria, sonriendo ligeramente—. ¿Te gustan los videojuegos? Tengo una enorme colección por si un día quieres divertirte.

Taehyung rió, sintiéndose un poco más relajado. —Eso suena genial. Me encantan los videojuegos aunque no soy muy bueno.

—Eso no importa —dijo Hoseok—, te invito a una partida pronto.

—Este es Yoongi —añadió Jimin, señalando a un chico con una actitud tranquila pero observadora—. Es nuestro experto en música —hizo saber—. Y no te asustes, él siempre tiene esa cara aunque esté súper feliz.

Yoongi rodó los ojos antes él comentario innecesario de Jimin y luego de golpearlo en el brazo se dirigió al peligris. —Hola, Taehyung, es un gusto conocerte —dijo simplemente.

—Igualmente —dijo Taehyung, sintiendo un creciente sentido de pertenencia.

Por último, Jimin se volvió hacia el último miembro del grupo. —Y este es Jungkook —dijo mirando a su lado en donde se encontraba el mencionado—. A él ya lo conoces de todos modos. Está estudiando ingeniería informática en el edificio más lejano.

Jungkook sonrió ladino, su mirada aún fija en Taehyung, aunque su expresión era ahora más neutral. —Hola, Taehyung.

Taehyung le sonrió con una mezcla de incomodidad y cordialidad. —Uh, hola...

Jimin rompió el hielo con una risa ligera.
—Uno de nosotros faltó hoy, Jin, es el mayor de nuestro grupo y está por terminar su carrera por lo que está un poco ajetreado —el alfa hizo una ligera mueca—. Pero tranquilo, quizá la próxima semana lo podrás conocer.

—Eso espero —sonrió Taehyung, sintiéndose más cómodo con cada segundo que pasaba—. Gracias por invitarme a unirme a ustedes.

—No agradezcas, siempre es bueno ampliar el círculo de amigos —dijo Jimin, con un brillo en los ojos—. Estamos felices de tenerte aquí.

El grupo continuó charlando y riendo, y Taehyung se dio cuenta de que la tensión que había sentido al principio comenzaba a desvanecerse.

La calidez del grupo y las risas compartidas hicieron que se sintiera cada vez más a gusto, y por primera vez desde que llegó a la universidad, comenzó a sentirse un poco cómodo.

La conversación en la mesa de amigos continuó animada, con bromas y risas que ayudaron a Taehyung a sentirse más integrado en el grupo. Después de un rato, Jimin mencionó con entusiasmo aquel evento que estaban organizando.

—Oye, Taehyung, por cierto. Estamos organizando una fiesta en casa de Jungkook para mañana. Deberías venir —dijo Jimin con una sonrisa amplia—. Será genial, y podría ser una excelente oportunidad para conocernos mejor.

Taehyung se sintió un poco abrumado por la invitación repentina. —Oh, no sé... No estoy seguro de si me vendría bien. Nunca he ido a una fiesta por mi cuenta —respondió, tratando de sonar casual pero sintiendo un leve nudo en el estómago.

Hoseok intervino rápidamente, con una mirada persuasiva. —Vamos, Taehyung. ¡Va a ser muy divertido! No tienes que preocuparte, todos nosotros estaremos allí. Puedes relajarte y disfrutar.

Taehyung se sintió presionado por la insistencia amistosa del grupo. La idea de asistir a una fiesta por sí mismo era nueva y un poco intimidante, pero también le parecía una buena forma de empezar con su tan anhelada independencia.

Siempre había estado bajo la sombra protectora de sus hermanos mayores, quienes le habían acompañado en cada paso de su vida.

Finalmente, con un suspiro resignado pero determinado, aceptó. —Está bien, lo haré. Iré a la fiesta.

Jimin sonrió de oreja a oreja. —¡Genial! Estoy seguro de que la pasarás muy bien. Jungkook vive en una casa bastante grande, así que habrá mucho espacio para hacer.

—Sí, seguro que será divertido —dijo el peligris, intentando ocultar su nerviosismo bajo una sonrisa—. Agradezco la invitación, en serio.

Mientras el grupo seguía conversando y la fiesta se acercaba, Taehyung comenzó a reflexionar sobre el cambio que estaba experimentando en su vida.

A sus dieciocho años, había decidido dar un paso hacia la independencia que nunca antes había dado. Aunque la idea de asistir a una fiesta por su cuenta le causaba ansiedad y miedo, pero también sentía una chispa de emoción creciente.

Era su oportunidad para probar que podía manejar las cosas por sí mismo y comenzar a escapar un poco de la sobreprotección de su familia.

Sabía a la perfección que asistir a una fiesta era más que solo divertirse; era un paso hacia su propia independencia y un pequeño acto de rebelión contra las expectativas y limitaciones que siempre había conocido.

aquí finalmente otro capítulo. ♡

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