OO2; conexión inesperada
El sol empezaba a asomarse de a poco sobre la ciudad, pintando de dorado la moderna casa de los Kim. La luz matutina comenzaba a atravesar las amplias ventanas de vidrio de la elegante vivienda, resaltando su diseño contemporáneo.
La casa se destacaba en el horizonte, rodeada por un jardín cuidadosamente diseñado que mostraba plantas exóticas y caminos de piedra pulida.
En el segundo piso, la habitación de Taehyung estaba bañada en la cálida luz del amanecer. Su habitación, decorada en tonos suaves y con una moderna cama de líneas limpias, reflejaban tanto su personalidad como sus intereses personales.
Los detalles en las paredes, como las fotografías enmarcadas y los posters, mostraban su pasión por la arquitectura y la música.
El omega yacía plácidamente en su cama, sumido en un sueño profundo. Su cabellera gris estaba desordenada, extendida sobre la almohada, y su rostro mostraba una tranquila expresión. La luz del sol comenzaba a llenar la habitación, destacando los más pequeños detalles de su entorno.
En ese momento, la puerta se abrió suavemente y Taesung, el padre alfa de Taehyung, entró con pasos ligeros. A pesar de su presencia imponente y autoridad, su voz era suave y llena de cariño.
-Buenos días, Taehyung -murmuró Taesung, inclinándose hacia la cama y acariciando el cabello de su hijo con delicadeza-. Es hora de despertar, pequeño.
Taehyung se movió ligeramente y abrió un ojo, reconociendo la voz familiar de su padre. Se estiró lentamente sobre la cama, aún envuelto en la comodidad de su sueño.
-¿Qué hora es? -preguntó, su voz arrastrándose con sueño.
-Son casi las siete -respondió Taesung, con una sonrisa cálida-. Debes levantarte ya, sino no llegarás a tiempo a la universidad.
En ese momento, la figura de Sungjae, el otro padre de Taehyung, apareció en la puerta. Sungjae era un enigma, principalmente conocido por su naturaleza intimidante y discreta. El hombre entró con una sonrisa suave que reflejaba su afecto y apoyo incondicional hacia su hijo pequeño.
-¿Cómo amaneció mi precioso hijo? -preguntó Sungjae, con un tono afectuoso que únicamente utilizaba con su familia.
Taehyung, al ver a Sungjae, sonrió ampliamente. La presencia de sus padres, cada uno con su forma especial de cuidado, era una fuente constante de confort y amor en su vida.
-Buenos días, papá -dijo Taehyung incorporándose en la cama, descansando los pies en el suelo mientras trataba de alejar el sueño.
-Hoy no voy a ir al trabajo -mencionó Sungjae, mientras se acercaba-. Si quieres puedo dejarte en la universidad.
La mención de la universidad hizo que los ojos de Taehyung se abrieran con sorpresa.
Ni sus padres ni sus hermanos mayores sabían que se había matriculado en una universidad únicamente de alfas y betas. Había mentido descaradamente diciendo que quería seguir esa nueva etapa de su vida por sí solo y sus padres le habían dado la libertad de hacerlo.
Les estaba mintiendo y eso hacia que se sintiera un poco mal consigo mismo. Quizá debería dar un paso atrás pero su ambición podía más que él.
-No, no, no -dijo rápidamente, tratando de sonreír. Se puso de pie y se dirigió a su armario-. No quiero molestarte. Es tu día libre después de todo.
-Entonces te llevaré yo -dijo Taesung esta vez, más que dispuesto.
El omega se tensó mientras buscaba un conjunto de ropa decente para la universidad. Debía tranquilizarse, de lo contrario sus padres se darían cuenta de su nerviosismo y comenzarían a hacerle preguntas.
-No hace falta, de verdad -dijo tratando de mantener su voz calmada, rebuscando en su armario-. Dojin puede llevarme.
Sungjae y Taesung no dijeron nada por unos segundos, pero entonces el enigma se dirigió a la puerta con tranquilidad, seguido por el alfa, sin insistir más.
-Está bien -dijo Taesung deteniéndose en el umbral de la puerta con una sonrisa-. Alistate y baja a desayunar. Tus hermanos están por comer la mesa así que no tardes demasiado.
Taehyung asintió con su ropa contra el pecho. El alfa le dedicó una última sonrisa y salió de la habitación, cerrando la puerta tras él.
Poco tiempo después, ya completamente arreglado, Taehyung descendió las escaleras de la casa, el aroma a café recién hecho y el pan tostado le dieron la bienvenida. Al entrar al comedor, encontró a su familia ya reunida.
Sungjae estaba sentado en la cabecera de la mesa, leyendo el periódico. De vez en cuando levantaba la vista para observar a los miembros de la familia. Taesung, por su parte, estaba en la cocina, organizando el desayuno con la precisión de un reloj suizo. Los tres hermanos de Taehyung, todos ellos alfas, ocupaban sus lugares habituales en la mesa.
-Buenos días, Tae -saludó su hermana mayor, Minji, mientras pasaba un plato de frutas hacia él.
-Buenos días -respondió el omega, tomando asiento en una de las sillas. Su hermana le sonrió con complicidad, consciente del tumulto interno que él trataba de ocultar.
-Entonces... ¿Cómo te está yendo en la universidad estos primeros días? -preguntó su padre, Sungjae, bajando el periódico y mirándolo con curiosidad.
-Va bien -respondió Taehyung, esforzándose por mantener su tono casual-. Me estoy adaptando a la rutina.
-Es bueno oír eso -comentó Taesung, acercándose a la mesa con una bandeja de pan recién horneado-. Nos preocupaba un poco cómo te estarías ajustando. Al principio puede ser complicado.
-Gracias, pá -dijo Taehyung, sintiendo el peso de la preocupación de su padre-. Todo está en orden. No se preocupen.
-¿Y qué tal los compañeros? ¿Ya hiciste amigos? -preguntó Seunghyun, el mayor de todos sus hermanos, mientras se servía un poco de café.
-Sí, he conocido a algunas personas - respondió el peligris, tratando de no mencionar que los "amigos" que había hecho eran todos alfas y betas, un detalle que prefería mantener en secreto por el momento-. Es un entorno nuevo, pero estoy seguro de que puedo manejarlo bien.
-Me alegra mucho oír eso -dijo Minji, tratando de cambiar el tema-. A todo esto, ¿tienes planes para el fin de semana?
-¡Sí! -intervino animadamente Seojun, el segundo menor de los hermanos-. Con Minji estabamos planeando salir de fiesta para distraernos un poco.
-No tengo nada en particular por hacer -respondió Taehyung, aliviado por el cambio de conversación.
-¡Genial! -exclamó Seojun-. Entonces está decidido. El fin de semana nos vamos a divertir.
Sungjae y Taesung compartieron una mirada perpleja entre ellos pero poco después comenzaron a reír.
El desayuno continuó con charlas de los hermanos -a excepción de Seunghyun- sobre los planes del fin de semana. Luego sus padres comentaron un poco sobre el clima, y los últimos acontecimientos en la vida de cada uno en sus trabajos y otros detalles no muy relevantes.
Taehyung escuchaba con atención, tratando de parecer interesado, mientras su mente estaba ocupada con la preocupación de que algún día su familia descubriera la verdad sobre la universidad en la que estaba inscrito.
Al levantarse de la mesa, Taehyung sintió el peso de las expectativas familiares sobre sus hombros.
Miró a sus padres y a sus hermanos, y supo que, aunque se esforzaba por encontrar su propia independencia, aún estaba atrapado en la red de sobreprotección que su familia había tejido a su alrededor.
-Ya tengo que irme. Nos vemos en la noche -dijo, intentando sonar alegre, mientras salía de la cocina. Su familia asintió, inmersa en sus propias conversaciones.
Taehyung salió de la gran casa familiar, el sol matutino iluminando la entrada mientras se dirigía hacia el coche.
Dojin, el chófer de la familia, estaba ya esperando junto a la puerta trasera del vehículo. La sonrisa del omega, que solía ser tranquilizadora, parecía hoy un poco más nerviosa de lo habitual.
-Buenos días, Dojin -saludó Taehyung con una sonrisa nerviosa, subiendo al asiento trasero del coche. Dojin cerró la puerta con un leve asentimiento hacia el joven y se dirigió al lado del conductor.
El motor del coche rugió suavemente y pronto estaban en camino hacia la universidad.
A medida que avanzaban, Taehyung rebuscó en su mochila y sacó un pequeño frasco de pastillas. Su pulso se aceleró mientras abría el frasco y sacaba un par de ellas.
Las pastillas estaban diseñadas para neutralizar el olor característico de los omegas, un aroma dulce y tranquilizador que Taehyung prefería mantener oculto. Las tomó rápidamente y esperó, sintiendo que su aroma se desvanecía poco a poco.
A través del retrovisor, Taehyung notó que Dojin había echado una mirada curiosa en su dirección.
La conexión visual hizo que el corazón del peligris latiera con más fuerza. Su voz salió con un tono suplicante cuando se dirigió al chófer.
-Dojin, por favor, no le digas nada a mis padres sobre esto -pidió Taehyung, tratando de mantener la calma a pesar de su creciente nerviosismo.
Dojin lo miró por un largo momento, reflexionando sobre aquella petición.
Finalmente, asintió con un gesto comprensivo. -Está bien, joven Taehyung. No se los diré. Pero debe tener cuidado con esas pastillas. Si las utiliza en exceso, podrían afectar negativamente a su salud.
-Sí, eso lo sé -respondió Taehyung, aliviado pero preocupado a la vez-. Solo las tomo cuando es absolutamente necesario.
-Entendido -dijo Dojin, manteniendo su mirada en el camino mientras el coche avanzaba por la ciudad-. Asegúrate de no abusar de ellas.
Taehyung asintió, agradecido por la comprensión del chófer.
El resto del trayecto transcurrió en silencio, con Taehyung sumido en sus pensamientos mientras el paisaje urbano se deslizaba ante sus ojos. Sabía que su decisión de ocultar su naturaleza omega era un riesgo demasiado grande, pero también sentía que era necesario para lograr su independencia en un entorno que no estaba diseñado para él.
Finalmente, llegaron a la universidad, y Taehyung se preparó para enfrentar otro día en un lugar donde el secreto de su identidad era su mayor protección y, al mismo tiempo, su mayor carga.
[...]
Taehyung entró a su segunda clase con una mezcla de expectativa y cansancio. El espacio estaba lleno de luz natural que entraba a través de grandes ventanales, iluminando las mesas de trabajo y los modelos arquitectónicos dispuestos a lo largo de la sala.
Los estudiantes ya estaban ocupados en sus tareas cuando el profesor, un hombre mayor con una presencia imponente, comenzó a hablar.
-Buenos días a todos -inició el profesor, con un tono autoritario que demandaba atención-. Hoy vamos a centrarnos en el concepto de funcionalidad en el diseño arquitectónico. Analizaremos cómo un edificio puede servir a su propósito de la manera más eficiente posible.
Taehyung se acomodó en su asiento y sacó su cuaderno, listo para tomar notas. El profesor continuó, mostrando diapositivas de diferentes edificaciones y discutiendo sus características funcionales.
-Como pueden ver en estas imágenes -dijo el profesor, señalando una diapositiva de un edificio moderno-, la funcionalidad no solo se refiere a la estética, sino también a cómo el diseño facilita la vida diaria de sus ocupantes. Quiero que piensen en esto mientras trabajan en la tarea que tengo para ustedes.
Después de la explicación, el profesor pidió a los estudiantes que se dividieran en grupos para discutir sobre el trabajo que les había indicado a realizar.
Taehyung se unió a un grupo, que estaba trabajando en el diseño de un espacio comunitario multifuncional. Durante la discusión, Taehyung compartió sus ideas sobre la importancia de integrar áreas verdes y zonas de descanso para promover el bienestar de los usuarios.
-Creo que deberíamos considerar cómo las áreas exteriores pueden complementar el diseño interior -dijo Taehyung, señalando un plano en el que había dibujado espacios para jardines y bancos para dar ejemplos-. Esto no solo mejora la estética, sino que también puede fomentar un sentido de comunidad.
Su grupo asintió de acuerdo y empezaron a incorporar sus sugerencias en el diseño del trabajo.
El tiempo pasó rápidamente mientras trabajaban en sus propuestas y ajustaban los detalles, y pronto llegó el momento de la conclusión de la clase.
-Bien, eso es todo por hoy -anunció el profesor-. Asegúrense de tener sus bocetos listos para la próxima sesión. Nos enfocaremos en los materiales y cómo estos pueden influir en la funcionalidad del diseño.
Los estudiantes comenzaron a recoger sus cosas y a salir del aula. El peligris, al igual que sus demás compañeros, se dirigió hacia la salida.
Al pasar por uno de los pasillos, se encontró con un rostro familiar en medio del bullicio. Era Jimin, el alfa con el que había chocado el primer día de clases. El pelinegro le sonrió cuando se percató de su presencia y se acercó a él con una actitud amigable.
-¡Hola, Taehyung! ¿Cómo te está yendo con las clases? -preguntó Jimin, su tono era cálido y alegre.
-Uh. Hola -respondió Taehyung, tratando de mantener una sonrisa relajada-. Va bastante bien, un poco intenso, pero me estoy acostumbrando. ¿Y tú?
-Todo en orden -dijo Jimin, encogiéndose de hombros con una sonrisa-. Estoy trabajando con unos compañeros en un proyecto para un concurso. Es desafiante, pero interesante. Me alegra ver que te estás adaptando bien.
-Sí, es todo un desafío -admitió Taehyung-. Pero estoy aprendiendo mucho. Me cuesta un poco mantenerme al día con todo, pero supongo que es parte del proceso.
-Sin duda lo es -dijo Jimin, asintiendo.
Jimin se interrumpió a sí mismo al mirar detrás de él, cosa que llamó la atención de Taehyung, que giró la cabeza hacia donde el pelinegro miraba.
-¡Jungkook! -exclamó Jimin, con entusiasmo en su voz.
Jungkook, que estaba avanzando por el pasillo con una actitud despreocupada y mirada desinteresada en su alrededor, levantó la vista al escuchar su nombre.
-Hey, Jimin -saludó Jungkook, acercándose a ellos con una expresión relajada. Su presencia era imponente, y sus ojos oscuros, profundos e intensos, no pasaron desapercibidos para Taehyung.
A medida que Jungkook se iba acercando, Taehyung comenzó a sentir una mezcla de admiración e inquietud, luchando por mantener una expresión calmada.
-Jungkook, quiero que conozcas a Taehyung, aunque ya lo viste el otro día en el comedor -dijo Jimin con una gran sonrisa, girándose hacia Taehyung luego-. Taehyung, este es Jungkook, uno de mis amigos.
Jungkook extendió su mano hacia Taehyung con una sonrisa casual. Taehyung, aunque algo nervioso, aceptó el apretón de manos.
Al instante, una pequeña corriente pareció recorrer la conexión entre ellos. Taehyung sintió un estremecimiento sutil, su mano se tensó involuntariamente mientras trataba de controlar su reacción ante aquella inexplicable y extraña sensación.
La presencia de Jungkook le resultaba abrumadora, especialmente para su omega interior que reaccionaba instintivamente ante el alfa.
Jungkook, por su parte, sintió una extraña sensación que lo hizo querer mantener el contacto con el chico un poco más de lo necesario. La intensidad en sus ojos pareció aumentar mientras observaba a Taehyung, como si intentara descifrar algo en él.
El peligris, sintiendo la creciente incomodidad y el sudor acumulándose en sus palmas, finalmente retiró la mano, como si el contacto quemara. Su mente estaba hecho un caos, luchando por mantener el control y la tranquilidad mientras intentaba disimular su nerviosismo.
-Fue un gusto verte de nuevo, Jimin -dijo Taehyung entonces, forzando una sonrisa mientras miraba rápidamente a Jungkook-. Pero tengo que irme ahora.
Sin esperar una respuesta por parte de Jimin, Taehyung se dio la vuelta y se alejó rápidamente, casi corriendo por el pasillo. La presencia de Jungkook lo había afectado profundamente, y necesitaba alejarse para recuperar su compostura y tranquilizar a su lobo que seguía inquieto.
Mientras avanzaba, el eco de la conversación entre Jimin y Jungkook se desvanecía tras él, y Taehyung se concentró en su respiración para calmar el tumulto que sentía en su interior.
dije que iba a tratar de actualizar
seguido pero recién comienzo la
universidad y ya tengo como
diez trabajos para presentar ㅠㅠ
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top