O15; sentimiento de amenaza

Era lunes a las diez de la mañana, y el sol abrasador no daba tregua. Sin embargo, bajo un frondoso árbol en el patio del campus, los siete chicos habían encontrado refugio en la fresca sombra.

El ambiente se sentía tranquilo, casi perezoso, mientras aprovechaban su tiempo libre para estudiar… o al menos algunos de ellos lo hacían.

Jungkook estaba recostado sobre el muslo de Taehyung, completamente ajeno a los apuntes y libros desparramados por el pasto cortado a su alrededor.

Taehyung, con las piernas cruzadas, deslizaba sus dedos con suavidad por el cabello oscuro y lacio de Jungkook, como si lo acariciara distraídamente. En su mano libre sostenía un libro de física, sus ojos pasando de un punto a otro mientras repasaba para su próximo examen.

Los demás chicos estaban esparcidos por el suelo en posiciones relajadas, con libros abiertos y bolígrafos en mano. Jimin, sentado no muy lejos, murmuraba alguna fórmula en voz baja, y Seokjin, sentado con la espalda apoyada contra el tronco del árbol, subrayaba con intensidad. El ambiente estaba lleno de susurros y ocasionales risitas, todos concentrados en sus tareas.

Menos Jungkook.

El peligris bajó la vista hacia el alfa que descansaba en su regazo, su mano aún jugando con su cabello mientras él mantenía los ojos cerrados, como si el tiempo fuera irrelevante.

—Jungkook, ¿no vas a repasar un poco antes del examen? —le preguntó en voz baja, sin dejar de acariciarlo.

Jungkook esbozó una media sonrisa, sin abrir los ojos.

—¿Para qué? El que estudia es porque duda de sus conocimientos.

Taehyung lo miró sorprendido, su boca abriéndose ligeramente.

—¿Perdón? —parpadeó, incrédulo ante lo que acababa de escuchar. Unas risas sofocadas se escucharon alrededor.

—¿Qué has dicho? —intervino Yoongi, quien parecía haber estado al borde del aburrimiento con su cuaderno de apuntes hasta ese momento—. Eso es lo más absurdo que he escuchado en toda la semana.

—Espera, espera… —Hoseok alzó las manos teatralmente, riendo—. ¿Así que si estudio significa que no confío en mí? Genial, voy a usar esa excusa de ahora en adelante.

—¿Tienes algún secreto para pasar los exámenes, gran sabio? —preguntó Namjoon, divertido, cerrando su libro de química y uniéndose a la conversación.

—Tener cerebro, eso ayuda —respondió Jungkook con una sonrisa perezosa, sus labios apenas moviéndose, pero sin abrir los ojos.

Las risas se intensificaron.

—Cerebro, dice… —repitió Seokjin con un toque sarcástico—. Eso explicaría muchas cosas, aunque tal vez no las que crees, Jungkook.

Taehyung, aún sorprendido, soltó una pequeña risa, agachándose ligeramente hacia Jungkook, bajando el libro.

—Así que… si estudio física ahora, ¿significa que no confío en mis conocimientos?

Jungkook soltó un pequeño suspiro, finalmente entreabriendo los ojos para mirarlo, pero sin moverse demasiado de su lugar.

—No, no. Eso significa que eres un perfeccionista, Tae. Es diferente.

—Ah, claro. Perfecto —respondió Taehyung, rodando los ojos mientras los demás seguían burlándose con comentarios en tono ligero.

Jungkook cerró los ojos de nuevo y volvió a acomodarse, ignorando las risas.

—Relájate, no hay necesidad de estresarse tanto —murmuró.

Taehyung sonrió para sí mismo, bajando la vista al libro nuevamente, aunque no pudo evitar pensar en lo peculiar que era Jungkook a veces.

Lo cierto era que, aunque no estudiara en ese momento, había algo en él que hacía que su confianza fuera contagiosa. Quizás, pensó Taehyung, había algo de verdad en sus palabras… o quizás solo era otra forma de eludir el trabajo.

Los demás chicos siguieron riendo y bromeando entre ellos, y el tiempo parecía detenerse bajo la sombra del árbol, con el sonido de las hojas meciéndose suavemente en el viento.

Continuaron conversando animadamente entre ellos, preguntándose cuando no entendían algo, ayudándose y aconsejándose mutuamente. El ambiente estaba lleno de risas y comentarios sarcásticos, mientras compartían notas y resolvían dudas sobre física.

Pero Jungkook seguía sumido en su propia burbuja. Le gustaba tener a Taehyung cerca, así que tomó su mano y la colocó sobre su pecho, abrazándolo sin abrir los ojos, disfrutando del contacto.

Taehyung lo miró perplejo, sintiéndose un poco incómodo ante la acción tan repentina, pero no pudo evitar sonreír levemente.

Justo en ese momento, Jimin le hizo una pregunta sobre un problema de matemáticas que no entendía del todo. Taehyung, siempre amable, se giró para ayudarlo, explicándole pacientemente.

Jungkook gruñó suavemente, frustrado por no tener la atención exclusiva de Taehyung. Todos los chicos notaron su reacción, pero decidieron ignorarlo, disfrutando de la interacción entre ellos.

—Tae, ¿puedes explicarme esto otra vez? —preguntó ahora Jin, señalando su cuaderno.

—Claro, es más fácil de lo que parece… —empezó Taehyung, enfocándose en su amigo mientras Jungkook lo observaba con una expresión entre molesta y desilusionada.

—¿Cuánto más va a tardar? —murmuró Jungkook para sí mismo, cruzando los brazos, pero todos hicieron caso omiso a su queja.

Después de un rato, Taehyung sintió que había pasado mucho tiempo y miró su móvil. Su corazón se aceleró al ver la hora; faltaban solo diez minutos para que comenzara la clase de física, donde tendría un examen.

Con un movimiento rápido, alejó su brazo del abrazo de Jungkook, quien gruñó al perder el contacto cálido de su piel.

—¡Ugh, Taehyung! —se quejó Jungkook, abriendo los ojos y estirándose—. ¿Por qué tienes que irte tan pronto?

Taehyung rápidamente tomó su mochila y comenzó a guardar sus cuadernos y demás cosas.

—Debo irme, el examen ya va a empezar —respondió, sintiéndose un poco nervioso—. No puedo llegar tarde.

Los demás chicos comenzaron a recoger sus cosas también, preparándose para ir a sus respectivos salones. Jungkook, sin pensarlo dos veces, se ofreció a acompañarlo hasta su salón.

—Voy contigo —dijo, enderezándose de su posición en el suelo.

—No, no, no —Taehyung se sacudió el pantalón y lo interrumpió—. Ve a tu salón, no te preocupes por mí.

—Pero… —Jungkook frunció el ceño, claramente no convencido.

Taehyung, buscando la manera de desarmar su insistencia, le dio un beso suave en la mejilla. Era un gesto que sabía que tenía un efecto devastador en Jungkook.

—¡Ah! —Jungkook se quedó boquiabierto, una sonrisa tímida apareciendo en su rostro—. ¿Por qué hiciste eso?

—Para que me hagas caso, tonto —Taehyung sonrió con picardía—. Te deseo buena suerte en tu examen —le dijo, girandose luego hacia los demás —, y a ustedes también chicos.

Todos le desearon lo mismo, pero Jungkook se cruzó de brazos, con una expresión desafiante.

—Sabes perfectamente que te va a ir más que bien. Pero igualmente, ¡suerte! —le dijo, todavía sonriendo, mientras Taehyung se alejaba apresurado.

—¡Gracias! ¡Nos vemos! —respondió Taehyung, ya corriendo en dirección a su edificio, sintiendo la adrenalina recorrer su cuerpo.

A medida que se alejaba, no pudo evitar reírse un poco. Jungkook siempre le hacía sentir de una forma especial, y aunque a veces lo ponía un poco nervioso, esa sensación de calidez era incomparable.

Taehyung corría apresurado por el camino de piedras grises del campus, con su libro de física apretado contra su pecho y su mochila rebotando de un lado a otro mientras aceleraba el paso.

Sabía que el tiempo se le estaba agotando y que no podía permitirse llegar tarde al examen. Cada segundo contaba.

Con su mente enfocada únicamente en llegar a tiempo a su salón, decidió tomar un atajo. Giró rápidamente en una de las calles secundarias del campus, un camino poco transitado, confiando en que le permitiría ganar unos minutos.

Pero, en medio de su maratón improvisado, no calculó bien y terminó chocando de lleno contra alguien. El impacto fue tan fuerte que ambos cayeron al suelo con un estruendoso golpe.

—¡Ah! —jadeó Taehyung, sorprendido por el choque, sintiendo la adrenalina correr por su cuerpo, sin darle tiempo a quejarse por el dolor.

Sin pensarlo dos veces, se apresuró a recoger sus pertenencias que habían quedado esparcidas por el suelo, murmurando una serie de disculpas apresuradas al desconocido, demasiado concentrado en su apuro como para darle importancia.

—¡Maldición! —se quejó el otro chico, incorporándose mientras se frotaba el hombro y lo miraba con frustración—. ¿En qué diablos piensas, idiota?

Taehyung levantó la vista, sin alzar mucho la voz—. Lo siento… de verdad, no te vi.

Cuando finalmente logró recuperar todas sus cosas, levantó la mirada hacia el chico que seguía maldiciendo entre dientes, pero de repente, el desconocido se quedó callado. Sus ojos se abrieron con sorpresa al mirarlo de frente.

—Tú… —El chico lo miraba fijamente, sus palabras llenas de incredulidad—. ¿Eres Taehyung?

Taehyung frunció el ceño, aún confundido, pero asintió lentamente.

—Sí… ¿nos conocemos de algún lado? —preguntó, mientras su mente intentaba reconocer al chico de cabello rojizo que tenía frente a él.

El chico esbozó una sonrisa maliciosa, algo en su actitud hizo que Taehyung se tensara y se aferrara a su libro de física con más fuerza.

—Soy Jeonho —se presentó, extendiendo su mano de manera casi burlona—. Y, por cierto, fue bastante maleducado de tu parte el haberme ignorado así. Pero ya no importa, un gusto —sonrió, esperando a que el peligris aceptara el gesto.

Taehyung, aún algo desconcertado, aceptó el apretón de manos, aunque algo en el tono de Jeonho lo incomodaba.

En el instante en que sus manos se tocaron, Jeonho apretó la suya con fuerza, sus ojos brillando con una chispa que hizo que Taehyung sintiera una punzada de incomodidad. Entonces lo sintió. La fuerza con la que Jeonho sostenía su mano se volvió dolorosa, y algo más profundo e instintivo lo atravesó.

—Oye, me duele... —jadeó Taehyung, tratando de zafarse del apretón, pero Jeonho no cedió de inmediato, disfrutando el momento.

El pelirrojo soltó una carcajada que resonó en el espacio entre ellos, una risa cargada de malicia. Cuando finalmente soltó su mano, Taehyung retrocedió un paso, frotándose los nudillos adoloridos.

—Ah... —suspiró fingidamente—. Soy amigo de Jungkook. Un amigo muy cercano, por cierto —Jeonho dejó que esas palabras colgaran en el aire, dándole un significado claro—. ¿Lo has visto?

Taehyung se quedó en silencio durante unos largos segundos, su mente procesando la información. Observó a Jeonho con más detenimiento.

Era un omega, claro estaba, pero no uno cualquiera. Su cabello rojizo destacaba bajo la luz del sol, y su cuerpo, delgado pero definido, quedaba marcado por la ropa ajustada que llevaba. Además, era más alto que Taehyung, lo que solo incrementaba su presencia intimidante.

¿Un amigo cercano de Jungkook?, pensó Taehyung, tragando saliva. Claro, ¿quién se resistiría a un omega como él?

—Lo siento —dijo finalmente, su voz más controlada—, pero no puedo ayudarte. No lo he visto, y estoy llegando tarde a un examen importante.

Se inclinó ligeramente en señal de disculpa y se giró para salir corriendo.

—Nos veremos pronto, Taehyung —dijo Jeonho con una sonrisa ladina mientras lo veía alejarse.

Taehyung no respondió, solo aumentó el ritmo de sus pasos, sintiendo el corazón acelerado por la combinación de miedo y confusión.

Mientras corría, Jeonho se quedó mirando su figura desaparecer a la distancia. Su expresión cambió a una de satisfacción oscura, y apretó sus puños hasta sentir cómo sus uñas se clavaban en la piel.

—Así que es un omega… —murmuró para sí mismo, y una sonrisa cínica se extendió por su rostro—. Interesante.

Con esa idea rondando su mente, Jeonho se alejó con calma, aunque sus pensamientos ya estaban trazando un plan.

[...]

Taehyung llegó al aula respirando entrecortadamente, con el corazón acelerado no solo por la carrera, sino también por lo que acababa de pasar con Jeonho.

Apenas cruzó la puerta, buscó con la mirada un asiento vacío y, al encontrar uno en la parte media del salón, se dejó caer en la silla. Rápidamente sacó su cuaderno, bolígrafos y calculadora, intentando enfocarse en lo que necesitaba para el examen, pero su mente seguía dando vueltas en lo que acababa de ocurrir.

El profesor, un hombre de mediana edad con gafas y una expresión siempre calmada, caminaba al frente del aula mientras sostenía un montón de hojas con el examen. Hizo una pausa, mirando a los estudiantes que lo observaban con nerviosismo y expectación.

—Bien, chicos —comenzó, con un tono firme pero tranquilizador—, antes de que empecemos, les daré algunos consejos que les serán útiles durante el examen.

Los estudiantes se enderezaron en sus asientos, y Taehyung, aunque distraído, intentó concentrarse en lo que decía.

—Primero, lean detenidamente todas las preguntas antes de comenzar a responder. A veces, una pregunta que parece complicada puede resolverse más fácilmente si entienden bien qué se les está pidiendo.

El profesor dio un par de pasos hacia un lado, observando las caras tensas en el aula.

—Segundo, gestionen bien su tiempo. Tienen noventa minutos, así que no se queden atascados en una sola pregunta. Si algo no les sale de inmediato, pasen a la siguiente y regresen después. Es mejor tener respuestas parciales que dejar preguntas en blanco.

El peligris asintió levemente, tomando nota mentalmente del consejo, pero sintiendo su muñeca doler con cada movimiento.

—Tercero —continuó el profesor—, si sienten que están bloqueados, tómense un momento para respirar. A veces, un minuto de calma puede ayudarlos a ver la solución más clara. No se agobien.

El profesor hizo una pausa más larga, su mirada recorriendo todo el salón.

—Y finalmente, recuerden que todo lo que está en este examen lo hemos visto en clase. Nada de lo que hay aquí es sorpresa, así que confíen en lo que han estudiado y mantengan la calma.

Después de estas palabras, empezó a caminar fila por fila, colocando los exámenes sobre cada pupitre.

—Buena suerte a todos. Pueden comenzar en cuanto reciban su examen.

Taehyung respiró hondo, tratando de concentrarse, y justo cuando el profesor le dió la hoja de examen fue que sus ojos recayeron en su muñeca. Su estómago se hundió al ver la gran marca rojiza que se estaba tornando morada, una clara evidencia del apretón de Jeonho.

Maldita sea… pensó, haciendo una mueca de dolor. El "amigo" de Jungkook no solo le había dejado una mala impresión, sino una marca que dolía tanto en su piel como en su mente.

Mientras el profesor continuaba repartiendo los exámenes, Taehyung intentó ignorar el malestar físico y emocional. Aun así, algo en su interior, su lobo, permanecía en alerta. Era como si una advertencia constante resonara en su mente. Jeonho le daba una sensación de peligro que no podía ignorar.

No solo era su actitud arrogante, sino también la manera en la que lo había mirado, como si supiera algo más, algo que Taehyung prefería mantener oculto.

Respiró hondo, intentando despejar su mente. Concéntrate, se dijo a sí mismo mientras tomaba el bolígrafo, pero su cabeza seguía regresando a esa conversación.

¿Qué tan cercano era Jeonho a Jungkook?

Las palabras de Jeonho seguían resonando en su cabeza una y otra vez: "Un amigo muy cercano…". ¿Qué quería decir con eso? Taehyung trataba de no darle demasiada importancia, pero no podía evitar que esa duda se instalara en lo más profundo de su ser.

Durante todo el examen, su lobo estuvo inquieto, moviéndose nerviosamente dentro de él.

Había algo en Jeonho que su instinto rechazaba, como si ese omega representara una amenaza. Y aunque Taehyung intentaba concentrarse en las ecuaciones y los problemas de física, su mente divagaba constantemente hacia esa interacción.

¿Y si Jeonho era realmente más cercano a Jungkook de lo que él pensaba?

Se removió incómodo en su asiento, ignorando la punzada en su muñeca mientras continuaba respondiendo las preguntas del examen.

No es nada, se repitió mentalmente. No tiene sentido preocuparse por eso.

Pero, a pesar de sus intentos de convencerse, la duda seguía ahí, como una sombra que lo perseguía, recordándole que, por mucho que tratara de ignorarlo, no podía escapar de lo que estaba justo frente a él.

se vienen cositas hehehe

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