O14; rechazo
Las luces de neón bañaban toda la casa en tonos eléctricos mientras la música retumbaba, resonando a través de las paredes y el suelo.
Para Jungkook, este tipo de ambiente no era nada nuevo. Las fiestas, el ruido ensordecedor, y la energía desbordante eran cosas que ya había experimentado mil veces, y aunque solía disfrutarlas, esa noche algo se sentía... diferente.
Estaba sentado en el living de la sala, rodeado de sus amigos, todos relajados y sumergidos en conversaciones animadas.
Namjoon y Hoseok reían a carcajadas, cada uno con un omega desconocido sentado sobre sus piernas, mientras Jimin lanzaba miradas coquetas a un beta que claramente no podía resistirse a su encanto y Yoongi, él parecía feliz sin nadie que lo moleste. Jungkook sonrió ligeramente al ver lo bien que la pasaban, pero no podía decir lo mismo de sí mismo.
Tomó un trago largo, sintiendo la calidez del alcohol deslizarse por su garganta, pero no hizo mucho por calmar la sensación de vacío que llevaba dentro. Sabía exactamente qué era lo que le faltaba
Taehyung.
Taehyung, con su sonrisa tímida y su actitud reservada. Probablemente en ese momento estaba en casa, durmiendo plácidamente, envuelto en sus sábanas. Jungkook podía imaginarlo con claridad, y ese pensamiento lo tranquilizaba de una manera que ninguna fiesta podría.
Sus amigos lo observaban con curiosidad. Namjoon fue el primero en hablar, con una sonrisa de complicidad.
—Jungkook, has estado en tu mundo toda la noche. ¿Qué te pasa? No es propio de ti quedarte tan callado en una fiesta.
Jungkook se encogió de hombros, intentando restarle importancia. —Estoy bien, solo... no tenía tantas ganas de una fiesta hoy.
—¿No será que te falta cierta compañía? —añadió Hoseok, con una mirada significativa—. De un tal Taehyung, quizás.
La mención del nombre de Taehyung hizo que el corazón del pelinegro diera un pequeño salto, pero intentó disimularlo.
—No sé de qué hablas —respondió, evitando el tema.
Jimin, que no podía dejar pasar una oportunidad para molestar a su amigo, sonrió de forma pícara.
—Claro que lo sabes, no te hagas el tonto con nosotros, ya todos lo sabemos. Desde que Taehyung apareció en tu vida, parece que ninguna fiesta es lo mismo para ti.
Antes de que Jungkook pudiera responder, sintió cómo el sofá se hundía levemente a su lado.
Giró la cabeza y se encontró con la mirada coqueta de Jeonho. El chico, desde que se conocieron en aquella fiesta de navidad, había mostrado un interés especial en Jungkook, un interés que Jungkook nunca había correspondido.
—Hola, Jungkook ¿Te molesta si me siento aquí? —preguntó Jeonho, cruzando una pierna sobre la otra mientras lo miraba con una sonrisa que dejaba claro lo que pretendía.
Jungkook no necesitaba usar su sentido del olfato para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo.
Las feromonas que Jeonho liberaba eran inconfundibles, una mezcla intensa diseñada para atraer al alfa. Pero, a diferencia de otras veces, Jungkook apenas lo notó. El aroma no le provocaba la misma sensación que antes. En su lugar, una incomodidad se instaló en su pecho.
—Adelante —dijo Jungkook, sin mucho interés, apartando la mirada.
Jeonho no se dio por vencido ante la falta de emoción en la voz del alfa. Se inclinó un poco hacia él, su voz suave y cargada de intención.
—Pareces distraído, Jungkook. ¿Puedo ayudarte con eso?
Antes de que Jungkook pudiera responder, Yoongi soltó una carcajada, rompiendo la tensión. —Jeonho, Jungkook ya no es tan fácil de impresionar como antes. Ya no está interesado en ese tipo de cosas.
Jeonho levantó una ceja, mirando a Yoongi con una sonrisa más que confiada.
—Oh, yo sé cómo ser persuasivo cuando quiero.
Jungkook, que ya estaba perdiendo la paciencia, soltó una carcajada seca. —No lo dudo, pero hoy no estoy buscando nada de eso. Ni hoy ni nunca más.
Jeonho frunció el ceño ligeramente, claramente molesto por el rechazo, pero se encogió de hombros con un aire despreocupado.
—Tal vez más tarde cambies de opinión —dijo con una sonrisa fingida antes de levantarse y unirse a otro grupo de alfas.
—Eso fue incómodo.... —murmuró Hoseok, mientras miraba a Jeonho alejarse—. No entiendo cómo no se da cuenta de que no estás interesado en él.
—Quizás porque antes sí lo estaba —comentó Jimin, con una sonrisa que hizo que Jungkook rodara los ojos.
—Eso fue antes —respondió Jungkook con un tono firme—Ya no —continuó—. Sólo quería follar con él, pero no pasó nada .
—¿Y qué cambió? —preguntó Namjoon, inclinándose hacia adelante, evidentemente curioso.
Jungkook no respondió de inmediato. Miró su vaso vacío y pensó en lo que realmente estaba en su mente. —No lo sé... Tal vez es que ahora busco algo más... algo real.
Hoseok soltó un silbido bajo.
—¿Real? Eso suena a que estás pensando en algo más serio. ¿No será que nuestro Jungkook se está enamorando? —dijo con uno tono chillón y burlesco.
Jungkook miró a sus amigos, quienes lo observaban con sonrisas de complicidad. Sabían lo que él aún no quería admitir por completo. Porque, en el fondo, la verdad era más que innegable: lo que faltaba en esa fiesta, y en su vida en sí, era Taehyung.
Y no había nada más real que eso.
Jungkook trató de disimular su incomodidad cuando sus amigos comenzaron a molestarlo mencionando a Taehyung. Yoongi le lanzó una mirada cómplice, mientras Jin no paraba de sonreír maliciosamente.
—¿Así que nuestro Jungkook está pensando en alguien en especial, eh? —dijo Jin, inclinándose hacia él.
—Ese alguien especial es Taehyung, ¿no? —Hoseok levantó las cejas sugerente.
—Ya déjenlo, no va a admitirlo... pero está más que claro que le gusta Taehyung —añadió Namjoon, riendo.
El rostro de Jungkook ardía, sintiendo cómo el calor se acumulaba en sus mejillas. Sabía que se estaba sonrojando ferozmente y lo odiaba. Nunca había sido del tipo que se ruboriza con facilidad, pero por alguna razón, cuando se trataba de Taehyung, todo en él se descontrolaba.
—Voy al baño —dijo repentinamente, levantándose del sofá con tal rapidez que casi derramó su bebida.
—¡Ah, claro, huye! —gritó Hoseok tras él, causando que todos estallaran en risas.
Jungkook rodó los ojos mientras se alejaba, agradeciendo la oscuridad del pasillo por cubrir su vergüenza.
Caminó hacia el baño que se encontraba al final, aprovechando el momento para calmarse. Entró, cerró la puerta y respiró profundamente. Se lavó las manos después de hacer sus necesidades, dejándose absorber por el sonido del agua corriendo mientras sus pensamientos vagaban de nuevo hacia Taehyung.
¿Por qué no puedo dejar de pensar en él? se preguntó, mirándose en el espejo. Sabía la respuesta, pero le resultaba tan abrumadora. Sacudió la cabeza y salió del baño, decidido a volver con sus amigos y continuar con la fiesta.
Pero justo cuando dio unos pasos al frente, algo lo detuvo bruscamente.
Unas pequeñas manos lo agarraron del brazo y lo empujaron contra la pared. El impacto no fue demasiado fuerte, pero la sorpresa lo dejó sin aliento por un momento.
Sus ojos, confundidos, se encontraron con los de Jeonho.
El omega lo miraba con una mezcla de furia y cinismo, una sonrisa torcida en su rostro mientras colocaba sus manos firmemente sobre el pecho de Jungkook.
Con un movimiento rápido, Jeonho metió una pierna entre las suyas, estrechando la distancia entre ambos. A pesar de ser visiblemente más pequeño y delgado que el pelinegro, Jeonho lo miraba con una intensidad que hizo que Jungkook se tensara de inmediato.
—¿Qué diablos crees que estás haciendo, Jeonho —gruñó Jungkook, tratando de mantener la calma.
—Lo que tú no te atreves a hacer —respondió Jeonho, su voz baja y cargada de desafío—. He visto cómo me miras, Jungkook. O mejor dicho, cómo me evitabas. ¿Crees que no me he dado cuenta?
Jungkook frunció el ceño, intentando apartarse, pero Jeonho lo tenía bien acorralado.
—Jeonho, no es lo que piensas.
—¿No? Porque lo que pienso es que estás jugando conmigo —dijo Jeonho, sus ojos brillando con furia contenida—. Primero me propones ser amigos con beneficios, luego te alejas. Me haces creer que estás interesado y, de repente, actúas como si yo no existiera.
—Jeonho, eso no es verdad —intentó explicarse Jungkook, manteniendo su tono firme pero sin querer hacer una escena—. Las cosas han cambiado. Ya no quiero lo mismo que antes.
La sonrisa de Jeonho se desvaneció, pero no retrocedió. —¿Y eso es por él, verdad? Por Taehyung.
El corazón de Jungkook dio un vuelco al escuchar ese nombre salir de los labios de Jeonho. ¿Cómo lo sabía?
—¿Creías que no me iba a dar cuenta? —continuó Jeonho, con la mirada afilada—. Es obvio, Jungkook. Todos lo saben. Pero lo que no entiendo es... ¿qué ves en él? Es un beta cualquiera.
—Taehyung no es un beta cualquiera —dijo Jungkook sin pensarlo, su voz baja pero clara.
Jeonho levantó una ceja, notando la defensa instantánea en la voz de Jungkook.
—¿Ah, no? Entonces dime, ¿qué tiene de especial? ¿Qué tiene él que yo no tenga?
Jungkook intentó moverse, pero Jeonho presionó su pecho con más fuerza. Era obvio que el omega no se iría hasta obtener una respuesta. Pero qué podía decirle... ¿que todo en Taehyung era especial para él? Ni siquiera sabía cómo ponerlo en palabras.
—Es diferente —murmuró finalmente Jungkook, tratando de calmar las cosas—. Y no es algo que puedas entender, Jeonho.
Jeonho lo miró fijamente durante unos segundos más, y luego, para sorpresa de Jungkook, soltó una carcajada seca.
—Oh, claro. El pobre Taehyung, tan misterioso y especial —sus palabras goteaban sarcasmo—. ¿Qué te hace pensar que él va a interesarse en ti, Jungkook? ¿De verdad crees que vas a ser algo más que otro alfa en su vida?
—Eso no es asunto tuyo.—replicó Jungkook, su paciencia finalmente agotándose—. Si te encaprichaste conmigo, lo siento, pero no voy a seguirte el juego. Esto no va a suceder, Jeonho.
El omega lo observó por unos segundos más antes de finalmente dar un paso atrás, alejando sus manos de su pecho. La sonrisa cínica volvió a aparecer en su rostro, pero esta vez se veía más triste que furiosa.
La tensión en el aire era más que palpable. Jungkook apenas había terminado de decir las palabras, pero el efecto que tuvieron en Jeonho fue inmediato y explosivo.
—Me gusta Taehyung —dijo Jungkook con firmeza, sus ojos clavados en los de Jeonho—. Y quiero hacer las cosas bien con él.
El rostro de Jeonho se torció en una mueca de incredulidad primero, luego de furia. Sus ojos brillaban con un resentimiento que no había mostrado antes.
En un arrebato, el omega se lanzó hacia él, agarrándolo con fuerza de los brazos y clavándole las uñas en el proceso con tal intensidad que Jungkook sintió el dolor perforar su piel.
—¡¿Qué demonios dices?! —gritó Jeonho, su voz entrecortada por la rabia. Sus manos, pequeñas pero afiladas, se aferraban a Jungkook como garras—. ¿¡Taehyung!? ¿Todo este tiempo jugando conmigo y ahora me dices que te gusta ese beta de mierda?
—¡Nunca jugué contigo, Jeonho! —exclamó Jungkook, tratando de zafarse de su agarre sin herirlo—. ¡Nunca te di ninguna señal de que esto iba a ir a ningún lado!
—¡Mentira! —chilló el omega, su cara enrojecida mientras sus dedos se aferraban con más fuerza—. ¡Me mirabas, me sonreías, dejabas que me acercara! ¡Me dejaste pensar que teníamos algo!
Jungkook se esforzó por mantenerse calmado, pero las uñas de Jeonho perforaban su piel, y la situación se volvía cada vez más tensa.
—Jeonho, suéltame —dijo, su voz endureciéndose—..No quise hacerte daño, pero esto no va a funcionar. Taehyung... él es diferente, estoy enamorado de él. Y tú... mereces alguien que te quiera de verdad.
Jeonho lo miró, sus ojos volviéndose más salvajes y desenfrenados con cada segundo que pasaba.
—¡¿Diferente?! ¡Diferente! ¡No eres más que otro alfa idiota que se deja llevar por sus instintos! ¡Y ahora me dices que quieres hacer las cosas bien! ¡¿Con él?!
La rabia de Jeonho era palpable, sus manos apretando con más fuerza. Ya no había racionalidad en sus acciones. Jungkook, harto de la situación, decidió que había sido suficiente.
—¡Te estoy diciendo que me sueltes! —gritó finalmente, usando más fuerza para apartar a Jeonho. No quiso ser brusco, pero ante la resistencia del omega, tuvo que empujarlo con mayor firmeza.
El omega dio unos pasos atrás, tambaleándose por el pasillo. Su respiración era rápida y entrecortada, y por un momento, Jungkook pensó que todo había terminado ahí. Pero no.
Jeonho no se rendía tan fácilmente.
Los ojos de Jeonho destellaron con una furia renovada. En un segundo, volvió a acercarse a Jungkook, su expresión descontrolada.
—¡No voy a dejar que me rechaces así! —gritó antes de dar un paso hacia él y, sin previo aviso, lo agarró del cuello de la chaqueta de jean.
En un movimiento rápido y desesperado, lo jaló hacia sí y lo besó con fuerza.
El tiempo pareció detenerse para Jungkook. Los primeros segundos estuvo paralizado, demasiado sorprendido para reaccionar. El beso era muy agresivo, nada como lo que habría imaginado en una situación diferente.
Pero tan rápido como ocurrió, su mente y su lobo interior reaccionaron con una clara repulsión. Esto no estaba bien.
Su cuerpo finalmente respondió, empujando a Jeonho con fuerza, sin remordimiento esta vez. El omega salió disparado hacia atrás, chocando su espalda contra la pared del pasillo con un impacto sordo. Jungkook jadeó, sintiendo una mezcla de ira y repulsión arremolinándose en su pecho.
Taehyung...
Jeonho, aún jadeante por el impacto, lo miró con una mezcla de dolor y furia.
—Te arrepentirás de haberme rechazado, Jungkook. Te arrepentirás por haber jugado conmigo.
Pero Jungkook ya no tenía paciencia para seguir con esa conversación.
—¡Vete a la mierda, Jeonho! —escupió, con una frialdad que no solía mostrar—. Esto se acabó. No quiero volver a verte nunca más.
Sin decir más, Jungkook dio media vuelta, su corazón latiendo con fuerza mientras salía de allí, alejándose rápidamente del caos que acababa de desatarse.
Podía sentir las miradas de algunas personas que habían presenciado la escena desde lejos, curiosas pero sin intervenir. Algunos lo miraban con incredulidad, otros con repulsión por haber tratado mal a un omega.
Sin embargo, en ese momento, Jungkook no podía importarle menos lo que pensaran los demás.
Cuando cruzó el umbral de la sala donde estaban sus amigos, estos lo observaron con ojos abiertos de par en par, claramente sorprendidos. Hoseok fue el primero en hablar.
—¿Qué diablos acaba de pasar ahí, Jungkook? —preguntó, sus cejas levantadas hasta la frente.
Jungkook negó con la cabeza, aún intentando calmar su respiración. —No quiero hablar de eso ahora. Solo... necesito irme.
Jimin lo miró preocupado.
—¿Seguro? Parece que fue algo grande.
—Lo fue —murmuró Jungkook, dirigiéndose hacia la puerta—Pero ya no importa. Me iré a casa.
Antes de que sus amigos pudieran seguir cuestionándolo, Jungkook salió al aire fresco de la noche, respirando profundamente. Su mente seguía aturdida por lo ocurrido, pero había algo que no dejaba de molestarle en el fondo de su conciencia.
Jeonho... no se daría por vencido tan fácilmente. Y tenía miedo de lo que podría ser capaz de hacer.
Lo que Jungkook no sabía en ese momento era que todo había sido planeado por Jeonho desde un principio. Y lo peor de todo... es que alguien había grabado toda la escena.
nos vemos más tarde con
más actualizaciones... 😸
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