067

—Yewon por favor...

—No, ahora no puedo. —la menor tomó aquellas bolsas para marchar afuera del negocio.

—Espera. —se interpuso para abrir la puerta, y ella pasó ignorandolo— Yewon, déjame explicarlo. Anoche yo...

—No quiero oirte. —abrió aquel contenedor de basura para arrojar dichas bolsas.

—Pero queria ir, en serio. —suspiro— Necesito hablar contigo.

—No lo entiendes, ¿verdad? —termino de arrojar la otra bolsa para jugar y voltear— "¿Quería ir?" —repitió con su ceño fruncido.

—Si, queria ir. —aseguro.

—Entonces respondeme, porque debes de tener alguna respuesta, ¿no?

—Jimin se encontraba demasiado mal, él...

—Me preocupo por Jiminie, —interrumpio— pero lo que tenga que hablar, créeme que lo haré con él. Ahora, ¿cuál es tu respuesta? —Yoongi bajó su cabeza en silencio, no habia pensado tanto en ello y es que solo quería verla— Entiendo. —asintió para marchar.

—Yewon... —ella negó para voltear a verlo fijamente.

—No. —y sin más se adelantó dejándolo detrás, este la observó marchar, y su corazón comenzó a doler.

—Me da miedo decir algo equivocado.

Y es que... ver cada ocasión en donde solo guardas silencio, muestra lo solitario de nuestra relación. Y lamento no poder decirlo, pero... quiero que te quedes.

—Yewon...

(...)

—Ratoncita~. —beso su mejilla— Hey, dejá de preocuparte. —pidió para poder abrazarla.

—Lo siento... últimamente pienso mucho en Hoseok oppa.

—¿Sigues pensando en aquella noche? —la menor asintió— yo igual.

—Se que realmente quiere a su primo, ¿verdad?

Suspiró— Lo adora, hyung siempre confió en él, en el verdadero Kookie. —comentó triste al pensar en este Jungkook tan distinto al que todos recordaban.

—¿El verdadero? —indago, pero este negó al reaccionar, para rápidamente dedicarle una bella sonrisa.

—¿Cómo esta Sinbie? —cambio rápidamente el tema.

Asintió— Rara... ella intenta fingir que esta todo bien, pero la notó como preocupada y no se porqué.

Taehyung guardo silencio y desvió su mirada preocupada.

—¿Namjoon oppa? —este la miró, para sonreir con sinceridad— Vamos, se le nota tan enamorado, no me resultaría extraño un casorio. —rió divertida.

Asintió— Cierto, sabes es raro, yo siempre crei que su verdadero amor era Sojung nonna pero... —negó.

—Hay amores que son pasajeros, solo momentáneos. —este asintió pesadamente para aferrarse con mayor fuerza a su cintura.

—Lo se... —temia arruinar lo que le costó reconstruir. Él solia creer que nunca olvidaría a Yuna, pero no fue el caso, temía al cambio que pueden sufrir las emociones.

(...)

El reloj marcaban las 17:36 pm pero Yoongi no dejaba de releer las letras sobre su cuaderno de música.

Realmente se sentia angustiado, un dolor apoderandose, oprimiendo así su pecho... y es que la necesitaba, no deseaba pelear con ella porque sabía que perderia.

Tomado su telefono le mensajeo, "¿podemos vernos?", sin esperar su respuesta volvió a escribir, "te espero a la salida del trabajo en la heladeria que tanto te gusta."

Su vista volvió sobre aquel nostálgico anotador, el mismo que abandono luego de la pérdida de Eunbie.

»Cada confesión, cada cosa guardada, las cantaré para ti en un susurro, es demasiado vergonzoso, mi orgullo no me lo permite... la forma en que me sonríes, la forma en la que lloras, aquellas palabras que quiero decir, las palabras que suelo callar... escucha la canción, sonríe al oírla.«

Suspiró con cansancio para ponerse en pie y bajar hacia el living, al acercarse hasta la escalera presenció los fuertes gritos de una evidente discusión entre sus hermanos. No dudo en apresurarse en bajar.

—No seas idiota. —reprochaba negando Jin.

—¡No eres mi padre Seok Jin! —Jungkook reía claramente dopado.

—Hyung... —el timbre de Hoseok era evidencia del cansancio y gran frustración que portaba.

—¡No me vengas con eso Jungkook! —gritó exasperado— No puedes seguir asi. Te encontrabas avanzando, ya no consumias... —negaba contrictado ante la risa del menor, la cual logro turbarla.

—¿Cuándo lo dije? —negó— que hayas querido ver eso no significa que sea real.. —la puerta de la calle se abrió, y todos voltearon a ver.

—¿Qué ocurre? —preguntó Jimin con preocupación al verlos.

—¡Pero quien llegó! —sonreía burlon.

—Jungkook para...

—El niño abandonado. —sonreía.

—Jungkook... —llamó Hoseok quien intentó intervenir, pero Yoongi lo detuvo.

—¿Estás dro...?

—La mierda andante. —se acercó hacía él para mofarse en su cara.

—¡Es suficiente! —Jin se interpuso pero claro, no logró evitar que el pelirrojo cantará unas cuantas verdades dolorosas al mayor, Yoongi se adelantó hasta ellos para tomar del brazo a Jimin y sacarlo de la casa— Jungkook vete a tu habitación, ahora. —ordeno seriamente, y este sonrió burlón.

—A la orden, "hyung" tsk. —tambaleándose, pudo abrirse paso entre Jin y Hoseok para avanzar y subir las escaleras, errando varias veces la pisada.

Seok Jin se agarraba la cabeza, se encontraba harto de la misma situación, la realidad es que Jungkook iba en picada, él era una dinamita, no podria predecir cuando explotaria y eso le aterraba.

—Hablaré con papá. —informó el mayor para palmear a Hoseok y avanzar hacia el comedor en busca del teléfono, como última opción.

Hoseok avanzó hacia la habitación de su primo, este se encontraba arrojando cosas con desdén.

—Jungkook... —susurro dolido y por más que intentó no pudo contenerlo, sus ojos desbordaban, no queria verlo asi, no podía.

Sin más remedio decidió ir por su última carta, odiaba utilizarla de dicho modo, pero era la única persona en la que podía pensar. Tomó su telefono y con dudas en su corazón marco, debía detener aquellas enormes emociones que no le permitían respirar.

—¿Hola? —se hizo oir aquella voz femenina un tanto confundida. Como si el destino hubiese decidido esto para ellos— Hoseok... ¿qué ocurre? —se apreciaba la preocupación.

—Eunbi, te necesitamos... Jungkook te necesita. —afirmó con aquel timbre que ella reconoció perfectamente, desgarró.

(...)

El reloj de aquel bar marcaba las 19:48 pm, Yoongi y Jimin se encontraban ahogando las penas del menor, el mayor debido al apuro se habría olvidado por completo de su móvil.

—Jimin es suficiente, dejá de tomar. —pedía, pero era descaradamente ignorado. El menor se encontraba desolado, demasíado contrictado.

—Hyung ¿por qué me odia tanto? —cuestionó con sus mejillas sonrojadas debido al soju.

—Nadie te odia, no digas idioteces. —alejó la botella antes de que pudiera tomarla, y sin más sonrió melancólico para darle un sorbo a su pequeño vaso.

—Jungkook tiene razón... soy despreciable.

—Jimin...

—Mi madre murió por mi causa...

—Eso no es cierto, ¿qué tienes que ver en eso? fue un incidente desafortunado. —este negó.

—Si hubiera sido más fuerte, si tan sólo... hubiera podido consolarla mejor... Tal vez mi padre sea un maldito, ¿pero sabes? no me diferenció de él. —sollozo— Y eso me da mayor asco...

—No eres como él, y tú madre estaría orgullosa de ti, hiciste todo lo que podias para ser tan solo un niño. —Yoongi odiaba verlo asi, él también guardaba recuerdos desastrosos de sus padres y aunque queria odiarlos, no podia, simplemente se aborrecia asi mismo por no haber sido más fuerte, pero no queria eso para Jimin.

—Yo lastimé a Yuna, a Jungkook... Dañe a la dulce Eunbi. —tomó nuevamente aquella botella de entre las manos de Yoongi— ¿debía intervenir? —negó sonriente— fui demasiado egoista con ellos, sólo pensé en mi mismo...

—Solo comestiste un error, nada más. —el menor rió tontamete, el alcohol ya comenzaba hacer efecto en él.

—Debi guardarme los sentimientos, tal como tú lo hiciste. —Yoon sólo guardó silencio— Lo hubiera hecho más sencillo para todos. ±tomó un trago amargo— P-pero dime, ¿fue sencillo guardarte cada sentimiento por ella?

—Estas ebrio. —begó sonriendo.

—Seguro que no, pero, al menos me anime a confesarme aquella vez, tú ni siquiera eso pudiste. —rió amargamente— Decidiste conformarte como su "mejor amigo", verla de lejos, sonreír y enamorarse de otro... De tu hermano menor.

—Es tarde, debemos volver. —saco su billetera para pagar, este sonrió.

—Fuiste un cobarde. —para de un solo trago consumir aquel liquido que quemaba en su garganta.

Jimin fue demasiado duro con Yoongi, aunque no lo notó, aquellos comentarios hirieron el magullado corazón del mayor. Y es que tenía razón, después de todo solo fue un cobarde que decidió tragar sus emociones por miedo, no podía negarlo, él nunca llegó a declararse ni siquiera una maldita vez, sin embargo, cada vez que ella le sonreía y usaba la palabra amigo para referirse a él, su corazón se rompia un poco más.

(...)

21:34 pm, Yewon suspiró rendida, tomó su morral para levantarse e irse de aquella heladeria que ya estaba cerrando, tomó su celular, sus mensajes no fueron vistos ni respondidos.

—Yoongi... —su corazón dolía, nuevamente fue plantada.

¿Qué esperaba?, ¿En serio pensaba que sería diferente?

Nuevamente sus ojos se enfocaron en aquella pantalla, no respondía sus llamadas, ya que iban directo a su buzón de voz, sin más, sus pulgares comenzaron a teclear y como antes, el buzón de voz se hizo presente, suspiró para caminar con el celular pisado sobre su oreja.

—¿Sabes a qué cosa se le dedican muchas canciones? Al amor, —observo para ambos lados antes de poder cruzar— es bello, es feo, resulta triste, pero algunas veces alegre. Te puede volver fuerte, o débil, aveces resultara casto, o porno... —trago con dificultad— puede volverse violento, algo soñado. Tristemente, puede ser olvidado, resultar ambiguo...

Sus ojos titilaban, destellantes de tristezas, su cuerpo comenzaba a sentir el cansancio y la pesadez del día.

—Siempre me gustaron las historias de amor tristes, tal vez porque... creí que valdrían oro, después de todo, siempre habría un final digno de ver, ¿verdad? —meneo su cabeza sintiéndose pequeña— que irónico, ¿quién predice lo que pasará luego? tal vez la persona sólo se habrá ido, y si, quizás asi no saldría herida... la soledad es inmensa, las lágrimas siempre caen, pero yo estoy aqui siempre dispuesta a perdonarte... —un fuerte nudo se apoderó de su garganta— sin embargo, quiero renunciar a este sentimiento doloroso y agotador, porque estoy cansada. Siempre me encuentro esperando, siempre me mantego detrás de ti... Dime, ¿alguna vez vere tu sonrisa? sinceramente la espero, no... yo la anhelo con ansias... Porque no quiero olvidarte, idiota. Así que apresurate y ven a mi...

Sus pies avanzaron apresurados, el semaforo aun se encontraba en amarillo, ella tomó entre sus manos su celular para finalizar la llamada, sintiendo como su dignidad se perdía por completo, entonces resultó embestida por una van negra.

Sus pupilas se dilataron, el palpitar de su corazón se hizo escuchar como un fuerte zumbido, el mundo giró lentamente, los ruidos de bocinas y carretera, las voces de las personas gritando pasaron todo a segundo plano.

Al parecer, todo resulto lento y tortuoso para la pequeña Yewon, la misma que yacía a un costado de la avenida.

»Nuestro viaja esta acabando...«

“¿Dejaré los recuerdos? no, quiero llevarlos conmigo hasta el final.”

Lágrimas brotaban de sus pequeños ojos, al igual que su sangre comenzaba a esparcirse manchando y tornando de un rojo carmín todo su pequeño y frágil cuerpo.

—¡Señorita, señorita! —observo el rostro de aquel hombre mayor, preocupado, aterrado— No cierre los ojos, no los... —pero de pronto, se creó un silencio ante los oidos de la pequeña.

“Quiero ir a casa...”

(...)

El ruido de la puerta se hizo escuchar, Hoseok fue abrirla para encontrarse con el rostro de Eunbi totalmente preocupado.

—Pasa por favor. —se abrió paso para que ingresara, y esta agradeció.

—Jin... —le observo apenada, comprendiendo su frustración, este se disculpó con ella para poder contesta su teléfono.

—¿Nam?.. ah, Jisoo eres tu. Dime una cosa, ¿Nam está en el estudio todavía?

—Lo siento Eunbi, esta preocupado, a intentado comunicarse con Namjoon varias veces. —se disculpó Hoseok.

—Descuida, entiendo. —volteó a verlo con un brillo de suplica en sus ojos, era evidente— ¿dónde esta él?

—Ven, te llevaré a su habitación. —ambos se dirigieron hacia la escalera en rotundo silencio, una vez en frente de aquella puerta, las risas escandalosas provenientes del éxtasis  se hicieron oir, él volteó a verla preocupado— ¿Estarás bien?

Asintió palida— Hoseok, ¿puedes dejarme entrar sola? —pregunto susurrante.

El mayor tenia deseos de cuestionar su petición, pero se contuvo al ver sus bellos ojos y simplemente asintió, ella tomó una gran bocanada de aire para golpear aquella puerta sin recibir respuesta alguna, entonces decidió abrirla.

Eunbi no tenía temor, pero no negaría la impotencia que le generaba dicha situación. Era un asunto que debía afrontar por su propia cuenta.

La habitación era un completo desastre, todo se encontraba en el suelo desparramado, inclusive el pelirrojo.

—Jungkook... —llamó mientras intentaba contener sus lágrimas, esto le traía viejos recuerdos. "Él no podia repetir la misma historia."

—¿Sinb? —sonrió— ¿qué haces aqui? —comenzo a reír tontamente, lejos de si mismo.

—¿Consumes anfetaminas y mdma? —fue directamente al grano, en su camino a la casa indagó lo suficiente a Hoseok como para entender la situación presente, más dudas ya presentes desde su parte.

No le temblará la voz en esta ocasión, no como aquella vez. No sé permitiría el mismo error dos veces.

—¡Oh! ¿Qué sabes de ellas? —cuestionó divertido y asombrado.

—Responde. —exigió con lágrimas apuntó de salir.

—Ni que fuera problema, cualquiera las consume... —intentó ponerse en pie.

—Es ilegal.

—Como si no lo supieras. —frunció el ceño para acercarse hasta ella— ¿No me habías encontrado consumiendo la primera vez? —los recuerdos de aquel callejón volvian a ella, realmente se sentía estúpida por haber querido ignorarlo, nuevamente.

—No pensé en el éxtasis precisamente. —limpió su mejilla— Alucinaciones, ¿en serio? Pensé que...

—¿Los dejé? Espera... —carcajeo— No soy un adicto Sinb.

—Eso dicen todos... realmente quise pensar que no lo eras, pero esto es evidente. —su expresión dolía de tan solo verla.

—No es así...

—Jungkook. —negó con lágrimas cayendo, y aquello le dolió al contrario, nuevamente lastimaba a alguien que no lo merecia, pero ¿por qué no podia evitarlo?

—Estoy bien. —se acercó para rodear sus brazos y sonreirle— En serio, lo estoy...

—Mi mejor amigo, —su voz comenzó a titubear— era consumidor de Lsd... —no pudo continuar debido a los sollozos, entonces el más alto rodó sus ojos alejándose— ¿Qué crees que pasó?

—Yo no soy Moon Bin. —estaba cansado de oirla hablar de él, entendía su apreció, pero no eran iguales, no debería compararlos.

—No, no lo eres, pero eres igual de estúpido si crees que esto te hará bien.

—Amor... —sonrió para acercarse con cara de cachorro perdido, pues sabía manipularla, pero esta vez algo cambie, ella lo alejó.

—Y lo eres aún más si crees que guardaré está mierda de secreto.

—¿Qué harás? ¿se lo dirás a mis hyung's?

—Si es necesario. —por más que ellos entendían los problemas de su adicción, probablemente no eran conscientes de que consumía presisamente.

Claro que no era el caso, Yoongi si era consciente de aquello que posiblemente se metía, aunque no lo aprobaba, mientras no se atreviera a consumir la mierda del paco, era de cierto modo tranquilizador para él.

Sonrió divertido— ¿Por qué crees que te llamaron?, ¿no lo saben ya?

—No lo entiendes. —aclaró su garganta— Hablaré para buscar una solución juntos. —comprendió la referencia.

—Internación, ¿en serio? —ella asintió sin dudarlo— Tsk. —volteó para golpear aquel tacho residual con furia, esto sólo ocasionó más lágrimas silenciosas en la menor— No puedes hacer nada, ¡no puedes obligarme a nada!

—Jungkook es por tu bien...

—No conoces lo mejor para mí. —negó al borde del llanto.

—Pero esto no es lo mejor.

—¡No sabes qué es lo mejor! —volteó a confrontarla, pero al apreciar el brillo en sus ojos se arrepintió de aquello, volvió a girar para golpear aquel tacho una vez más, repleto de frustración— No sabes porque siquiera lo hago... —susurró.

—¿Quieres hablarme de ello? —negó— sólo quiero ayudarte. —esta se acercó para abrazarlo con fuerza desde su cintura, por la parte de trasera— no quiero perderte... no como a él... no quiero perder a nadie más.

Hoseok se encontraba oyendo todo desde la puerta, y su corazón se contraía, doliendo demasiado.

Y es que siempre hay un momento en que el camino se bifurca, cada uno toma una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir.

Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. Te cuestionas, lo replanteas una y mil veces...

“No pasa nada, estamos hechos el uno para el otro, al final estará alli.”

... Pero al final sólo ocurre una cosa, llega un oscuro y crudo invierno.

Dedicado:

R88yong
@kanon7
ale_28_5
@aleleeparkchoi
@AnaSoria7

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