066

—Yewon, ¿podemos hablar?

—No puedo, estoy ocupada. —respondio con indiferencia.

—Entiendo que estés enojada pero...

—Voy a colgar Yoongi.

—¡Espera! —una tocecita exagerada fue la respuesta instantánea que le nació debido a la vergüenza— Este fin de semana lo estuve pensando... se que fui grosero contigo, quiero disculparme contigo.

—¿Me darás una respuesta clara? —las palabras quedaron atoradas en la garganta del mayor, vacilante— Recuerda lo que dije, quiero todo o nada, no me hagas perder más tiempo Min.

—Lo haré, te daré una respuesta.

—Bien... —su tono de voz cambio levemente— nos vemos a las siete pm en el mismo bar al que fuimos la última vez con el grupo del conservatorio, ¿recuerdas?

—Claro.

—No llegues tarde.

—No lo haré. Yewon...

—Debo colgar, la cafetería esta llena.

—Entiendo.

—Adiós Yoongi.

—Adiós... —suspiró para observar el celular entre sus manos.

(...)

—Yerin podemos hablar un momento.

—Lo siento. —comenzo a menguar su risa— Tae espera... no... oye... —el rostro de Sinb era un poema digno de apreciar, su semblante asqueado no podia faltar.

—¿Están haciendo cochinadas? —interrogo detrás de línea.

Rió— ¿Qué, me dirás que ustedes no lo hacen?

—Que... desagradable. —indudablemente se escuchaban los besuqueos detrás de la línea— ¿Sabes qué? mejor olvídalo.

—Mhm, ¿segura~? —sonreia coqueta a su novio.

—Si, —desganada— solo divierte...

—Oh lo haré, ¡adiós! —colgó tan rápido en cuánto pudo, la rubia miró su teléfono incrédula.

—Gracias, que buena mejor amiga. —suspiró pesadamente, la realidad es que no dejaba de pensar en la salida del viernes.

La loca de Yerin pudo terminar de convencerla, y ¿cómo no, qué mejor para celebrar un fin de semana nuevo, que salir a un boliche?

—Amor voy al baño un momento... —se puso en pie siendo detenido por los brazos de la menor.

—Ay no, ¿en serio me dejarás sola con este par? —corto la distancia entre ambos para besar su frente y sonreir.

—Vuelvo antes de que lo notes. —asintió con una leve sonrisa debido al gesto inesperado del pelirrojo, para voltear ante el dúo ratón, quienes bailaban sin remedio en el centro de la pista.

—Oye... —Eunbi volteo ante el timbre bajo de su amiga, era difícil escucharla, aunque gritará, el antro tenía la música demasiado fuerte, está se acercó riendo hasta la barra, en donde se encontraba la rubia luego de unos minutos— ¿Y tu amante?

—¿Ya estás borracha Yerin? —la mencionada negó sonriete, Tae tomo asiento a su lado y ella volteo para besarlo apasiondamente.

Al parecer los tragos ya le subieron a la cabeza, negó apenada la más baja.

—Aunque... si se esta tardando. —Sinb frunció el ceño— Chicos ya vengo. —les avisó pero poca atención le prestaron. No tardó mucho en acercarse hacia el baño de hombres, pero claramente no entró.

Aunque si logró divisar una cabellera rojiza a un costado de la pista que en verdad llamó su atención, este se encontraba hablando con alguien, no dudo en acercarse como pudo para verlo con propiedad entre tanta multitud, ¿quién podia distinguir entre dicho alboroto? la música no le permitía pensar si quiera.

—¿Jungkook..? —susurro incrédula ante lo que sus ojos veían, el sujeto frente a él recibia algo mientras le entregaba algo con cautela— ¿qu-qué es eso? —fruncio el ceño cuando comenzó hacerse por un hit del momento, alborotando a todos.

Y es que entre el ajetreo apenas logró avanzar unos pequeños pasos, pero una vez del otro lado, ya nadie se encontraba allí.

Volvió hasta la barra pensativa, para su sorpresa, se encontró a los tres muchachos riendo frenéticamente.

—¡Sinb! —este alzó el timbre de su voz para que lo oyera— ¿A dónde fuiste? —pregunto al acercarse.

—Fui a buscarte, pero no estabas...

—Llegué hace un buen rato, pregunté pero estos tortolos no sabian nada de ti. —negaba divertido para luego ponerse a discutir con Yerin entre risas.

—Jungkook, ¿qué es lo que tienes en la nar...? —su mano se encontraba alzada, a punto de hacer contacto, pero fue detenida por el pelirrojo, quien se limpio rápidamente para sonreir tontamente.

—Ah, ¿esto? —sonrio divertido para mostrar el vaso en la barra— El trago que preparan de limón larga un liquido extraño...

—¿Seguro?

—No te preocupes, lo único no lo pruebes. —le dedico una bella y compradora sonrisa para negar al cortar la pequeña distancia y acariciar sus hombros— Ven, vamos a bailar...

Eso fue un momento, pero aquella imagen no lograba borrarse de su cabeza, su comportamiento le resultaba completamente extraño, y mucho más al comunicarse con él.

El sabado por la tarde, se le oía raro, demasiado nervioso. Claro, podria ser por la resaca pero...

El celular comenzó a sonar despertandola del trance.

—Hola Yuna. —saludo al atender.

—Sinb, tenía que devolverte la blusa que me prestaste en la pijamada y me olvide. —reia avergonzada— Yo...

—Yuju, ¿tienes algo qué hacer?

—¿Ah? no mucho, si quieres puedo pasar por tu casa para llevarla.

—Olvida la blusa, necesito hablar con alguien. —la mayor guardo silencio detrás de línea— Por favor...

—Bien, nos vemos en un rato, adiós.

—Gracias Yu. —suspiro para fruncir el ceño preocupada y releer nuevamente aquel mensaje.

Jeon: Sinb disculpame no podre salir como quedamos por la tarde pero te lo recompensare, ¡lo prometo!

(...)

—¡Sojung! —sonrio al verla, la mayor reverencio para doblar, este se apresuró a firmar aquel papeleo para adelantarse en ir detrás suyo— ¡Oye, espera! —logro llegar hasta su lado para luego tomar aire y sonreir— ¿qué pasa contigo? ¿no me has oido? —preguntó confundido.

—Lo siento, te vi ocupado... —este soltó una risilla para palmear su cabeza.

—Nunca lo estoy para ti pequeña mía.

—El ascensor llegó... —se alejó de su gesto y tacto para adentrarse en este, Jin solo la siguió en silencio— ¿qué?

—¿Segura que estás bien?

—Claro, ¿por qué no estarlo? —realmente se encontraba siendo cortante, y es que ni siquiera sonríe como de costumbre.

El silencio se apoderó del pequeño espacio compartido entre ambos, el mayor realmente se encontraba preocupado por su amigo, no fue mucho desde que rompió con Nam y la noticia de su noviazgo... más aya de la buena relación que lleva con Ailee, habra sido un fuerte golpe, ya que después de todo, ella siempre se sintió insegura...

El ascensor llegó a su debido piso, y ambos salieron en silencio.

—Sojung. —tomó su brazo para retenerla.

—Jin debo... —ignorando sus pretextos se apoderó de sus manos.

—Sabes que cuentas conmigo para cualquier cosa. —acariciando con gran apreció esas bellas y delicadas manos, amaba poder sostenerla asi, ser su confidente.

—Hay cosas que no puedo decir. —susurro cabizbaja— Hay cosas que no puedes solucionar...

—Haré hasta lo imposible por solucionarlo a tu lado. —inclino un poco su cabeza en busca de su bello rostro— Lo haremos juntos, como siempre lo hemos hecho. —con una sonrisa le acarició la mejilla.

—¿Jin? —aquel timbre era bien conocido para ambos, Sojung fue la primera en alejarse abruptamente de él, dejándolo aún más confundido por su actitud.

Jisoo dudó por un momento al ver a Sojung, pero tomó un poco de aire y brindó su mejor sonrisa para acercarse a ambos, hace un mes que llegó Ailee y no precisaban más de su servicio, pero la empresa estaba completamente satisfecha con su labor, por ello decidieron hacerle un lugar entre sus empleados fijos. En el fondo sabía que era obra de la mayor y el cariño que Namjooon le tiene.

—No, ya no. —aseguró la más alta con firmeza al verlo a los ojos. La más baja recibió una leve sonrisa por parte de Sojung quien rápidamente se alejó de ambos, dejando el corazón de un Seok Jin realmente confundido y dolido.

—Espera te acomp... —intentó seguirla pero esta se negó.

—Acompaña a Jisoo por favor, ella necesita adaptarse todavía. —sonrió para posteriormente voltear, dejando escapar un gran suspiro y así, avanzar en silencio.

—¿Estás bien? —Jisoo también notó ducha atmósfera tensa, este asintió levemente.

—Jisoo, aún no pudimos hablar bien de lo ocurrido el viernes...

Asintió pesadamente— Lo entiendo, ¿por qué crees que salí corriendo?

—Nesecito decirlo con honestidad. —comentó con preocupación.

Negó— Lo entiendo, se que no me ves de la misma forma, ni siquiera tienes esos sentimientos por mi. —sonrió apenada— Pero la cosa es que... yo si los tengo.

—Jisoo... no sería justo para ti.

—Sigue siendo tu, más aya de aquel beso, de esta confesión... no quiero que cambies conmigo. Por favor. —sonrió para tomar su mano y asentir— Gracias oppa, aunque tampoco quiero que olvides mi confesión, porque se que puedo esperar por ti. —sonrió para avanzar casi corriendo, y es que la vergüenza le invadía apoderándose por completo de sus mejillas.

Seok Jin la observó marchar, incluso mucho más apenado; y es que la niña de sus ojos estaba actuando demasiado raro, cortante, aquello lo odiaba, le dolía demasiado y no sabia como ayudarla. Por otro lado, un ángel de hermosos sentimientos se le presentó, y estaba claro se una sola cosa, no quería lastimarla.

(...)

Yoongi terminó de alistarse para poder salir de su habitación, básicamente se encontraba así mismo todo el día a la par de su teclado, realmente se encontraba divagando mucho sobre el tema.

Ella quería una respuesta fija, pero él no sabia cual debía darle... sólo queria verla, disculparse por comportarse como un completo idiota; y es apreciar aquellos bellos ojos de cachorro, a punto de desbordar por causa de sus inquebrantables ganas de quebrar en llanto, le dolian demasiado. No deseaba verla llorar, mucho menos ser quien ocasione sus lágrimas.

En pocas palabras, era un fracaso completo y constante.

Con un suspiro terminó por bajar el último escalón, observo la imagen de Junín sentadi sobre el sillón con la mirada fija en su celular, valla que se le veía apagado, mucho más de lo usual.

—¿Qué pasa con esa expresión? —cuestionó, este levantó su mirada para terminar por suspirar.

Negó— Nada, yo... estoy bien. —susurro aún sosteniendo con fuerza el celular entre sus manos.

—Jimin, no se que pasa últimamente contigo, pero dejame decirte algo. —se acercó para tomar asiento a su lado— Las cosas no se arreglan si solo vas a guardar silencio al margen de cualquier situación, los asuntos inconclusos sólo son eso, asuntos que esperan ser abordados de frente y con valor. —lo palmeo— Anímate y deja de estar dudando, —negó— no dejes que tus problemas se conviertan en fantasmas porque luego... no te dejarán respirar en paz.

Sonrió— Es Irónico, lo dice el más silencioso de la casa. —ambos sonrieron— Gracias hyung, lo intentaré.

—¿Pero?

—Pero... siento que estoy perdiendo a mi mejor amigo.

—¿Hoseok?  —fruncio el ceño.

—Él... estos días veo en él, mi propio reflejo. —su voz se quebro notablemente— Y es que en sus ojos se refleja la tristeza, se ven tan apagados, su sonrisa ya no es sincera... él guarda sus sentiminetos. —el nudo en la garganta regresaba—Y veo mi reflejo tan patente en él, que me asusta. —negaba para ocultar su rostro entre sus manos.

Yoongi no era bueno en esto, consolar no era lo suyo pero no podía ver a su amigo quebrar delante suyo sin lograr hacer nada.

—Esta bien... —fue suficiente consuelo para luego rodear su espalda y palmearlo.

—Hyung... verdaderamente me asusta. —sollozaba— No quiero que acabé como yo. —nego a pesar de sus lágrimas— N-no él...

Sin más le pegó un fuerte abrazo, uno donde el castaño pudo romper en llanto sin ninguna restricción. Yoongi conocía perfectamente aquel sentimiento desolador, el mismo que se alberga sobre tu pecho y te dificulta respirar, la culpa era grande. Pero aquella declaración era diferente, el corazón de Jimin era puro, no merecía verse reflejado en dicha pensosa postura, porque él no era tan malo.

—Descuida Jimin...

El reloj marcaba las 18:37 pm, pero Jimin seguia llorando sin más.

(....)

—Entonces, ¿querías hablar conmigo? —la rubia suspiró frustrada.

—Yuna lo que voy a decirte, realmente no estoy segura y es muy complicado, debes prometerme que guardarás esto bajo llave. —la contraria asintió preocupada al verla en aquel estado— Por lo menos hasta que este segura...

—Descudia, seré una tumba. —tomó sus brazos para acariciarla e intentar tranquilizarla— Pero dime, ¿qué te tiene tan alterada? —entre dudas y una fuerte opresión en su pecho, Eunbi decidió sincerarse con su amiga.

—Siento que... Jungkook esta ocultandome algo grave...

—¿Jungkook? —repitio, y es que aquel nombre ya la puso en alerta.

—Se que él no te cae tan bien. —era consciente de los sentimientos de la azabache por su ahora novio, no conocía bien la historia entre ambos, pero no era idiota para comerse el cuento de que estaba feliz por su noviazgo— Se que se comportó como un idiota la primera vez e inclusive...

—Se puso violento contigo en aquella fiesta. —recordo fríamente como si fuera la voz de la razón, y la menor solo pudo bajar su mirada— Eunbi no quiero ser arpia, —negó— sólo me preocupas, quiero lo mejor para ti, lo sabes ¿no?

Asintió— Pero... realmente no es malo Yuju, él sólo... sólo es...

—Es diferente. —a contraria asintió aun cabizbaja, y la mayor suspiró frustrada— dime, ¿qué has visto?

—Na-nada. —rápidamente, claro estaba que se encontraba turbada.

—Eunbi. —volvió apoderarse de sus manos— Es obvio que algo viste, sinó dime, ¿qué te llevaría a dudar de su sinceridad?

—Nada, no es como si él hubiese hecho o dicho algo, sólo... no lo sé... actua extraño, —sonrió tontamente— quizás yo siento que algo no cuadra, tal vez sólo estoy cansada y esto del noviazgo fue algo rápido. —negó sonriendo para frotar sus ojos fatigada.

—Entiendo. —Yuna no era tonta, sabía perfectamente que su amiga no quería contarselo y no iba a presionar para que lo haga.

—Gracias... —la azabache sonrió para abrazarla fuerte.

Y es que a veces, no hay peor cosa que un ciego que no quiera ver. Por más que se lo repitas, una y otra vez, hasta que no desee salir de ahí, no lo hara.

—Sabes que estoy para ti. —beso su cabeza sin cortar aquel abrazo— Solo déjame decirte esto, no confies con ceguera, si crees que algo esta mal, sólo aléjate. —ambas se separaron para verse a los ojos, Eunbi veía sinceridad en estos, amor y preocupación— No quiero que salgas lastimada...

Yuna se encargaría en revelar si aquella corazonada suya era cierta, ¿Jungkook seria capaz de lastimar a Eunbi? realmente queria afirmar que no, pero... Su cabeza no se lo permitiría.

Eunbi no entendía completamente a su amiga, pero sus dudas la ponían ansiosa... recuerdos aparecían en su mente, Moonbin era parte de ellos, cada recaída, su fallecimiento, la noticia de este... inevitablemente aquel recuerdo de Jungkook en dicho callejón en medio de aquella tranza apareció para turbarla.

Deberia hablar con él.

(...)

—¡Hyung! —Tae corrió hasta aquella silueta que venia tambaleandose— ¿estás bien?

—¿Tae? —cerraba sus ojos— ¡Mi Tae Tae! —reía a carcajadas para aferrarse un poco más a él.

—Uff apestas a alcohol. —se quejaba mientras intentaba sujetarlo con fuerza.

—¿Ratón? —Yerin salió con ambos helados en mano, este le pidió colaboración y los tres terminaron en una banca del parque central.

—¿Por qué bebió tanto? —cuestionó preocupada Yerin al verlo dormise entre sonrisas sentado, su novio negó mientras le obvserba también, en aquel momento Hoseok se puso en pie para vomitar con desdén— ¡Oh dios mio! —se acercó rápidamente para palmear su espalda.

—Hyung...

—Tae ve a comprar una botella de agua y unas mentas.

—Pero...

—Descuida estoy bien, me quedaré con él, solo ve. —este asi lo hizo, se alejó de ellos en busca de un negocio, y el mayor luego de unas cuantas palmeadas se enderezó.

—Gracias... —ella negó, al instante volvió a correr rápidamente su rostro, era notorio su desdén con el alcohol.

—¿Por qué tomaste tanto oppa? —indagó mientras sobaba su espalda con cariño.

—Sinb... no, Eunbi —su voz se oía tan apagada, y aquel pequeño detalle le dolió bastante a Yerin.

Después de todo, ella solía cuestionarlo mucho, le dolía ver a su mejor amiga divagando y dudando de si misma, pero al parecer no era la única que sufría.

—Lo siento mucho... —se disculpó apenada, pero este negó.

—Yo fui el idiota. —las luces de aquel festival eran notorias, regalaban una hermosa vista y más aún, aquella música y el barullo mismo, resultaban agradables— Me hubiese encantado haberla traido aqui luego de la presentación... quizás, en un lugar asi, poderle decir lo que siento. —su timbre se apagaba con frecuencia, y sus ojos eran el reflejo de un doloroso destello de lágrimas.

—Oppa... —susurro dolida.

—Eres una gran amiga Yerin, ella de seguro lo sabe y lo valora. —sonrió por un pequeño y dulce instante solo para voltear nuevamente, y disgrutar el contactó del viento soplar contra su rostro— ¿Sera qué para el también? —susurro más para si mismo pero aún así, ella logró oirlo.

—¡Hyung! —Tae se acercó corriendo hasta ellos y entre risas intentó animar a su amigo que poco a poco, comenzaba por recomponerse.

—Gracias por todo chicos, pero... me gustaria estar solo. —pidió apenado para despedirse.

—¡Hyung estarás bien! ¡Figthing! —alzaba su voz de igual modo que sus brazos, Yerin por su parte se encontraba analizando cada una de sus palabras dichas con anterioridad.

—Ratón, —este volteó a verla— Hoseok oppa, es un gran chico...

—Claro que lo es. —sonrió contrictado al verlo marchar en soledad.

Y fue en aquel preciso momento que la menor lo comprendió, Hoseok si la queria de igual modo o  incluso, quizas mucho más que su propia amiga. Entonces, ¿por qué la dejó marchar sin pelear si quiera?

(...)

—Princesa —sonrio al verla acercars— ¿qué pasa con esa mueca? —esta sonrió levemente para esconder sus manos dentro de sus bolsillos.

—Crei que no podias verme hoy.

—Si, y también dije que te recompensaria. —sonrio al acercarse para poder besar así su frente, ocasionando mayor pesar en el corazón de la menor.

—¿Dónde vamos?

—Secreto, recuerda tu primera regla. —se burló, está meneo su cabeza negando por lo bajo y es que amaba esos pequeños gestos inesperados de su parte—Vamos. —estiró su mano esperando que la tomará, y asi lo hizo.

Ambos caminaban en silencio disfrutando de la hermosa brisa de una noche estrellada. Juntos, a la par.

—Mierda... —maldijo por lo bajo, los ojos de la pelitrubia se elevaron hacia el frente, hermosas banderillas adornaban cada rincon del centro de la plaza junto a unas luces preciosas de colores— Llegamos tarde, lo siento, queria ver el festival contigo. —esta negó con una bella sonrisa entre sus labios.

—Llegamos para el mejor acto. —el más alto volteó a verla, ella soltó su mano para adelantarse hasta el centro, justo en aquella pequeña subida, él la siguió para rodearla con sus brazos— Mira el cielo, esta en su mejor punto. —susurro con agrado, este levantó su mirada, y lo confirmo, las estrellas eran demasiado evidentes aquella noche.

—Estamos llegando a julio, no es raro ver un cielo asi. —se acerco para poder abrazarla con fuerza desde atrás. Aferrándose a su cintura.

—Sabes, a mi parecer el cielo nocturno es más bello que el de primera mañana.

—¿Por qué? —sin cortar aquel abrazó, depósito su menton justo encima de su cabeza, disfrutando de su aroma gracias a la brisa nocturna.

—Cuando me siento sola, simplemente veo las estrellas, ellas me recuerdan a cada una de las personas que amé y que hoy no estan aqui... Cada luz titilante, me permite sentirlas más cercanas, como si pudiera alcanzarlas por un momento. Aunque resulte efímero y ridículo.

Aquella reflexión lo indujo a pensar en cierto modo a su padre, desde su fallecimiento se limitó a un futuro remplazo, y es que él nunca lo aceptaría, no perdonaria a su madre por no resguardar aquel lugar que le correspondía.

Pero por otro lado, el rostro de Eunbi volvia a reaparecer en sus memorias. Como aquella desdichada madrugada en que recibió la noticia más trágica de todas, su cabeza comenzando a doler, sin poder distinguir con claridad, sus cinco sentidos se encontraban dormidos, no lograba comprender la noticia.

Pero por la tarde se confirmó, Jung Eunbi habia fallecido en un accidente automovilístico en el cual sus padres también iban, y la única sobreviviente fue su madre, que no logró sobrellevar la pérdida de ambos, y trás unos meses consecutivos, tomó la decisión de suicidarse.

—Creo que desde ahí arriba siempre brillan por y para nosotros. Intentan recordarnos que hay personas a las que les debemos una sonrisa enorme en su rostro. Que no debemos rendirnos, que vale la pena luchar.

—¿Y las que no brillan? —pregunto casi en un susurro, sin voz.

Negó— Se castigan debido a quienes dejaron, creo que ellas no pueden brillar, porque no estan en paz consigo mismos...

—Tal vez, siguiendo tu teoría... no brillan, en modo de recordatorio. Ya sabes, para todos aquellos a los que tanto daño le hicieron... Diciéndoles, que no logran olvidarlo. —su mirada pérdida en el firmamento, apreciando el brillo de ellas destellando fuertemente.

Pensando que realmente merecia su odio, y el castigo que lleva por dentro carcomiendo su vida. Él había arruinado a toda una familia por una simple borrachera sin sentido alguno.

—No lo creo, pienso que el amor puede hacer pasar el tiempo...

—Pero el tiempo hace pasar el amor.

—Si fuera asi, Moonbin debe odiarme con desdén. —el viento soplando suavemente removía sus mechones dorados, Jungkook guardó silencio, no deseaba que por su estúpida mentalidad está increíble chica se castigará así misma— Era mi mejor amigo, ¿recuerdas? algunas veces te hablé de él.

Asintió— No creo que alguien pueda odiarte.
 
»No como ella a mi.«

—Yo si lo haría, —aquella respuesta lo tomo por sorpresa, obligándolo a tensar cada uno de sus músculos— ¿sabes por qué? porque lo deje morir... —suspiro— Jungkook, daría todo por volver el tiempo atrás y cambiar las cosas...

"Yo también."

—Pero no puedes.

Asintió con lágrimas a punto de escaparse por sus bellos ojos.

—Pero me consuela pensar que siempre vivira en mí, porque mi recuerdo es más fuerte que el tiempo, o que su olvido...

Ella no deseaba vivir en el remordimiento, odiaba el hecho de no haber hecho más, de no haberlo arrinconado al punto de un cambió real. Se conformo con palabras vacías, acciones tontas, todo por no vivir bajo una guerra constante con su mejor amigo.

En el fondo de su corazón, ella sentía que se había vendido sin razón aparente. Le falló como amiga.

Y lo que se va ya no regresa.

—Jungkook, él tenía unos serios problemas con las drogas, y asi falleció... tan jóven. —el nundo en su garganta regresaba, como casa vez que pensaba.

—Lo siento... —beso su cabeza, ella negó dejando salir sus lágrimas.

—No puedo darme el lujo de cometer el mismo error... no quiero hacerlo. —limpió sus ojos para soltar el agarre y voltear a verlo— Lo entiendes, ¿verdad?

Aquellos ojos oscuros se posaron en el brillo de los contrarios, asintió para tomar sus pequeñas manos y besarlas.

—Lo entiendo, y no permitiré que vuelvas a pasarlo, te protegeré, lo prometo. —acarició con ternura sus manos.

—¿Puedo confiar en ti? —preguntó al borde del llanto, dicho esto, el más alto se acercó para besar los labios de su novia, quien poco a poco dejaba ir sus angustias.

Confiaría en él a pesar de todo, porque no podía creer que le fallaría, sólo fue un desliz, el de aquella vez. No puede juzgarlo solo por eso.

En el transcurso del tiempo que se conocían, mostraba una gran mejoria, fuertes y potentes avances, él no era un adicto como su amigo, no era dependiente de esa mierda, y saber eso le bastaba, el podia y lo habia superado.

No le mentiria, no la lastimaria, ¿verdad?

Unos ojos oscuros veian aquella escena desde una distancia poco favorable, su corazón se alegraba pero a su vez, se oprimía fuertemente contra su pecho.

—Jungkookie... no te equivoques con ella... por favor... —Hoseok bajó su vista destrozado.


"Y de repente algo se acciona, y en ese preciso instante, sabes que las cosas van a cambiar y han cambiado. A partir de ahí, nada volverá a ser lo mismo, nunca más."

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