061

Al apreciar el colorido y los reconocidos paradores de nuestro viejo vecindario comence a sentir los nervios, mi cuerpo reaccionando al ansias. Di un pequeño vistazo de soslayo hacia la rubia que mantenía su concentración al volante, despreocupada e intrigada.

¿Esto es una buena señal?, ¿por qué demonios la traje hasta aqui?, ¿qué diablos ocurre conmigo?

Voces solo voces como suaves y susurrantes ecos, como dignos y atroces chistes sin gracia alguna.

—Dobla a tu derecha, tres cuadras y luego a tu izquierda.

—Mhm...

Hace mucho tiempo que sólo escucho voces y ni una palabra, mis ojos reaccionan maltratados para terminar por refugiarse en la nada misma y decaer por cansancio.

Agotado de ver un montón de caras y ni una sola mirada tuya.

Mamá, soy un terrible hijo, lo se muy bien.

•••••

—¿En qué te metiste ahora niña tonta? —maldijo por lo bajo con preocupación luego de recibir una respuesta poco imaginada de parte de los progenitores de su mejor amiga.

"¿Ella no esta contigo? Tomo el auto y salió, dejo un mensaje que iría a la casa de una amiga. Supuse que seria a la tuya."

A duras penas pudo engañar a la señora Hwang introduciendo a Yuna como anzuelo.

La azabache caminaba con su pote de yogurt en mano, en una búsqueda estúpida por su parte. Después de todo, cuatro ruedas son mejores que sus dos piernas. Sin pista alguna siquiera de su paradero.

—Ashh, rubia mal habida y por haber, cuando te encuentre te cobrare todo el desgaste de mi tiempo perdido. —se quejó con una sonrisa al pensar en las mejillas de su amiga para encaminarse de regreso a su hogar, divagando en dónde se encontraría y con quien.

Unas fuertes carcajadas llamaron su atención al pasar por la plaza central, al instante en que volteó hacia aquellos, la sonrisa en su rostro disminuyó considerablemente, hasta desaparecer por completo.

Si, Kim Taehyung se encontraba riendo simplemente al contemplar el rostro de su mejor amiga Yuna, quien sonreía con simpleza a su lado.

No se, si quiera porque me sorprenderia. Soy consciente de lo que siento por él pero, ¿qué es lo que realmente siente él por ella?.

El corazón de la joven se apretó con fuerza al ver como este desparramaba el cabello de su amiga, con un par de ojos brillantes, denotando cariño, quizás y hasta amor verdadero.

Entonces lo comprendió a la perfección, ella no era más que una simple y buena amiga para el de tes canela.

Sus lágrimas querían salir, pero sin más, volteó para retomar su camino, alejándose de ellos.

•••••

—Tú... —Sojung levantó el rostro para ver de donde provenía aquel timbre de voz, para su mala suerte reconoció a su portadora— ¿Eres Sojung verdad?

Asintió— ¿Tiene algo qué tratar conmigo?

—Realmente no eres fea. —"maleducada", penso la rubia— Tsk, eres demasiado bella.

Aunque a la joven Kim no le agradaba la falta de respeto, y era evidente que la muchacha era menor, y muy al margen de su dialecto informal, no negaría que le parecía un poco adorable. Para su propia frustración.

—¿Tiene algo qué decirme? —ante el semblante de sorpresa y confusión prosiguió— Como no es el caso, por favor discúlpenme, tengo trabajo por hacer. —volteó el rostro al computador nuevamente.

—Tu eres su ex novia. —dicho comentario turbo a la mayor— ¿Te importa Namjoonie? —indago con preocupación.

—¿Quién eres? —ya no podría ignorar su comportamiento tan directo.

—Me gusta, siempre me gusto... —bajo su mirada avergonzada, contristada mejor dicho— pero él, nunca me vió de esa forma. Yo sabía que se encontraba en una relación por eso mismo decidí hacerme a un lado. —apretó sus puños con fuerza— ¡Eso cambio cuando tú lo dejaste! —su voz se escuchaba dolida— ¿por qué lo hiciste? —sus ojos comenzaban a titubear— ¿Qué le hace falta a oppa para alcanzar a una chica como tú? —era imposible para la contraria enojarse con aquella niña, puesto que en cada palabra dicha notaba la falta de malicia y su preocupación, un cariño sincero hacia el mencionado— ¿¡De qué carece que no esta a tu nivel!? 

Era desgarrador para el corazón de ambas tener que verse. Sojung mantenía bien patente aquel beso, y la pequeña, muy bien en claro lo dicho por su crush.

“Te equivocas. Y aunque ella haya decidido cortarme... siempre la veré a ella, lo siento.”

—¿¡Qué tienes de especial para él!? ¡Dime!

—¿Qué es todo este alboroto? —Namjoon ingresó al estudio, su ceño se frunció al verla— ¿Soyeon?, ¿qué haces aqui? —cuestionó preocupado.

—¡Indago! —comenzó a soltar sollozos— Oppa, ¿quién es para que sufras tanto por ella?, ¿por qué no puedes... sólo ver mi corazón?

—Soyeon...

—Mis sentimientos... —sobo su nariz— ¿sólo por ella? —la miró con notorio despreció, realmente odiaba no ser asi de bella ante su propia percepción, era consciente de porque la eligió. Simplemente hermosa, nunca lograría igualarla.

—Es suficiente. —tomo de su brazo para sobarlo— Ve a casa.

—Oppa...

—Ve, luego hablaremos, por favor. —esta sobo su nariz, brindando asi un último vistazo lleno de odio hacia aquel estereotipo que según ella nunca alcanzaría y se marcho— Sojung yo... lo siento mucho.

—Descuida. —corto el rollo indiferente.

—No queria...

—Tu nunca quieres nada, ¿o si Namjoon? —cortante decidió voltear  su mirada hacia la maquina frente suya.

—Lo siento... pero te necesito Sojung. —susurro apenado.

—¿Sabes algo? También te extraño y mucho, que incluso hasta me hacen falta tus mentiras. —levantó su mirada para verla, se encontraba llorando.

—Sojung... —intento acercarse pero ella alejó su silla y se puso en pie.

Negó— No quiero más esto. Realmente es suficiente para mi, ya no más...

—No, —negó al borde del quebranto— por favor no... —intentó tomar su mano pero esta simplemente lo alejó. Sonriendo con tristeza.

—Te quise muchisimo, de hecho, aún lo hago... pero ya es suficiente. —sobo su nariz para alejarse de él.

—¿Qué tanto mal hice? —preguntó sin voz— Dime, ¿en qué me equivoque tanto?

—No fuiste sincero...

—Sojung yo...

—No confiaste en mi.

—Pero Jin y tú...

—¡No! —volteo para verlo mientras sus lágrimas recorren libres por sus mejillas— Siempre lo intente, —negó — trate siempre de ponerte en primer lugar... te di todo de mi. Absolutamente todo. —su voz se quebró, y entonces él comprendió perfectamente la referencia— Así que esto no se trata de Jin, —nego— ¿qué mas querias de mi?

Ante las dudas del mayor, ella tomo las riendas nuevamente.

—Tú... solo me brindaste inseguridades, realmente lo intenté. Créeme que lo hice.

—Sojugnie, lo aceptó, me equivoque pero...

—Pero ya no es nece...

—Perdóname. —se adelantó para tomar su mano.

—No nos hacemos bien, ¿puedes entenderlo? —limpió sus lágrimas— Seamos amigos. —y relamio sus labios— A partir de hoy, volvernos a ver como ese dúo de buen amigos, el mismo que compartian la misma escuela. —el más alto negaba con un desgarrador llanto— Por favor... mi viejo y buen amigo... —ella tampoco se quedaba detrás—Namjoonie. —sonrió con tristeza para alejarse de aquel despacho, dejandole completamente desbastado.

••••••

—¿Dónde estamos? —se escucho el timbre de la rubia luego de bajar del auto, observando todo a su alrededor.

Bienvenidos a un atardecer que únicamente puede trascender...

—Jungkook... —la menor no se atrevía a preguntar, pero sus ojos dieron con los de aquella mujer de tes blanca y ojos risueños que le observaban desde el porche de su casa.

... redefiniendose como una nueva noche fría en el barrio que nos vio crecer, que formo parte de mi más preciado tesoro.

—¿Quién eres tú? —fruncio el ceño, distante, bastante perdida.

Mi verdadera inocencia.

—Soy yo, Jungkook. —este no quedó detrás, tomo el verdadero impulso que era necesario para poder acortar la distancia entre ambos. Con lentitud y calma— Regresé a casa... mamá.

Las calles nos pertenecen puesto que cargan miles de recuerdos, miles de sentimientos y aunque el tiempo diga lo contrario, y los sueños no soñados terminen por atorarse amargando nuestra garganta, aguardando silencios profundos y poco curativos.

—¿Jungkook?, —su timbre comenzo a quebrar— ¿mi pequeño Kookie? —su visión a empeñarse.

Van quedando pocas sonrisas, nos volvemos prisioneros de una cárcel que mantiene sus puertas abiertas, en donde la llave la tenemos a nuestro alcance, pero nos duele tanto, solo intentar alcanzarle.

—Mi niño, mi dulce niño... —sollozo al acariciar su rostro con ternura.

Se apago el sentido luego de unos minutos, se encendió el silencio sepulcral con el paso de los años.

La rubia trago con dificultad al comprender un detalle particular. Si, dicha mujer frente a sus ojos, era su madre; pero no se encontraba en su buen juicio.

De pronto hay menos horas en la vida, y muchas más respuestas a una misma causa perdida...

El pelirrojo comenzó a desvanecerse en aquel instante, cuando reconoció la mirada de la mujer que alguna vez fue.

... ¿De por qué los sentimientos vuelven merodeando las noches?

Disfrutando de su tacto, de aquella insulsa caricia, del aroma que desprendía de su cabello y el viento guiaba con entusiasmo a su alrededor. Añorando el sabor a hogar que alguna vez tuvo entre sus brazos, sin prejuicios ni mucho menos culpa alguna.

Porque terminas de comprender, que tal vez seas libre de aquellos que te rodean, que seas libre de ellas, e incluso libre de ti misma la mayor parte del tiempo... pero nunca podrás librarte del recuerdo, de la memoria, nunca.

•••••••

—¡Con razón! —golpeo su manos en un fuerte aplauso.

—Woah, ¿en serio eres el mismo de aquella fiesta? —preguntó admirada.

—¿Olvidaste este bello rostro? ¡Por favor! Eso es imposible. —se hizo el ofendido, ocasionando una clara risita por parte de la contraria.

—Que divertido. —reía mientras negaba con su cabeza.

—Tienes una sonrisa muy linda Jisoo. —señalo amistoso al apreciarla, ella devolvió el gesto avergonzada.

—Gracias por el café, —lo alzó en alto— y en serio muchas gracias por ser tan agradable conmigo. Es lindo poder llevarme bien con un colega.

—Tendrás muchos mejores tratos créeme, eres dulce y agradable. —sonrió— Me recuerdas tanto a mí amiga.

—¿Eso es bueno?

—¡Por supuesto! —ambos rieron— Creo que te llevarás muy bien con Sowonie, la conoces ¿cierto? —prosiguió— La pelinegra hermosa y alta del departamento de modelaje.

—¿Mhm? —pensó un poco— ¿Irene? —Jin río escandalosamente para negar— Lo siento, —se apenó— es a la única que llegue a ver del departamento...

—Descuida, no niego su belleza tampoco. —sonrió para restar importancia.

La puerta de la cocina se abrió, y ambos voltearon.

—Sojung, ¿estás bien? —indagó su amigo al notar las marcas de un indudable llanto, está asintió y volvió a ver a su acompañante— Ah, ella es Jisoo, ¿recuerdas a la nueva secretaria del estudio de música?

—Es un gusto. —sonrió estirando su mano, la más alta dudó un momento al ver su mano extendida, pero a fin de cuentas la tomó.

—So Jung, el gusto es mio. —la contraria sonrió al ver a Jin, esto generó un sentimiento extraño, opresivo en el pecho de la más alta, pero más fue su inestabilidad al ver la mirada de su amigo en respuesta hacia la menor.

—Ella es de quién te hablaba. —comentó Jin.

—Ah~, espero y seamos buenas amigas. —sonrió para tomar un sorbo de su americano.

—Lo serán, sin duda alguna. —sonrió para prepararle un café a Sojung.

La rubia comenzó a sentirse rara, como si estorbara allí, como si fuera una molestia. Comenzó a sentirse  mal e inestable, ¿era solo por Namjoon?

La tarde paso con prontitud, por alguna extraña razón el ambiente en la oficina se volvió más ameno que de costumbre. Le brindo el cumplido a nuestra nueva compañera y su peculiar optimismo.

Nos despedimos para encaminarnos casi en la misma dirección, pues la parada de su bus quedaba unas pequeñas cuadras detrás de la mía.

—No entiendo porque no puedo llevarte, cuando no es alguna molestia. —aprecie su sonrisa ingenua.

—Lo agradezco, pero quiero orientarme por mi propia cuenta. No siempre podrás llevarme Seok.

—Dime Jin, olvida las formalidades por favor. —su teléfono sono, el número le resultaba desconocido—¿Hola?

—Buenas noches, nos comunicamos desde la estación de policía. ¿Usted es el tutor del joven Jeon Jungkook? —los ojos del mayor se abrieron con horror.

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