059

—¿Estás bien? —el más alto musito un simple "mhm" desganado— Yoongi, te estoy hablando. Tsk... —se dejo caer a su costado— eres tan mal mentiroso.

Este volteó para poder ver su rostro con atención, encontrando sus párpados cerrados y su pequeña espalda apoyada completamente sobre el tronco de aquel árbol.

—Soy demasiado cute para ti verdad.

—Tsk, no seria correcto auto decirlo. —negó con una sonrisa en sus finos labios— Niña tonta.

—Me alegra mucho. —sonrio, acaparando su atención— Me alegra ver a oppa sonreír~.

Dicho aquello, el corazón del mayor comenzó a sentirse completamente fuera de lugar, una sensación indescriptible, una emoción que vibró de tal modo que le indujo al pánico.

—¿Estás preocuapada por algo últimamente? —por lo que decidió simplemente, hacer lo que mejor conoce al respecto de sus propias emociones desconocidas a las cuales no logra manejar como desearía, ignorarlas.

Asintió— Algo asi... oppa, ¿es realmente dificil auto perdonarse? —los ojos del mayor eran completamentes ambiguos para con dicha pregunta— Digo, ¿puedes vivir con aquella grieta por siempre? —fruncio su ceño preocuada al pensar en su nuevo y querido amigo castaño— ya sabes, con aquel interminable dolor y simplemente ignorarlo como si no pasara nada a tu alrededor. Aunque por dentro te estes muriendo, ¿por qué somos asi? Adoptamos patrones nocivos.

—Porque es más sencillo. —luego de una gran pausa de su silencio, de analizar a su pregunta y relacionarla con Jimin e incluso, consigo mismo— Nuestra mente nos engaña porque es mas fácil, es mucho mejor que vivir con una verdad opresora. Entonces tu sola existencia se vuelve más sobrellevadera.

—No lo creo. —el pálido volteo a verla, sus ojos demuestran determinación— No puedo creerlo, si acepto eso, estaría limitandome a creer que estamos destinados a vivir en una simple e inquebrantable agonía. —negó — Entonces no puedo aceptarlo.

Fruncio el ceño— ¿Crees en los finales felices?

—Lo hago, porque se que todos tenemos la capacidad de volvernos a levantar.

—Quizás no todos. —ambos guardaron silencio para verse mutuamente por unos segundos que parecieran volverse irracionales, en donde todo el restose perdia a su alrededor. Claro, hasta que el cobarde decidió escapar de dicha conexión— Quitar la venda para ver la realidad, sólo se trata de eso, una realidad sin algún tipo de anestesia. Y nadie se encuentra preparado para esa cruda verdad.

—El auto engaño puede parecerte un cálido refugio, —negó— pero solo se trata de la verdadera cruda cárcel. Oppa, yo no creó en la mentira del fuerte. ¿Sabes? —relamio sus labios antes de continuar— para mi, mienten aquellos que se creen vulnerables. Porque la mentira es un simple recurso de los temerosos.

No creemos en la magia con tanta facilidad. Pero esta se siente por medio de aquel par de ojos desbordantes de un brillo único e inigualable. Sentimos magia con tan solo apreciar su bello color, entonces, ¿esto es la magia?

—¡Umjie!

—Voy~. —sonrio al ver a su amiga para ponerse en pie— Adiós oppa. —y despidiendose de su pelinegro favorito se alejo del árbol compartido, dejando a este con un corazón alborotado.




—Jungkook... —los ojos de la pelirubia se abrieron al distinguirlo mientras caminaba directamente hacia su misma ubicación, este le brindo una leve y sarcástica sonrisa, la misma que generó cierta corriente eléctrica dentro de ella.

—¿También te disciplinan?

—¿Eh?, —frunció el ceño— ¿disciplina?, ¿de qué estás hablando?, ¿qué hiciste ahora Jeon?

—Tranquila Hwang. —dejó escapar una risita— Ni que fueras mi madre, —negó— a parte, ¿qué haces tú aquí?

—No, es que... —la puerta se abrió de pronto.

—Adelante, ¿planean quedarse ahi fuera? —la vice directora los miró con clara desaprobación hacia ambas cabelleras, una más llamativa que la otra. Pero de todos modos, se hizo a un lado para invitarlos a pasar.

Habia buenas noticias que debían de ser prioridad.

—¿Una oportunidad? —la voz de Eunbi era clara evidencia de entusiamo.

—Los casa talentos amaron su presentación. —comentó el director a su par— Ellos quieren darles la oportunidad para una audición, deberán pensarlo y una vez decidido simplemente la firma del tutor a cargo será suficiente. Este año se trararia de entrenamiento para el año que viene poder transferirse a la academia de danza en Estados Unidos.

Mientras más informaban los directivos, más emocionada se encontraba la pequeña Eunbi, este era su sueño hecho realidad, no podía contener la dicha que sobrepasa la clara evidencia.

¿Realmente estaba sucediendo? necesitaba ser pellizcada por alguien.

—¡Ahh! —ambos directivos voltearon a ver a Jeon.

—Parecía que necesitabas corroborarlo, ¿o lo mal intérprete? —pregunto inocentemente al haber pellizcado su brazo, Eunbi fruncia el ceño frotando la zona afectada.

Ambos mayores suspiraron con notorio cansancio por la típica actitud idiota del mencionado, y luego de una clara reprendida, una vez más por sus tintes, los sentensiaron a limpiar los baños después del horario de clases.

—Es todo tu culpa. —se quejo ella— Si no me hubieras...

—Oye, sólo quitate el rubio y olvida este castigo absurdo, tsk. —muffo— Por favor, ¿a quién castigan por un tinte de cabello toda la semana?

—Vivimos en Corea, ¿lo olvidas?

—Tienes tu punto —ambos reian.

Sonrió— ¿Te imaginas Estados Unidos? woah, debe ser increible..

—Si, seguramnete no existen castigos estúpidos por tu tinte. —sonrio burlon, esta volteó a verlo en silencio— ¿Qué?

—¿Aceptaras? —indago con verdadera curiosidad.

—No tengo idea.

—¿Por qué no?

—¿En serio? dijiste que si no tenia la pasión suficiente lo dejará, —fingió estar herido— ¿lo olvidas?

—Lo sé pero... realmente lo tienes. —se detuvo obligándolo a detenerse de igual modo— Jungkook, tienes la pasión, fue tan claro que tú...

—Lo hice por ti. —aquella declaración dejo sin aire a la menor, y sus ojos no se lograban despegar del contrario.




—¡Yerin! —la mencionada volteó ante aquel timbre familiar de voz, Taehyung se encontraba corriendo para llegar hasta ella.

—Tae... —susurro— ¿qué haces? —pregunto para verlo desentendida, él tomó de su mano para depositar aquel potesito de color rosa fresa, y ella volvió a verlo, sonreía impartiendo su bella sonrisa.

Ambos se encontraban en el último receso sentados en el jardín trasero consumiendo su yogurth en silencio, únicamente en la compañía de la clara brisa y melodiosa entonación de los pájaros.

—¿Cómo esta tu brazo? —claro que esta de más mencionar que los ojos de él no se despegaron de aquella gasa envuelta ligeramente en su zona afectada.

—¿Oh? —sonrió apenada— esta mejor, soy muy torpe sabes, esto suele ser normal para mi, Eunbi suele decir que vivo en una nube. —rio— Y puede que tenga razon. —le dio un sorbo a su pajita.

—Debes ser cuidadosa. Eunbi... —el semblante de Tae se entristecio y guardo silencio por un momento ante el nombre que se escapo de sus labios.

—¿Estás bien? —la más baja le miró consternada porque no terminó la oración— Tae... ¡Tae!

—Perdona, ¿qué? —ante la pre ocupación en sus ojos, su corazón se encogió— ¿Sabes? solía tener una buena amiga que llamaba Eunbi también. —se dejó caer un poco más hacia atrás, sosteniendo su peso con la fuerza de ambos brazos para ver el cielo.

Sonrió— De seguro era demasiado temperamental, las llamadas Eun Bi, son de caracter rudo. —rió al pensar en su rubia amiga pero la nostalgia fue lo que se apoderó de él.

—No tanto, ella solia ser demasiado dulce, tal cual un algodón de azucar...

Aquella escena le impulso una dolorosa emoción de tristeza dentro del pecho de Yerin, ya que pudo recordar, esa vez en que le comentó su cierto parecido para con una vieja amiga suya. Dijo que alguna vez le contaría acerca de ella, creía entenderlo un poco mejor ahora.

—Lo siento. —se disculpó con suavidad, este negó contemplando el celeste y claro cielo.

—¿Sabes? ya no podia ser igual que antes, una vez que ella partió... nada fue igual. —los ojos de Yerin se fijaron en sus manos al sostener aquel potesito, contrictada por él— Aún asi, de a poco la sonrisa y la alegria parecen regresar a mi. —sonrió.

—Supongo que Yuna es de gran ayuda para ti. —susurro inaudible para su compañero, más bien como un recordatorio para si misma.

La azabache se apresuró en darle otro sorbo a su pajita, degustando el sabor particular que tanto le gustaba, frutilla.





—¿Cómo te sientes?

—Seok Jin, no estoy enferma.

—¿Y por qué te ves enferma?

Suspiro— Estoy bien, confia en mi. Tu labio esta tomando el color normal, me alegra.

—No fue nada, descuida. —rio avergonzado.

—¿Se disculpo contigo?

—Sojung, ¿recuerdas la sección del...?

—Seok Jin.

—Esta avergonzado, no puede verme el rostro. —esta volteo frustrada, aunque su amigo trato de animarla— Sabes, —rio levemente— yo tampoco podria verme el rostro después de todo ambos somos muy vergonzosos.

—¿Podrías dejar de defenderlo? —alzo una ceja con una leve sonrisa.

—¡Chicos! —ambos voltearon a ver a Yuqi quien ingresó al ala verdaderamente emocionada— ¿Escucharon la noticia de Ailee unnie?

—Mhm, creo que si. —sonrió pensativo Jin— Fue a Estados Unidos por un proyecto importante, debe estar feliz de volver a casa.

—Que envidia, woah, unnie es increible. —acoto con emoción la menor— Yo no sobreviviria. —ambos rieron— Oppa debe sentirse solo sin oa presencia de su asistente y amiga, ¿verdad? —comenzo su parloteo sin percatarse del semblante de su mayor, pero ante la mueca de Seok reaccionó— Ah, unnie no le refiero a que ellos... yo sólo digo que...

—Descuida. —Sojung le sonrió para poder avanzar, alejandose de ambos. Mientras que Jin frotaba la espalda de su menor dandole ánimo a la pequeña.

"Como duele ignorar que me haces falta. Eres un idiota."

—¡Oppa! —los pasos de Sojung se detuvieron ante aquella chica de sonrisa gatuna y energía vibrante— Oppa... —la mencionada corrió hasta llegar al pecho de Namjoon, para apoderarse por completo de este— Te extrañe oppa~.

El corazón de Sojung comenzó a ser apretujado con lentitud, y es que realmente le disgustaba ver a su querido Namjoon rodeado en brazos de otra niña.

¿Quién era ella para abrazarse a él y llamarlo oppa como si nada? A caso no sabe acerca de su novia... —sus dientes mordieron con fuerza ante sus propios malestares— ¿Cuál novia Sojung?, fuiste tú quien le pidió tiempo, ¿o a caso lo olvidaste?

Sus ojos emperlados a causa de los infinitos deseos de quebrar en lágrimas. Una sola pregunta podia hacerse asi misma, ¿por qué Joonie no la separaba?

Un tironeo suave se hizo presente sobre su brazo, Seok Jin no dudo en alejarla de dicho triste y doloroso escenario frente a sus ojos.

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