049

—Unnie te ves radiante últimamente. —comento Yuqi estirandose.

Sonreí— ¿Agotada? —asintió con un puchero adorable.

—Irene sumbaenim es de terror. —negaba con verdadero susto, reí— En serio unnie, me alegra verte asi. —sonrió con dulzura.

Bajé la mirada apenada, tan sólo recordar estas últimas semanas me hacian ruborizar, oppa logró crear un regimen balanceado y estable entre el trabajo y su vida personal. Eso realmente me alegra y más al saber que volvió el chico picaron y nervioso de costumbre.

Asenti— ¿Qué hay de ti y Lucas?

Apenas lo nombre sus ojos se iluminaron y una sonrisa radiante inundó su rostro, era adorable.

—Bien, hoy saldremos juntos~. —sonrió sonrojada.

—¿Una cita romántica? —Jin ingresó al estudio con una carpeta entre sus manos para sentarse en su escritorio. Sonrió apenada mientras sus dedos jugaban con su cabello— Pues me alegra verte asi de feliz. Dile que te cuide o se las va a ver con tu hermoso oppa ¿eh?

—Oppa... —negó, entre risas y chistes, la pequeña se despidió.

—¿Mucho trabajo? —observé la carpeta, resoplo con cansancio.

—Irene es una fiera a la hora del punteo...

—Te entiendo. —negue para elevar mi puño cerrado— ¡Figthing! —ganando una sonrisa por su parte.

—¿Cómo van las cosas con Nam? —preguntó para verme con una ligera sonrisa. Asentí.

—Bien, las cosas de a poco mejoran. —sonreí— ¿Sabes qué pone temporalizador a su celular para no ser tan adicto al estudio?

—Woah, ¿Kim Nam Joon silenciando su movil? Eso es amor mi cielo. —indudablemente reí— Me alegra verte así de feliz. —comentó dulcemente.

—Gracias oppa, realmente me siento feliz, las cosas... poco a poco se acomodan. —sus ojos se notaban apagados— ¿Cómo están los chicos?, ¿Kookie? —sonrío levemente.

—Pues... Jungkook esta mejorando sus notas, el profesor de danza lo esta elogiando y últimamente participa en las salidas extracurriculares.

—Eso es bueno. —sonreí pero al ver su semblante, mi sonrisa se esfumó— ¿Entonces?

—No lo sé. So Jung, él mejora últimamente pero Hoseok... comienza a preocuparme y Jimin no se queda atrás. —bajó su mirada angustiado. Me acerqué hasta él para tocar sus hombros.

—Mírame. —negó— Jinnie —alzo su mirada— Estarán bien, las cosas mejoran y seguirán mejorando.

—No estoy seguro... —susurro con aquel peculiar brillo en sus ojos.

—¿No confías en mi? —asintio dubitativo por lo cual lo abrace con fuerza para golpearlo.

••••••

—Al parecer So Jung es una "gran amiga." —comentó Irene al verlos desde el otro ala.

Mi corazón se apretó con fuerza ante la imagen presente frente a mis ojos.

—Namjoon, ¿estás bien? —tocó mi brazo con sus largas uñas rojas, asentí.

—Descuida, Irene, ¿podrías darme los papeles luego?

—Claro. —estaba a punto de voltear en cuanto la oí— Oppa, —volvi a verla— sabes que cuentas conmigo, ¿cuándo saldremos por una copa? como en los viejos tiempos. —spnrió con aparente dulzura.

—Quizás. —sonreí por cortesía para revenciar levemente y avanzar.

Hyung, ¿por qué tienes que ser tú?

••••••

—Hoseok, ¿por qué haces esto?

—¿De que hablas?

—Sabes a lo que me refiero.

Este chico que tengo enfrente se esfuerza en sonreír... sin embargo no esta siendo para nada feliz. Mucho menos se encuentra en paz.

—Hyung, sabes que...

—Estoy bien, Jimin. —su sonrisa dolió.

—Tal vez, pero yo quiero a mi amigo de vuelta. —bajó su mirada— No logro entenderlo, si ella te gusta tanto... ¿por qué actuas tan desinteresado? Incluso, aunque no te interese, tú no eres el tipo que sólo se aleja y es silencioso.

—Ella... —sonrió embelezado en la tristeza— aunque es hermosa y realmente agradable, no es mi chica.

—Hoseok... —tomó mi hombro para sonreír ampliamente.

—¿Cuándo bailaremos juntos, tú y yo? Ya sabes, como en los viejos tiempos. Extraño a mi Mochi, al niño bonito de danza clásica. —recordo con un mohin.

—Dijimos que no volveríamos hablar de ello.

—¿Por que? ¡Eres muy bueno en...!

—¡Yah! —ambo reímos a la par.

Me preocupas mucho hyung.

—¿Oh? ¡chicos! —volteé hacia la misma dirección a la que él se encontraba mirando. Un Taehyung sonriente en compañia de una Yuna avergonzada se acercaban.

—Hyung, hoy no te vi en la cafetería. —comentó el más alto.

—Si es que tenia que practicar para el festival. —reía rascando su nuca avergonzado.

—Oppa, ¿cómo vas con eso? el festival se acerca, sólo falta una semana. —comentó Yuna.

—Lo sé, no es nada. El tiempo vuela cuando haces lo que te apasiona. —tch, senti el dardo muy directamente— Daré mi mejor esfuerzo. —sonrió.

—¡Hyung! —irrumpió Tae— No sabes la hermosa armonia que compuso esta señorita.

—¿¡En serio!? —se concentró en Yuna, para comenzar a conversar entre risas.

Lo más triste que puedes padecer en este mundo, es querer a la misma persona que antes te quería a ti...

Podia distinguir el brillo en los ojos de Taehyug, apreciandola. El mismo brillo que conozco tan bien.

... sabiendo que la cagaste, que por tu culpa la dejaste marchar. Quizás a los brazos de alguien que la valora mucho más que vos.

Lo siento amigo, nunca quise que mi egoísmo jugará con tus emociones. Tae, perdoname.

••••••

—Sigo sin entenderte, no te entiendo a ti y mucho menos a él. —Yerin comenzo a pataler enojada.

—Dimelo a mi. —bufe resignada.

Estas semanas que pasé junto a Hoseok, se volvió tan distante, apenas sonríe, y cuando lo hace se nota el sobre esfuerzo que emplea.

No lo entiendo... pero es obvio que no desea mi compañía.

—¡Ashh! —desparramo su cabello frustrada— Sinbie~. —volvio a verme con un exagerado puchero entre sus labios.

Sonreí— Estoy bien.

—¿Segura? —indago con sincera preocupación.

Querer alguien que no te quiere es como intentar volar con un ala rota.

—¿Que hay de ti? —cabizbaja no respondió.

Últimamente, Taehyung y Yuna han pasado mucho tiempo juntos; y se que a Yerin le afecta mucho más de lo que demuestra.

—Te juro que no lo entiendo, aveces es tan dulce y agradable conmigo, tan atento que logra confundirme. —sonrió melancólicamente— Pero luego lo veo tan feliz junto a ella, el brillo en sus ojos, la sonrisa en sus labios y aquel... aquella alegría que lo invade, únicamente ella es capaz de brindarsela.

—Esto apesta. —mufe mientras ambas nos encaminabamos, mi enamoradiza amiga asintió.

—Señorita Jung. —nos detuvimos al ver a nuestra profesora de música.

—¿Si? —preguntó confundida.

—Necesito hablar con usted en dirección. —esta intento refutar— Por favor. —se hizo a un lado para invitarla a acompañarla. Ambas nos miramos.

—¿Qué rayos hiciste ahora? —susurre con preocupación.

—Nada, creo... no tengo idea. —sus ojos denotan el horror.

—Señorita Jung.

—¡Voy! —y con una expresión de miedo la siguió.

Suspiré agotada para dirigirme hasta mi casillero, tomé los libros e intente cerrar la puerta, pero mi fuerza me ganó, y un gran golpe estruendoso se hizo oír.

—¿Mal día? —volteé encontrando la ligera sonrisa de Jungkook a mi lado.

—Algo asi. Jeon, ¿estás estudiando para los examenes?

—¿Por qué deberia?

—Tienes que mejorar tu rendimiento idiota.

—Tsk. —negó burlon.

—¡Hablo en serio! —con una totna sonrisita se acercó peligrosamente hacia mi.

—¿Quieres ser mi profesora? —y ahi esta, mi estúpido corazón, nuevamente comenzando a palpitar con fuerza.

«¿Por qué?»

Senti un familiar golpecito sobre mi frente.

—Idiota. —frote esta con molestia, sobre todo para conmigo misma por no entender que demonios me sucede.

—Tonta. —con una bella sonrisa continuó— Deja de andar enojada, envejecerás más rápido.

—¡Oye! —se le volvió costumbre molestarme, un tonto pasatiempo que lw divertía en verdad.

Aunque no negaré que sus chistes de mal gusto lograban sacarme una que otra sonrisa.

El inmaduro, rebelde y molesto de Jeon Jung Kook comenzaba a convertirse en un gran amigo para mi. Me brindaba y generaba las sonrisas más genuinas, de las que carecía tanto.

••••••

Luego de un total interrogatorio delicado y bastante disfrazado, Yuju me dejó ir, esta chica en serio porta un gran corazón, tan cálido y dulce.

Sonreí al recordar sus palabras.

—Nunca cambies oppa, recuerda siempre quien eres. Nuestro Jhope.

Caminé por los pasillos del instituto, mientras las memorias regresaban, paseando por los vagones de los recuerdos atesorados. Entre ellos, las sonrisas y ocurrencias de nuestra pequeña y tierna Eunha.

Creo fielmente que la extraño y todavía mucho más en estos dias.

—Idiota.

Mi ceño comenzó a fruncirse.

—Enana.

Mi respiración a volverse más pesada.

—Estúpido.

Mis pies quedaron estáticos, clavados sobre aquel lugar del pasillo en particular.

—Acomplejada.

Sin permitirme retroceder, llenandome de angustia y tortuoso dolor.

—¡Oye! —él jugaba con sus mejillas mientras ella lo golpeaba fuertemente, y ambos reían compinches.

Como un maldito mazoquista, sigo apreciando la escena, la alegría genuina que les envuelve.

—Sinb... —pero mis ojos se posaron únicamente sobre la sonrisa que sus labios poseían.

No habia duda alguna, ella era la flor más bella de cualquier jardín. Y se encontraba cómoda, el cielo nocturno profundamente coloreado, lleno de ti, no se pierde en sus ojos.

Entonces yo, solo puedo... sonreír como si nada estuviese mal, hablar como si todo estuviese perfecto, pretender que es un sueño, y hacer de cuenta que no me haces daño.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top