044

Fue entonces que lo vi con mis propios ojos, cual loco perdido en medio de una gran penumbra. Al borde del acantilado.

—Lo siento... —le oí susurrar, quise llamar por él, pero las bocinas irrumpieron mi voz en el teléfono.

Siento como el corazón se detuvo por un segundo sobre mi pecho, una cuadra nos distanciaba, corrí con mis mayores fuerzas para poder cruzar trás él.

Ahí se encontraba, cruzando la avenida, cuando el semáforo marcaba en verde.

Mis ojos aterrorizados observan como los autos apenas logran esquivarlo, apenas logre cruzar sana y salva cuando tome su brazo desde atrás. El semáforo marcó la luz amarilla, sus ojos voltearon a verme, me apropie de su muñeca, tirando de esta y obligandolo a caminar hacia la vereda contraria.

Una vez a salvo en la orilla de la vereda, mis rodillas flaquraron e incliné a tierra mi cuerpo para tomar aire y respirar correctamente. No logró asimilar lo que se encuentra pasando.

Jungkook, ¿había querido suicidarse?

La lluvia caía, los autos pasan, siento mucho calor a peser de encontrarme completamente mojada, y la furia me carcome.

—Yo... —luego de un gran silencio fue lo único que logró articular.

Mi cuerpo reaccionó por si solo, de un segundo a otro me encontraba de pie dándole una fuerte bofetada, pero él no dijo nada, guardo silencio. Sentí el agua salada y cristalina brotando de mis ojos.

—Maldito... —no pude hablar, porque mis lágrimas ganaron. Lloré con fuerza, llena de impotencia, repleta de frustración, de agonía— Si no llegaba... si yo no... —golpeé su pecho sin fuerzas— ¿Por qué? —solloce desorbitada— ¿¡Por qué demonios!?

—Lo siento. —levante la mirada, con mis ojos nublosos debido al llanto y las gotas de lluvia que caían.

A pesar de la dificultad, logré divisar su mejilla roja, cortesía de mi poca empatía. Su rostro de por si se encontraba golpeado, sobe mi nariz bajando la mirada, y precie sus puños, los nudillos de sus manos se encontraban rojos debido a los golpes que brindo.

—Tú... —debía insultarlo, tenía todas las intenciones de herirlo con la artillería pesada y las más crudas palabras. Pero de qué me serviría eso ahora.

Un dilema mental me acongoja. ¿Qué puede ser tan duro de sobrellevar como para desear y querer quitarte la vida?

Por lo cual me abstengo de hacer o decir algo por lo que pueda llegar arrepentirme. Volvi a él para poder abrazarlo. Un abrazo fuerte, desesperado, con un inquebrantable miedo a llegar a perderlo... ¿Por qué? Ni siquiera yo misma lo entiendo.

Pero mi corazón se encuentra afligido, demasiado... temia encontrarme en un estado de negación. Tal vez, delirando. El temor de nunca haber llegado a tiempo, de que él ya no se encuentre justo aquí y ahora.

Por lo mismo me aferre aquel abrazó sin importarme las condiciones del momento. Me aferre a su pecho para poder escuchar sus latidos y asi obligarme a comprender, que él verdaderamente se encuentra aquí y ahora, conmigo.

••••••

Terminé de preparar las cobijas de cada uno, para poder vestirme con mi pijama y salir a verlos, Yerin quedó profundamente dormida en el sofá, Tae decidió dormir a su lado, pues su cubrecama se encuentra justo debajo del sofá donde ella descansa.

Yunie se encontraba profundamente dormida en los brazos de Sojung. Jin por su parte, se encontraba recordado a un costado suyo.

Sonreí al verlos, y es que ellos realmente son tiernos. Se pusieron de acuerdo en dormir en el living de la casa cuando poseen dos cuartos con camas grandes para compartir.

—Deben estar muy cansados. —susurre para mi misma. Me dispuse a voltear cuando choque con el mismo chico pálido— ¿No puedes dormir?

—¿Qué hay de ti? —sonreí debido a la frialdad de su voz.

—¿Quieres un té?

—Café por favor.

—La idea es que puedas dormir, genio. —deje escapar una leve y baja risilla para no despertar a los muchachos, y dirigirme a la habitación continúa, que resulta ser la cocina y así poner la pava a hervir.

—¿Sueles invitar a cualquier persona a tu departamento cómo si nada? —lo miré con una chispa de incredulidad. Acaso, ¿se preocupaba por mi bienestar?

—No son extraños, son amigos de Yuju, y son tus amigos también. —con una sonrisa deposite la infusión del té que habia preparado en la semana sobre mi taza favorita.

—Aún así, no creó que debas invitar a alguien que acabas de conocer a ingresar a tu casa.

—¿Tampoco a ti? —tome otra taza, mucho más pequeña que la mía, para sucumbir a sus caprichos y ofrecerle una buena taza de café caliente— Si mal no recuerdo, fuiste el primer desconocido en pisar mi casa y en condiciones... poco recomendables.

—Por eso mismo, —cerró sus párpados con represión para relamer sus labios luego de un frunce— nunca vuelvas a dejarme entrar si estoy fuera de mis propios cabales. —me observó con fijeza y total seriedad en sus ojos— Tampoco hagas dormir a chicos en tu sala.

¿Chicos? —reprimi una tonta sonrisa para tomar la paba y preparar las bebidas.

En cuanto llegamos todos pudieron secar sus ropas y usar algunas prendas de mi propiedad. Las chicas no tuvieron problema alguno pero los chicos, fue otra historia, una muy divertida en verdad.

Apenas logre que ingresaran al cuarto de huéspedes mientras conseguí unas cuantas prendas que quedaron en casa, ya sean de mi hermano mayor, de mi padre o uncluso... de Changsub.

Mientras ellos se cambiaban, junto a las demás nos encargamos de cocinar, pero debo de admitir que Sojung fue la master chef que más me sorprendió; y durante la cena dialogue mucho con ellos. Descubrí que Jinnie oppa, es un hombre muy agradable, y el pequeño de Tae es un muchacho muy cute en verdad.

Entonces, ¿será posible qué... Yoongi se encuentre celoso por eso?

—Dime algo, quién tiene un estilo tan anticuado. —se quejo al ver su camiseta a cuadros— Las prendas que le diste a Seok tienen un poco más de sentido. —sonreí negando para voltear a entregarle su café.

—A mi hermano le gusta marcar tendencia. —observé como su ceño se fruncio— Y mi padre no es tan anticuado Yoon. —tome mi taza entre las manos para disfrutar el aroma a hierbas naturales.

—Aunque recomiendo el estilo de Tae, ¿es de tu hermano también? —indago para darle un sorbo a su café y tarde en responder por lo que volvio a enfocar su atención en mi.

—Changsub, solía observar catálogos de vez en cuando. —no respondió de inmediato y disfrute el primer sorbo de mi té cuando lo escuche.

—Pero no pudo cuidarte. No le sirvió de mucho. —una dulce sonrisa se apodero de mis labios como respuesta.

Ambos guardamos silencio para volver a disfrutar de una noche tormentosa con una buena bebida caliente.

••••••

—¿Hoseok? —pregunté con el ceño fruncido al verlo.

El mayor ingresó a la casa completamente empapado, por lo que no dude en ir en busca de una toalla y ofrecersela, este la tomó sin decir nada para secar su cabeza.

—¿Estás bien? —asintió desganado.

—¿Hyung está durmiendo? —preguntó casi en un susurro.

—Mando un mensaje, dijo que por la tormenta se quedaría a dormir en la casa de una amiga de Yoongi y Yuna.

—¿Amiga? —asentí desanimado.

—Dijo que se encuentra con Yoongi, Taehyung, Sowon, Yerin, y... Yuna

—Entiendo. —colocó la toalla por encima de su cabeza mientras se descalzaba de las medias mojadas.

En serio se veía deprimido como si hubiera visto a un fantasma o... como aquel sentimiento que reconozco a la perfección.

—Iré a darme una ducha caliente.

—Si ve, te calentare la sopa.

—Gracias, Jimin. —dicho eso, paso por mi lado tocando levemente mi hombro y así seguir su camino hacia su cuarto.

—Hoseok... —mentiría si dijera que no me preocupa la ausencia de su sonrisa, no quiero que él sufra.

••••••

Nos encontramos en silencio, sentados sobre los asientos de aquella parada de bus, y no es como si no me hubiera percatado antes pero...

—¿Estás bien? —pregunte luego de ver como su cuerpo tiembla por inercia, ella asintió con su mirada baja.

... su rostro, mejillas y nariz, sonrosados. Su piel, cuello, manos y piernas, se tornaron más palidas que de costumbre, mucho más ásperas y sensibles con el frio.

No estaba nada bien, se encontraba completamente empapada y con una sosa falda, que no la protegía para nada. A la mañana siguiente, amaneceria con un fuerte refriado, y todo por mi culpa.

Lo triste es que no podría ser de mucha ayuda, después de todo, estoy igual o quizás mucho más empapado que ella. Y para buena suerte, la lluvia no pensaba cesar y a el bus lo perdimos hace unos minutos.

Me puse de pie para acercarme un poco más hasta ella y tomar asiento, para poder así abrazarla.

—¿Qué estás haciendo? —su cuerpo se sobresaltó al sentir mi tacto.

—Shh. —fue lo único que me límite a pedir, y entendió la referencia, porque se limitó a guardar silencio y dejarse acobijar. Después de todo, sólo nos quedaba nuestro propio calor corporal.

La fría brisa soplaba nuevamente, y con ella, logré persibir aquel embriagante y dulce aroma.

Una tonta sonrisa se apoderó de mis labios, recordando los arrullados que mamá solia brindarme en cuanto me cantaba.

Ahora lo entiendo, el porqué me era tan ambiguo y familiar dicho aroma. El mismo perfume que portaba mamá cuando era mucho más joven.

Tan agradable... —cerré mis ojos disfrutando del cálido momento— EunBi.





Dedicado ♡

Adamari2608

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top